La Reencarnación De La Emperatriz Sanguinaria.

Wolfram Von Der Heide, el emperador de Mond, el imperio de los lycan. A la corta edad de 30 años, asumió el cargo de emperador cuando sus padres quisieron retirarse después de casi 200 años de gobernar. Nunca imaginó que después de 5 años siendo emperador, terminaría liderando la guerra en contra de los humanos, cuando estos comenzaron a desear más y más tierras. Sobre todo, cuando supieron que una parte del territorio poseía una mina de cristales de mana.

Al no querer entregar dichas minas por las buenas, el emperador de los humanos de Umbra, declaro la guerra. A todos los lycan les sorprendió esto, pero creyeron que sería fácil ganar debido a que su enemigo era una raza débil, donde su única ventaja eran los que poseía magia y por lo que se sabe, estos no eran un gran problema, ya que un humano no posee tanto mana. Pero grande fue su sorpresa cuando una de las princesas de Umbra demostró ser una gran guerrera, ella guiaba a sus tropas con éxito, hizo retroceder a su ejército en cuestión de meses. Esa mujer era su principal rival, incluso se enfrentó a ella en dos ocasiones.

Jamás imaginó que una humana sería una digna rival, así que pese a ser su enemiga, Wolfram la respetaba, era fuerte y audaz, el campo de batalla no era aburrido con la presencia de esa mujer. Pero inesperadamente, una noche, pudo sentir un delicioso aroma cerca, así que salió a prisa de su campamento y transformado en lycan corrió por el bosque hasta encontrar al dueño de ese aroma, fue ahí cuando tras un breve encuentro, supo que su más aguerrida rival era la dueña de esa aroma, lo cual lo confundió un poco, porque antes nunca noto ese aroma y además, esa mujer resultó ser una vampiresa. Por si fuera poco, ella estaba ahí, entregándole la estrategia de sus propios aliados.

Después de volver al campamento estuvo observando ese mapa por mucho tiempo y finalmente le dijo a su ejército que se preparará para una emboscada en aquella ruta y vaya que resultó verdad, el ejército humano si estaba entrando por la ruta marcada en el mapa, lo que le hacía preguntarse, ¿por qué la princesa le dio esa ubicación?, ¿que deseaba realmente con esto?, las dudas no dejaban de dar vueltas en su cabeza y aunque se arriesgo a ir a Umbra para ver a la princesa, la respuesta de esta solo le hizo sentirse más desconfiado, es decir, ¿en verdad piensa traicionar a su imperio?, ¿y porque solo ella es una vampiresa y el resto de la familia imperial son humanos?, ¿será como dice Sira?, es decir que la princesa fue adoptada por humanos sin saber que es o el propio emperador la capturo para criar a una guerrera inmortal y usarla para la guerra.

— veo que sigues pensando, algo raro, ya que nunca piensa o reflexiona.— se burla Sira.

— como si tu fueras la más lista de los dos. También sueles actuar sin pensar.— le responde.

— quizás. Pero, creo que me hago una idea de lo que te tiene pensativo.—

— si...he pensado en algo, quizás me ayude a tomar una decisión.— sonríe.

¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥

Las tropas guiadas por Victoria ya estaban rumbo al campamento principal, pero, al caer la noche se detuvieron para descansar. La zona fue asegurada y los que matarían guardia durante la noche, ya estaban listo. Victoria estaba en su carruaje, el cual tenía todo cerrado para beber a gusto la sangre. Moira estaba en una carpa con otras dos mujeres, quienes formaban parte del equipo médico.

Victoria se estaba acomodando en el carruaje para dormir un poco, pero, a ella llego un aroma conocido. Así que salió del carruaje avisando que iría al bosque a inspeccionar porque le pareció escuchar algo.

— la acompaño alteza.— se ofrece un caballero.

— descuida no voy lejos, estén atentos al campamento.— ordena Victoria.

La chica se adentra al bosque siguiendo el aroma conocido. Justamente al estar más adentro del bosque, el lycan gris hace acto de presencia, este se mueve con sigilo en cuatro patas, dejando escuchar un leve gruñido.

