Una novela romántica, que relata los infortunios de Sofia, quien reencarnara como Maribel, en una novela romántica que odia. Ella sólo quiere vivir pacíficamente,¿lo logrará?
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Capítulo 3
Capítulo 3
Cuando volvíamos caminando, ya que el lugar estaba a pocas cuadras de nuestra casa, un hombre con la cara tapada se acercó a nosotras, llevaba un arma en la mano, nos comienza a amenazar, fue un momento solamente, pero sabía que estaba pasando, nuevamente quería tocar a mi hermanita, nos quería llevar a un callejón que había allí a poco metros, mi ira fue en aumento, no podía controlarme, sin embargo, mi rostro no demostraba emoción alguna, la miré a mi hermana y le dije mientras sonreía falsamente
-Corre sin mirar atrás-
Sin dejarla decir nada, la empujé un poco con una mano, mientras con la otra tomé el arma de aquel desconocido, forcejeamos un poco mientras escuchaba a mi hermana que corría y lloraba… es mejor así que corra lejos, no debe ver cuando pase… de pronto se escucha un disparo, mientras ambos nos quedamos quietos, el hombre me mira a los ojos, se veía el terror en esa mirada perversa. Una vez que da unos pasos para atrás, se hecha a correr por el lado contrario que salió mi pequeña hermana.
Sentía como mi cuerpo me traicionaba y dejaba de tener fuerza, poco a poco me fui desplomando en el suelo.
Aún recuerdo mi último pensamiento, lo hice bien, pude ver a mis dos hermosos hermanos crecer, perdón por dejarlos cuando aún son jóvenes…
Vi a mi hermana que venía corriendo a mí con un grupo de personas. Al llegar a mi lado lloraba y me gritaba, con mi mano manchada por mí mismo liquido rojizo, le tomo su mano y la miro
-Vivan felices, los dejo en buenas manos, los amo-
Sentí como por mi mejilla corría una lágrima, al tiempo que todo se volvía oscuro, tan oscuro como la noche…. Y mi pensamiento solo era -Perdonen por dejarlos tan temprano-
Mientras vuelvo a recobrar la consciencia, ahora me encontraba nuevamente sola, miro por una ventana cercana que había, veo que ya amaneció.
No entiendo que está pasando, pero se ve que ahora soy esta niña pequeña, primero tengo que saber dónde estoy para poder acomodar mi mente. Veo la falta de luz eléctrica en esta habitación, la época debe ser antigua, la chica que salió corriendo a buscar a aquel hombre vestía como una sirvienta, además lo llamó Barón, eso es un título nobiliario, también parece que ese hombre es mi padre. Por lo que entiendo, esta época es antigua a la que viví, no veo televisores, ni celulares, siquiera teléfonos de línea, por lo que seguro que no existe la electricidad. Definitivamente, es una época muy distinta a la que estoy acostumbrada.
Esta vez me tomé mi tiempo para moverme, no quiero que pase lo mismo que hace un momento.
Me siento serena en la cama y suspiro, me golpeo mis mejillas con ambas manos y digo en voz alta
-Bien Sofía no es la primera vez que te ves en una situación difícil, no sé dónde estoy, primero averigüémoslo-
Ni bien termino de auto alentarme, se abre suavemente la puerta y se asoma delicadamente la misma mujer que me ayudó a escapar cuando caí enroscada en estas telas, por qué demonios está esto alrededor de mi cama.
-Señorita Maribel, ¿Se despertó?-
Asentí con la cabeza, sin omitir palabra alguna
-Mi señorita, recuerda ¿quién soy?-
Niego nuevamente con la cabeza
-Mi nombre es Ester y soy su niñera, enseguida vuelvo, usted espere tranquila aquí-
Al rato viene la misma mujer, con el hombre que había irrumpido a los gritos anteriormente, atrás de él una mujer morena con cara de disgusto. El primero en hablar es el hombre
-Mi niña, ¿Cómo te encuentras?-
-Norberto ya te dije la niña solo busca atención-
Algo dentro de mí se prendió cuando escuchó a esta mujer hablar, había miedo y bronca a la vez, asumo que esta señora tiene algo que ver con mis moretones, me aclaro la garganta
-¿Me pueden decir quiénes son ustedes?-
El hombre mira rápidamente a la mujer demostrando su desprecio y le indica a la otra mujer que llame al médico, mientras esperábamos la mujer comienza a hablar
-Maribel deja de fingir solo para llamar la atención de tu padre-
Antes que pueda hablar aquel hombre, tomó la palabra
-Así que tú eres mi padre, supongo que tú debes ser una especie de madrastra que por su actitud me odia-
-¿Cómo dices eso de mí? Me encargo de enseñarte y mantener tu dieta, para que tengas salud fuerte-
-Se ve que eres horrible en ambas-
Antes que pueda decir algo, me paro sobre la cama y me quito mi camisón, quedando solo en mi ropa interior, el hombre abre los ojos como plato y la mujer quiso llegar a mí para taparme
-¿Qué haces descarada?-
Antes que llegue a mí, el hombre la agarró del brazo y la lanzó fuera de la habitación
-Te dije muy claramente que nunca te atrevas a maltratar a mi hija, lo único que te pedí-
-Yo no fui, ella se los habrá auto infringido-
En medio del caos, llega el médico junto a la doncella, se quedó pasmado al verme allí parada sobre la cama en ropa interior y con todo mi cuerpo marcado.
El hombre lo mira y le pide que me revise, para saber mi condición. Al cabo de un rato el médico da mi diagnóstico
-Luego de revisarla, su cuerpo esta llenas de marcas no solo golpes, sino marcas de agujas en los brazos y latigazos en la espalda-
La mujer, quien logró colarse con la llegada del médico, nerviosa afirmó
-Cosas que se pudo hacer ella misma-
El medico la miró suspirando y sacándose los lentes que llevaba puestos
-Mire baronesa, la probabilidad que ella misma se lo hiciera es del cero por ciento, sumado a que tiene un golpe en la nuca, lo cual me sorprende que este viva y su nivel de desnutrición es muy elevado, tiene doce años pero parece una niña de diez-
La mujer quiso correr pero el hombre pegó un grito
-Guardias, lleven a la señora a mi oficina y no la dejen salir, cuando termine de ocuparme de mi hija, iré a arreglar las cosas con ella-
-No puedes tratarme así, tenemos una hija en común-