A pesar de sus reservas iniciales, la conexión emocional y la química entre Nick Evans y Dayanne Wilson, es tan poderosa que los lleva a experimentar un deseo incontrolable de estar juntos. Esta sensación de atracción abrumadora los impulsa a explorar sus sentimientos y a desafiar sus creencias previas sobre el amor. Pero la situación entre ambos, se complicará por las propias inseguridades de Dayanne relacionadas con la intimidad, lo cual le impide entregarse por completo, aún cuando siente un deseo irrefrenable por Nick. A pesar de la intensa atracción que ambos experimentan, Dayanne lucha internamente contra sus propios temores y barreras emocionales que le impiden abrirse completamente a Nick y a la posibilidad de una relación significativa. Esta dicotomía entre el deseo abrumador y las inseguridades personales de Dayanne crea una tensión emocional que será crucial para el desarrollo de su historia juntos.
Los invito a leer esta hermosa historia de amor y superación ¡Disfrutenla!
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CAPÍTULO XX PENOSO MOMENTO
Desde que Dayanne Wilson llegó a la empresa de Nick Evans, su currículo destacó por el increíble trabajo que ella había realizado en el mayor mercado de valores del mundo y el primero en número de empresas adscritas. Y su desenvolvimiento fue igual, e incluso en algunos momentos superior a las inversiones realizadas allá.
Su llegada a esta empresa más pequeña, no se dio por casualidad. Pues, cuando ella decidió literalmente huir de la penosa situación que vivió por causa de su ex esposo, y sus padres la apoyaron y recomendaron venir a la ciudad, ella buscó en la lista de empresas adscritas a la bolsa, alguna que quedara en su nuevo destino. Así fue como Evans financy Sav se convirtió en su ancla para reiniciar en lo que le gustaba y se destacaba. Pero, al llegar, superar las expectativas de sus contratantes, y quedarse con el mayor cargo, también generó desacuerdo entre sus compañeros que también aspiraban quedarse con el mismo.
Toda esa preferencia que le dieron a Dayanne, provocó que un par de sus compañeros, investigaran sobre ella, siendo sometida incluso a chantaje con traer nuevamente a la luz pública el conflicto que le creó Jasón en su antiguo puesto, si ella no renunciaba. Pero está vez, Dayanne ya asteada de lo vivido, no se dejó manipular, y le importó poco lo que ellos hicieran, total ya se había acostumbrado a las burlas. Y gracias a su indiferencia, que realmente no era tal, porque obviamente le afectaba, solo que se negaba a que ellos lo supieran, el acoso y burlas de ellos así como comenzó, terminó.
Lo que Dayanne no se esperaba, era que por culpa de ellos, Nick Evans se iba a enterar del dilema personal que frustraba su vida emocional…
. – Señor Evans ¿Podemos hablar con usted? – Le pidieron tres de sus empleados, esos mismos que reniegan de que Dayanne esté por encima de ellos…
. – Adelante – Les invitó Nick preguntándose la razón de su petición… - ¿En qué puedo ayudarlos?
. – Pues realmente estamos aquí para poner una queja… - Dijo uno de ellos, “Por lo visto el más soberbio” pensó Nick.
. – Soy todo oídos… - Se reclinó en el asiento, sabiendo por cuál era la razón de su visita, lo que ellos ahora especulaban por los pasillos, su preferencia hacía Dayanne…
. – Queremos que sepa, que el personal está descontento por la actitud soberbia que venimos notando en la ingeniero ante su preferencia por ella…
. - ¿Todo el personal? – Preguntó Nick mostrando claramente su extrañeza - ¿Y dónde están los demás? ¿O usted es la voz de todos? ¿Y de qué preferencia hablan?
. – Digamos que sí – Nuevamente habló el mismo, mientras los otros solo bajaban la mirada, se notaba a leguas que estaban allí obligados – Es que hemos unificado criterios, y para que venir todos ¿Verdad?
