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La Amante Del CEO

La Amante Del CEO

Status: Terminada
Genre:Completas / Malentendidos / Traiciones y engaños / Amor-odio
Popularitas:10.6k
Nilai: 5
nombre de autor: Gabrielcandelario

Sol Park es una mujer joven y sencilla que acaba de terminar sus estudios universitarios. Mientras busca un trabajo, consigue una entrevista en una empresa importante, donde conoce a Chen Li, el enigmático y apuesto CEO de la compañía. A pesar de sus diferencias de clase y posición social, surge una innegable atracción entre Sol y Chen. A medida que pasan más tiempo juntos, su relación se vuelve cada vez más íntima, convirtiéndose en una apasionada aventura entre la empleada y su poderoso jefe. Sin embargo, mantener esta relación en secreto no será tarea fácil. Tendrán que lidiar con los desafíos que impone la gran diferencia de poder, los rumores y las expectativas sociales. A medida que su romance florece, Sol y Chen deberán tomar decisiones difíciles sobre el futuro de su turbulenta pero intensa relación.

NovelToon tiene autorización de Gabrielcandelario para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 9

Después de la sorprendente cena que Chen había organizado para celebrar nuestro futuro juntos, regresamos a mi apartamento llenos de emoción y expectativa.

En cuanto cruzamos la puerta, Chen me atrajo hacia él y me besó con una pasión desbordante.

- Te amo, Sol - murmuró sobre mis labios - Y no veo la hora de que demos el siguiente paso en nuestra relación.

Lo miré con expectación, sintiendo que el corazón me latía con fuerza.

- ¿Qué quieres decir, Chen? - pregunté, acariciando su rostro con ternura.

Él me sonrió con una mirada llena de esperanza.

- ¿Qué te parece si nos casamos, mi amor? - propuso, tomando mis manos entre las suyas - Quiero pasar el resto de mi vida a tu lado, ser tu compañero para siempre.

Abrí los ojos, sorprendida por su inesperada pregunta. Había soñado tantas veces con este momento, pero nunca imaginé que llegaría tan pronto.

- ¿De verdad? - susurré, con la voz temblorosa por la emoción - ¿Quieres casarte conmigo?

Chen asintió, sus ojos brillando con una mezcla de amor y determinación.

- Sí, mi vida - respondió, acariciando mi mejilla - Quiero que seas mi esposa, que formemos una familia juntos y que nada ni nadie pueda separarnos.

Las lágrimas de felicidad comenzaron a rodar por mis mejillas mientras asentía con fervor.

- ¡Sí, Chen! - exclamé, lanzándome a sus brazos - ¡Claro que quiero casarme contigo!

Chen me apretó con fuerza, riendo y llenando mi rostro de besos.

- ¡Oh, mi amor! - exclamó, con la voz cargada de emoción - Estoy tan feliz, tan agradecido de tenerte en mi vida.

Nos besamos con una pasión desbordante, abrazados como si nada más importara en el mundo. En ese momento, solo existíamos él y yo, unidos por un amor que parecía desafiar todas las adversidades.

Cuando finalmente nos separamos, Chen me miró con una sonrisa radiante.

- Tengo que confesarte algo - dijo, acariciando suavemente mi rostro - Llevo planeando esto desde hace semanas. Quería que fuera una sorpresa para ti.

Lo miré con ternura, sintiendo que mi corazón iba a estallar de felicidad.

- Oh, Chen - suspiré, besando suavemente sus labios - No puedo creer que hayas estado tramando todo esto a mis espaldas.

Él rio, abrazándome con fuerza.

- Quería que este momento fuera perfecto para ti, mi vida - explicó, con una mirada cálida - Después de todo lo que hemos pasado, te mereces lo mejor.

Apoyé mi cabeza en su pecho, dejando que su calor y su aroma me envolvieran.

- Contigo a mi lado, todo es perfecto - murmuré, sintiendo que la dicha me inundaba - No puedo esperar a ser tu esposa.

Chen depositó un beso en mi cabeza, estrechándome con ternura.

- Y yo no puedo esperar a que seas mi esposa - respondió, con una voz llena de emoción - Juntos, nada podrá detenernos.

Permanecimos así, abrazados y disfrutando de la tranquilidad y la intimidad del momento, hasta que finalmente nos retiramos a la habitación.

Esa noche hicimos el amor con una pasión y una entrega como nunca antes. Nuestros cuerpos se movían en perfecta sintonía, como si fueran uno solo, mientras nuestras almas se fusionaban en un vínculo inquebrantable.

Cuando finalmente nos rendimos al agotamiento, Chen me atrajo hacia él, envolviéndome con sus fuertes brazos.

- Te amo, Sol - susurró, besando tiernamente mi frente - Y no puedo esperar a que seas mi esposa.

Sonreí, sintiendo que la felicidad me embargaba por completo.

