Un hombre que es muy poderoso y dueño de todo un imperio tendrá que lidiar con una mujer que al principio le parecía la espía o enemiga sin saber que pronto se enamoraría de ella.
NovelToon tiene autorización de Emca para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo: 1 Bajo La Luz de la Luna
La ciudad estaba cubierta por una densa niebla, las luces de los postes apenas lograban atravesar la oscuridad de la noche. Alejandro "El Rey" Calderón se encontraba de pie en el cementerio, su figura imponente se recortaba contra el fondo de tumbas y lápidas. Vestido con un traje negro impecable, sus ojos de acero reflejaban una mezcla de dolor y determinación mientras miraba la lápida frente a él.
La lápida pertenecía a su familia, asesinada brutalmente hace más de una década. Ese recuerdo lo perseguía como un fantasma, un recordatorio constante del precio de la traición y la crueldad del mundo en el que vivía. Alejandro se arrodilló, acariciando la fría piedra con una mano temblorosa.
"Les juro que tendrán justicia," murmuró con voz áspera, el viento nocturno llevando sus palabras al olvido.
Desde las sombras, una figura observaba en silencio. Isabella Montoya, con su silueta esbelta envuelta en un abrigo largo, observaba cada movimiento de Alejandro. Su corazón latía con fuerza, una mezcla de odio y una extraña atracción que no podía negar. Sabía que estaba jugando con fuego, pero su deseo de venganza era más fuerte que cualquier advertencia interna.
Alejandro se levantó lentamente, su mente ya girando con planes de venganza. Mientras se alejaba del cementerio, sus guardaespaldas se acercaron discretamente, protegiendo su retirada. Isabella dio un paso atrás, asegurándose de no ser vista, y comenzó a seguirlo desde una distancia segura.
Más tarde esa noche, en una lujosa mansión en el centro de la ciudad, Alejandro se sentó en su oficina, revisando documentos y llamadas importantes. La puerta se abrió y Mateo, su hermano menor, entró con una expresión de preocupación.
"Tenemos un problema, Alejandro," dijo Mateo, depositando una carpeta sobre el escritorio. "Un nuevo jugador ha aparecido en nuestro territorio."
Alejandro levantó una ceja, interesado. "¿Quién es?"
"Se llama Isabella Montoya," respondió Mateo. "Dice que necesita protección, pero hay algo en ella que no me gusta. Algo... peligroso."
Alejandro tomó la carpeta y comenzó a revisar la información. Las fotos de Isabella mostraban a una mujer hermosa, con ojos penetrantes y una sonrisa enigmática. "Interesante," murmuró, su mente ya considerando las posibilidades.
Esa misma noche, Isabella llegó a la mansión Calderón, con su rostro sereno y su corazón latiendo con fuerza. Había ensayado cada palabra, cada gesto. Sabía que esta era su oportunidad para acercarse a Alejandro y ejecutar su plan.
"Señor Calderón," dijo con voz firme, mirando directamente a los ojos del hombre que consideraba su enemigo. "Vengo a pedir su protección."
Alejandro la observó con detenimiento, su mirada fría e implacable. "¿Y por qué debería ayudarte?"
"Porque tengo información que puede ser valiosa para usted," respondió Isabella sin vacilar. "Información que podría cambiarlo todo."
Alejandro se recostó en su silla, sonriendo ligeramente. "Muy bien, Isabella. Tienes mi atención. Pero recuerda, en mi mundo, la lealtad se paga con sangre."
Isabella asintió, consciente de que estaba entrando en un juego peligroso. Pero su objetivo estaba claro y su determinación, inquebrantable.
La partida había comenzado y la primera jugada estaba en marcha bajo la luz de la luna.