Los 3 Papás De Mi Hija.

Después de mis duras palabras ella por fin se levanta y se va, yo aprovecho y me siento en la silla junto a él. - Todo listo. ¿Ya me pagas?

- Todavía necesitas convencer a alguien más.

- ¿Alguien más? - Con sutileza levanta su copa y desvía la mirada a un costado. Maldición hay dos hombres vestidos de negro. - ¿Qué se supone que tengo que hacer ahora?

- Ven conmigo a mi habitación.

- Hey amigo yo no soy ese servicio y este inconveniente ya te deja un cargo extra, se suponía que solo era la mujer.

- Te daré 100 mil.

- Ja Ja ja No me llevarás a la habitación por ese precio.

- ¿Qué tal 400?

- ¿Nos vamos cariño? Pero que quede claro que no pasará nada en ese lugar amigo.

- Me llamo Aziel y noté que no sabías mi nombre aunque debo admitir que papacito me gustó más. Eres buena Luna así que termina el trabajo.

Su voz aguda no es ningún chiste, no sé si me dijo eso de buena manera o como una amenaza sutil. - Como ordene señor.

Me sujeto de su brazo y lo dejo llevarme, a mis espaldas siento los pasos de esos hombres. Cuando la puerta del ascensor está por cerrarle él me besa pegándole a la pared lo que me deja muy sorprendida.

- Que.. Que.. Haces.

- Tienes que hacerlo ver realista Luna.

- Los besos son de otra categoría.

- Te voy a pagar 400 Mil. Creo que ese es el precio del combo completo.

- Por qué... ¿Porque contrata a alguien en vez de tener una amante de verdad?

- ¿Quién te dijo que no la tengo?

- Entonces porque ella no está aquí ayudándolo.

- Porque la quiero proteger.

Claro, yo soy su escudo mientras esa mujer está segura esperando a su macho en casa. Bueno la verdad si tiene mucha lógica, contratar a una amante falsa para proteger a la verdadera, el matrimonio se rompió y ellos podrán seguir juntos mientras que yo soy la perra de la historia. El dinero si hace milagros. Contratar a una amante falsa para la amante de verdad, suena igual que comprar una mascota para la mascota. En que clase de mundo vivimos.

- ¿En qué tanto piensas Luna?

- En nada, solo tarareo una canción en mi cabeza.

- Ya llegamos.

Wow la habitación es hermosa, su enorme ventanal deja ver gran parte de la ciudad y una fantástica puesta de sol, el baño es el sueño de toda mujer. Y las batas.. - ¿Me puedo llevar una de recuerdo?

- No.

- Que aburrido. ¿Puedo tomar una copa de vino?

- Si puedes.

- ¿Cuánto tiempo me tengo que quedar aquí? ¿Puedo darme un baño en ese increíble jacuzzi? ¿Tal vez pedir algo de comida?

- ¿Cuántos años tienes Luna?

- Que pregunta más grosera, soy mayor de edad no te preocupes.

- Lo mencionó por la manera infantil en la que te comportas.

- Que esperas, yo no hago esto. Es la primera vez que me traen a una habitación.

- ¿La primera vez?

- No me mires así, yo no soy una prostituta que vende su cuerpo.

- Que eres entonces.

- Alguien que vende su actuación. Una novia falsa que finge amarte con locura y demencia por un periodo razonable de tiempo. Lo suficiente para que no se vuelva monótono y aburrido. ¿Buena oferta no?

- Puedes ir a bañarte.

- ¿De verdad me dejas?

- Claro, estaremos aquí un buen rato así que agasájate.

- El mejor dos por uno de toda mi vida.

Ja ja ¿esa tonta de verdad trabaja de esto? Lo siento por ella, pero hoy tendrá que hacer horas extras junto a mí y será un tres por uno.

Me escabullo en el baño (que por cierto es de paredes de vidrio y esa niña tonta no se dio cuenta de que la vi desnuda en todo momento) para esconder su vestido y ropa interior. No me lo puedo creer, como se le ocurre usar bragas de patitos. Espero que de verdad sea mayor de edad o estaré jodido.

Me pongo cómodo esperando a la mujer que tendrá que pasar la noche conmigo. Poco después la veo salir envuelta en una toalla muy pequeña que casi no le cubre nada.

- ¿Dónde están las batas?

- En el baño.

- Mentiroso ya no están en él. Mira no se a que quieres jugar, pero no cuentes conmigo.

- Ven aquí Luna, siéntate en el regazo de tu papacito.

- Vete al diablo. ¿Dónde está mi ropa?

Enciendo la televisión y justo están pasando una película porno de muy alto nivel. Veo sus mejillas sonrojadas al escuchar los fuertes gritos de los protagonistas. Me acerco a ella y la arraigo a mi cuerpo.

- De verdad detente, yo no hago esto.

- Solo déjate llevar Luna. Te prometo que te trataré bien.

Intento besar sus labios, pero ella no cede ni un poco.

- Pidamos comida, esto es demasiado aburrido y aquí no pasará nada de lo que tu pervertida mente está pensando.

Aziel Angostino.

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