Zaira es una joven que creció alejada de todo y todos, únicamente con la compañía de la mujer a la que considera su madre, pero a pesar de su aislamiento, Zaira siempre supo quién era y cuál era su propósito en la vida, y la joven está más que dispuesta a llevarlo a cabo.
Uniendo así su destino con los otros tres elegidos, Zaira deberá de derrotar al malvado dios Daotan, quién solo busca la destrucción del mundo, esta misión la llevara por un camino desconocido y lleno de peligros, un camino que no recorrerá sola, puesto que a su lado, lo quiera o no, estará un hombre que desde su nacimiento siempre supo que Zaira era su destino, y la ayudara aunque ella no lo desee.
Esta es la tercera historia de la tetralogía “Los 4 Guerreros de los Elementos”.
La primera historia es “El Guerrero de la Tierra”
Y la segunda historia es “La Guerrera del Aire”
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Capítulo 21
NARRADOR
En la mansión del Marqués Itsi, este se encontraba furioso por los acontecimientos de esta noche.
- Maldita y mil veces maldita, se supone que deberías haber muerto – dice el Malek a la nada, puesto que se encuentra a solas en su oficina.
Hace ya 16 años, Malek Itsi había pagado mucho dinero a unos mercenarios para que se deshicieran de su hermano menor y su familia, puesto que él quería de vuelta, lo que desde un inicio había sido suyo, a pesar de que en su momento el mismo había odiado los deberes que le traía su apellido.
Malek era un joven de espíritu egoísta y envidioso por naturaleza, desde muy joven, él envidiaba la libertad que tenía su hermano al no ser el heredero, puesto que, Malek al ser el mayor, había sido educado para ser el siguiente duque, mientras que Maxwell, si bien también había tenido una educación estricta, a los ojos de su hermano, este tenía más tiempo para relajarse y divertirse, cosa que no era del todo cierto, simplemente Maxwell tenía una mayor facilidad a la hora de aprender, por lo que solía terminar sus lecciones más rápido, lo que le otorgaba más tiempo libre que su hermano, pero eso Malek no lo veía.
Con el tiempo, este rencor de parte de Malek hizo una brecha en su relación, no solo con su hermano, sino también con sus padres, ya que él consideraba que tenían favoritismo por Maxwell.
Lleno de rencor hacia su hermano, Malek decidió destruir la reputación de su hermano ante sus padres y ante la sociedad, por lo que solía meterse en un sinnúmero de problemas, y culpaba a su hermano de estos, cosa que hizo que Maxwell se ganara la reputación de ser un joven problemático ante todos, que era justo lo que Malek estaba buscando.
Con la llegada de la profecía del oráculo, Malek quedo libre de aquellas responsabilidades que desde hacía un tiempo lo tenían harto, pero su alivio no duro demasiado, puesto que al poco tiempo sus celos volvieron, esta vez por el hecho de que, ahora Maxwell era quien tenía la atención de todos, no solo por ser el siguiente duque Itsi, sino porque él sería el padre de la gran Koi, protectora y guardiana del elemento agua, sus celos llagaron a tal grado que decidió que él quería tomar eso para sí, y la única manera que se le ocurrió para lograrlo, fue deshacerse de Maxwell, y de la niña que acababa de tener con su esposa, a Malek poco le importaba que la infante fuera solo una bebe, para él lo importante era tomar el lugar de su hermano, y que su hija, quién tenía casi la misma edad que su sobrina, tomara el lugar de la gran Koi.
Al final, todo su plan no salió como lo había planeado, si bien si logro deshacerse de su hermano y su familia, el príncipe Jordán se interpuso entre su objetivo y él, y es que fue la intervención del príncipe, lo que impidió que el rey le otorgara el título de duque, devolviéndoselos este a sus padres, quienes, se negaron a entregárselo tiempo después.
Malek estaba seguro de que el príncipe sospechaba de él, por algo le había negado el título, y podía asegurar que había compartido sus sospechas con sus padres, y por esto, ellos habían cortado todo lazo con él, así que, para asegurarse de no dejar cabos sueltos, Malek se reunió con los hombres que había contratado para deshacerse de su hermano, y los mato a todos, para evitar que, de ser atrapados, lo pudieran delatar, ahora ya solo quedaba un cabo suelto, y era su sobrina, a la que el príncipe Jordán buscaba, asegurando que estaba viva, pero él sabía que no era así, por lo que no debía preocuparse.
- ¿Seguro que todos murieron? – le pregunto Malek a sus hombres ese día.
- Sí, matamos al duque y a la duquesa, y esta última, arrojo a su hija por un acantilado, no hay manera que hubiera sobrevivido a esa caída, y de haberlo hecho, seguramente se ahogó en el río – le dijo el líder de los mercenarios, dejando más que contento a Malek con las noticias.
Pero ahora todo eso no valía nada, porque, contra todo pronóstico, la niña si había sobrevivido, y ahora había vuelto, a quitarle lo que era suyo por derecho de nacimiento.
Zaira era un obstáculo para Malek, puesto que el marqués ya había planeado como deshacerse de sus padres para obtener su título, pero ahora también debía de eliminar nuevamente a su sobrina, y eso sería muy complicado, pero no imposible.
- Ya verás, mi pequeña sobrina, desearás haberte quedado en el boque de donde te sacaron – dice Malek un poco más calmado, y comienza a hacer los preparativos para terminar no solo con su sobrina, sino también con sus padres, puesto que pensaba acabar con los tres de una vez y así obtener su recompensa, esa que él creía que le pertenecía.
Mientras que Malek estaba muy concentrado planeando como se desharía de los estorbos en su vida, una pequeña rana de agua, escondida en una esquina de aquella oficina, miraba con atención todo lo que el Márquez hacía, sin perderse un solo detalle.