. – Unificado criterios… - Repitió Nick con sarcasmo – Okey, entonces, cuál es la actitud de Ingeniero Wilson, que tiene a “TODOS” tan molesto…
. – Pues la forma en que nos menosprecia, cómo se dirige a nosotros – Miraba a sus compañeros, obligándolos con los ojos a decir algo, que nunca salió de sus bocas…
. – La verdad yo no he notado una mala actitud de ellas hacía ustedes… y eso que estoy bien pendiente – Recalcó dejando en evidencia que los tenía literalmente vigilados…
. – Claro, cuando usted está, ella en una santa paloma, pero cuando no, nos trata con inferioridad… ¿Verdad? – Con su tono impositivo quería doblegar a sus colegas…
. – Continúe – Le pidió Nick al ver que los demás se negaban a hablar…
. – Y nosotros no tenemos la culpa que ella sea una frígida amargada…
. – Un momento… - Pidió Nick al escuchar tal ofensa hacia Dayanne, pero el hombre no escuchó o se hizo el que no y continuó soltando su veneno hacía ella, que para mala suerte, estaba parada en la puerta con la mirada perdida en algún lado.
. - Por eso la dejó el esposo, por frígida, y como no puede complacer a un hombre, nos odia a todos, es una pobre mujer que solo la define ese término porque tiene figura, pero del resto no la define para nada esa palabra…
Nick se había levantado de la silla, no apartó en ningún momento la vista de Dayanne, fue consciente como sus ojos se nublaban y tragaba seco, era inocultable el dolor en su mirada, pero también la rabia que sintió que la expusieran de ese modo . Dayanne que había ido a compartirle unos datos a su jefe, se quedó estática al llegar a la puerta, en ese momento abierta, y escuchar como ese hombre se expresaba de ella. Al sentir la penetrante mirada de Nick, levantó la mirada avergonzada para encontrarse con la de él, que estaba igual. Se sentía mal por no haber detenido a ese tipo que obviamente, estaba humillando a Dayanne.
. – ¡Deténgase! - Le exigió con excesiva autoridad Nick, y el hombre cayó impactado por el tono molesto de su jefe – Dayanne… - La llamó cuando ella se dio la vuelta para volver a su oficina.
. – Señor… - Se quiso disculpar uno de los hombres al darse cuenta que Dayanne los había escuchado, pero Nick lo cayó, levantando la mano…
. – No terminé de entender su queja, que indiscutiblemente no tiene fundamento, lo que si lo tiene para mí, es que usted no es en lo absoluto nada productivo para esta empresa, ni para la sociedad de hecho…
. – Señor Evans… - El hombre sabía que nuevamente había sobre pasado los límites, solo que esta vez delante del jefe de jefes y ya no había vuelta atrás…
. – Nada, no quiero volverlo a ver por ningún motivo en mi empresa, y si ustedes quieren seguir a su amigo, bien puedan, allí está la puerta - Les dijo señalándoles la salida.
Los tres hombres salieron discutiendo entre ellos de la oficina, y Nick se apresuró a dirigirse a la de Dayanne…
. - ¿Puedo? – Preguntó ansioso, estaba realmente apenado y preocupado por ella…
. – Siga – Contestó Dayanne con voz completamente austera – Fui a entregarle esto, pero en vista de que estaba ocupado, tome – Le extendió la hoja por la que se había acercado a ese lugar…
. – Dayanne… - Él sabía que estaba afectada, pero intentaba ocultarlo.
. – No se preocupe, no es su responsabilidad – Nick iba a decir algo pero ella lo interrumpió – ¡Olvídelo! – Pidió recogiendo sus cosas, porque la realidad era que quería salir de allí lo más pronto posible, no era nada contra él, pero quería drenar su vergüenza sola… - Mañana me comenta si le parece esa propuesta y comenzamos con la inversión…
Nick solo la miraba, quería consolarla, sabía que ella se estaba tragando el dolor de la humillación que acababa de recibir por parte de ese cobarde, poco hombre.
. – Hasta mañana señor Evans – Se despidió Dayanne pasando por su lado, pero él la detuvo tomando su brazo.
. – Tú no eres nada de lo que él dijo… - Le dijo con firmeza para que se convenciera de sus palabras y olvidara las que la hirieron.
. - ¿Tú qué sabes? – Preguntó con voz débil, y él la tomó del rostro…
. – ¡Lo sé! – Dijo convencido, y sin esperar más la besó, un beso que se hizo urgente de su parte, buscando la respuesta que anhelaba, pero ella estaba bloqueada, asediada por las palabras que continuaban repitiéndose en su cabeza.
– Por favor… - Pidió con un fuerte nudo en la garganta, separándose de él, soltándose de sus manos y saliendo de la oficina, dejando a Nick con una sensación de impotencia por no poder detenerla y consolarla como deseaba.