Isabella la reina cazadora fue venenada por la trampa de su propia hermana menor sin tener alguna posibilidad de supervivencia salto al océano pero inesperadamente abrió los ojos dándose cuenta que había reencarnado en el cuerpo de una niña de 12 años que había Sido humillada durante años por ser una inútil sin poder, Isabella con su nuevo cuerpo se embarcará en un nuevo mundo mágico descubriendo secretos como misterios y encontrándose en el camino a un principe arrogante que mantiene su rostro cubierto por una máscara pero su cuerpo exauda una sensación tan dominante.
—¡deja de seguirme! Este principe molesto—lo pensó retrocediendo al ver que se acercaba.
—¡Soy tu esposo! ¡Tienes que ser responsable de mi!—le susurro en su oído sosteniendo su cintura.
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capitulo 11
Mientras tanto en un lugar cercas del palacio escondido donde se encuentra Isabella y el principe malik.
—¡Se está abriendo el portal! ¡Es imposible! Nadie puede abrirlo solo los dos seres poderosos de los inicios de la creación ¿qué es lo que está sucediendo? ¿quiénes son ellos dos?—pensó la misma voz que trato de matarlos.
Es un hombre guapo vestido de blanco llevando en su cabello negro una corona hecha de jade con un movimiento de su manga desapareció.
Inesperadamente, llegó hasta donde se encuentran Isabella y el príncipe Malik con su poder hizo ascender la plataforma.
Isabella abrió los ojos al no sentir el agua se alejó del príncipe Malik mirando con atención esos ojos oscuros que han llena de un mar de estrellas completo—¡sus ojos son hermosos!—pensó deseando poder alejarse más.
El príncipe Malik reaccionó volteando a ver a otro lado tratando de evitar la vergüenza del beso.
—¿cómo abrieron el portal?—gritó la voz familiar.
—¡es el que trataba de matarnos!—pensó Isabella mirando abruptamente hacia el lado derecho se encontró con una figura hermosa.
—¡nosotros no hicimos nada! ¿Tampoco sabes de qué portal estás hablando?—habló el príncipe Malik con una sonrisa burlona.
El hombre vestido de blanco avanzo mirando con incredulidad a los dos jóvenes hasta que al sentir que la tierra comenzó a temblar su expresión se volvió en pánico con su poder desató a los dos—¡es su sangre! Ustedes han traído el caos al mundo.
—¿el caos? Señor ¿qué hemos hecho? Nos atrapaste con estas cadenas—habló Isabella con una expresión llena de frialdad.
—no lo hice, cuando rompieron mi conexión activaron la formación de la prisión—gritó deseando poder matar ambos.
El príncipe Malik miro arriba al ver que hay un cristal que refleja el eclipse se sorprendió mirando abruptamente hacía bajo—¡hemos abierto la formación! Por eso está el eclipse.
—¡eclipse!—murmuró Isabella mirando hacia arriba al ver el eclipse solar se sorprendió sin poder creerlo lo que está sucediendo—¿cómo lo abrimos? No hicimos nada—habló mirando al hombre de blanco.
—Sus sangres abrieron la prisión.
—¿prisión?—hablaron Isabella y el príncipe Malik al mismo tiempo.
—hace millones de años dos dioses supremos encerraron el mal en el sol y la luna, solo podrá salir cuando la sangre que lo encerró caiga en la formación su cuerpo se reuniera en el eclipse solar trayendo consigo el final de mundo—habló con seriedad.
Isabella y el príncipe Malik se miraron con Incredulidad.
En ese momento la mente de Isabella comenzó a dolor obteniendo fragmentos de recuerdos en su mente.
—¡sé cómo sellarlo de nuevo!—gritó Isabella sosteniendo las manos del príncipe Malik con determinación.
—¡es imposible! Nadie lo sabe—gritó el hombre vestido blanco agitando sus mangas.
—¡se lo juro! Confíe en mí, no pierde nada con intentar al final si no es posible moriremos todos—dijo Isabella mirando con condescendencia al hombre vestido de blanco.
—¡le daré una oportunidad!
Isabella asintió, volteo a mirar a el príncipe Malik con una expresión determinada para luego usar su poder blanco creando la misma formación en la plataforma hasta que de su mano saco una daga cortando su palma.
El príncipe Malik al ver la sangre gorgotear agarro su muñeca con fuerza—¡estás loca! ¿Quieres morir?
—para restaurar la formación necesitamos usar nuestras sangres—habló Isabella soltando su mano de su agarré.
La expresión grotesca del príncipe Malik volvió a la normalidad mirando la sangre en la palma de Isabella con un movimiento tomo la daga cortando su propia palma—¿qué haremos después?—preguntó con seriedad.
—Cuando nuestra sangre fue drenada abrimos el portal pero para sellarla tenemos que confiar uno del otro eso fortalecerá nuestra sangre uniéndose para crear un lazo poderoso que encerrará lo que está en esa prisión, Príncipe Malik yo confío en ti incluso si me quedo en la oscuridad confío en ti—hablo Isabella sonriendo verdaderamente.
—¡yo también confío en ti!—lo dijo colocando su palma sobre la de Isabella.
Sus sangres se unieron creando una luz dorada que giro en espiral dirigiéndose hacia el cielo, los dos sonrieron mirándose con cariño.
Todos en el mundo presenciaron la luz dorada sagrada que voló directamente al eclipse, el eclipse que expulsaba energía oscura se detuvo haciendo desaparecer el eclipse por completo todo volvió a la normalidad como si nunca hubiera sucedido nada.
—¡lo hicimos!—murmuro Isabella soltando la mano del príncipe Malik.
—¿cómo es posible? Ustedes realmente lo sellaron.
El príncipe malik avanzo con arrogancia mirando al hombre vestido de blanco—¡ya que te hemos ayudado déjanos ir a casa! ¿No es un trato justo? O deseas matarnos de nuevo.
El hombre vestido de blanco suspiro con impaciencia usando su poder rodeo a Isabella y al príncipe Malik.
—Los llevaré a fuera, no regresen de nuevo al lugar sagrado pero recuerden que en usted hay algo que se ha olvidado debe recuperarse antes de que la oscuridad regrese—resonó en la mente de ambos.
—¿que crees que quiso decir con eso?—preguntó Isabella.
—no lo sé.
Los dos fueron teletransportados.
—¡esto no es mi mansión! Estamos de vuelta en el bosque—hablo Isabella volteando a mirar al príncipe Malik.
Antes de que el príncipe Malik pudiera decir algo detrás de ellos una sombra enorme apareció ambos voltearon a ver atrás con incredulidad.
—¡es una pitón! Tiene un nivel superior—murmuró Isabella con sorpresa.
—¡hay que huir!—habló el príncipe malik sosteniendo la mano de Isabella.
El príncipe Malik corrió a gran velocidad sosteniendo la mano de Isabella, la pitón verde rugió corriendo para atraparlos.
La pitón verde escupió veneno tratando de matarlos al instante, ambos esquivaron el ataque quedando lejos del otro.
—su alteza hay que distraerlo, si vamos en diferentes direcciones tal vez se confunda—gritó Isabella.
—si, corre lo más lejos que puedas.
Los dos corrieron en diferentes direcciones esto confundió un poco la gran pitón verde.
Isabella corrió lo más rápido hasta que escucho el sonido de un estruendo al ver a diez hombres de negro se escondió detrás de un árbol.
