En esta apasionante novela, "María" Gómez, una joven y talentosa periodista, se encuentra con un misterioso hombre llamado Alejandro, cuya sonrisa enigmática la deja sin aliento. A medida que se conocen mejor, María descubre que Alejandro esconde un secreto que podría cambiar su vida para siempre
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la belleza interior
*Capítulo 1
"María" Gómez era una joven de 25 años que irradiaba una belleza única. Su cabello rubio y sedoso caía en cascada por su espalda, destacando su piel morena y suave. Sus ojos verdes brillantes, como esmeraldas, reflejaban una profundidad y sensibilidad que atraía a todos los que la conocían.
Su figura esbelta y elegante, con curvas suaves y proporcionadas, era el resultado de su pasión por el baile y el ejercicio. María se movía con gracia y confianza, como si su cuerpo fuera un instrumento perfectamente afinado.
Pero más allá de su belleza física, María poseía una belleza interior que la hacía resplandecer. Su sonrisa cálida y genuina podía iluminar una habitación, y su risa melodiosa era música para los oídos.
María era una persona apasionada y creativa, con un corazón lleno de amor por la vida y por los demás. Su inteligencia y curiosidad la llevaban a explorar nuevos intereses y a aprender constantemente.
En su hogar, María se rodeaba de objetos que reflejaban su personalidad: libros de poesía, cuadros de arte, y música clásica. Su espacio era un refugio de paz y serenidad, donde podía escapar del estrés y la presión del mundo exterior.
Ese día, María se estaba preparando para una noche especial. Se estaba vistiendo para asistir a una exposición de arte en la ciudad, donde esperaba encontrar inspiración para su próximo proyecto periodístico.
Mientras se maquillaba y se peinaba, María se sentía emocionada y expectante. No sabía qué la esperaba esa noche, pero estaba lista para enfrentar cualquier aventura que se presentara.
Su teléfono sonó, interrumpiendo sus pensamientos. Era su mejor amiga, Sofía.
—Hola, María. ¿Estás lista para la exposición? —preguntó Sofía.
—Sí, casi —respondió María—. ¿Quieres venir conmigo?
—Lo siento, no puedo —dijo Sofía—. Tengo un compromiso familiar. Pero prometo que mañana quiero todos los detalles.
—Trato hecho —dijo María, sonriendo.
María colgó el teléfono y se miró en el espejo por última vez. Estaba lista para enfrentar la noche.
Con un suspiro de confianza, María salió de su departamento y se dirigió hacia la galería de arte, sin saber que su vida estaba a punto de cambiar para siempre.
Capítulo 2
La Noche de la Exposición
María llegó a la galería de arte y se sorprendió por la cantidad de gente que había acudido al evento. La música suave y el murmullo de las conversaciones llenaban el aire. María se deslizó entre la multitud, admirando las obras de arte que colgaban de las paredes.
De repente, sintió una presencia detrás de ella. Se giró y vio a un hombre alto y atractivo, con cabello castaño y ojos azules profundos, sonriendo ligeramente.
Era Alejandro con 28 años era todo un máster en negocios era el ceo de una de las más importantes empresas,. Ese día estaba hay por que era un fanático en el arte.
—Disculpa, ¿te importa si me quedo aquí? —preguntó el hombre, señalando el espacio junto a María.
María se sintió intrigada por su voz suave y su sonrisa enigmática.
—No, por supuesto —respondió, sonriendo ligeramente.
El hombre se colocó junto a María y ambos admiraron la pintura que tenían frente a ellos. María sintió una conexión instantánea con él, como si hubieran conocido antes.
—Me encanta esta obra —dijo el hombre, rompiendo el silencio—. La forma en que el artista captura la luz y la sombra es impresionante.
—Sí, es increíble —coincidió María—. Me recuerda a la forma en que la vida puede ser oscura y luminosa al mismo tiempo.
El hombre se giró hacia María, sorprendido por su comentario.
—Eres una mujer muy perceptiva —dijo, sonriendo—. Me gustaría saber más sobre ti.
María se sintió atraída por su mirada intensa y su sonrisa seductora.
—Me llamo Mariana —dijo, extendiendo su mano.
—Alejandro —respondió él, estrechando su mano.
Y así comenzó una noche que cambiaría la vida de María para siempre.