Doctora O

Por la noche Hyun Joong, sale al balcón de su departamento, quiere mirar las estrellas mientras toma una lata de cerveza, contempla las estrellas, se pone a meditar en las cosas conversadas con Audrey, esta hipnotizado por el color jade de sus ojos, pero suena el celular y eso lo arrastra a la realidad, lo irrita un poco, recibe una llamada de su padre y por ser de su padre se calma antes de responder.

- ¡Aló! - responde la llamada algo desganado.

- Hyun Joong ¿Estás bien? Es una semana hoy que no das noticias.

- Discúlpame papá, con los temporales de la semana ha habido muchos accidentes y eso ha contribuido a la multiplicación de pacientes con graves cuadros de trauma.

- Entiendo hijo, pero, por lo menos, un mensaje de voz que no vas a llamar por trabajo, tú sabes cómo es tu madre.

- Sí, lo sé papá, además. Hoy empecé un seminario internacional, dura cuatro días.

- ¡Qué bueno! – se alegra el padre - En un seminario puedes recibir muchas buenas aportaciones para tu carrera.

- Hoy fue muy interesante, tengo muchos apuntes que repasar.

- ¿De qué trató la ponencia el día de hoy?

- Bueno fue una doctora joven, talentosa. Se llama Audrey Walls.

- No entendí el nombre y no me lo repitas, parece ser difícil de pronunciar.

- Un poco para el que no habla inglés.

- Dijiste que es joven. Me parece imposible.

- También yo, pero ella es muy detallista al explicar y tiene mucha experiencia.

- No tiene sentido, un joven no se expresa de esa manera.

- Papá, no juzgues al libro por su portada. Eso me lo enseñaste.

- Sí, es verdad, pero alguien joven no puede preceder una ponencia de alto nivel.

- Papá -se impacienta Hyun Joong, la gente habla mucho de ella y la he investigado.

- ¿La has investigado? – el padre se sorprende de la actitud de su nieto.

- Quiero traerla a Corea. Ella sería de gran ayuda para ti.

- La clínica es pequeña y estamos completos.

- Estoy seguro de que con ella las cosas pueden ir mejor.

- No sabemos su cultura. Tu exnovia te dejó por uno más maduro, quien sabe si te enamoras y ella se fija en otro hombre, no quiero que sufras.

- Las cosas suceden por algo, papá. Ella quedó en el pasado. No hay mal que por bien no venga. Audrey es mejor y por mucho, muy aparte de las buenas cualidades, es muy profesional.

- Defiendes mucho a esa mujer y aún no la conoces. Tu corazón tiene una herida, que no se vaya a lastimar otra vez. - papá se lo repite para que su hijo razone - Has llorado tanto cuando recibiste la invitación...

- Papá, Audrey es diferente, tenlo por seguro. - corta la conversación del abuelo – que sea la última vez que revuelvas el pasado. - le levanta la voz.

- Sólo protege tu corazón. Hyun Joong quiero que entiendas que eres todo lo que me queda.

- Papá, que ella se encargue de tu clínica y yo retorno a mis negocios y la música.

- ¿Vas a renunciar a la medicina?

- Papá, tienes que conocerla. Cuando regresemos a Corea, trátala bien, aunque no hable nuestro idioma, le enseñaré sobre nuestra cultura.

- ¿Qué pretendes Hyun Joong? ¿Acaso piensas casarte con ella?

- Quien sabe, por el momento ella es una mujer increíble.

- La razón de mi llamada era para recordarte que Sam Bum se casa pronto, y como es tu amigo de infancia no sería correcto que estés ausente en una fecha tan importante.

- Lo tengo presente, en todo caso, Audrey será presentada para esa ocasión.

- Piensa bien en lo que vas a hacer. Recuerda que ella también tiene sentimientos.

- Jamás lastimaría a una mujer. – mira su mano izquierda y hace un puño – a ella la voy a proteger papá, sé muy bien lo que tengo que hacer

- Ya eres grande, sólo te pido que pienses con la cabeza fría.

- Ve a descansar papá. Que no se agite tu corazón.

Hyun Joong sostuvo una larga conversación con su padre. Hubo una mujer en el corazón del joven doctor que quedó en el pasado, sus heridas no fueron provocadas directamente por ella con el otro hombre. El simple hecho de pensar en ello secó la lata de cerveza con un sólo trago todo el restante.

Hyun Joong se pone a investigar, busca su laptop y en la comodidad de su cuarto busca más información sobre Audrey Walls, está vez es su dirección. Con el pase de los minutos, logró conseguir el lugar de residencia de la doctora, para él, esa información es valiosa, y con cuidado lo anota en su agenda.

Son apenas las siete de la noche, y Hyun Joong hace una llamada a la florería, ordena un ramo sencillo, pero con las flores más bonitas y entrega la dirección de la doctora Audrey.

Por su parte, Audrey está en su minidepartamento, está preparando su cena, a la vez que revisa el correo electrónico de las nuevas actualizaciones y de vistas a hospitales que le programan. Está sentada, se apoya sobre la mesa, tomando café va leyendo un correo electrónico que acaba de llegar. Suena el timbre, algo extraño, nadie la visita de noche. Ella piensa que se puede tratar de una emergencia, así qué, atiende.

- ¿Quién es? – se apoya sobre la puerta.

- ¿Con la señorita Audrey Walls? Encargo de florería.

- Sí, soy Audrey Walls pero debe ser un error, yo no he pedido flores.

- Es un encargo, a su nombre. Por favor, necesitamos que firme el cargo de conformidad para poder retirarnos.

Audrey abre la puerta y el joven empleado de la florería sostenía un pequeño y colorado ramo en una mano y con la otra el cargo que debía firmar. Ella lee el papel y no hay error, por lo que no le quedó otra que firmar el cargo.

Hay algo que no le cuadra a Audrey, ¿Quién aparte de ella conoce su dirección? ¿Por qué el ramo tiene claveles y margaritas, sus flores favoritas? ¿Alguien la está siguiendo? Ella piensa en muchas cosas, intenta unir cabos, cuanto más lo piensa, más se enreda. Lo único seguro es que ella no se siente segura. Quiere pedir ayuda a su tutor, pero a la vez teme porque sus llamadas puedan ser interceptadas.

El ramo de flores tenía una pequeña tarjeta con escrito “Muchas gracias”.

Audrey sigue pensando, la única persona que se ha mostrado cercana a ella fue el surcoreano, pero no tiene lógica según ella, él no sabe su dirección y mucho menos el número de teléfono para que él la rastrease y de con su dirección.

Lo único que le queda es ir a dormir, porque mañana tiene que visitar un hospital infantil y después hay que asistir al seminario.