El amor es más antiguo que el tiempo, capaz de traspasar fronteras...
Por el amor se han cometido miles de locuras. ¿Qué tan dispuesto estás de arriesgar todo por 💘 amor?.
NovelToon tiene autorización de Miriam Ortiz para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
2 CUANDO EL AMOR ERA UN JUEGO
🕊
El sol de primavera caía dorado sobre los jardines del palacio de Windsor.
Entre los rosales y el canto de los mirlos, un pequeño príncipe de diez años observaba aburrido cómo los adultos hablaban de política y alianzas.
Adrick odiaba esas reuniones. Prefería las aventuras, trepar árboles, ensuciar sus botas.
Pero ese día, algo cambió. Porque entre los invitados que acompañaban a sus padres, estaban Maximiliano y Aimara, quienes llegaron con una hermosa niña de cabellos castaños y mejillas redondas y unos ojos tan vivos que parecían llenos de estrellas.
Tenía apenas cuatro años, vestía un pequeño vestido celeste que se arrugaba por todas partes, y sostenía un trozo de pastel más grande que su mano.
Adrick la vio tropezar con el borde de una fuente, y el pastel terminó en el suelo.
La niña lo miró, con un puchero adorable y los ojos llenos de lágrimas.
Mi pastel… murmuró triste.
El pequeño Adrick no supo por qué, pero corrió hacia ella sin pensarlo.
Toma el mío, extendiéndole su porción.
Ella lo observó sorprendida.
¿En serio me lo das?
Adrick asintió, y sonrió con esa inocencia que solo tienen los niños que aún no comprenden mucho de la vida.
Claro. Si quieres, puedo conseguirte otro pedazo mucho más grande. Soy… muy bueno pidiéndole al chef, soy el hijo del rey.
La niña lo miró, sin entender del todo la importancia de esas palabras, y respondió con naturalidad:
¿Y eso qué? Igual te caíste de la rama cuando intentaste agarrar la manzana. Te vi. Le dijo entre risitas.
El pequeño Adrick enrojeció. Nadie le hablaba así. Nadie, excepto ella.
* ¿Cómo te llamas? Le preguntó curioso.
Mi nombre es Isayel, le respondió con su vocecita dulce e inocente con las manos en el vestido sin preocuparse demasiado. Pero todos me dicen Isa.
* Yo soy Adrick.
Mi mamá dice que algún día seré rey.
Él la miró con una mezcla de orgullo y curiosidad.
¿Y tú? ¿Qué quieres ser cuando crezcas?
Ella se encogió de hombros.
Me gustaría ser valiente. Como mi papá.
Apenas diez años tenía el príncipe Adrick heredero al trono de Inglaterra, y ya creía saber qué significaba el amor.
Sus botas estaban llenas de barro, su camisa arrugada y su corona de cartón acomodada sobre el cabello castaño. Pero en ese instante, nada le importaba.
El inquieto Adrick la observó en silencio, con esa fascinación inocente que solo sienten los niños ante algo que parece mágico.
Y sin pensarlo demasiado, repitió la frase que años después marcaría sus destinos:
Cuando sea grande… tú vas a ser mi reina.
Ella lo miró, sin entender del todo lo que decía aquel niño de coronita torcida.
¿Yo? Preguntó en su inocencia colocando las manos en su pequeña cintura
Si Porque me haces reír. Y porque las reinas deben tener un corazón bonito… no solo un vestido brillante.
Isayel bajó la mirada hacia una mariposa que revoloteaba en el jardín, hasta que el insecto voló sobre ellos, como si aprobara el pacto.
Detrás, las madres los observaban desde la terraza, sonriendo con ternura.
La reina Kira y Aimara sabían que aquel gesto, tan simple y sincero, tal vez era el primer capítulo de una historia mucho más grande que ellos mismos.
Kira: Aimara creo que aquí tendremos una boda cuando nuestros niños sean adultos.
Aimara: 🤭🤭 al que le dará un infarto será a Maxi, el dice que ningún hombre será digno para su princesa 👸
Kira: entonces tendrá que encerrarla en un castillo para que un príncipe apuesto y valiente la pueda rescatar 🤭🤭
Así, con esas palabras, sellaron el destino de sus hijos sin querer
Los años borrarían risas, juegos y promesas. Llegarían los secretos, las mentiras y el dolor.
