La Apuesta

La mayoría de los jóvenes médicos se han presentado entre sí, la buena química que se sintió entre todos es notable, de pronto entra una mujer de unos cincuenta años, con una personalidad impactante, muy guapa.

-Buenos días chicos, soy la doctora Mejía voy a ser su coordinadora, lo primero que quiero darles es la bienvenida, felicitarlos por su determinación y por estar aquí, les voy a dar su orden del día, no soy intransigente pero sí muy exigente, me gusta que se comprometan con lo que están haciendo, también si tienen alguna duda u opinión háganmelo saber, me gusta escuchar, así crecemos juntos, ¿Están de acuerdo?

Todos contestan, la mujer hace que se presenten y les va entregando un gafete con sus respectivos nombres y fotografías a cada uno de esos nuevos integrantes del equipo médico de dicho plantel, los acompaña a los vestidores, los gaveteros ya tienen impresos sus nombres, les da oportunidad para que se cambien y les muestra el hospital y sus áreas.

El hospital cuenta con la mejor tecnología, todo está a la vanguardia, el quirófano es de lo mejor, Regina de inmediato se imagina realizando operaciones en ese lugar, no cabe duda va a ser muy feliz ahí, parte de sus obligaciones es apoyar en urgencias, pediatría, consulta externa y obviamente estar presente en la mayor parte de las cirugías y como es bien sabido en un así lugar no se tiene un horario establecido, todos por obligación deberán portar un localizador y estar disponibles las veinticuatro horas del día y los trescientos sesenta y cinco días del año, pero está consciente ya que la medicina es lo que le gusta

Para Regina el primer día estuvo muy tranquilo, la doctora Mejía se comportó muy amable, les brindó mucha confianza y les dió algunos tips para poder ser unos buenos especialistas, llegó a casa se da una ducha, se pone cómoda y se prepara algo de comer, alistó todo lo que va a necesitar para el siguiente día

-Corazón ¿Cómo te fue en el hospital?

Le pregunta su mamá, es única hija mujer, tiene un hermano él sí va a seguir estudiando en su ciudad natal

-Muy bien, estoy muy contenta

Les cuenta cómo estuvo su día, habló con su papá y su hermano, los extraña mucho pero no tenía opción si quiere alcanzar sus metas tiene que sacrificar el estar cerca de su adorada familia, se despide de ellos y se acuesta, mañana será otro día, con esos pensamientos se queda profundamente dormida

Suena la alarma quisiera seguir durmiendo pero no se puede dar ese lujo, si no se levanta en este preciso momento no va a llegar a tiempo, se da una ducha y se viste, come algo de lo que preparó la noche de ayer y sale rumbo al hospital.

Al llegar la chica de recepción Rita así es como se llama, le informa que los esperan de nuevo en la sala de juntas que el director del hospital los quiere conocer

Así que de nuevo se dirige a dónde ayer, después se irá a cambiar y comenzar con lo que ya le ha sido asignado por suerte no es algo de urgencia, al entrar al salón ve que solo ha llegado Camila la chica rubia, después Joel quien se sienta cerca de ella, no oculta su interés por esa chica, el resto de sus compañeros van llegando poco después a Mauricio llegar y le hace señas para que se siente a su lado, por último llega Stephanie a quien se le dificulta respirar de lo agitada que está

-Necesito buscar un lugar para vivir más cercano, eso de esperar el autobús no me va a ayudar con mi puntualidad

dice apenas controló su respiración

-¿Y porque no lo hiciste desde antes?

Le pregunta Mauricio

-Por qué entre más cerca más costosos

En eso tiene razón, el departamento en el que vive Regina está un poco más elevado en costo que otros, no es que le sobre el dinero, pero es que desde que estaba en bachillerato ha estado trabajando durante sus vacaciones y con el apoyo de sus papás es que puede pagar ese lugar

-¿cómo haces para llegar a tiempo?

Le pregunta

-Vivo a cinco minutos de aquí, en realidad está muy cerca mi departamento

Estaba por decir algo cuando entró un hombre de unos sesenta años, con un aspecto muy duro.

-Buenos días colegas