Sinopsis
Antes de su muerte, Anna había leído una novela de fantasía con el típico cliché de una pareja enamorada: una joven que se enamora del príncipe heredero. Sin embargo, su amor enfrenta dificultades debido a la villana Dafne De Guízar, prometida del príncipe. Aunque Dafne intenta separarlos, su compromiso es roto y se ve obligada a casarse con el gran duque Daemon Deskin, quien nunca estuvo interesado en ella. Al final, Dafne es asesinada mientras regresaba de una fiesta.
Tras su muerte, Anna reencarna en Dafne Le Blanc cuando aún es una niña. Consciente del destino que le espera, decide seguir la trama original, permitiendo que los protagonistas se enamoren. Sin embargo, cuando llega el momento de encontrarse con su futuro esposo, el gran duque Daemon, un conocido mujeriego, ella se prepara para cambiar su destino. Dafne, decidida a ganarse el corazón de Daemon, revela su verdadera fortaleza y carácter decidido.
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Capítulo 2: Encuentro con los Protagonistas
A la mañana siguiente del baile, la luz del sol se filtraba por las ventanas, llenando la habitación de Dafne con un cálido resplandor. Mientras se preparaba para el día, su mente volvía a la noche anterior y a su encuentro con Daemon.
Sirva, la doncella: (entrando con una bandeja) Señorita Dafne, su desayuno está listo. ¿Cómo se siente esta mañana?
Dafne: (sonriendo) Gracias, Sirva. Me siento bien, lista para lo que me prepara el día.
Sirva: (mirándola con admiración) Escuché que impresionó a muchos anoche, incluida su prima Melissa.
Dafne: (suspirando) Los rumores no tardarán en circular, pero debo seguir adelante con mi plan.
Después de desayunar, Dafne decidió acompañar a su padre al palacio para seguir relacionándose con los nobles para cambiar la opinión que tenían de ella y al llegar decide dar un paseo por los jardines del palacio para no ser obvia entre los nobles. Sabía que tarde o temprano se encontraría con más personajes clave de la historia, y quería estar preparada.
Mientras caminaba entre las flores, escuchó una voz familiar.
Elena: (alegre) ¡Dafne! ¡Qué sorpresa verte aquí tan temprano!
Dafne: (sonriendo) Buenos días, Elena. Me alegra verte.
Elena: (mirándola con curiosidad) Estuve hablando con el príncipe Alexander sobre ti. Él sigue siendo escéptico, pero creo que con el tiempo verá tu verdadera naturaleza.
Dafne: (con determinación) Haré todo lo posible para demostrar que no soy lo que dicen los rumores.
En ese momento, Alexander apareció detrás de Elena, con su expresión habitual de desdén.
Alexander: (fríamente) Señorita Dafne.
Dafne: (cortésmente) Príncipe Alexander. Espero que tenga un buen día.
Alexander: (mirándola con desconfianza) Veremos. No estoy convencido de tus intenciones.
Elena: (regañándolo) Alexander, dale una oportunidad. Dafne no es como dicen los rumores.
Alexander: (suspirando) Lo veremos con el tiempo. Pero no causarás problemas mientras yo esté cerca.
Dafne: (serena) No tengo ninguna intención de causar problemas, príncipe Alexander.
La conversación fue tensa, pero Dafne mantuvo su compostura. Sabía que ganarse la confianza de Alexander sería un desafío, pero estaba decidida a intentarlo.
Mientras continuaban su paseo, Elena trató de aliviar la tensión hablando de temas más ligeros.
Elena: (sonriendo) ¿Te gustaría unirte a nosotros en una cabalgata esta tarde, Dafne? Será divertido.
Dafne: (sonriendo) Me encantaría. Gracias por invitarme.
Elena: (entusiasmada) ¡Perfecto! Será una excelente oportunidad para conocernos mejor.
Alexander: (mirándola con cautela) Estaré vigilando.
Dafne: (asintiendo) Lo entiendo, príncipe Alexander.