Pero en el corazón del futuro rey, siempre quedaría grabado aquel día.
El día en que una niña de alma pura y sonrisa traviesa se robó su destino.
Y aunque el mundo intentara separarlos, el amor como esa mariposa siempre encontraría el camino de regreso. 🕊
🌸 REENCUENTRO BAJO EL SOL GRIEGO
El sol del Mediterráneo caía suave sobre las aguas turquesa que rodeaban la villa de los Sotomayor, una de esas propiedades que parecían sacadas de un sueño.
El viento traía aroma a buganvilias y sal, y el canto de las cigarras era la música perfecta para un reencuentro que el destino llevaba años preparando.
Isayel caminaba por los jardines con paso tranquilo, aunque el corazón le palpitaba más rápido de lo que su rostro dejaba ver. Tenía solo 10 años
Era una niña “gordita” que siempre se comparaba con sus primas, sin darse cuenta de que poseía una belleza que no dependía de tallas ni espejos.
Su madre, Aimara, la observaba desde la terraza con esa mirada que solo las madres tienen: mezcla de orgullo y nostalgia.
Tienes el corazón en los ojos, hija le dijo suavemente. No olvides lo que eres.
Isayel sonrió, pero su mente estaba lejos, recordando los encuentros pequeños, pero hermosos que compartía en un jardín lleno de risas, con Adrick que le prometió ser su rey.
A pocos metros, en el puerto, una comitiva real desembarcaba.
El Príncipe Adrick, ahora con 16 años, había crecido rodeado de amor, pero también con el peso sobre sus hombros, acompañado de sus padres y sus hermanos.
Pero había algo que los flashes no mostraban, un vacío que ni la fama ni el deber lograban llenar.
Y entonces, entre la multitud, la vio.
A lo lejos, una niña vestida de azul claro, con los rizos recogidos en una trenza, sonreía al hablar con un grupo de niños.
No necesitó más.
Su corazón reconoció lo que su mente había intentado mostrale durante años.
¿Adrick que te sucede? preguntó el rey Arthur, notando su repentina quietud.
Nada, padre murmuró el joven, sin despegar la vista. Solo… acabo de ver la imagen más linda del día.
Cuando sus miradas finalmente se cruzaron, el tiempo pareció detenerse.
Ni los guardias, ni las cámaras, ni los murmullos del evento existían.
Solo ellos dos.
Ella bajó la mirada, sonrojada. Él sonrió, recordando de golpe todas las promesas hechas entre mariposas y barro.
El niño y la niña aún existían y el lazo que los unía seguía ahí, más fuerte que nunca.
Esa noche, en el banquete de bienvenida, el destino volvió a jugar su carta.
Isayel fue presentada ante los reyes, y cuando el maestro de ceremonias anunció su nombre, Adrick se puso de pie antes que todos.
* Es un honor volver a verla, señorita Sotomayor dijo, con una reverencia impecable y una chispa traviesa en los ojos.
Ella respondió con elegancia, aunque la voz le tembló apenas.
El honor es mío, alteza. Grecia es hermosa… espero que sea de su agradó
El comentario, casual y dulce, hizo sonreír al príncipe.
Adrick: así es señorita Sotomayor, la vista es encantadora.
Así se volvieron a reencontrar mis chicos, la inocencia del primer amor, de las primeras miradas
"ay 🙈 quien no vivió toda esa ilusión, yo todavía recuerdo al niño que en el primer grado de primaria, me dedico la canción de Diomedes Díaz "Brindo con el alma"
🤭🤭 tiempos aquellos, cuando éramos felices y no lo sabíamos.....
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Hola ❤ 👋 mis querid@s lector@s
Acá estoy de vuelta con la historia de mis chicos.
Espero que les guste, si es así no olviden apoyar mi trabajo. 👍💌🎁💝
Gracias por acompañarme en esta nueva aventura.
Bendiciones para tod@s ustedes y sus familias 👪 🙏 🙌