Por miedo, Ana Clara Ferreira acepta una propuesta para ir a trabajar a Italia junto a su mejor amiga, Viviane Matoso. Pero, por accidente, termina convirtiéndose en la niñera de la hija del mafioso más temido de Italia.
Mateo Castelazzo, el Don de la mafia italiana, se divide entre atender sus negocios, la organización y cuidar de su traviesa hija Isabela.
Pero todo cambia después de un accidente…
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Capítulo 3
Ana Clara:
Los meses han pasado deprisa, ya hace 3 meses que estamos aquí, y aún habiendo ganado un buen caché estamos economizando, compramos lo mínimo necesario, y en todo este tiempo nada de encontrar un trabajo. Estaba volviendo de otra sesión de fotos, esta vez solo yo hice la sesión, Vivi no fue, así que entro en casa Vivi corre y se lanza sobre mí.
–Encontré trabajo para nosotras.
–Ahhhhhhh
Yo grito y saltamos abrazándonos.
–¿Dónde, loca?
–En una cafetería en el centro, por el horario de nuestras agendas, tú trabajas por la mañana y yo por la tarde, parece conspiración del destino pero hasta el horario cuadra, vamos a poder conciliar los dos.
–Qué maravilla Vivi, vamos a poder buscar otro lugar para quedarnos finalmente, y así vernos libres de ese maldito de Augusto.
Al otro día yo me presenté para trabajar, el trabajo era pesado, gracias a Dios en estos tres meses aprendimos lo básico para poder comunicarnos con los italianos, la cafetería Castelazzo era muy concurrida, y esta mañana estaban a las corridas, pues por la tarde iba a haber una reunión, el gerente estaba hecho un loco arreglando la sala, gracias a Dios que yo no voy a servir en esa reunión, pues será después de mi horario de trabajo. Salgo del trabajo y estoy mirando algunos apartamentos, pero son todos muy caros, estamos yendo a una pensión para ver si tienen dos habitaciones para dentro de 3 meses.
Estaba acostada descansando cuando Vivi entra, con la boca abierta.
–¿Qué cara de boba es esa? ¿Viste un pajarito verde?
–No, hoy conocí al hombre más guapo que he visto en mi vida.
–¿Estás loca, Vivi?
–Clara, no tienes noción de lo lindo, fuerte y guapo que es nuestro jefe, y casi dejo caer la bandeja cuando lo miré, solo me faltó babear en su café.
–Y ahí perderías el empleo en tres tiempos.
–Estoy segura de que él no es todo eso, debes estar exagerando.
–¿Exagerando? Creo que lo estoy disminuyendo, él es mucho más de lo que dije.
–Mucho exageración. Está bien, amiga, mañana no tenemos compromiso, después del trabajo voy a dar una vuelta, ya dejé reservada la habitación.
–Voy a llamar a mamá diciéndole que vamos a poder quedarnos.
Ella estaba muy entusiasmada con nuestro jefe, yo es que no voy a estar mirando a nuestro jefe, Dios me libre de perder ese trabajo, pues él es mi esperanza de salvación.
En la mansión de los Castelazzo...
–Esta fue la última, Bella, yo desisto, no voy a contratar más ninguna niñera para cuidarte, cuando yo no pueda estar contigo te quedarás sola, yo quería mucho una amiguita para jugar contigo, pero tú espantas a todas.
–Pero Papá, ellas son muy aburridas, no apareció ninguna buena.
–Estás exigente demasiado, Bambina.
Y en la mañana siguiente, Matilde va a hacer compras y Mateo sale para el trabajo dejando al chofer vigilando a Isabela mientras ella hace clase de ballet.
La Mafia avisa que hay hombres robando cargamentos de Mateo y todo el efectivo va para la confrontación dejando la casa solamente con el chofer y la niña haciendo su clase de ballet, mas la profesora avisa al chofer que Bella tiene fiebre.
–Señor Castelazzo, la niña Bella tiene fiebre y Matilde no ha vuelto.
–Caspita...
Mateo respira hondo pues está en confrontación con la Mafia rival.
–Lorenzo, lleva a Bella al hospital, estoy en el trabajo urgente aquí, así que salga yo los encuentro allá, Paola está aquí con Marco, no tengo a nadie más para llevarla, estoy confiando la vida de mi hija a usted.