La tarde llegó rápidamente, y Dafne se encontró en los establos del palacio, preparando su caballo para la cabalgata. Elena y Alexander ya estaban allí, junto con algunos otros nobles.
Elena: (feliz) ¡Dafne, ven! Este es tu caballo. Es muy dócil y confiable.
Dafne: (acariciando al caballo) Gracias, Elena. Estoy segura de que nos llevaremos bien.
La cabalgata comenzó, y mientras cabalgaban por los vastos terrenos del palacio, Dafne aprovechó la oportunidad para observar y aprender más sobre los personajes que la rodeaban.
Elena: (riendo) Dafne, ¿te has adaptado bien a la vida en la capital?
Dafne: (asintiendo) Sí, ha sido un cambio, pero estoy disfrutando cada momento.
Alexander: (interrumpiendo) Espero que no sea solo una fachada.
Dafne: (mirándolo directamente) No lo es, príncipe Alexander. Estoy aquí para quedarme.
A medida que la tarde avanzaba, Dafne y Elena comenzaron a hablar más en profundidad sobre sus vidas y sueños.
Elena: (soñadora) Siempre he querido viajar más allá de las fronteras del reino. Ver el mundo.
Dafne: (sonriendo) Yo también. Hay tanto por descubrir.
Elena: (mirándola con admiración) Eres diferente a lo que imaginaba, Dafne. Me alegra que estemos teniendo esta oportunidad de conocernos mejor, después de la última vez que nos vimos.
Dafne: (con sinceridad) Gracias, Elena. Yo también lo aprecio.
Alexander observaba la conversación con una expresión pensativa. Aunque seguía siendo escéptico, comenzaba a ver un lado diferente de Dafne.
Alexander: (en tono más suave) Veremos cómo se desarrollan las cosas. Pero no bajaré la guardia.
Dafne: (asintiendo) Entiendo, príncipe Alexander. Solo pido una oportunidad para demostrar mi verdadero carácter.
La cabalgata terminó y, al regresar al palacio, Dafne sintió que había dado otro paso hacia la integración en la vida de la capital. Sabía que aún había mucho por hacer, pero estaba determinada a seguir adelante.
Esa noche, mientras reflexionaba sobre los eventos del día, Dafne se sintió más segura de su plan. Cada interacción, cada conversación, era una oportunidad para cambiar su destino y el de aquellos que amaba.
Dafne: (para sí misma) Este es solo el comienzo. Debo seguir adelante, sin importar los desafíos.
Al día siguiente, Dafne se despertó con una nueva determinación. Sabía que debía continuar acercándose a las personas clave de la historia, especialmente a Daemon.
Sirva, la doncella: (entrando con una bandeja) Señorita Dafne, ¿cómo durmió anoche?
Dafne: (sonriendo) Muy bien, Sirva. Gracias.
Sirva: (curiosa) Escuché que tuvo una cabalgata interesante ayer.
Dafne: (asintiendo) Sí, fue muy instructiva. Creo que poco a poco estoy ganando la confianza de Elena y Alexander.
Sirva: (con admiración) Estoy segura de que lo logrará, señorita.
Dafne: (con firmeza) Eso espero, Sirva. Hay mucho en juego.
Después del desayuno, Dafne decidió visitar a su padre en su despacho. Sabía que las decisiones importantes se tomaban allí, y quería estar al tanto de todo.
Padre: (sorprendido) Dafne, qué sorpresa verte aquí tan temprano.
Dafne: (sonriendo) Quería hablar contigo, padre. Saber cómo van las cosas.
Padre: (con orgullo) Todo va bien, hija. Estoy impresionado con cómo te has manejado hasta ahora.
Dafne: (seria) Gracias, padre. Pero aún hay mucho por hacer. Quiero estar involucrada en las decisiones importantes y aprender más tanto de economía, política y militar.
Padre: (asintiendo extrañado) Entiendo, Dafne. Tu madre y yo siempre hemos valorado tu opinión. Puedes asistir a las reuniones si lo deseas y estudiar lo que quieras así tendrás más ventajas.
