El Regalo De Federica

Novela : El regalo de Federica.

Autor : Elsa Elena Isasa.

Luna pasó mucho tiempo de ese día pensando. Era la primera vez que elegía con quién seguir el viaje de la vida. Y eligió a Federica. 

Recordó su elección pasada, con solo dieciocho años , enamorada de todo lo que significada su padre : seguridad y protección y desechando todo lo que su madre Federica le proponia: libertad y aventura con coraje. 

Supo pronto que había tomado un camino erróneo. En realidad lo supo ya en su noche de bodas cuando su marido prácticamente la violó, con las luces prendidas y separando sus piernas con brusquedad riéndose de su timidez. 

Pero aguantó mucho. Interminables y asquerosas noches de sexo molesto y desagradable, días de hastío y recriminaciones, años enteros de querer doblar lo que estaba irremediablemente torcido. 

Gracias a Dios su marido después de un tiempo dejo de buscarla sexualmente : "Eres una tabla frígida", le decía. 

Por eso, cuando murió su madre que ya hacía unos años que vivía en el castillo de Fantasmas como lo llamaba su amiga , sintió mucho no poder decirle : "mamá , tenías razón. No debí casarme.". Lo único que era rescatable de esta unión desastrosa era Federica. 

Amando ciegamente a su hija recién nacida y ante la indiferencia de su padre David , que quería un hijo varón , le brindó a su niña el nombre de la libertad,de la vida, de la locura y la poesía, el nombre del camino distinto y la originalidad, le llamó Federica en honor a la Loca Bohemia del Castillo, como le llamaba despectivamente su padre.

"Ella será tu compañera en el viaje a tu libertad,' le había dicho su madre, besando con dulzura a su nieta recién nacida. 

"Es linda. Pero ahora tienes que buscar el varón ", le dijo su padre. 

Estaba tan claro lo poco que su padre valoraba su existencia pero ella seguía y seguía intentando cumplir con su voluntad. Estaba casada como el quería, se ocupaba del hogar como el quería, dejó en manos de su marido el manejo de su patrimonio como su padre lo había dispuesto, siguió aguantando traiciones, engaños y vejaciones. 

Pero su padre murió. No pudo siquiera saber el desastre que sus consejos habían causado. Y fue entonces, que un día, uno cualquiera , decidió pararse y sentarse a replantear consigo misma la vida que estaba llevando. 

Y fue entonces que decidió que para el resto de su vida no quería lo mismo. 

Que era hora de tomar a Federica de la mano y salir hacia la libertad. 

Y ahora la había conseguido. Su patrimonio era poco. Pero ella era capaz y muy fuerte. Y cambiaría su vida. 

El genio artístico que heredó de su madre, le hacía transformar una habitación cualquiera en una casa de diseñador. 

Era capaz cambiando solo la ubicación de los muebles o aportando a la estancia unas piezas desechadas en un depósito, convertir salas o alcobas en lugares alabados por todos. 

 Tenía grandes objetivos en mente ;

_ Reconstruir el castillo de Federica, empezando de una pieza a la vez. 

_ Estudiar diseño y construcción, aunque más no fuera, en línea.

_ Educar a su hija dándole las herramientas para ser fuerte, resistente y libre.

_ Aumentar su patrimonio para que cuando Federica elija una carrera universitaria pueda costear la sin problemas. 

_ Nunca jamás, casarse otra vez.

Así que decidió, tomar un día para elegir los muebles que eran de su propio hogar, de la que había sido casa de su padre y que fue vendida por su despreciable ex esposo, marcarlos y enviarlos a un depósito. 

Decidió dejar a Federica unos días con Leo en la casa de su amiga hasta preparar un espacio y ver un colegio adecuado para la niña..

Ir a Belmont sola era necesario. 

No sabía siquiera si la casa era habitable. Si tenía luz, agua , muebles y seguridad. 

Tendría quizá que contratar gente para las reparaciones y limpieza. Y seguro gastaría bastante dinero preparando un lugar habitable para las dos. 

Pero lo haría. Y luego conseguiría trabajo. Y podría entonces llevar al resto de su familia : su nana y su pequeña. 

Todo se arreglará en su vida. La puerta que la retenía encerrada se había abierto de par en par. Podía comenzar a caminar hacia los primeros días de su nueva vida.