Un hombre de personalidad fuerte, fría, arrogante, egocéntrico, déspota y con una autoestima más arriba del cielo mismo, acostumbrado a tratar a todos por debajo de él, así estén por encima, se cruzará por casualidad con una hermosa joven y quedará obsesionado con ella.
Nicholas Elliott Windsor, descendiente de una familiar importante, con un ego inmenso, acostumbrado a obtener cualquier cosa, es el segundo en la cadena de mando de la elite; General de cuatro estrellas, casado y con 32 años, querrá a la hermosa Lia Harrington en su lista de las mujeres que usa y desecha.
Lía Harrington es una joven de 22 años, que aparentemente es una simple profesional, es modelo y una abnegada novia de un teniente coronel, pero que en realidad es una coronel en la organización secreta de la Élite.
Lía no solo es la mejor espía de su tiempo, sino que tiene una personalidad tan fuerte como la de Nicholas y le enseñará a jugar su propio juego.
Podrá Nicholas doblegar a la hermosa Lía.
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Caretas abajo
—Soy emperatriz y no estoy de acuerdo con lo que quieren hacer, ustedes ministros y presidentes, han Sido testigo que somos más útiles que muchos detrás de un escritorio. —Dice lo último mirando de frente a Nicholas y a los demás de la pirámide de mando.
—Hemos hecho más que toda la élite junta, somos más letales y efectivos y así debe seguir siendo, para que etiquetarnos y ponernos en otra pirámide más. —Habla firme dejando a todos boca abierta, Su familia está presente ya Andrew es presidente de los estados unidos y los otros miembros de su familia son ministros o en caso de Lorenzo el presidente de Italia
—Aquí no ganamos nada con un concurso de meadas, aquí hay que dar solución y nosotros hemos salvado la retaguardia de varios presente o me equivoco. —encara a los presidentes.
—Esto no se trata de si hacen o no, ustedes no siguen las reglas y dejan desastres. —interviene el Nicholas.
—Todos rompemos las reglas, señor… Simplemente que algunos damos la cara, otros no la dan, además cada desastre jamás se ha atribuido a la élite o sí. —Habla Lia.
—Esto no es un juego, la elite tiene personal preparado. —Interviene Nicholas de nuevo.
—Lamento que lo contradiga, pero mi equipo ha sido el que ha capturado a más de diez capos y a rescatados tanto a presidentes como a sus familiares que ha hecho usted y su gente. —Hablo y se giró.
—La decisión es suya, ustedes presidentes y ministros sabrán, pero si deciden que el escuadrón de elite sea absorbido por la élite, entonces pongo mi cargo y mi placa a la orden. —Dice y ellos comienzan a delegar.
—Necesito unos minutos con la coronel Harrington mientras ustedes delegan. —Habla Nicholas y sale del lugar a un despacho con Lía.
Lía sale altiva y con la rabia en la nariz, ella entra al lugar y él cierra la puerta detrás.
—No pienso ser parte de su burocracia, señor Windsor, pero tampoco dejaré que me siga metiendo el pie en mis operaciones. —Él se acerca y golpea el escritorio.
—Tu, tu eres emperatriz, la persona que lidera a los espías, qué deseo destruir, tú seas.
—Sí, soy yo, y no pienso dejarme vencer por ti… Tenga. —Pone el teléfono que le dio hace un rato en la mesa.
—Está más que claro que no podemos seguir viéndonos, tengo novio, usted esposa y aparte es el hombre que me sabotea.
—Guarda ese maldito aparato, porque te voy a llamar y no quiero saborearte, se viene algo muy grande y ustedes no van a poder, los van a eliminar, nosotros somos más. —Dice y ella lo Aleja.
—Sí, di que no es por tu ego nada más.
—No lo es, varias mafias se ha unido y no son un juego, solo los van a asesinar, por eso debemos unirnos, ahora más qué nunca quiero desintegrar a los espías y si te retiras mejor, te van a matar maldición. —Grita furioso.