Dafne: (agradecida) Gracias, padre. Quiero estar preparada para cualquier desafío.
Con la promesa de estar más involucrada, Dafne se sintió más segura. Sabía que cada paso que daba era crucial para cambiar su destino.
Esa tarde, mientras paseaba por los jardines, se encontró nuevamente con Daemon. Esta vez, estaba solo, disfrutando de la tranquilidad, por lo que le pareció raro.
Daemon: (sonriendo) Dafne, qué sorpresa verte aquí.
Dafne: (sonriendo extrañado) Buenas tardes, gran duque. Que yo sepa esta es mi casa y solo estaba disfrutando del jardín.
Daemon: (se ríe pícaramente por obvio) Yo pensé que se encontraba en la fiesta de té que tiene tu prima en uno de los salones. ¿Te gustaría acompañarme en un paseo?
Dafne: (lo mira pensativa) Bueno ella y yo no tenemos buena relación, ya que soy de campo según ella, por lo que no invitó y no me interesa estar con señoritas engreídas. Me encantaría aceptar ese paseo.
Daemon la mira curiosamente y se ríe de lo dicho por Dafne. Le extiende el brazo para que lo acompañe en el paseo. Mientras caminaban, hablaron de muchos temas, desde la política del reino, estrategias militares, hasta sus intereses personales.
Daemon: (sorprendido) Eres muy diferente a lo que imaginaba, Dafne. Tienes una perspectiva interesante.
Dafne: (sonriendo) Gracias, mi señor. Solo intento ser yo misma.
Daemon: (pensativo) Creo que podremos ser buenos amigos, Dafne. Y quién sabe, qué podría pasar en el futuro.
Dafne: (mirándolo a los ojos) Espero que así sea, Daemon. Estoy aquí para quedarme.
La conversación fue profunda y significativa, y Dafne sintió que había dado otro paso importante en su camino.
A medida que el sol se ponía, Dafne sabía que el futuro era incierto, pero también lleno de posibilidades. Estaba decidida a seguir adelante, sin importar los desafíos.
Dafne: (para sí misma) Este es solo el comienzo. Debo seguir adelante, ser fuerte y astuta. Cambiaré mi destino y protegeré a quienes amo.
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Pocos días después, Dafne recibió una carta con el sello del gran duque Felix. Era una invitación para pasar un tiempo en su mansión junto con otros jóvenes de la nobleza, incluyendo a su hijo Daemon, Elena, Alexander y su prima Melissa, por un festival local. Esta sería una excelente oportunidad para fortalecer sus relaciones y avanzar en su plan.
Padre: (leyendo la invitación) Parece una excelente oportunidad para fortalecer tus relaciones y avanzar en tu plan, Dafne, solo mantente del joven gran duque no me gusta ese chico,
Dafne: (asintiendo) Sí, padre. Debo aprovechar esta oportunidad de cambiar esa imagen inventaron de mí. Y por qué no quieres que esté cerca del joven Daemon.
Padre: (sorprendido porque lo llamó por su nombre) Porque no me gusta por la fama que lleva y no lo quiero cerca de ti para que te haga daño, ya lo vi muy junto la última vez y hasta lo llamas por su nombre.
Dafne: (se ríe) Ay padre él y yo solo somos amigos, él fue el que me dijo que lo llamara así y que no fuera tan formal, no te preocupes confía en mí.
Padre: (La mira dudoso) No eso mi niña yo confio en ti, pero no en el y eso me preocupa (dice suspirando, dejando que se vaya Dafne de su oficina)
Dos días después, mientras la carroza avanzaba lentamente por el camino empedrado que conducía al palacio del gran duque Daemon. Dafne, ahora con diecisiete años, miraba por la ventana, su mente llena de pensamientos y estrategias. Sabía que su futuro dependía de su habilidad para ganarse a Daemon y cambiar el curso de la historia.
Finalmente, la carroza se detuvo frente a la entrada principal de la gran mansión. Dafne respiró hondo y salió, siendo recibida por una comitiva de sirvientes y por el propio Daemon. Él era aún más impresionante en persona: alto, con cabello oscuro y ojos intensos que parecían escudriñar su alma.
