La vida nunca es lo que parece, vivimos en un mundo de apariencias, donde lo único que importa es el que dirán, viví por mucho tiempo de las apariencias, hasta que tuve que enfrentarme a la cruda realidad, en ese momento entendí que una debe vivir para ser feliz y no para ser feliz a los demás y mucho menos a un hombre, esta es mi historia y espero que no me juzgues por lo que hice.
NovelToon tiene autorización de Crisbella para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo XIV Tiene una hija!
Alicia entró a la habitación de Isabel, ella llevaba el desayuno de la niña.
— Veo que ya se despertó la pequeña traviesa. — comento Alicia con una sonrisa.
— Hola Alicia, pero yo no soy traviesa, solamente soy una niña. — respondió Isabel seriamente.
— Como digas, mi niña, Catalina dejaste tu teléfono en la sala y no ha parado de sonar. — dijo Alicia con una mirada pícara.
Catalina no alcanzó a responder cuando el timbre de la puerta principal empezó a sonar, ellas se miraron a los ojos y Catalina le pidió a Alicia que se quedará con Isabel mientras ella iba a ver quién llamaba tan temprano a la puerta, Catalina abrió la puerta aún en ropa de dormir, el conjunto que le había pasado Alicia la noche anterior era bastante revelador, el shorts estaba muy corto y la parte de arriba aunque era ancha y caía en cascada no dejaba mucho a la imaginación.
Enzo al ver a Catalina vestida así se tensó mucho, él había ido personalmente a hablar con ella al ver que Catalina realmente cumplió su promesa de no volver a la empresa.
— Señor March, que hace aquí?. — pregunto Catalina sorprendida.
— Vine para que me dijera quién autorizo su renuncia. — contesto Enzo con voz ronca.
Catalina lo miro extrañada, este hombre estaba loco o qué, cuando estaba por responder Alicia bajo las escaleras corriendo llevando con ella una bata para que Catalina se cubriera, pues Catalina no se percató de cómo iba vestida.
— Buenos días, señor, Cata ten ponte esto. — dijo Alicia mirando a Catalina y a Enzo.
Catalina vio su atuendo y sin darle mucha importancia agarró la bata y se la puso.
— Gracias Alicia. — dijo Catalina despreocupada.
Alicia volvió a la habitación de Isabel dejando a la pareja sola.
— Quién es ella?. — pregunto Enzo con curiosidad.
— No es su problema, ahora diga que quiere que estoy muy ocupada. — contesto de mala manera Catalina.
— Si lo imagino!. — respondió Enzo viéndola aún en ropa de dormir.
— Y bien si no tiene nada que decir le voy a pedir que se retire, no quiero arruinar mi día. — contesto Catalina con despotismo.
— Regresa a la oficina. — soltó Enzo sin anestesia.
— Ja, ja, ja no me haga reír, acaso piensa que quiero seguir aguantando sus groserías y malas contestas. — contesto Catalina con sarcasmo.
— No le voy a rogar que vuelva solo quise ser amable con usted, pero veo que sigue igual de terca que siempre. — regaño Enzo perdiendo la paciencia.
— Nadie le pidió que viniera, mejor vuelva a su burbuja donde seguramente hay muchas que quieren aguantar su patanería. — agrego Catalina con frialdad.
Enzo sonrió al escuchar las palabras de Catalina, él sintió que ella solamente estaba celosa, cosa que le agradó, pues él pensó que se había ganado ya a esta problemática mujer.
— No necesito que nadie más aguante mis patanerías, solo necesito que tú las aguantes. — respondió Enzo seductoramente.
— Es increíble, ahora quiere seducirme, mire mejor ahorre su tiempo, conmigo esos juegos no funcionan. — dijo tajantemente Catalina borrando la sonrisa de Enzo.
— Eres intolerante, no sé ni por qué me molesté en querer venir a buscarte. — respondió Enzo perdiendo la paciencia.
— Nadie le ha pedido nada, ahora mejor salga de mi casa que aquí no es bienvenido. — continuo, Catalina con sarcasmo.
Enzo decidió no seguir discutiendo con ella así que mejor prefirió retirarse, cuando Alicia bajo las escaleras corriendo llamando a Catalina.
— Qué pasó Alicia, por qué vienes así? — pregunto Catalina asustada.
— Debemos llevar a Isabel al hospital, después de desayunar empezó a vomitar, y ahora dice que le duele la cabeza. — explico Alicia preocupada.
Catalina y Alicia corrieron escaleras arriba para ver a Isabel, Enzo las siguió por si necesitaban ayudan, cuando entró a aquella habitación se dio cuenta de que se trataba de la habitación se una niña la cual estaba en el regazo de Catalina y está le decía "mami me duele mucho". Enzo estaba sorprendido por las palabras de aquella niña, pero no había tiempo de pensar.
— Hay que llevar a la niña al hospital, Catalina cambiaste de ropa y tú, limpia a la niña. — dijo Enzo señalando a Alicia.
Catalina no lo pensó y busco algo de ropa mientras que Alicia se encargaba de Isabel, no tardaron más de un minuto cuando los cuatro se dirigieron a la mejor clínica de la ciudad, Enzo conducía su auto a toda velocidad, mientras que Catalina iba en la parte de atrás con Isabel y Alicia.
— Tranquila mi amor ya casi llegamos al hospital, pronto te sentirás mejor. — le decía Catalina dulcemente a su pequeña niña.
— Mami me duele mucho!. — decía Isabel llorando.
Llegaron a la clínica donde un equipo médico los estaba esperando, mientras Catalina y Alicia se preparaban para salir, Enzo había llamado a la clínica avisando que iría con una pequeña con un fuerte dolor de cabeza.
Los enfermeros subieron a Isabel a la camilla y la llevaron a realizarle algunos exámenes junto con los doctores, Catalina y Enzo permanecieron en todo momento junto a la niña, mientras que Alicia le decía a otros médicos lo ocurrido el día anterior.
— Señora March Isabel presento una conmoción cerebral severa, el día de ayer al caer no solo su mano recibió el golpe su cabeza también lo recibió, fue negligencia del hospital donde la llevaron no hacerle el chequeo pertinente, la buena noticia es que como estuvo consciente todo el tiempo no hay graves consecuencias, la dejaremos en observación hasta que estemos seguros de que no hay ningún peligro. — explico el doctor.
— Puedo ir a ver a mi hija?. — pregunto Catalina más calmada.
— La están preparando para pasarla a una habitación, apenas esté lista les avisarán para que puedan ir a verla. — dijo el doctor retirándose y dejando a Catalina sola con Enzo.
Cuando se vio sola su reacción fue empezar a llorar, Enzo la abrazo para que ella pudiera llorar todo lo que quisiera, aunque aún no podía creer que Catalina tuviera una hija, él estaba más conmocionado por la manera en la que Catalina había bajado la guardia, ella no era esa mujer sin sentimientos que siempre trataba de mostrar.