A pesar de sus reservas iniciales, la conexión emocional y la química entre Nick Evans y Dayanne Wilson, es tan poderosa que los lleva a experimentar un deseo incontrolable de estar juntos. Esta sensación de atracción abrumadora los impulsa a explorar sus sentimientos y a desafiar sus creencias previas sobre el amor. Pero la situación entre ambos, se complicará por las propias inseguridades de Dayanne relacionadas con la intimidad, lo cual le impide entregarse por completo, aún cuando siente un deseo irrefrenable por Nick. A pesar de la intensa atracción que ambos experimentan, Dayanne lucha internamente contra sus propios temores y barreras emocionales que le impiden abrirse completamente a Nick y a la posibilidad de una relación significativa. Esta dicotomía entre el deseo abrumador y las inseguridades personales de Dayanne crea una tensión emocional que será crucial para el desarrollo de su historia juntos.
Los invito a leer esta hermosa historia de amor y superación ¡Disfrutenla!
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CAPÍTULO II COINCIDENCIAS
Dayanne Wilson, se puso los guantes, el casco y subió a su motocicleta, le dio al arranque, subió la pata y arrancó, al principio evitó acelerar para que las revoluciones no se elevaran de golpe, sino que espero a que el motor se volviera a calentar más rápidamente y la presión del aceite también aumentara. Luego cuando lo consideró aceleró y manejó como a ella le gustaba, teniendo cuidado esta vez de no provocar otro accidente.
. – Irresponsable – Soltó Nick cuando la escuchó acelerar su imponente aparato.
En el auto, él y su amigo, seguían sin poder evitarlo, el recorrido a la distancia de la motocicleta que por lo visto iba en su misma dirección.
. – Vaya, esa mujer es una diosa… - Comentó Steven aun admirado.
. – Por favor, para ti hasta una escoba con falda es atractiva… - Espetó con desagrado Nick.
. – Ay por favor hermano, me vas a decir que no era hermosa la chica, ¡Ni tú te lo crees! Hasta Rico quedó fascinado, ¿Sí o no viejo? – Preguntó mirando al chofer por el retrovisor, el hombre solo se atrevió a asentir al mirar la cara de molestia de su jefe…
. – Jajaja no temas hombre, lo que pasa es que él también quedó atrapado y como la chica lo encaró está enojado Jajaja…
. – Eres imbécil o ¿Qué? – Le preguntó furioso, pero más con él mismo, porque en efecto, esa mujer soberbia e imprudente, le había aparecido más que atractiva… - Ni siguiera supimos si se había lastimado – Dijo de pronto recordando que notó cuanto se le dificultó levantarse y caminar.
. – Oh, está preocupado… - Rico sonrió desde el retrovisor al escuchar el tono de broma de Steven y ver a su jefe voltear los ojos - Pero tienes razón, fue una fuerte caída, en efecto debió lastimarse, solo que se parece un poco a ti, cualquier cosa menos admitir algo…
. – Francamente estas insoportable… - Dijo mirando su reloj – Mira cuanto tiempo nos hizo perder esa tonta mujer, y su imprudente paseo…
. - ¿Por qué asumes que estaba paseando?
. – ¿Acaso no te diste cuenta? – Le pregunta incrédulo Nick – No viste que es una de esas hijitas de papá, caprichosa o interesadas que andan por la vida consiguiendo lo que quieren sin importar a quien se llevan por el medio? No creo que no lo hayas notado…
. – Guao hermano, sí que estas resentido viejo… - Nick lo miró frunciendo el ceño – Si, resentido, creo que ya es tiempo de dejar de juzgar a todos por igual… ¡Probablemente ella no es como tú piensas!
Nick no respondió, pero siguió manteniendo su postura al respecto, sin embargo, también pensaba en el bienestar de la mujer.
Por otro lado, Dayanne, adolorida como estaba, apuraba su paso para llegar a su destino y tomarse algo que le calmara el dolor que sentía en su brazo y pierna. Además quería llegar puntual a la reunión que tenía programada.
Al llegar al edificio entró al estacionamiento y detuvo su moto en el lugar de siempre, con mucho cuidado bajó porque el dolor ya se había intensificado, sin embargo intento simularlo y caminó lo más recta que pudo hasta el ascensor que la llevaría a su oficina, donde tendría oportunidad de cambiarse, y tomar algo.
. – Carajo – Se quejó cuando llegó a su piso, botó aire y retuvo otro poco para soportar la molestia.
. – Buen día ingeniero… - La saludo la secretaria.
. – Buen día Dylan – Respondió y continuó hasta su oficina sin mirar a nadie más… - ¡Ay por Dios! – inmediatamente que entró, Dayanne puso seguro a la puerta y bajo el pantalón resistiendo el dolor del brazo - ¿Qué me hice? ¡Me duele todo!
Se quejó, pero no tenía tiempo de detallar sus heridas, así que se dirigió al baño se lavó la cara, y luego se dedicó a cambiarse y quedar presentable para la reunión. Se tomó una pastilla y esperó en el mueble hasta el momento que le anunciarán el inicio de la reunión que sería dentro de unos minutos.
El auto de Evans llegó al edificio y avanzó por el estacionamiento, él por su ventanilla notó una moto parecida a la involucrada en el accidente de hacía unos minutos atrás.
