Intentarlo De Nuevo

Pasé mis manos por mi cabello rojo, me sentía enjaulado con tanta presión por parte de mis padres.

Cerré los ojos, echando mi cabeza hacia atrás. Mi cuerpo se siente tenso, el aire entra poco por mi nariz, debo abrir la boca para poder respirar un poco.

Trataba de controlar mis emociones y no dar mi brazo a torcer.

No quería terminar doblegándome ante la voluntad de mis padres, como lo he hecho por años.

Quería ser más fuerte. Convertirme en otra mujer. Una mujer distinta a la que era antes de dar todo por César.

Ahora me siento atrapada en un abismo sin salida. Hay ocasiones en la que quisiera salir corriendo de aquí, renacer en otro cuerpo, ser una mujer libre.

¡Libre! De poder escoger mi vida sin sentirme presionada por nadie. De poder llevar las riendas de mi vida sin hacerle daño a nadie.

Pasé mi lengua por mis labios, humedeciéndolos. Sentía mi boca seca, lo raro era que no tenía sed.

Miles de emociones se apoderan de mi corazón y de mi cuerpo.

Volví a escuchar vibrar mi celular. Abrí un momento los ojos, mirando la pantalla de mi celular. Era otra vez mi madre.

..."Querida, ven a cenar esta noche"...

En ocasiones no entiendo por qué me siento tan agotada mentalmente y físicamente. Quisiera cerrar los ojos y no abrirlos nunca más, quedarme dormida hasta que todo pase. Sé que soy una cobarde, qué no sé enfrentar las situaciones, qué puedo hacer.

He nadado contra corriente, siempre he sido arrojada a las rocas. No importa lo que haga, cada decisión que he tomado, ha sido para mal.

Mis lágrimas fueron cayendo lentamente por mis ojos. Los recuerdos de mi pasado, eran como dagas que se clavan cada vez más profundo dentro de mi corazón.

Levanté mi mano, pasando mis dedos por mis mejillas, para borrar cualquier rastro de lágrimas. Aunque me esté muriendo por dentro, me prometí a mí misma no volver a llorar.

_____ Quisiera saber que hay dentro de esa cabecita trastornada. _____ Abrí los ojos, al escuchar una voz familiar dentro de mi oficina.

Delante de mí está de pie, una hermosa joven de cabello rubio, estatura mediana, delgada, y con un buen sentido del humor.

Renata arroja el bolso encima de mi escritorio. Recorre la silla a su lado y se deja caer.

"Renata" ha sido mi mejor amiga desde muy chicas, sabe todo sobre mí, ha sido mi consejera, esa persona en la que puedo confiar ciegamente.

_____ ¿No te enseñaron a tocar la puerta antes de entrar? ____ Respondo molesta.

____ Mmm.

____ Me enseñaron muchas cosas, en especial a tocar antes de entrar. Fue a una de las mejores escuelas de señoritas. Habló cinco idiomas distintos.

_____ Llamé a tu puerta más de una hora, también esperé a que tu secretaria asome las narices por su lugar de trabajo. Pero nada, así que entré. ¿Te molesta?

Como siempre, Renata habla muy rápido, y no le entiendo nada de lo que dice.

Colocó mis manos encima de mi escritorio. Le doy unos ligeros golpecitos con mis dedos.

___ Renacuajo, ¿A qué has venido? _____ Renata se pone roja de coraje, odia con toda sus fuerzas que le apode Renacuajo.

Sin embargo, lo he hecho desde niña, me encanta verla furiosa.

_____ ¡Eres muy graciosa; Valeria Gámez!

_____ No porque estés sentada detrás de este escritorio, llevando las riendas del corporativo de tu padre te voy a tener miedo. He venido bien preparada.

Renata se pone de pie y da la vuelta al escritorio. Al recordar algo que se le olvida, regresa a su lugar, abre su bolso y veo que saca algo.

Renata saca una pistola de agua y me arroja un poco. No esperaba que esta tonta se atreviera hacerme esto. Estoy en horas de trabajo, y puede dañar un documento importante.

Salté de la silla y traté de correr hacia el otro extremo de la oficina, sin embargo, era inútil, mi maquillaje se vio estropeado por el agua.

____ ¡Ves, querida Valeria, ahora fui yo quien gano!

Después de reírnos por un rato y de olvidarme por completo de mis problemas; Renata se fue y yo me quedé continuando mi trabajo hasta las dos de la tarde.

Acomode mi maquillaje, me cambie de ropa. Salí de mi oficina, afuera se encontraba Pedro.

Esperaba que nos viéramos en el estacionamiento de la empresa.

Entre sus manos trae un ramo de rosas rojas, muy hermosas. Enseguida, aparece una enorme sonrisa en mis labios. Desde hace meses, Pedro me trae un ramo de rosas, cada día son más bellas, o eso me parece a mí.

Me acerqué a él, entiendo mis manos y lo abrazo con mucho cariño. Pedro se ha convertido en el mejor amigo, es como mi hermano mayor. Ese hermano que nunca tuve.

____ Hola, princesa. ¿Ya ibas de salida? ___ Me da un beso en la mejilla.

_____ Woooow.

_____ Qué hombre tan guapo, has cambiado de perfume, ¿verdad?

_____ ¿Se nota? ____ Me pregunta, echando un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

_____ Lo he notado. A decir verdad, me agrada más esta aroma que la anterior. Es como más suave, vuele a hombre tranquilo y amoroso. ___ Contesté con toda sinceridad.

Pedro sonríe y pasa la palma de su mano por mi mejilla. Me daba cosa ver como su mirada cambia cada vez que le digo algo lindo.

____ Pedro, Renata estuvo aquí, me habló demasiado de ti, quiere que le des una oportunidad de conocerte. ____ Dije y me alejé de él.

La expresión en el rostro de Pedro cambio.

____ Estás tratando de imponerme a una mujer que no quiero. Por qué insistes en presentarme a tu amiga, ¿Qué pretendes? ____ Me responde con mucha seriedad Pedro, podía jurar que está molesto.

_____ Lo siento, solo que tú y Renata harían una bonita pareja. Eso es todo.

_____ Igual que a ti, a mí no me agrada que traten de imponerme las cosas. Dejemos este tema así, y por favor, no vuelvas a insinuar de nuevo eso.

Después de la regañada de Pedro, me sentí como una tonta. Era verdad, yo tampoco quiero que intervengan en mis asuntos personales. He hecho muy mal al intentar meterle por los ojos a Renata.