Viktor Drago, un abogado de la mafia italiana de 38 años, ha dedicado su vida a mantener el control y el poder en su organización, así como a proteger a su apellido. Su visión del amor está limitada a la lealtad que debería tener y el vacío familiar, una vida llena de dolor y sin amor. Todo cambia cuando la conoce.
Liora, una colombiana de 20 años que busca un nuevo comienzo lejos de un pasado lleno de dolor, encuentra refugio y apoyo en Viktor. A pesar del miedo a involucrarse a un mundo nuevo, Liora se siente irresistiblemente atraída por Viktor, quien representa todo lo que siempre ha soñado.
¿Podrá su amor superar las pruebas y tribulaciones del mundo peligroso en el que viven? ¿O sucumbirán a las presiones y se rendirán?
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Parte 10
Viktor
No sabía por qué que tocaran a esa mujer o imaginar que le hacían daño, me volvía loco.
Había mandado la advertencia desde la policía que no tenía dudas que era bastante corrupt*a, la pregunta era: ¿dónde no lo era? Cada país tiene su propia corrupción, cada uno lucha a su modo de salir adelante.
Yo simplemente me iba a aprovechar de todo esto, para darles a entender que no importa quién fuera, yo iba a ganar en la batalla legal, que si me jodían no iba a poder discutir conmigo,
Liora estaba haciendo algo conmigo, estaba jodiendo cada día más mi cabeza, mucho más de lo que ya estaba. Había tenido mujeres por montones, había conseguido a quien quisiera, pero ella, ella era la que yo quería a mi lado y no podía porque sería la mujer de mi hermano.
Mi hermano es una persona que tiene una gran empatía, pero no la suficiente para darle todo a una mujer, a menos que la quieras para algo más. No podía robarle la mujer a él, aunque él había tenido todo, amor de mis padres, había podido elegir que hacer con su vida, había podido viajar por el mundo sin miedo a que le quitarán el dinero. Había tenido los mejores puntajes en la universidad, el menor de los Drago, el niño que pudo zafarse del cruel destino.
—¿Estás bien? —La voz de Liora me trae nuevamente a la realidad, había manejado en modo automático hasta el hotel para recoger las cosas.
Me miraba preocupada, mientras me tocaba el brazo donde estaba el cambio, la miro. ¡Maldita sea! ¿Por qué no podía olvidar todo y besarla? Dimitri había tenido todo, ¿por qué yo no me podía quedar con ella?
Iba a cometer el impulso más grande de mi vida, pero cuando agarré valentía para acercarme a besarla, sentí que alguien tocaba la ventanilla; hablando del rey de Roma, mi hermano estaba con mostrando una gran sonrisa, ignorando el hecho que casi beso a la futura mujer de él.
—¿por qué tardaron tanto? —Miro a Liora para ver si ella quiere hablar, pero evita mi mirada.
—Cuando fue por el pasaporte, se encontró a su mamá y digamos que no le agrado mucho que ella siguiera tan bien.
—Mierda, pero no te preocupes, nos iremos del país, no nos tendremos que preocupar por eso.
Sonrió burlón, bueno, cuando nos fuéramos las personas que había encargado harían que Liora Díaz desapareciera, nadie quien supiera su nombre le iban a creer. Simplemente, sería Liora, una Liora que si era posiblemente se volvería Drago.
La miro una última vez, ojalá fuera Drago por ser mía.
No nos tardamos mucho en subirnos a un taxi luego de dejar el carro que había alquilado estas semanas. Estaba satisfecho con venir a Colombia, era lindo y de alguna forma, por primera vez me había gustado ver algo más que un montón de casos. Normalmente, venir a Colombia era por trabajo, por algunas personas, socios de mis empleadores de Italia o Rusia, pero ahora había sido por mi hermano.
Mis padres estarían feliz de ver a su dulce hijo menor, sobre todo porque llevaba la sorpresa de que por fin tendría su dulce nieto en un futuro. Sí, solo pensar en que podrían tener hijo y lo que harían el proceso, me iba a volver loco.
Me quedaría unos dos o tres días y luego me iría como si nada, olvidando todo eso.
Subimos al avión, y aunque yo trataba de concentrarme en los procedimientos normales del vuelo, no podía evitar observar a Liora. Estaba inquieta, con los ojos llenos de una mezcla de emoción y nerviosismo. Dimitri, siempre atento, trataba de calmarla con palabras suaves y sonrisas tranquilizadoras. No pude evitar sentir una punzada de celos al ver la conexión que estaba desarrollando con mi hermano. A pesar de todo, traté de mantener la compostura.
Una vez que despegamos, Liora se relajó un poco. Se dejó caer en su asiento y miró por la ventana, maravillada por la vista desde las alturas. Dimitri le explicó algunos detalles sobre el vuelo y las ciudades que sobrevolaríamos, mientras yo, por mi parte, me sumergía en un montón de documentos de trabajo, tratando de distraer mi mente de la turbulencia emocional que sentía.
Podía sentir la mirada de alguien, pero dudoso no quería ver quién era. Sin embargo, cuando la curiosidad me gano, levante la mirada y me encontré con los ojos marrones de Liora, mirándome fijamente, cuando notó que ambos nos cruzamos se sonrojó fuertemente y esquivo la mirada.
Mi hermano se levantó y se fue para el asiento a mi lado.
—Trabajas demasiado —Me dice él un poco aburrido al ver que sigo leyendo documentos.
—Lo sé, pero es lo que necesita para tener éxito.
—Si tú lo dices —Se ríe mientras bosteza, se queda demasiado tiempo a mi lado, dejo los documentos a un lado y lo miro —¿qué?
—¿no deberías estar con tu mujer? —Trato no sonar con rabia, aunque si la tenía, si por mí fuera estaría con ella todo el tiempo.
—¿mi mujer? —Mi hermano frunce el ceño en exceso, sus ojos azules me miran totalmente confundidos.
—Sí, madre, cree que será tu pareja, la nuera que dará a luz a sus nietos.
—Nada que ver, yo le dije que no la veo como mujer, no siento anda de atracción por ella —Me confundo aún más con lo que me dice.
—¿Entonces por qué hiciste todo esto por ella?
—Al principio lo hice porque sentí algo de cercanía por ella, luego descubrí que era porque me recordaba a alguien —Me mira de una forma muy extraña, pero continúa su charla. —Vi que se llevaban demasiado bien, entonces decidí tratarla como una hermana, no como mujer.
—¿Qué quieres decir? —Él se ríe.
—Eres demasiado inteligente, incluso hubieras sido mejor doctor que yo —Se levanta de su asiento cuando anuncian que dentro de poco vamos a aterrizar —Sin embargo, te falta demasiado para las relaciones interpersonales, pero eso ya lo hablé con mis padres.
¿Qué acaba de decir? Dios, odiaba cuando mi hermano menor quería enseñarme algo, tenía razón que era mucho mejor que yo en cuanto a cosas sentimentales, pero esto me estaba dejando fuera de base.
—Señor Drago, por favor los cinturones —Me avisa la azafata, hago lo que ella me ordena, mientras mi mente anda en todas partes, menos donde debe.
Es entretenida