HISTORIA PRECUELA DE LA COLECCIÓN HURMAYA (Segunda historia corta):
El príncipe Carpio del reino de Susumira ha pasado su vida batallando y preparándose para convertir a su reino en el más fuerte de todos; perdió su primer amor por su apasionado comportamiento, está siendo presionado por su madre la reina para contraer matrimonio, después de todo en un par de años cumplirá 30, y si no escoje tendrá que aceptar a la que el concejo real decida.
Lady Karoly pertenece a una de las familias nobles más importantes del reino de Fontana; con dieciocho años quiere conquistar el mundo, no encaja en los parámetros creados por la sociedad para ella lo que ha llevado que pierda su condición de noble, solo es una habitante más de Fontana; escapará de casa en busca de aventuras y terminará en una vorágine de acontecimientos que la llevarán a tomar decisiones difíciles.
Dos caracteres fuertes, dos personalidades difíciles, se encontraran en tierras nada fáciles, ¿el amor será suficiente?
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11. Guardia de cazadores
Karoly miró a la mujer frente a ellos, y le molestó la expresión y la mirada que le daba a Carpio, no quiso pensar a qué se refería cuando dijo que alguna vez se la 'comía con la mirada'. Karoly soltó la mano de Carpio y se dirigió al castillo, el príncipe corrió tras ella y la reina Bosszú frunció el ceño.
- "No te alejes, debemos estar juntos", dijo Carpio tomando la muñeca de Karoly.
- "Quédate con ella, parece que tienen una historia juntos", comentó Karoly soltándose con brusquedad del agarre de Carpio.
Cuando volteó para avanzar se sobrecogió, una muralla de fuego se había creado delante de ellos.
- "Llévate a la niña, es la última advertencia, guapo, por los viejos tiempos", dijo Bosszú.
- "No creo que sea la primera vez que estés acá, a todas las chicas tontas que caen en tus manos ¿les dices que irás al fin del mundo por ellas?, ¡dile a tu antigua amante, que me deje pasar!", exclamó molesta Karoly.
- "Jamás ha sido mi amante, ella no me interesa. Karoly es la primera vez que estoy acá, te lo juro", expresó Carpio mirando fijamente a Karoly.
- "Ups, eso duele cariño. A los diecinueve te morías por estar en mis brazos, ¿ahora se te dio por conseguir niñas?, conozco las pecas de tu espalda, guapo, ¿o lo vas negar?", manifestó Bosszú poniendo una sonrisa coqueta, vio una "luz de furia" en los ojos de su hija, para alguien sin poderes eso sería imposible.
- "¿Las conoce?", preguntó Karoly, porqué se sentía así, se dijo en el fondo; ese hombre tenía un pasado, lo sabía perfectamente.
- "Sí, pero no es...", respondió Carpio.
- "¡Cállate!, no me interesa, no soy nada tuyo", interrumpió Karoly.
Las llamas brillaban más, la intensidad del fuego parecía vibrar con furia, ya no había dudas, pensó Bosszú, Karoly tenía "luz de furia" en sus ojos, es decir, la capacidad de controlar el fuego, no tenía poderes mágicos para crearlo, pero tenía el espíritu necesario para aumentar o bajar su intensidad; entonces era capaz de trasladar su herencia a la siguiente generación.
El problema es que corría peligro, porque bajo esas características podía ser olida por los Senmorta y peor aún si estaba en Rojo, demasiado cerca de la cuna de los hacedores de la muerte. Era un alivio saber, que su violento esposo, el rey de los Senmorta haya salido de viaje, si olía a su hija la querría para él. Debía sacarla rápido de ese lugar, y asegurarse de que estuviera protegida, conocía perfectamente el potencial de los poderes del príncipe heredero de Susumira, era lo suficientemente fuerte para sacudir el mundo si es cuestión de proteger a los que quiere, tal vez el destino estaba de su lado.
Bosszú pudo comprobar con ello que Kuolema tenía razón en sus planes, de la unión de Karoly y Carpio podía nacer una bruja de fuego; pero debía alterar los planes de la amante de su esposo, la bruja de cabellos blancos solo quería que la niña que pudiera nacer sea una fuente para robarle el poder; Bosszú no sabe cuánto podrá proteger a su hija, pero si para ello tenía que convertirse en el monstruo que esperaban que fuera, entonces sería la mejor reina Senmorta de la historia.