—Hazte cargo de tu esposa que de mí se encarga mi prometido. —Dice y él se ríe.
—Quién, el monigote que ni siquiera sabía que eras una espía, ese idiota no se puede cuidar ni el mismo, te quiero fuera. —Ella trata de irse.
—Tú a mí no me das órdenes te lo dije, yo seguiré en mi puesto y te pondré en bandeja la cabeza de esos hijos de puta, como siempre haré tu trabajo. —Él la abraza y no la suelta.
—No me jodas Lia, si sigues seguiré saboteándote hasta que te alejes.
—Jódete Nicholas, vete y déjame en paz, que paso con eso de que coges una sola vez, cero llamadas y que te saque de mi cabeza, pues yo lo hice.
—Mentira, tus besos te delatan, ahora mismo tu cuerpo está deseando el mío, no te vas a deshacer de mí, antes mato a tu payaso de prometido. —Dice y la trata de besar, pero no deja
—Mátalo, algún día tendremos que morir, solo que le pegaré un balazo a tu amada esposa y te veré llorando su adiós. —Él se ríe.
—Por favor, mátala puede ser hoy mismo.—Dice riendo y ella se gira.
—Me voy, pero no pienso dejarte disolver al escuadrón. — Dice y la abraza por la espalda.
—No voy a dejar que te maten… Mi diosa. —Ella lo cara.
—Cuida de tu mujer, es a ella a la que debes proteger.
—Y lo voy a hacer, nadie te va a tocar… Te voy a llamar, no te perderé de vista y ahora menos que sé que eres emperatriz. — la besa a la fuerza y ella lo empuja y sale del lugar, se acomoda y entra a la sala de nuevo y detrás lo hace Nicholas.
—Bueno General Windsor, Coronel Harrington la decisión está tomada… —Dice él unos de los presidentes y ella está atenta a lo que dicen.
—Los espías deberán trabajar en conjunto con la élite, pero la el escuadrón no se disuelven, quedan igual con los mismos derechos, solo que deben estar en comunicación ambas organizaciones. —Lía sonríe levemente y ella se gira a ver a Nicholas y a los demás.
—Espero que trabajemos en sana paz, señores. —Nicholas está que mata a alguien, pero su padre lo calma, el capitán general es solo el nombre, el cerebro detrás de todo es su hijo Nicholas.
—Coronel Harrington la amenaza que se avecina es muy grande, estás personas son despiadadas, no duran en irse contra usted o su equipo. —Habla un presidente.
—Quiero que esté al tanto de que si por algún motivo es secuestrada. O podremos hacer nada, la daremos por perdida, esta gente es tan peligrosa que se sería suicidio, un rescate, por eso es que el escuadrón animal no está siendo buscado. —Habla un ministro de defensa y ella responde.
—Sé cómo cuidar a mi equipo y si eso pasa yo misma regresaré con la cabeza de ellos. —Todos la miran unos con rabia, otros con admiración.
La reunión termina y la familia de lía se le acerca, están preocupados, no sabían lo que amenazaba a su Lía.
—Amor estamos contigo, sabes que nadie te tocará. —Dice Gia.
—Mamá tranquila, a esto me enfrento siempre soy tu hija. —Ella asiente y la abraza.
—Algo hay que hacer, pero nadie te va a tocar Lia, debes seguir en el anonimato, todos los de aquí fueron verificados, pero nosotros lo haremos de nuevo.
—Ese es Gino.
—Nadie se va a acercar a mi princesa de acuerdo. —Tomas habla
—Así deba dejar la presidencia y ponerme mi uniforme, nadie te toca mi amor. —Dijo Andrew y así cada uno.
—Disculpen, pero me permiten a Lía un momento. —Pide Alessandro y ella se va con él, este le toma la mano y Nicholas no la pierde de vista.