— debes tener algo que decir, ya que te arriesgas a venir hasta aquí.— menciona Victoria.

El lycan se levanta para tomar forma humana, mientras da unos pasos hacía Victoria.

— ¿me preguntaba que estarías dispuesta a hacer para demostrar que estamos del mismo lado?— pregunta con seriedad.

Victoria no puede evitar observar al hombre ante ella, parece que tendrá que acostumbrarse a verlo desnudo mientras sean aliados.

— dime que deseas, ¿un pacto, que yo asesine a alguien, los planes de las tropas?— sonríe ladina.— ¿sexo?

Hace una mueca.— no estoy tan desesperado para pedirle sexo a una chupasangre.— responde.— pero la cabeza de un miembro de la familia imperial no estaría mal.

Victoria sonríe por la respuesta del lycan.— que petición tan aburrida.— hace puchero.— el sexo hubiera sido más emocionante.

Antes que Wolfram pueda reclamar por sus palabras, Victoria desaparece envuelta en una sombra. Así que Wolfram se dispone a volver a su campamento.

.

.

.

Victoria regreso a su campamento, pero al amanecer, el viaje continuo, llevando dos días más hasta llegar a la frontera donde acampa la tropa principal. Tras acomodarse y ponerse al día con los generales, Victoria entró a su carruaje para descansar, pues esa noche tenía algo importante que hacer y por suerte, un miembro de la familia imperial estaba cerca.

Justamente en la noche, Victoria se aleja del campamento para no ser vista, dirigiéndose hacía su objetivo. En el campamento del lado norte, había un miembro de la familia imperial, era el rey de Balik, uno de los cinco reinos que se ubicaban en Umbra y ese rey, era el hermano menor del emperador.

Victoria se puso una capucha y con espada en mano entro el campamento atacando a todo aquel que se cruzara en su camino. El escándalo rápidamente hizo salir al rey de su carpa, observando como esa misteriosa presencia atacaba a sus soldados, e incluso tiro algunas antorchas para incendiar el campamento. Tan pronto tuvo en la mira al rey uso su velocidad para moverse entre las sombras hasta agarras al rey del cuello de su ropa y arrastrarlo hacía el bosque, varios hombre corrieron tras ella, mientras otros trataban de evitar que el fuego consumiera las carpas y sus suministros.

En lo profundo del bosque, Victoria deja al rey tirado en el suelo. Este se pone de pie sacando una daga que escondía en su bota y amenaza con ella.

—¿sabes a quien atacas?, el emperador es mi hermano y si me matas te encontrará para darte la peor de las muertes.— amenaza.

— ¿crees que le temo a ese cobarde?— se quita la capucha.— solo es una simple rata que se esconde en su palacio mientras sus hijos luchan por él.

El rey se sorprende al ver a Victoria, no era posible que ella atacará a sus propios aliados.

— V-Victoria...¿que significa esto?, ¿estas traicionando a tu nación?— pregunta nervioso.

La mirada de la joven le causo escalofríos. Victoria nunca actuó de esa forma ante él. La joven siempre fue respetuosa.

— solo hago lo necesario para sobrevivir.— ríe.

El rey puede ver como la joven deja escapar una risa escalofriante que incluso dejan ver sus largos colmillos. El rey al ver esto se quedo paralizado, si esa era Victoria, ¿por qué era un vampiro?, ¿que estaba pasando?, ¿acaso fue transformada? Esas preguntas rondaban en sus pensamientos, pero justo cuando se dispone a preguntar, solo escucha un silbido en el aire, mientras cae contra el pasto de aquel solitario lugar. Con la poca visión que le quede, ve la hoja de la espada que esta en manos de Victoria llena de sangre y da su último suspiró.

Victoria se acerca pisando el charco de sangre y recoge la cabeza del hombre, será un lindo regalo para el lycan. Ella sonríe ladina mientras observa la cara de horror que quedo marcada en el rostro del rey.

— no te preocupes querido tío, mi padre y hermanos, pronto te acompañarán.— una sonrisa maliciosa se formo en su rostro.

•••