No Eres Mi Verdad

No sabía como sería mi final, mi forma de vivir, nadie lo entendería, la humanidad solo me obligaba a encontrar culpables. Los problemas que tenía solamente quería solucionarlo, matando. Me pare frente al espejo, veía mi reflejo tan inocente eh inofensivo, estaba recuperada, me maquillaba para volver al trabajo, intente tapar el moretón que Mía me había dejado con su forma violenta de actuar, recordaba cada golpisa que me dio, pero ya no había forma de buscar remedio a lo que había hecho, quería mutilarla y hacerle pedacitos, era lo único en lo que pensaba, si en estos momentos estaría en frente de ella, no dudaría de tomar su vida, pero este asunto estaba pausado, tarde o temprano me la volvería a cruzar y las cobraría una por una.

Ya sé que mi mente no es normal, estaba enamorada de la oscuridad, y no de sus besos lujuriosos que me daban. Quería sacarlos a todos de mi destino, porque ya empezaban a estorbar, deseaba desecharlos por cualquiera de las puertas que llevaban al infierno, sin tener piedad, para no arruinar más sus vidas. Si eso pasaría nunca sentiría sus ausencias.

Termine de alistarme, cuando escucho el timbre de mi casa, confieso que no tenía ganas herir a nadie, esa mañana, pero él me forzó. Quite el seguro de la puerta, y bruscamente entró Elián.

- ¡Veo que vuelves a ser la misma!..., me alegra ver que vuelves a ser la misma serpiente de siempre que solo tira veneno por donde pasa- Dice irónicamente sin quitarme la mirada.

- Si quieres seguir respirando, cruza esa puerta y vete..., tu mirada furiosa y frustrada no me da miedo, tu lugar no es aquí- dije descontroladamente y lo empujé para que se fuera.

- No tienes que ser tan dura, ¿por qué no te dejas querer un poco?- me tomó muy fuerte de los brazos, para que dejara de empujarlo.

- No puedes aparecer de la nada y querer pintar mi cielo cuando ya esta nublado, hazte un favor y retrocede- alce la voz.

- ¿Qué pasará si no quiero?

- Te vas a hundir en un pozo sin salida y no tendré compasión.

- Correré el riesgo- irónicamente hablo.

No comprendía que solo intentaba salvarlo, me estaba haciendo perder el tiempo, el auto afuera ya me esperaba, de una buena vez tenía que entender que yo era un peligro, que a mi lado, nunca tendría paz. Roce con mis labios su rostro, estaba apetitoso, su agresividad me excitaba, pero tenía que contenerme, distraje su mente y poco a poco tome el cuchillo pequeño que tenía en la mesita, le di un beso en sus labios y a la misma vez, clave el cuchillo en su músculo de la pierna, él gritó y se derrumbó al suelo, sujetándose la herida, volví a dejar el cuchillo en su lugar, tomé mi bolso, antes de irme, tomé su miembro sexual en mis manos y una vez más le besé en los labios, y salí de mi casa, el gritaba del dolor y al mismo tiempo gritaba mi nombre.

- ¡Ariana!... ¡Ven aquí!... Ariana... ¿Dónde vas?...

Me importo su griterío, me subí al auto y me fui directo al aeropuerto, Eduar me esperaba ahí, el vuelo saldría en unos minutos, necesitaba respirar otro aire y despejar mi mente.

- ¡Estás hermosa!...- Eduar hablo a mis oídos, excitándome con su voz.

- No me hables en ese tono, que alteras la temperatura de mi piel, y haces que mi cuerpo liberé secreciones que no podré controlar ni frenar.

Me tomó de la mano y juntos subimos al avión, millones de miradas nos miraban, creían que éramos pareja, porque así nos veíamos, nadie sabía lo que ambos ocultábamos atrás, nadie sabía de las cicatrices que llevaba en el alma, ni tampoco de mis trastornos mentales, ni mucho menos lo que haría con Eduar.

Teníamos un viaje largo, el avión lentamente despego, cuando ya estábamos en el aire, me senté a su lado, hace días que estaba esperando por este momento, quería romperle la ropa y tener sexo salvaje y sin control bajo las nubes blancas, mi único consuelo y escape para olvidar mis fantasmas y mis pesadillas era refugiarme en los orgasmos que mi cuerpo liberaba, sin importar el daño que hacía.

El avión era privado, sin nadie al rededor, ya estaba decidida lo que haría, Eduar me miraba con curiosidad sin saber lo que mi mente planeaba. Me puse entre sus piernas y le baje el cierre de su pantalón, humedecí mis labios con mi saliva para luego con mi lengua acariciar su miembro, quería darle un poco de placer antes de que invada las paredes de mis partes íntimas, con su gran músculo excitado.

Elián seguía en mi casa, en esos momentos me estaba odiando, no entendía por qué le había hecho eso, como pudo se levantó, pero cayó una vez más, vio una mujer que se acercaba a él.

- ¡Oh!..., ¿qué fue lo que le pasó?- preocupada mi secretaria le preguntó eh intento ayudarle.

- ¿Usted que hace aquí?- Elián le respondió con otra pregunta.

- Soy la secretaria de Ariana si no lo recuerda, vine a dejarle unos papeles, ¿estas bien?.- preguntó al ver que su pierna sangraba.

- Me harías el favor de llevarme al hospital más cercano, por favor.

Valeria tenía una copia de llave de mi casa, cerro la puerta y le asiste a Elián para que se ponga de pie, él se apoya en su hombro y salen de mi casa, suben al auto de ella, y se dirigen al hospital.

- ¿Ariana por qué tienes esos cambios de humor?- le pregunta Elián a Valeria.

- ¿Ella, fue quien te lastimó?- responde si dejar de conducir.

-¡No!..., no fue ella, intentaron robarme y no me dejé y me lastimaron- respondió, no quería asustarla, por eso mintió.

- Ariana es una mujer muy dependiente de sí misma, cuando las cosas no le salen bien en la oficina, solo toma un trago y sale a la calle a dar una vuelta, cuando regresa siempre vuelve más serena y con un brillo en los ojos. Su rostro se muestra como si recién hubiese terminado de hacer el amor, es loco, pero se ve siempre así, en ocasiones me pregunto ¿qué hace realmente en esa salida?, me da un poco de miedo preguntarle, porque se cuál será su respuesta.

Elián se tomó una pausa antes de argumentar, una tela de interrogantes se estaba tejiendo en la cabeza de Elián, retrocedió el tiempo atrás, recordó el día que mataron al padre de Eduar, mi figura dibujo en su mente y recordó el vestido que traía puesta, era el mismo que aquel testigo había descrito en la declaración. Estaba muy ansioso por retomar el caso y volver al principio, pero antes debía curarse de la apuñalada que le di.

Eduar ya estaba por explotar de satisfacción, no podía contenerse más, me tomó en sus brazos me llevó al asiento más grande, abrió mis piernas con sus manos y sin compasión me mete su miembro, grité de placer al sentir que estaba dentro de mí, no me dolía nada en ese instante, olvidé mis pesadillas y entre en un trance de donde no quería salir.

Una enfermera le atendió a Elián en guardia, le curo y desinfecto la herida a profundidad, contenía el dolor para no gritar, "Ariana, Ariana... me estás volviendo loco, tu furia te la estas desquitando conmigo, estás completamente loca, cada pieza encaja y estoy seguro de que tu eres la asesina, vas a implorar para que no te meta bajo las rejas y me voy a cobrar lo que estás haciendo conmigo, porque yo seré el único quien podrá salvarte", pensaba así mismo, mientras le ponían una vacuna para evitar alguna infección.