–Sí señor, estoy yendo inmediatamente.
Lorenzo apenas toma a la niña, la coloca en el asiento de atrás y prende el cinturón de seguridad y sale para el centro de la ciudad donde está el mejor hospital.
Pero al pasar al centro percibe que el carro está siendo seguido, él acelera, mas aún continúa siendo perseguido, él intenta hacer una curva brusca, pero al hacer eso el carro vuelca cerca de la plaza central.
Ana Clara:
Hoy el día fue más calmo, a pesar de estar frío y tener un gran movimiento, no estaba tan nervioso como ayer que el jefe vino por la tarde, terminé mi turno y fui para el centro de la ciudad a dar una vuelta, estaba paseando en la plaza cuando vi un carro corriendo en alta velocidad y otro carro negro atrás, cuando el chofer hace una curva brusca y el carro vuelca varias veces.
Muchos curiosos miran alrededor, yo voy para el medio de ellos mientras ellos toman su celular para pedir el socorro, yo oigo un lloro de una niña gritando por el padre, mi pecho duele y aún con las protestas yo me acerco y cuando me acerco percibo un olor a gasolina, yo miro para el motor del carro que está agarrando fuego.
–Dios mío, este carro puede explotar a cualquier momento.
Sin pensar dos veces consigo abrir la puerta de atrás del carro y retiro a la niña, que se agarra a mi cuello y cuando yo me alejo con ella y las personas protestando diciendo que ella puede tener fracturas en el cuerpo, el carro inmediatamente explota.
Yo coloco la cabeza de la niña en mi pecho para que ella no vea el carro del padre explotando, por lo visto tenemos una huérfana aquí.
La ambulancia llega, y coloca una niña en la camilla.
–¿Puedo ir junto con ella?
–¿Qué eres de la niña?
No sé de dónde tengo coraje, pero miento.
–Hija, ella es mi hija.
Ellos piden para que yo entre y preguntan muchas cosas y yo finjo estar desorientada, ellos entran con la niña y después una joven viene a hablar conmigo.
–¿Por qué mintió diciendo que era madre de la niña?
–Yo solo quería acompañarla, fui yo que la saqué del carro, ella podría estar muerta ahora.
–Ella te quiere, ella ya está estable, está llamando a la tía que fue en el carro.
Así que yo llego en la habitación veo ella con una curita en la cabeza, luego llega el médico y viene a hablar conmigo.
–¿La señorita no conoce a esa niña?
–No señor, yo vi el accidente, la saqué del carro y me quedé con ella, yo creo que el padre de ella murió en la explosión.
–Ella sufrió un golpe en la cabeza, y dijo que tenía dolor de garganta, está con unas placas en la garganta, es una amigdalitis.
–Tía, ¿yo quiero a mi papá?
–¿Tu papá era aquel que estaba en el carro contigo?
–No tía, aquel era el tío Lorenzo.
Yo respiro aliviada por el padre de ella no haber muerto y ella aún tener él.
–¿Tú sabes el nombre de tu mamá? ¿Vamos a llamar para ella?
–Papá dijo que ella se convirtió en una estrellita.
Yo no doy una bola dentro mismo.
–Todo bien querida, fue ella que cuidó de ti allá en el carro para tú estar bien ahora, ¿y tu papá? ¿Tú sabes el nombre de tu papá?
–Papá.
¿Cómo una niña no sabe el nombre del propio padre?
–¿Tu nombre mi querida?
–Bella, Bella castezasso.
–Doctor, ella no sabe decir el nombre derecho.
–Yo creo que ella quiso decir Castelazzo.
–Castelazzo es el nombre de la cafetería en la que trabajo, ella debe haber visto o ido allá y está confundiendo.
–Señorita, ¿la señora no es de Italia?
–No doctor, ¿por qué?
–La familia Castelazzo es una de las familias más ricas de Italia, ellos son muy influyentes, si ella es una Castelazzo debemos informarlos.
Entonces quiere decir que yo trabajo para una de las familias más influyentes de Italia, ¿esta niña debe ser hija de quién? Yo solo espero que eso no entorpezca mi trabajo...