Daemon: (con una sonrisa cínica) Bienvenida, señorita Dafne. Espero que el viaje haya sido cómodo.
Dafne: (inclinando ligeramente la cabeza) Gracias, su excelencia. El viaje fue agradable.
Daemon: (señalando hacia el interior) Permítame acompañarla a sus aposentos. Tenemos mucho que discutir.
Mientras caminaban por los amplios pasillos del palacio, Dafne observaba cada detalle, memorizando el diseño y la disposición. Llegaron a una lujosa habitación, donde Dafne se detuvo y giró hacia Daemon.
Dafne: (mirándolo directamente a los ojos) Agradezco su hospitalidad, gran duque. Estoy ansiosa por conocer más sobre este lugar y, por supuesto, sobre usted.
Daemon arqueó una ceja, sorprendido por su actitud. Era evidente que no esperaba que fuera una joven tan segura y directa.
Daemon: (sonriendo levemente) Estoy seguro de que habrá muchas oportunidades para eso, señorita Dafne.
Con esa nota, Daemon se retiró, dejándola sola en sus nuevos aposentos. Dafne sabía que había dado el primer paso, pero aún quedaba mucho por hacer.
Los días siguientes pasaron en una mezcla de adaptación y observación. Dafne exploraba el palacio y sus alrededores, mientras mantenía una distancia prudente de Daemon, permitiendo que la curiosidad de él creciera. Pronto, tuvo su primera oportunidad de observar de cerca la posible relación amorosa entre la protagonista de la novela y el príncipe heredero.
Durante un paseo por los jardines, Dafne vio al príncipe y a la joven protagonista, Elena, sentados bajo un gran roble, conversando animadamente. Se escondió detrás de un seto, observándose sin ser vista.
Elena: (riendo) ¡No puedo creer que hayas dicho eso, príncipe Alexander!
Alexander: (sonriendo) Solo trato de hacerte reír, Elena. Tu sonrisa ilumina mi día.
Dafne recordaba esta escena de la novela. Era uno de los momentos cruciales donde la relación entre Alexander y Elena comenzaba a florecer. En la trama original, Dafne había interrumpido esta escena, tratando de atraer la atención de Alexander. Esta vez, decidió quedarse en las sombras, permitiendo que la historia siguiera su curso.
Dafne: (pensando para sí misma) Es mejor así. Debo asegurarme de no convertirme en un obstáculo para ellos.
Mientras continuaba observando, Daemon apareció detrás de ella, sorprendiéndome.
Daemon: (en voz baja) ¿Qué haces aquí, escondida, Dafne?
Dafne se sobresaltó, girándose rápidamente para enfrentar a Daemon. Su expresión era una mezcla de sorpresa y desafío.
Dafne: (susurrando) Solo estaba disfrutando del jardín. No sabía que necesitaba un permiso especial para ello.
Daemon miró hacia el príncipe y Elena, luego volvió su atención a Dafne, sus ojos llenos de curiosidad y una pizca de diversión.
Daemon: (sonriendo) No, no necesitas permiso. Pero es curioso que hayas elegido este lugar, precisamente cuando ellos están aquí.
Dafne levantó la barbilla, decidida a no dejarse intimidar.
Dafne: (con firmeza) Simple coincidencia, supongo. Pero ahora que lo menciona, es interesante observar cómo se desarrolla su relación.
Damon la miró durante unos largos segundos antes de sonreír y asentir.
Daemon: (dándole la espalda) Muy bien. Pero recuerda, Dafne, las coincidencias no siempre son lo que parecen. Ten cuidado.
Con eso, se alejó, dejándola sola una vez más. Dafne respiró hondo, sintiendo la tensión y el desafío en el aire. Sabía que Daemon estaba observándola de cerca, y tenía que ser cuidadosa con cada uno de sus movimientos.
