Besos Amargos

Me sentí atrapada. Mi padre me había exigido que lo acompañara en el viaje de negocios dentro de dos meses, en mi cumpleaños número 18. No tenía opción.

Pero eso no significaba que no pudiera planear mi escape. Iba a acompañar a mi padre en el viaje, pero tan pronto como tuviera la oportunidad, me escaparía y viajaría a donde mi abuela materna.

Mientras tanto, en otra parte de la ciudad, Amanda estaba aún enojada por la manera en que Arthur se había ido esa mañana, vestido elegante y sin explicaciones.

Amanda estaba en la sala, viendo televisión, cuando Arthur regresó a casa.

—¿Dónde estuviste?— preguntó Amanda, con tono desafiante.

Arthur se encogió de hombros.

—Salí con unas amigas. respondió con una sonrisa.

Amanda se levantó del sofá, cruzándose de brazos. Una sensación de celos la invadió, pero trató de mantener la calma.

—¿Con amigas, eh?— preguntó, con sarcasmo. —No te crees que puedo ver lo que estás haciendo, ¿verdad?—

Arthur no notó el cambio en el tono de Amanda.

—Sí, solo salimos a cenar y a divertirnos, dijo.

Amanda se enfureció, pero no solo por la falta de explicaciones, sino también por la idea de Arthur con otras mujeres.

—Claro que es asunto mío, primo. Vives en mi casa, comes mi comida, y no me das explicaciones de nada. Además, siempre actuando como si fueras mejor que todos, ¿no te das cuenta de que nadie te toma en serio?, dijo.

Arthur se puso rojo de ira.

—¿Cómo te atreves a hablar de mí de esa manera?— recuerda que soy mayor que tu Amanda. dijo, su voz subiendo de tono.

Amanda no se detuvo.

—Y otra cosa, ¿por qué siempre tienes que ir vestido como si fueras a una fiesta? ¿Qué estás tratando de demostrar?, preguntó.

Arthur explotó.

—¡Basta, Amanda! No tienes derecho a cuestionarme. ¡No eres mi madre!, gritó.

La discusión se intensificó hasta que Arthur se fue a su habitación, cerrando la puerta detrás de él con un golpe.

Amanda se quedó en la sala, tratando de calmarse después de la discusión con Arthur. Pero no podía sacudir la sensación de celos que la invadía.

—¿Por qué me siento así?, se preguntó. Arthur es mi primo, pero... siempre ha sido más que eso para mí.

Recordó la noche que cambió todo entre ellos. La noche que Amanda había esperado que los acercara, pero en su lugar, los alejó.

—¿Por qué tuvo que pasar? se preguntó, con lágrimas en los ojos.

Se levantó del sofá y comenzó a caminar por la habitación, tratando de clarificar sus pensamientos.

Me enamoré de él hace años, pero después de aquella noche, todo cambió. Se convirtió en un extraño para mí. Creí que mis sentimientos hacia el estaban superados, pero al parecer no es así... pensó.

De repente, escuchó un ruido en la habitación de Arthur. Se acercó a la puerta y escuchó.

Arthur estaba hablando por teléfono, riendo y susurrando. Amanda se sintió aún más celosa.

¿Con quién está hablando?, se preguntó, con un dolor en el pecho.

Se alejó de la puerta, sintiendo una mezcla de emociones que no sabía cómo manejar.

Amanda se retiró a su habitación, intentando alejar sus pensamientos de Arthur.

—¿Por qué no pude mantener mis sentimientos bajo control?, se preguntó.

Se acostó en la cama, sintiendo una mezcla de emociones: celos, tristeza y frustración.

De repente, escuchó un golpe en la puerta. Era Arthur.

—Amanda, lo siento por antes dijo, con una expresión arrepentida.

Amanda se sorprendió. No era común que Arthur se disculpara.

—¿Qué pasa, Arthur? preguntó, intentando mantener la calma.

Arthur se sentó en la cama junto a ella.

—No quiero que pensemos que somos enemigos, Amanda. Eres mi prima, y te quiero, dijo.

Amanda se sintió confundida. ¿Qué significaba eso? ¿Era solo una disculpa o algo más?

-Yo también te quiero Arthur.... Te quiero mucho más de lo que te puedes imaginar.

Arthur se acercó a Amanda, robándole un beso.

—Siempre he estado enamorado de ti Amanda. No me importa si eres mi prima.

Amanda correspondió el beso, ambos siguieron basándose hasta quedar sin respiración.

—Lo siento por esa noche hace un año Amanda, fuí un completo idiota. Yo siempre te he amado.

Arthur se levantó y se fue, dejando a Amanda con más preguntas que respuestas.