ATENEA

En la gran cocina de la mansion de Sofia y Ares se encontraba abuela y nieta hablando.

Aria: abuela como así, de que hablas

Sara: amor que ya tienes 17 y ese corazoncito, no esta latiendo por alguien, no sientes mariposas en el estomago, algún hombre que te ponga a mil , que hasta la de abajo llore cuando lo ve

Aria: jejjejejje, hay abuela si estuviera enamorada no lloraría la de abajo, sino que sudaria feliz.

Sara: como.... eres igual a tu madre, pero amor date la oportunidad de conocer, salir con jóvenes, no todo es trabajo y estudio... tienes 17, y estás en la mejor etapa, divina juventud, quien te volverá a tener.

Aria: abuela que hace uno si el hombre no lo mira ...

Sara: viólalo, mentiras amor, chiste, demuéstrale de lo que se está perdiendo.

Aria: hay alguien, pero casi imposible, es mayor, vive por su trabajo y ni me pela, soy una niña para el.

Sara: y tú cuando té has dejado por los obstáculos, amor eres Makris expertos en enfrentar todo, si estás segura de lo que sientes Lucha.

En ese momento, Aria y su abuela ven con asombro la persona que está mirándolas fijamente.

Sofía: mi niña esta enamorada, hay que emoción ya era hora, cielo nosotras necesitamos mantenimiento, si no se nos seca.

Aria: hay mamá por eso es que la tuya se mantiene bien lubricada jejje porque tu y papá no tienen comparación.

Sofía: nos amamos, y siempre dispuesta,¿ quien es?, quiero saber quien robo el corazón de mi hija.

Aria: madre no me pela, los dejos ya debo irme a la oficina...

Sara: amor piénsalo, el amor es maravilloso

Aria sale pensando en lo que su abuela y mamá le dijeron, lanzarse al amor, arriesgarse, pero le daba miedo, no quería perderlo, prefiere seguir asi, fija su mirada al frente, donde lo observa como siempre esperándola para cuidarla, Alejandro Dimou, ella toma un gran suspiro y camina hacia él.

Aria: Dimou, da la orden vamos al laboratorio

Alejandro Dimou: vamos

Alejandro es él guardaespaldas de Aria hace dos años, tiene 27 años, es un hombre hermoso, alto, serio, trabaja con la familia Makris desde los 15 años, está altamente entrenado, por eso Ares lo escogió para cuidar a su mayor tesoro, su princesa.

Como siempre Aria va con Dimou en el mismo auto, otra camioneta con más guardaespaldas va detrás, la seguridad siempre es la misma lo único que cambia son las rutas por seguridad.

Aria: Dimou hoy trabajaré hasta tarde si deseas puedes dejarme, y regresar en la noche

Alejandro Dimou: yo me quedo el tiempo que sea necesario.

Aria: como quieras.

Luego de conducir un rato, llegan a un edificio enorme, bajan directamente al sótano, el único hombre autorizado para ingresar con Aria es Dimou, ya que allí se manejan los más grandes inventos en robótica de ella, tanto para el comercio, como para la mafia Griega, italiana, rusa, Americana, Alemana, sus tíos eran sus más grandes clientes.

Alejandro Dimou

Aria Makris

Entran al Laboratorio, de inmediato se pone su traje y empieza a trabajar, el tiempo se detiene para ella, está en su mundo, en su esencia, tanto así que ni se da cuenta que cierto hombre la mira con devoción, con un amor que daría la vida por ella.

Para él es imposible no amarla, desde el primer momento que la vio supo que seria su perdición, fue amor a primera vista, pero imposible, Aria jamás lo miraría como él la mira, ella está muy por encima de él, lo único que podía hacer es protegerla y así poder tenerla cerca.

Pasan las horas y como era de esperarse llego casi la madrugada y ella seguía trabajando, hasta que su celular sonó.

Aria: Samuel que pasa

Samuel: hermana donde estás, te espere horas para ir a cine me lo prometiste y nunca llegaste.

Aria: lo olvidé, perdón estoy en el laboratorio, que hora es

Samuel: son las 3 de la madrugada,

Aria: se me hizo muy tarde, ya voy

Aria cuelga la llamada, esto solía pasar cuando estaba en el laboratorio, al salir ve a Dimou esperándola como siempre, a veces pensaba si este hombre no se cansaba de estar en la misma postura.

Aria: Dimou porque no me avisaste la hora, otra vez papa me dirá que necesito descanso.

Dimou: perdón señorita, no volverá a suceder, a donde nos dirigimos

Aria: a casa, ni modo que a comer a esta hora

Lo que Aria no sabía era que Dimou daría lo que fuera por comer, llevaba horas sin tomar ni agua, ya que en el laboratorio era prohibido algún tipo de alimento.

Subieron a los carros y salieron directo a la mansión, el silencio en el carro era normal, Aria seguía trabajando mientras llegaban, cuando Dimou le avisa que están en casa, ella solo baja va directo adentro, ignorando a todos a su alrededor.

Guardaespaldas: como siempre ella tan cordial,

Dimou; sino te gusta mañana mismo pido tu cambio

Guardaespaldas: no es para tanto amigo, es solo que ella al que le dice dos palabras es a ti, y eso cuando está de buenas, pero que mas esperamos de la hija del gran Ares.

Dimou: manda un mensaje al jefe de seguridad, pidiendo el cambio de su compañero, no permitira a nadie hablar de su niña.

Ya pedí tu cambio, mañana te presentas al jefe de seguridad, el te dara tu nuevo lugar, permisos Sres, tengo hambre.

Todos se quedaron mirando al guardaespaldas, sabían que el cuidar a la hija de Ares, era uno de los mejores puestos, ella no daba que hacer, muy al contrario del resto de la familia, el hombre furioso maldecía, si hubiera sabido que reaccionaria así se queda cayado.

Conductor: Aprende algo, Dimou ha durado en este puesto porque él no ve, no oye, solo obedece y cuida, tú lo perdiste por bocón.

Luego de comer Dimou se dirigió a su habitación a descansar, sabía que a las 6 am, su princesa estaría lista para ir a su entrenamiento y como siempre él la acompañaría.