. – ¿Será posible que sea la misma? – Se preguntó. Miró a los lados a ver si veía a su dueña. El edificio donde llegaban, era empresarial, en el habían varias oficinas incluyendo desde bufetes, inmobiliarias, hasta consultorios médicos. ¿Habría ella venido para ser atendida por un médico? ¿Tal mal estaba? Todas esas preguntas comenzaron a rondar en su cabeza.
Cuando se bajaron, Steven siguió la mirada de su amigo y también visualizó la motocicleta…
. - ¿Acaso no es esa la moto de la chica? – Preguntó también en voz alta sacando a su socio de sus pensamientos preocupados por el bienestar de la mujer.
. – Ya mismo voy a comprobarlo…
Nick con paso firme, se acercó a la motocicleta para detallarla, y en efecto, por la gran magulladura al costado, el retrovisor partido, pudo confirmar que era la misma. Entonces quería decir que ella debía estar en el edificio ¿Pero dónde? Nick miró toda la estructura casi que deseando tener vista rayos X para saber dónde estaba ella.
. – Vaya, que casualidad – Dijo Steven sonriendo - ¿No crees?
. – Puede ser… ¡Vamos! – Pidió avanzando, por ahora no tenía tiempo de averiguar donde se encontraba esa mujer… - Luego se detuvo – Rico, me avisas cuando la mujer salga…
. – Si señor…
. - ¿Y cómo para qué o qué? – Preguntó sonriendo pícaro Steven, y Nick lo miró serio – Si se puede saber digo – Completó levantando las manos al frente…
. – Tengo el presentimiento de que ella está lastimada…
. – También lo creo hermano… – Sentenció ya serio Steven coincidiendo con Nick – Pero no lo podremos saber por ahora…
Él solo asintió…
Al abrirse las puertas del ascensor, la secretaria se levantó para recibirlo…
. – Señor Evans, señor Williams, bienvenidos, la sala de juntas está lista…
. – Buen día Dylan ¿Cómo está todo por aquí? – Hacía un tiempo que ellos no venían… Exactamente el tiempo que tiene Dayanne dirigiendo el lugar, pues no ha habido la necesidad de estar presente, ya que ella ha sabido gestionar muy bien el lugar.
. – Todo bien señor ya le aviso a la ingeniero que ustedes han llegado…
. – Muy bien, nos adelantaremos -
Continuaron el camino hasta la sala de juntas, aprovechando para observar el lugar notando los cambios que ha habido desde la última vez que estuvieron allí.
. – Se nota mucho que es una mujer que está dirigiendo este lugar – Comentó Steven y Nick sonrió estando de acuerdo – ¡Y con muy buen gusto!
Mientras los dos entraban al salón, Dayanne recibía el aviso de parte de su secretaria…
. – Gracias, ya voy – Colgó y tomó la carpeta con los balances al día que tenía sobre su escritorio, inhalo, exhaló y salió…
Ninguna de las tres personas que se encontraban en esa oficina se esperó semejante casualidad del destino al abrirse esa puerta… Ellos como los caballeros que son, se levantaron para recibir a la persona que entraba, cuando lo hizo Dayanne, los tres se miraron impactados, pero dos de ellos se quedaron contemplando fijamente, casi que retándose con la mirada…
. – Si antes pensé que ver su motocicleta aquí era una casualidad - Dijo Steven para romper con el incómodo momento, ciertamente, él estaba impresionado de que ella se tratase de la misma mujer que venían alabando hace rato, y no quería por nada perderse la expresión de su amigo Nick, al tener que tragarse cada una de las palabras que dijo antes sobre ella… - Evidentemente me he quedado corto…
Los dos lo miraron, si, esto era una loca casualidad, para Dayanne era una mala fortuna que justo con el hombre que chocó, era su jefe, y para Nick, que la mujer que consideró una inútil y literalmente mantenida y caprichosa, era la extraordinaria diseñadora y operadora de semejantes transacciones que tiene a su empresa subiendo de nivel. Sin duda, analizaba en lo mucho que le debía una disculpa…
. – Buena tarde – Decidió hablar por fin Nick caminando hacia ella y extendiendo su mano respetuosamente. Dayanne observó la mano extendida y solemnemente la tomó, no sin antes hacer un gesto de dolor al extender el brazo – ¿Está usted bien?
Ella es derecha, y justo de ese lado se golpeó al caer, así como su pierna también resultó lastimada por el peso de la moto.
. – Lo estoy – Dijo haciendo un gesto con su cabeza e intentando retirar la mano, pero él no la soltó – Por favor… - Pidió ella porque claramente no podía forzarlo.
. – No estás bien, esa no fue una caída fácil… - le dijo, no creyendo en sus palabras, porque fue evidente su gesto de dolor.
. – Estoy de acuerdo con Nick, Licenciada…
Dayanne los miró ambos “increíble, primero me trata como una irresponsable mantenida, además de caprichosa y ahora se preocupa”
. – Como bien lo dicen, fue un golpe duro, por lo tanto, es bastante normal que me duela, no soy de hierro…
Los dos hombres increíblemente se quedaron sorprendidos con la respuesta de la dama frente a ellos.