El amor no necesita ser perfecto, solo debe ser verdadero.
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Amenazas.
— papá, pero, ¿porque?, se supone que Elia es la que debería casarse con el hijo de los Bailey, no yo— el padre de Mabel la fulminaba con esa mirada pesada llena de enojo y desesperación.
— es muy fácil Mabel, tu hermana tiene una carrera y metas por conseguir— se sorprendió al escuchar cada palabra validando las razones por las que esa mujer no podía casarse con el primogénito de los Bailey.
— ¿entendí bien?—de inmediato Mabel le reprochó sintiendo indignación por cada palabra que salía de su boca y no dudo en dejarle dos puntos muy claros — número uno, Elia es solo mi media hermana—se levantó de esa silla incomoda mientras retaba a su padre con esa misma mirada solo con la diferencia que ella destilaba desprecio — y dos, yo sí tengo un trabajo, una carrera, tengo sueños y muchas metas por aún cumplir.
Ese hombre de unos sesenta años, la vio con sorpresa por la postura de su primogénita, no quería ni pensar que sucedería si ese matrimonio no se llevaba a cabo — hija, entiéndeme, solo será por dos años— Mabel levanto su ceja mientras se cruzaba de brazos para darle a entender a ese que se hacia llamar padre, que ella jamas aceptaría su ridícula propuesta — Mabel, ayúdame por favor esta unión es para que Sasha y su familia absorban algunas deudas de la empresa y para que no entre en crisis por la misma causa.
—¡¿qué?!—negó casi en shock por las palabras tan cínicas de ese hombre —¿Ivar te estás escuchando?, ¿yo ayudarte a ti?, ¿es en serio?, por lo que veo ya has olvidado que después de la muerte de mi madre me dejaste olvidada y prácticamente me las tuve que arreglar yo sola y sin tu ayuda y, ¿hoy?, hoy me pides que venga a tu casa después de años de no vernos, y hoy, ¿quieres que yo te ayude?, esto, esto es el colmo del gran cinismo señor Cooper.
Mabel negaba una y otra vez por el osado atrevimiento de su padre, volvió a verlo intentando retarlo, mostró media sonrisa, dio media vuelta para irse de ese lugar que comenzaba a asfixiarla por los recuerdos bellos, pero al mismo tiempo tan desagradables para ella.
Pero al estar a punto de lograr su objetivo, su padre la retuvo tomándola del brazo con fuerza — lo harás Mabel Cooper Peach, te guste, o no— al escuchar sintió un escalofrío recorrer tras su nuca, pero ella tomó las riendas y se soltó con fuerza mientras sentía en su interior crecer la furia y sabía que no podría contenerla o quizás ella ya estaba decidida a no hacerlo.
— ¡¡sus amenazas no me quitan el sueño y créame que está por verse señor Ivar Cooper!!, ¡¡y que le quede muy en claro, que yo no seré la sustituta de su amada hija!!.
Salió echa una furia de ese lugar y mientras caminaba por ese largo pasillo intentaba calmarse un poco porque tenía muy claro que ese enojo y frustración que sentía en ese momento quizás después le afectaría su salud.
Ya más calmada y relajada termino de subir el último escalón para dirigirse hacia la puerta principal, pero jamás se imagino que se volvería a cruzar con esa mujer qué por muchos años la lastimó al borde de un día tentar contra su propia vida.
— ¿tú, aquí?, pensé que te había dejado muy en claro niña que no quería que regresaras— giro con pesadez hacia esa voz fastidiosa y altanera.
— créeme, no es grato ni para mí regresar a esta casa y tenerte que ver Araide, y por desgracia tu marido me llamo para decirme palabras estúpidas e irrelevantes, pero sabes una cosa, dile a tu adorada Elia que aliste su mejor vestido, porque yo, no tomaré su lugar.
Al terminar de decir las últimas palabras, Mabel se había percatado que en el segundo piso había una rubia de ojos azules espiando y escuchando la amena charla.
Y decidió darle de esa manera la bella noticia, la chica grito con terror porque ella no quería casarse con ese hombre que a pesar de que era muy apuesto, era un hombre frío, arrogante y muy mujeriego y ella aún estaba muy joven para ser atada a un hombre que quizás la depreciaría.
Mabel al haber alcanzado su objetivo, sonrió mientras veía fijamente a Araide, encogió sus hombros para que entendiera de una buena vez qué ese ya no era y jamás será su asunto.
Dio media vuelta siguiendo su camino, pero a unos cuantos pasos de llegar a su auto se encontró a Elba, la hermana gemela de Elia. — qué desagradable vista.
Soltó con mucho desprecio esas tres palabras dirigidas a Mabel.
Mabel al escucharla solo negó mientras de su boca salía una melodiosa carcajada, pero ella tenía pensado no quedarse atrás y responder en contra de sus insultos baratos — digo lo mismo Elba y cuidado, porque hay muchos perros hambrientos por la calle y no te vayan a confundir con un agrio hueso.
La chica de cabello rojo se sorprendió y solo endureció sus facciones aparentando estar indignada aunque en realidad ella no lograba entender del todo sus palabras — ¿qué quisiste decir? — Mabel solo le mostró una amplia sonrisa e ignoro su pregunta mientras subía a su auto con total calma — ¡Mabel contéstame!.
— solo olvídalo, entiendo que tu fuerte no es la inteligencia Elba, ¡ha!, por cierto, prepara tu mejor atuendo que tu hermana Elia se casara muy pronto.
Encendió su auto con tranquilidad mientras afuera había una pelirroja furiosa por la noticia y solo se lograba escuchar muchos insultos no tan lindos de oír.
Mabel decidió ignorar, piso el acelerador y salió de la casa a alta velocidad, dejando una estela de polvo tras de ella.
Pero al pasar por una vieja casona no dudo y se estacionó solo para contemplarla mientras su mente atraía buenos recuerdos de su infancia en esa casa, suspiro profundamente al recordar al niño qué un día juro que estarían juntos por siempre.
Toco ese mismo anillo que colgaba de su cuello y negó varias veces, ladeo sus labios y volvió a encender su auto y solo salió de esa lujosa zona para tomar la libre e irse a su casa.
Al llegar de inmediato entro al edificio, abrió la puerta del pequeño departamento qué alquilaba, se dio una ducha, ceno y comenzó a organizar lo que se llevaría a la oficina.
Termino y solo se acostó, estaba exhausta por el largo viaje de cuatro horas, viaje el cual solo fue para corroborar que su padre solo la busco para su conveniencia y no para limar asperezas y recuperar su relación como ella vagamente tenía la esperanza...
viejo maldito