Mientras se retiraba del jardín, Dafne reflexionaba sobre la situación. Tenía que encontrar el equilibrio perfecto entre seguir la trama original y hacer los cambios necesarios para asegurar su supervivencia. Cada paso debía ser calculado, y cada acción, cuidadosamente planeada.
Dafne: (para sí misma) Daemon... no eres tan diferente a como te describían en la novela. Pero esta vez, la historia será distinta. No seré una villana, seré la autora de mi propio destino.
Finalmente, llegó el día del festival. Al ser invitada de la mansión del gran duque Felix, Dafne fue recibida con cortesía, pero no pudo evitar notar las miradas de desdén de algunos de los invitados, especialmente de su prima Melissa que se había acercado con su grupo de amigas.
Melissa: (con una sonrisa sarcástica) Dafne, qué sorpresa verte aquí. Pensé que preferirías quedarte en el campo, lejos de la sociedad.
Dafne: (manteniendo la compostura) Melissa, siempre es un placer verte. Estoy aquí para disfrutar del festival y pasar tiempo con la familia.
Melissa: (riendo) Oh, claro. Pero ten cuidado, Dafne. La sociedad de la capital puede ser cruel, especialmente para una chica de campo.
Dafne: (mirándola directamente a los ojos) Estoy lista para cualquier desafío, Melissa recuerda que provenimos del mismo lugar y que soy mayor que tú por cuatro meses. Así que me debes respeto y no te preocupes por mí.
Se alejó ese grupo de víboras dejando a mi prima en vergüenza y roja de la rabia. Mirando como sus amigas se ríen disimuladamente de ella
Dafne:(pensamiento) ellas pensaban que me dejaría doblegar, no saben con quién se está metiendo, no voy a dejar que se repita la historia.
Elena, que había presenciado el intercambio, se acercó a Dafne y le ofreció su apoyo.
Elena: (susurrando) No le hagas caso, Dafne. Melissa siempre ha sido así. Vamos, disfrutemos del festival.
Dafne: (sonriendo) Gracias, Elena. No dejaré que me afecte.
El festival fue un éxito, lleno de música, danzas y comida. Dafne aprovechó la oportunidad para fortalecer sus lazos con Elena y Alexander, y para continuar ganándose la confianza de Daemon.
Daemon: (acercándose a Dafne) ¿Disfrutando del festival, señorita Dafne?
Dafne: (sonriendo) Sí, gran duque. Es un evento maravilloso. Le gustaría bailar esta musica
Daemon: (mirándola con interés) Me gustaría, pero no se bailar este tipo de música.
Dafne: (sonriendo) : No importa sigue mis pasos, te vas a divertir.
Lo toma del brazo y lo arrastró la pista de baile del festival, el Daemon ríe un poco avergonzado empieza a seguir los paso de baile de la pelinegra, a lo lejo esta Felix el padre Daimon asombrado por la dinámica de los jóvenes y conociendo a su hijo es incapaz de reconocerlo,por lo que se le está ocurriendo algunas idea de juntarlos y tener todo preparado antes de regresar a la frontera, ya que está seguro que Dafne es digna de ser la gran duquesa por su gran astucia y inteligencia, recordandole a su difusa esposa.
Daemon: (un poco agitado)Lo pase muy bien, espero que podamos pasar más tiempo juntos. Quiero conocerte mejor. Este baile era más difícil de lo que pensaba
Dafne: (sonríe un poco agitada) Me encantaría, mi joven Daemon. Estoy aquí para enseñarle a bailar mejor y estaré esperando su invitación para su territorio.
Con cada interacción, Dafne se acercaba más a su objetivo. Sabía que el camino sería largo y lleno de desafíos, pero estaba decidida a cambiar su destino y proteger a quienes amaba.
Dafne: (para sí misma) Este es solo el comienzo. Debo seguir adelante, ser fuerte y astuta. Cambiaré mi destino y protegeré a quienes amo.
Y así, con cada día que pasaba, Dafne se adentraba más en el juego de intrigas y romance, decidida a encontrar su lugar en este mundo que una vez solo existió en las páginas de un libro.