Una Noche Entre Tus Brazos

Abordo el avión sin mayor contratiempo, serán alrededor de doce horas de viaje y la ciudad de destino es Moscú.

Una sobrecargo dice las palabras de bienvenida e instrucciones de seguridad antes de despegar, seguido se escucha la voz del piloto y, por último emprende el vuelo.

Trato de relajar mi cuerpo e intento dormir, una azafata se acerca y nos pregunta al hombre que está sentado a mi lado y a mí si necesitamos algo, ambos negamos y ella con una amable sonrisa se retira.

— Largo viaje. — Comenta el hombre, es alto podría decir que su estatura es entre 1.85 y 1.90 Cabello negro ojos marrones, piel blanca, es muy guapo.

— Sí lo es. — Respondo para no parecer grosera.

— ¿De vacaciones? — Pregunta.

— Negocios ¿y tú?

— Visitaré a mi hermano es de nacionalidad Rusa.

— Ya veo.

— Mucho gusto mi nombre es Erickson Wolf. — trata de ponerse de lado para tender su mano derecha. Dudo un momento pero la recibo.

— Anna Brown. Es un placer.

— Créeme el placer es mío, Anna.

— Que extraño, tu nombre no parece Ruso.

— De hecho no lo es, es una larga historia, mis padres biológicos murieron cuando tenía tan solo dos años y mis padres adoptivos, eran sus mejores amigos, así que se hicieron cargo de mí, y aunque me consideran como un hijo, no quisieron cambiar mi apellido, ya que sentían que sería borrar en cierta forma la memoria de mis padres, por otra parte, el único ruso de mi familia es mi hermano, esa es otra historia.

— Lo lamento, no debí preguntar.

— No te preocupes, no tengo recuerdos de ellos, únicamente fotografías, aunque me hubiese encantado conocerlos, jamás he sentido el vacío de no tener una familia. — No pude evitar pensar que yo, aunque me críe junto a mis padres biológicos, sí conozco ese vacío. — ¿Sucede algo? Te has quedado muy pensativa.

— No, solamente me dispersé un poco.

— Entonces cuéntame de ti.

— No hay mucho que contar. Estudio literatura inglesa, y tengo una empresa en compañía de mi mejor amiga, de hecho, ya te comenté que vengo en plan de negocios. — Evidentemente, me ahorré todo tipo de comentario acerca de mi vida privada.

Hablamos durante varias horas acerca de cualquier trivialidad, luego decidí dormir y así transcurrió el vuelo.

Hemos llegado, nos despedimos e intercambiamos números.

Al salir del aeropuerto eran las once de la mañana, hora local, ya que la diferencia horaria es de 7 horas. Una limusina enviada por Konstantin Ivanov, con quien espero poder hacer negocios, me espera.

— Buenos días, señorita Brown, mi nombre es Dimitry — El conductor hablaba perfecto inglés, aunque con un asentó ruso muy marcado. Por lo que di gracias al cielo.

— Buenos días, Gracias por venir. — Asiente con la cabeza mientras toma mi equipaje y lo guarda en la parte posterior, luego abre la puerta para mí.

— El señor Ivanov, la invita a que su estancia la pase en su mansión.

— No hay necesidad, ya tengo una reserva.

— Por favor, permítame llevarla con él, y ya usted le expresará sus motivos.

— De acuerdo — Acepto ir a la mansión de Ivanov, solo para agradecer su hospitalidad y decirle que me sentiría más cómoda en un hotel.

Al llegar, el lugar era realmente imponente, un estilo futurista, creo que no había visto algo parecido, cada parte de este lugar Gritaba dinero, los enormes ventanales, el lago y la vegetación, aportaban ese toque exquisito y romántico. Debo decir que para poder llegar debimos pasar dos anillos de seguridad, lo que se me hizo algo extraño, pero rápidamente saqué esas ideas extrañas que empezaban a formarse en mi cabeza. Una persona tan exitosa como Ivanov, debía ser precavida y no era algo de extrañar.

Dmitry baja y posteriormente abre la puerta para mí, cuando va a bajar mi equipaje lo detengo.

— No, por favor, me gustaría hablar antes con tu jefe, si no te molesta.