- "No he sido jamás en mi vida un santo, creí que lo tenías claro; no me voy a disculpar por la vida que tuve la elegí y la asumo. Esa mujer jamás ha sido mi amante; me gustó alguna vez sí, yo era más joven y vivía aventuras, sin embargo, nunca me acosté con ella, si es lo que quieres saber. Puedo asegurarte que en este momento la única mujer que me interesa eres tú, y por cierto a nadie más le ofrecí ir al fin del mundo, no sé que nos pueda deparar el futuro, pero me gustaría estar en el tuyo", manifestó Carpio, jamás había dado explicaciones a nadie, pero Karoly era diferente, sentía que con ella, pese a lo duro o difícil de la situación podía ser sincero. El fuego alrededor fue menguando, conforme iba bajando la intensidad de la rabia de Karoly.
La dama de Fontana odiaba sentirse sin control de sus emociones, se ufanaba de sobrellevar todo con aplomo, pero todo lo que sentía alrededor de Carpio era tan nuevo para ella. Él no disimulaba, ni se disculpaba, no era tierno, ni amable; sin embargo, era tan cruda su sinceridad que el corazón pesaba.
- "Necesito la verdad de mi origen, antes de venir te dije que no era totalmente de Hurmaya, que desconocía el verdadero origen de mi madre, y aunque esa mujer de miedo, debo llegar a ese castillo", dijo Karoly casi rogando.
- "Por favor váyanse, ellos se están acercando, y no tendrán la delicadeza de advertirles, tú no naciste en ese castillo Karoly, si sigues acá cuando ellos lleguen, no podré seguir protegiendo a Kungs, váyanse", manifestó Bosszú, la guardia de cazadores de los Senmorta se estaban acercando.
- "¿Conoce a mi padre?, ¿qué sabe de mí?, ¿conoció a mi madre?, por favor necesito respuestas", expresó Karoly.
- "Lord Kungs, duque de Husag del reino de Fontana, hermosos ojos avellanas como los tuyos. Sé que fueron a dejarte en la casa de tu padre, a los días de nacer, que le dijeron que tu madre murió en el parto y que te alejaran de todo ser que tuviera magia real de Hurmaya", manifestó Bosszú, tratando de no mostrar expresión en su rostro.
Karoly se quedó parada temblando, esa era la misma historia que le contó su padre.
- "Llévatela, príncipe si no se la lleva, terminará en el infierno, ese que está consumiendo a su amigo Lurol, poco a poco, ¡Llévala!", gritó Bosszú, abriendo el portal frente a ellos.
- "No me voy, quiero respuestas", aseveró Karoly sin dar un paso atrás.
- "Iré a buscarte, en la noche, traspasaré el portal en la laguna de las fresas silvestres, esta noche espérame, lo prometo niña, solo vete", dijo Bosszú casi susurrando.
Karoly parecía no querer moverse, Carpio podía sentir el batallón que se acercaba, cuatro seres con magia maligna muy poderosa se acercaban; los podía sentir. Carpio sujetó a Karoly, ella parecía no querer irse; pero necesitaba protegerla aunque sea de sí misma, la levantó sobre su hombro, en un descuido y pese a los golpes que le daba, la obligó a cruzar el portal que se cerró apenas traspasaron.
Bosszú empezó a hacer danzar el fuego, mientras se acercaban los cuatro líderes de la guardia de cazadores.
...
Los cuatro líderes de la guardia de cazadores ...
- "¿Vienen a ver la seguridad de su reina?, ¿o a espiar lo que hago por orden de su rey?, dijo Bosszú siguiendo con la danza de fuego sin voltear a mirarlos.
- "Parecía que había alguien más", dijo uno de los líderes, aquel que creaba seres con la humareda del volcán.
- "Sí, mi amante. Llegan muy tarde, no tendrán una descripción para su rey", manifestó Bosszú, con desgano.
- "No bromee", dijo otro líder queriendo tomar el brazo de la reina.
- "Ten cuidado, si el rey se entera de que me pusiste una mano encima, te elimina. Tal vez sea cruel conmigo, pero lo conocen, es extremadamente celoso y posesivo, soy su reina aunque no les guste, y por más que él se revuelque con Kuolema, ella jamás tendrá mi lugar. Ustedes lo saben, ella lo sabe, yo lo sé. Déjenme sola, y dejen de alucinar, ¿quién podría llegar acá?, ¿han perdido alguna brújula?, ustedes son nada, siempre serán nada. Yo soy la reina, y solo el rey me puede tocar no lo olviden", dijo la reina, mandando una bola de fuego contra ellos.
Las criaturas hechas con la humareda, se comieron la bola de fuego, pero la reina ni se inmutó, siguió con su danza de fuego, tenía que proteger a su hija, si la hubiesen encontrado, por más que haya ordenado que la suelten, ellos no hubiesen obedecido, y se la hubiesen llevado a rastras, aunque el príncipe Carpio hubiese luchado hasta la muerte para evitarlo; fuera de Hurmaya, los poderes son inestables, y el príncipe de Susumira, aún no había descubierto toda la magnitud de su poder.