- Y yo no puedo esperar a ser tu esposa, Chen - respondí, acariciando suavemente su rostro - Juntos, vamos a construir un futuro maravilloso.

Nos quedamos así, abrazados y disfrutando de la calidez del otro, hasta que finalmente nos dejamos llevar por el sueño.

A la mañana siguiente, desperté con una sonrisa en los labios. Giré la cabeza y contemplé el rostro apacible de Chen, quien aún dormía profundamente. Verlo tan sereno y vulnerable me llenaba de una ternura infinita.

Con cuidado, me levanté de la cama y me dirigí a la cocina para preparar el desayuno. Quería sorprenderlo con algo especial, ahora que éramos prometidos.

Mientras cocinaba, mi mente no dejaba de darle vueltas a todo lo que había sucedido. Apenas unas semanas atrás, mi vida había sido un torbellino de incertidumbre y miedo. Ahora, en cambio, me sentía más segura y confiada que nunca.

Jang ya no era una amenaza, y Chen y yo podíamos mirar hacia el futuro sin tener que escondernos más. Nuestra unión, que antes había parecido un sueño inalcanzable, se había convertido en una realidad tangible.

Mientras servía el desayuno en una bandeja, no pude evitar que una sonrisa radiante se dibujara en mi rostro. Estaba a punto de casarme con el hombre que amaba, y nada ni nadie podía arrebatarnos la felicidad que habíamos conquistado.

Regresé a la habitación y encontré a Chen despierto, contemplándome con una mirada llena de ternura.

- Buenos días, mi amor - lo saludé, acercándome a la cama para dejar la bandeja sobre la mesita de noche.

Chen me atrajo hacia él, besándome con delicadeza.

- Buenos días, mi vida - respondió, sus ojos brillando de emoción - ¿Qué es todo esto?

Señalé la bandeja con una sonrisa.

- Quería prepararte un desayuno especial - expliqué, acomodándome a su lado - Ahora que somos prometidos, quiero mimarte un poco.

Chen me envolvió entre sus brazos, depositando suaves besos en mi rostro.

- Eres tan maravillosa, Sol - susurró, con una voz cargada de emoción - No sé qué hice para merecerte.

Lo besé con ternura, sintiéndome la mujer más afortunada del mundo.

- Tú me has dado todo, Chen - respondí, acariciando suavemente su mejilla - Tu amor, tu confianza... Y ahora, tu propuesta de matrimonio.

Él me sonrió, sus ojos brillando con una mezcla de alegría y determinación.

- Y espero poder darte mucho más, mi amor - dijo, entrelazando nuestras manos - Juntos, vamos a construir un futuro lleno de amor y felicidad.

Asentí, sintiéndome más segura que nunca.

- Así será, Chen - afirmé, con total convicción - Nada ni nadie podrá interponerse en nuestro camino.

Chen me besó con ternura, acariciando suavemente mi rostro.

- Eso es lo que más deseo, mi amor - susurró sobre mis labios - Que nada ni nadie nos separe jamás.

Correspondí a su beso, sintiéndome más plena y feliz que nunca. En ese momento, todo a mi alrededor parecía brillar con una luz nueva, llena de esperanza y promesas.

Desayunamos juntos, hablando sobre nuestros planes para la boda y compartiendo nuestras ilusiones y sueños para el futuro. Cada vez que Chen me miraba con esa expresión de adoración y devoción, mi corazón se llenaba de una dicha infinita.

Después del desayuno, decidimos salir a dar un paseo por la ciudad. Tomados de la mano, caminamos por las calles, disfrutando de la suave brisa y de la compañía del otro.

- ¿En qué estás pensando, mi vida? - preguntó Chen, en un momento dado, al notar mi expresión pensativa.

Lo miré con una sonrisa.

- En lo afortunada que soy - respondí, apretando suavemente su mano - Hace unos meses, nunca habría imaginado que estaríamos aquí, planeando nuestra boda.

Chen me devolvió la sonrisa, deteniéndose para atraerme hacia él.

- Y yo soy el hombre más afortunado del mundo por tenerte a mi lado - susurró, besando suavemente mi frente - Tú has llenado mi vida de una felicidad que jamás creí posible.

Nos fundimos en un cálido abrazo, disfrutando de la intimidad y la ternura del momento. Nada más importaba, solo nosotros y el amor que nos unía.

Cuando finalmente regresamos a mi apartamento, me sorprendí al encontrar un enorme ramo de rosas rojas sobre la mesa.

- ¿Y esto? - pregunté, mirando a Chen con curiosidad.

Él me sonrió, acercándose para besarme.

- Es un pequeño regalo para mi futura esposa - respondió, con un brillo de emoción en la mirada.

Tomé el ramo entre mis manos, embriagada por su delicioso perfume.

- Oh, Chen, son preciosas - suspiré, sintiendo que el corazón me latía con fuerza - Muchas gracias, mi amor.

