Esta Vez No

Todo va de acuerdo al plan… - interroga Amaro.

- Si – Elizabeth sonríe -, esperemos un poco más.

Luego de varios minutos Amaro ve que el príncipe se logró separar de los hombres con los cuales se encontraban hablando, por lo cual, deciden acercarse a él para despedirse.

- Nicolás: se retirarán tan temprano…

- Amaro: mi hija ya ha disfrutado de la celebración, además tiene que seguir un horario con eso nos aseguramos de que se prepara correctamente para su futuro esposo, hoy fue su debut eso no significa que mañana ya tendrá un esposo.

- Nicolás: tiene razón.

- Elizabeth: nuestro hijo se encuentra cansado de vigilar que nadie se acerque a su hermana, es demasiado sobre protector con ella, lo enviamos al carruaje para que mi niña pueda hablar tranquila con sus amigas, por cierto, no he visto a nuestra hija por el salón desde entonces – se muestra preocupada.

- Amaro: Arián debe haberse desesperado volvió a la fiesta por Ingrid, ya deben estar en el carruaje esperándonos, nuevamente le expresamos nuestro agradecimiento, fue un placer verlo príncipe – hacen una reverencia y se retiran.

Cuando salen del palacio Amaro le reclama a su esposa por haber dicho que Arián cuida a su hermana, ya que si la estuviera cuidando ¿Cómo pudo terminar en la habitación con el Duque?, Elizabeth recapacita su error y le pide una disculpa, luego de unos minutos Amaro vuelve a ingresar al palacio situación que extraña a Nicolás quien se acerca a él para averiguar si sucedía algo.

- Mi hijo se encontraba solo en el carruaje príncipe, no sabe donde esta su hermana, debe seguir aquí, pero no la veo por el salón.

- De seguro se encuentra hablando con alguna señorita, le ayudaré a buscarla.

Tras buscar por distintos lugares, Nicolás ordena a sus guardias de forma discreta que la busquen por los jardines, mientras que él va junto a Amaro a la habitación de su primo en el palacio para que los ayude a buscarla

- Mi primo es un gran estratega, siempre se mantiene tranquilo ante estas situaciones de seguro nos ayudara a encontrar a su hija con rapidez – llegan a la habitación y tocan la puerta sin que haya contestación.

- Tal vez no se encuentra en la habitación – menciona Amaro.

- Puede ser que ya este descansando, tendré que entrar a molestarlo – abre la puerta y mira a Dariel en la cama junto a Ingrid desnudos, enseguida cierra la puerta -. Creo que no está aquí.

- Opino lo contrario príncipe – Amaro abre la puerta -. ¡Ingrid! – grita y entra al lugar, mientras Nicolás intenta detenerlo.

- Barón por favor cálmese.

- Como me pide que me calme, si veo a mi hija a lado de un hombre. ¡Ingrid! – grita -, ¿Qué has hecho? – Ingrid mira confundida el lugar y al ver que esta desnuda enseguida se cubre con una sábana.

- Padre – responde Ingrid asustada -, no sé qué sucedió.

- Amaro: Eres una cualquiera, te parece justo hacer esto, me haz deshonrado.

- Dariel: ¿Por qué hacen tanto ruido? – se despierta.

- Nicolás: primo, ¿Qué hiciste?

- Dariel: ¿Qué hacen en mi habitación? – se sienta en la cama y mira que se encuentra desnudo y a su lado Ingrid.

- Amaro: usted deshonró a mi hija. Ingrid vístete de inmediato y usted – señala a Dariel -, no me importa quién sea, responderá por el honor de mi hija – Amaro se va de la habitación sonriendo.

- Nicolás: primo te pusiste la soga al cuello.

- Dariel: sal.

- Nicolás: solo porque está la señorita.

Nicolás al salir ve a Amaro dando vueltas por el pasillo muy molesto e intenta acercarse para tranquilizarlo.

- Barón entiendo su enojo, tiene que tranquilizarse – dice Nicolás con calma.

- No lo entiende, usted no tiene hijos, sabe lo que es cuidar alguien toda su vida, darle lo mejor que puedes para que termine de esa manera, creí que la había educado de forma correcta y mire, se acostó con… - suspira -, lo siento príncipe.

Mientras tanto Ingrid intenta vestirse, pero termina cayendo al ponerse de pie de la cama.

- No creo que alguien como tú pueda ser virgen, de seguro te acuestas con todos y utilizas el mismo truco – menciona molesto Dariel -, vístete de inmediato que me da asco verte.

Ingrid logra ponerse de pie con dificultad e intenta cubrirse con una sabana y recoger su vestido.

- Me drogaron – Dariel se levanta de la cama y se acerca a Ingrid -, ¿Qué utilizaste? – la toma de los brazos.

- No sé a qué se refiere, suélteme – lo empuja -, cree que deseaba esto, sabe lo que hará mi familia conmigo – comienza a llorar -, usted puede librarse de asumir esta responsabilidad, en cambio a mí me mataran – abre una puerta y ve que es el baño -, sabe es mejor que usted me mate de seguro será más piadoso que mi familia – entra al baño y cierra la puerta.

Al encerrarse en el baño Ingrid comienza a vestirse e intenta tranquilizarse, se lava el rostro, respira un momento y sale de ahí ignorando lo que dice Dariel, en cuanto su padre la ve le da una bofetada provocando que caiga al suelo, Nicolás interviene impidiendo que Amaro la vuelva a golpear.

- ¿Cómo puedes hacerme esto? – grita Amaro -. Dime te eduque para que terminaras así… en la cama de un hombre como una cualquiera.

- Padre … - es interrumpida.

- No digas nada, nada podrá justificarte, me decepcionaste.

- Barón debe tranquilizarse, mañana solucionaremos este inconveniente, se lo prometo – Nicolás ayuda a Ingrid a levantarse -, ahora sacaremos a su hija de forma discreta.

- No es necesario – Dariel aparece puesto solo un pantalón -, deseaba que su hija se case conmigo – toma la mano de Ingrid -, entonces lo haremos. Mañana iremos de inmediato a su casa para firmar el compromiso y al final de este mes nos casaremos.

- Es lo mínimo que puede hacer después de haber deshonrado a mi hija – responde Amaro -, vámonos Ingrid, a usted lo espero mañana temprano en mi casa.

- Para que se llevara a mi prometida – Dariel sostiene a Ingrid -, lo que temía que pasara ya paso – sonríe.

- No dejare que mi hija se convierta en la burla de la sociedad, ella vendrá conmigo.

Amaro toma del brazo a su hija, mientras Nicolás los guía a la salida asegurándose de que nadie los vea hasta llevarlos a su carruaje, en el camino de vuelta a su casa van en silencio, Ingrid va con la cabeza baja intentando contener su llanto, al llegar Elizabeth acompaña a su hijo a su habitación, mientras que Amaro lleva a su hija a su despacho.

- No tienes por qué llorar – Amaro se sienta -, esta noche fue buena para nosotros, logramos conseguirte un gran esposo, cosa que no podrías hacer sola.

- Padre…

- Quiero que me escuches bien, sabes que no me gusta repetir las cosas dos veces, una mujer debe callar cuando su esposo habla ¿Qué más?

- No cuestionar sus decisiones, complacerlo, cuidarlo y respetarlo.

- Si te golpea…

- Es porque cometiste un error.

- Si te engaña.

- No supiste complacerlo como mujer y tiene derecho a buscar una mujer que lo satisfaga, mientras tu sigas siendo su esposa.

- Aprendiste bien la lección. Quiero que te comportes de forma adecuada, serás su esposa no su dueña.