Élite. Amor, Pasión Y Determinación.

Toc, toc, tocan la puerta, el coronel da el pase y la capitana Giordani entra y saluda con respeto, allí se encuentra El Mayor Ferreti, el Teniente Coronel Decker y El Coronel Harrington.

—Buenos días, Mayor… Teniente coronel, Coronel. —Le responde y se acerca a ellos.

—Capitana Giordani ya tiene todo listo para su viaje de hoy. —pregunta el mayor Ferreti.

—Sí, Mayor, todo está listo. —Responde mirándolo.

—Capitana Giordani no quiero errores, usted se hará pasar por la esposa de Teniente coronel Decker y se mezclará para conseguir el dispositivo y cambiarlo. —Explica el Mayor.

—Entendido Mayor.

—Nos hospedaremos en la suite matrimonial para no levantar sospechas y nos retiraremos cuatro días después como está hecha la reservación.

—Entendido Teniente Coronel.

—Quiero un trabajo limpio, no admito errores de acuerdo. —Habla Harrington mirando a Tomás, la vena en el cuello de Andrew palpita, se nota que está muy molesto.

—Entendido, Coronel. —Dicen a una sola voz. Tomás tiene una pequeña sonrisa en su rostro, este viaje es la excusa perfecta para hablar con Gia.

En la tarde ambos se están preparando para salir, llegarán directamente al evento del hotel, en este hay una convención de artefactos con tecnología militar vendida en el mercado negro, pero están camuflados con una fiesta anual de recaudación de fondos que siempre hace el hotel en cuestión.

Su misión es llegar e ir a la fiesta como cada huésped del hotel y disfrutar de las dinámicas de la fiesta, pero Gia y tomas deberán dar con el dispositivo y cambiarlo por otro igual según el informante estará en una de las exposiciones de la subasta más está solo es para gente con expresa invitación, delincuentes y gente del bajo mundo por supuesto o al menos sus representantes.

Gis se coloca un vestido rojo muy elegante, es de manga larga, escote en V y largo con una abertura en una pierna, se ve exquisita como siempre, Tomás por supuesto va con un traje color negro muy elegante, se ve guapo como siempre.

El Coronel todo el día ha tenido un humor de perros, cuando Gia está por irse del cuartel ve entrar a una mujer muy hermosa alta de ojos verdes y piel bronceada, tiene muy buen cuerpo y unos labios gruesos toda una modelo de revista, llega con altivez preguntando por Andrew la mirada de Gia la sigue hasta que desaparece en su oficina.

—Dios mío, ya se enteraron las amiguitas del coronel que está soltero. —Susurra su compañera de dormitorio.

—Ah, sí.

—Sí, esa es Melani Williams, una de las amiguitas especiales del coronel después que se conoció su compromiso no se le vio con él… Aunque lo hacían fuera de foco claro. —Continúa la mujer.

Gia está algo molesta y no sabe por qué solo vino a visitarlo… ¿Cierto?

Mientras Gia trata de convencerse a sí misma que esa mujer no es nada, el coronel pasa frente a ella y a Tomás que acaba de llegar del brazo de la rubia.

Tomás sonríe y Gia se pone en modo neutro sin demostrar que le afecta.

—Bueno, capitana, es hora de irnos. —Dice Tomás y ambos salen hacia el jet privado.

Ambos suben al avión y Tomás no pierde el tiempo para tratar de hablar con ella, pero la hice lo evade y se coloca unos audífonos, Tomás se calma porque tendrás varias noches para ellos solos en una habitación de hotel con decoraciones muy románticas.

En todo el viaje, Gia solo piensa en que es una estúpida confiada y que debe concentrarse en la pita misión.

Dos horas después llegan a París, Francia, el hotel a donde van es muy lujoso y tiene de vista a la torre Eiffel.

Ambos llegan tomados de la mano, Tomás aprovecha y se la besa, al llegar a recepción busca su llave a nombre de los señores Fischer.

—Bienvenidos, su equipaje será llevado a su suite y ustedes serán acompañados por la señorita al salón de eventos, disfruten su luna de miel. —Gia sonríe y ambos caminan hasta el salón, Gia le molesta el solo pensar que tendrá que dormir con Tomás y solo espera que haya un sofá en la suite.

Tomás la aprieta por la cintura y se acerca a su cuello de vez en cuando, aunque no tiene certeza, piensa que ella y Andrew tienen algo y supone que al verlo con esa mujer pueda que esté vulnerable para él.

El hombre la saca a bailar, hay muchas personas y Gia ya preciso lo que necesitaba, tomas se vuelve acercar a su cuello mientras bailan y deja un suave beso allí

—No abuses Tomás, no me hagas que te golpee. —Dice Gia mientras sonríe.

—Solo estoy detallando a mi esposa, si tan solo no me hubiese dejado llevar por mentiras, estaríamos casados prin…

—Llámame así y la misión se va a la mierda porque te voy a golpear delante de todos. —Dice esta vez más sería.

—Jamás me vas a perdonar.

—No tiene sentido hablar de esto, estamos es una misión sé profesional. — dice mientras sigue el baile.

—No hay día que no me arrepienta de haberte herido… Quiero que nos demos una oportunidad.

—Te casarías con una egoísta, hueca y sin futuro como yo, una Barbie sin cerebro. — Escupe con odio

—Bebe perdóname fue un imbécil…

—Dime algo que no sepa… Tomás ya localicé el objetivo, necesito distracción. —Dice y se aleja de él hacia el baño, tomas camina hasta donde están las joyas y se acerca poniendo mucho interés, llama la atención de varios hombres y comienza una charla, un mesero se acerca y él hace que se tropiece y esa es la oportunidad de Gia entra a dónde están las piezas de la subasta usando su pequeño dispositivo y logra entrar al sistema que abre la puerta.

La joven entra e intercambia el dispositivo, todo es muy rápido, esta mujer es así, la chica sale y se mezcla con los demás, ella ha dejado todo en orden y pueda que vendan el artefacto, hoy nadie se dé cuenta de que está cambiado.

La joven se acerca a su esposo falso y ambos siguen en la fiesta, bailan comen y la subasta termina, por suerte el artefacto es comprado y llevado, cuando es así el paquete se abre al llegar a su destino y como es algo oculto no pueden ponerse a revisar ellos ante los ojos de todos están comprando simples decoraciones.

Falta poco para irse con Tomás a la habitación y la rubia se percata de un movimiento extraño, hombres haciéndose Señas cuando quiere acercarse y averiguar más, pero no le da tiempo, varios hombres encapuchados con armas y rifles entran y comienzan a disparar a las lámparas dejando el salón oscuro

Se oyen más disparos, y Gia trata de sacar su arma, pero le ponen un pañuelo en la cara y se la llevan junto a tres mujeres más, los hombres suben a sus autos y se van.

Las luces de emergencia se encienden y Tomás está golpeado y desarmado, corre a ver si logra ver los autos y no logra nada, se han ido.

—¡Maldición!—Se frustra, empieza a hacer llamadas, pero no tiene ninguna pista.