Chen me atrajo hacia él, besándome con ternura.

- Tú te mereces lo mejor, Sol - murmuró sobre mis labios - Y pienso asegurarme de que tengas todo lo que desees.

Lo abracé con fuerza, sintiendo que la dicha me inundaba por completo.

- Lo único que deseo eres tú, Chen - susurré - Tú y nuestro futuro juntos.

Permanecimos abrazados, disfrutando de la quietud y la calidez del momento. Nada más parecía importar, solo nosotros y el amor que nos unía.

Los días siguientes fueron un torbellino de preparativos para la boda. Chen y yo nos sumergimos de lleno en la organización, decididos a que nuestra unión fuera la celebración más hermosa y memorable.

Visitamos varias iglesias y salones de fiesta, buscando el lugar perfecto para nuestra ceremonia y la recepción. Finalmente, nos decidimos por una hermosa capilla y un elegante salón de eventos con una vista panorámica de la ciudad.

También nos centramos en elegir los detalles, como el vestido, los anillos, la decoración y la música. Chen insistió en que todo fuera de la más alta calidad, sin escatimar en gastos.

- Nada es demasiado para mi futura esposa - me decía, besando suavemente mi mano.

Yo lo miraba con adoración, sintiéndome la mujer más afortunada del mundo. Después de todo lo que habíamos pasado, poder planear nuestra boda con tanta ilusión era un sueño hecho realidad.

A medida que los días pasaban, la emoción y la expectativa iban creciendo cada vez más. Finalmente, llegó el día tan esperado.

Me miré al espejo, contemplando mi vestido de novia. Era un diseño sencillo pero elegante, con hermosos detalles de encaje y cuentas que brillaban bajo la tenue luz de la capilla. Me sentía como una princesa.

Cuando Chen me vio entrar, su expresión de asombro y adoración me hizo sentir la mujer más hermosa del mundo.

- Sol... Estás preciosa - susurró, acercándose a mí con reverencia.

Le dediqué una sonrisa radiante, sintiendo que las mariposas revoloteaban en mi estómago.

- Tú también estás muy guapo, mi amor - respondí, acariciando suavemente su rostro.

Nuestras miradas se encontraron, y en ese momento todo a nuestro alrededor pareció desvanecerse. Solo existíamos él y yo, a punto de unir nuestras vidas para siempre.

La ceremonia transcurrió entre lágrimas de emoción y juramentos de amor eterno. Cuando finalmente intercambiamos los anillos, sentí que mi corazón iba a estallar de felicidad.

- Te amo, Chen - murmuré, sin poder contener las lágrimas.

Él me sonrió, besando suavemente mis labios.

- Y yo te amo a ti, mi vida - respondió, con la voz cargada de emoción - Eres la mujer de mi vida.

Nos fundimos en un abrazo mientras la capilla estallaba en aplausos y felicitaciones. Nada más importaba, solo el hecho de que finalmente éramos marido y mujer.

La recepción en el elegante salón de eventos fue una verdadera fiesta llena de alegría y celebración. Familiares y amigos nos rodearon, deseándonos todo lo mejor y expresando su felicidad por nuestra unión.

Chen y yo disfrutamos de nuestro primer baile como esposos, perdiéndonos en la música y en la calidez de nuestros cuerpos entrelazados.

- Estoy tan feliz, mi amor - susurré, recostando mi cabeza en su pecho.

Él me estrechó con ternura, besando suavemente mi cabello.

- Y yo, mi vida - respondió, su voz cargada de emoción - Eres lo mejor que me ha pasado.

Cuando finalmente nos retiramos a nuestro hotel, me sentía como si estuviera viviendo en un sueño. La dicha que me embargaba era indescriptible.

Ya en la habitación, Chen me atrajo hacia él y me besó con una pasión desbordante.

- Eres mi esposa - murmuró sobre mis labios, sus ojos brillando de emoción - Mi compañera para siempre.

Correspondí a su beso, sintiendo que mi cuerpo ardía de deseo.

- Y tú eres mi esposo - susurré, acariciando suavemente su rostro - El hombre al que amo con todo mi corazón.

Nos amamos con una entrega y una intensidad que parecían desbordar todos los límites. Nuestros cuerpos se movían en perfecta sincronía, como si fueran uno solo.

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Coca Mosser Otárola
no me gustó el giro que dió la historis
Gabriel: Mmm 😿 como lo siento 😢.
total 1 replies
Coca Mosser Otárola
El giro que tomó la historia no ne gustó, no se si seguiré leyéndola es muy escabrosa y rebuscada. Perdóname pero esta vez cambiaste demasiado la trama de la historia
Coca Mosser Otárola
Hay que nervios, ya no tengo uñas 💅 y me dará un infarto con tanto suspenso, por favor más capítulos 🙏🙏🙏🙏
Elizabeth Sánchez Herrera
más ➕ capítulos
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