— Por su puesto que no me molesta. Sígame, por favor. — Así lo hago, no sin previamente levantar la cabeza para contemplar mejor la arquitectura de este hermoso sitio, creo que no me canso de verlo.

Al ingresar me doy cuenta de que la fachada se queda corta si la comparo con el interior, lo fino de la decoración, el piso, todo de este sitio es maravilloso, estoy perdida en la vista del lugar cuando una voz fuerte y varonil me saca de mis pensamientos.

— Hasta que por fin tengo el gusto de conocerla. — Me giro y me encuentro con la mirada de Ivanov. — Toma mi mano y haciendo una pequeña reverencia la besa.

— Es un placer, señor Ivanov.

— Ivanov, para ti, Solo soy Ivanov, — Asiento con la cabeza.

— Está bien, Ivanov. — Es un hombre muy apuesto, Cabello castaño oscuro, alto, ojos café, un hermoso perfil y ni que decir de su cuerpo, en menos de veinticuatro horas he conocido dos hombres con las mismas características físicas.

— Debo admitir que eres mucho más hermosa en persona — Dice mientras sonríe.

— Gracias.

— Sigue, ponte cómoda — Me siento en el sitio en el que él me indica, un enorme sofá blanco, es realmente cómodo.

— ¿Dónde está el equipaje de la señorita? — Pregunta Ivanov, dirigiéndose a Dimitry, en cuanto este le va a responder lo interrumpo.

— Yo lo puedo explicar. — Una vez tengo su atención, continuo — Ya tengo una reserva hecha en un hotel, realmente no me gustaría incomodar.

— No lo haces, ¿has visto lo enorme del lugar? Creo que hay espacio de sobra para ti, además sería bueno tener compañía un par de días, y por favor, no mal intérpretes mis palabras.

— De ninguna manera lo haría.

— Entonces ¿Me acompañas?

— Está bien — Acepte más por pena que por el hecho de que me agrade compartir techo con un desconocido.

— Excelente. Dimitry, trae el equipaje — Dimitry asiente y va a cumplir la orden.

...***...

Me encuentro en la habitación que usaré durante los dos días que estaré en este sitio. Mañana se llevará a cabo la junta en la que haré la presentación para convencer a Ivanov de que mi empresa es la indicada para trabajar con él, espero y sea de su agrado, ya que Elena y yo nos esmeramos porque no tenga falencias.

Me dejo caer en la enorme y suave cama, suspiro. Luego de unos veinte minutos me levanto y voy al balcón, la vista es alucinante, se viene a mi mente un nombre "Nicolás."

Mierda, aún no reviso los resultados, Sí sé que le dije que son negativos, pero es que estaba molesta, y no me gusta que me presionen. Tomo mi celular, voy a mi mail y descargo el archivo PDF, lo abro y me dispongo a leer. Soy interrumpida por un mensaje de WhatsApp de Elena.

Elena: ¿Llegaste bien?

Yo: Perfectamente.

Elena: ¿Estás en el hotel?

Yo: No, Ivanov, insistió en que debo quedarme en su mansión y no quise hacerle un desplante.

Elena: ¿Está tan bueno como dicen?

Yo: Sí, es tu tipo.

Elena: "Nuestro tipo" querrás decir.

Yo: No, ya tuve suficiente de hombres.

Elena: En fin... Cuéntame sobre la propuesta, ¿han hablado algo?

Yo: No, la junta será mañana.

Elena: Entiendo, y... ¿Los resultados?

Yo: Aún no los leo.

Elena: Creo que debes enfrentarlo, es peor vivir con la incertidumbre.

Yo: Tienes razón, los leeré de inmediato.

Elena: Hazlo y me cuentas.

Yo: Así lo haré.

Damos por terminada la conversación, abro la pestaña en que están los resultados y los leo detenidamente, inicialmente no entiendo muchos de los términos, pero allegar a la parte final, hay una palabra que sobresale...

Nota Autora.

¡Hola!

Les dejo esta nota para informarles que trataré de actualizar todos los días de lunes a viernes. Les agradezco su apoyo, no olviden dejar sus comentarios, los estaré leyendo. 😘😘