Club Blue Moon: El Precio De La Inocencia

Me senté en la silla, lo primero fue tomar agua, me sentía sedienta, camine muy rápido en la calle, es un método de supervivencia, en este lugar una persona no se puede detener en una esquina en la noche, y menos tan temprano, tome una de las comidas, especialmente, la langosta con puré de mamá y camarones salteados, olía muy bien, tome un camarón y me lo puse en la boca.

Que bueno estaba, nunca había probado un camarón tan bueno, tome una cuchara de más que venía dentro, y comencé a comer, el puré está muy rico también y la cola de langosta era de otro mundo, está todo de otro mundo.

Esa es la palabra correcta de otro mundo, lo que yo encuentro extraordinario, está gente se lo come todos lados días, que lastima, que sean placeres que tengo que pagar muy caros después, me lo comí todo, me levanté de la mesa, fui al baño, me lave las manos, luego volví, tome agua, puse en segundo plato en la nevera, y las otras botellas de agua.

Fui a la cama, puse la bolsa de la ropa sobre la silla, me senté en la cama, me quite los tenis y luego me acosté, estaba cansada, era la primera vez en mucho tiempo que podía dormir temprano, así que saque el celular del pantalón, mire la hora, eran las 11 de la noche en ese momento, a esta hora todavía estadía en el restaurante, hasta las 4 de la mañana más o menos, sin embargo, hoy puedo dormir a una hora razonable, me desabroché el pantalón, me acomodé todo lo que pude, puse el celular en la mesita al lado de mi cama, y me dormí.

Solo la alarma y me desperté, el sol estaba brillante a fuera, tome el reloj para apagar la alarma, no era la alarma, era la notificación del banco, desbloquee el celular, y mire los detalles, se me había transferido el dinero de la liquidación, era una buena cantidad, que lastima que no era suficiente para la cirugía, ni con lo que tenía ahorrado alcanzaba, eran las 11 de la mañana, muy temprano, mi hora de despertar suele ser las 2 de la tarde, pero, me acosté temprano.

Me levanté, me quite la ropa, y entre al baño, a la ducha, con el agua fría como siempre, me di un baño rápido, cepille mis dientes, me seque, busque algo cómodo, me puse la ropa interior, un pantalón deportivo con bolsillos, y un suéter a juego, después puse mi celular en un bolsillo, y la llave en el otro, saque la comida de ayer y una botella de agua de la nevera, abrí las cerraduras, luego cerré todos, y fui a donde la señora del 3A, le toque la puerta y ella abrió, se veía mejor que anoche.

— Vine a calentar la comida.

— Claro niña pasa.

Entre en su departamento, ella creó la puerta, me dirigí a la pequeña cocina, puse la comida en el microondas, por unos minutos y me senté en lo que esperaba.

— Ese hombre te dio, ¿es comida cara?

— Sí.

— Sabes niñas, hombres como esos, ricos y guapos, solo quieren jugar, no quieren nada serio, sería mejor que te alejas ahora por tu bien.

Realmente quiero hacerlo, pero las circunstancias me obligan, si tuviera tiempo yo lo haría, salir corriendo, pero no es posible, porque de esto depende la vida de mi abuela.

— Yo lo sé, no espero nada de ese hombre, esto lo hago por conveniencia, no por sentimientos que sé que no pueden ser.

El microondas sonó, fui y saque la comida, era filete con vegetales hervidos, y una salsa, me senté a comer, la señora no dijo nada mientras yo comía, cuando termine, me tomé la botella de agua y ella comenzó hablar.

— Cuando yo era joven era muy hermosa, los hombres siempre estaban detrás de mí, ellos me alagaban y decían cosas que me hacían sentir especial, pero todo era charla vacía para dormir conmigo, de los hombres que se cruzaron en mi camino no había nadie sincero, todos ellos eran iguales, por eso te digo niña, no comprometas tu corazón, si lo haces vas a sufrir mucho.

¿Cuál corazón?, no he padecido de los males el amor, pero de las miserias del mundo si, y son tantas las cosas que he visto, y vivido, que en mi pecho solo ahí un oyó vacío, mi único sentimiento vivo es la gratitud por mi abuela, y el cariño que nos une, lo demás, no ahí nada, soy buena por qué, la abuela me dijo que no podía cansarme de ser buena con las personas que lo necesitan, pero eso no quiere decir que sea débil o mucho menos, veo todo esto como lo que es un negocio, he caído tan bajo por qué no tengo otra opción, sin embargo, no tengo sueños de riqueza fácil, ni me creo Cenicienta.

— No se preocupe yo no creo en cuentos de hadas, me voy a ir por unos meses, creo que está noche no voy a dormir aquí, mañana, le traeré comida y un poco de dinero para que lo guarde, no sé cuándo pueda volver.

— Gracias, niña, oraré para que Dios traiga cosas buenas a tu vida.

— Gracias.

Me levanté, entre todo en la funda, abrí la puerta y me salí, la señora del 3A cerro la puerta, yo saqué mis llaves, y abrí las cerraduras, abrí la puerta y entre, después cerré bien, saque el celular de mi bolsillo eran solo las 2 de la tarde, todavía faltaban 6 horas para mi encuentro con ese hombre, entonces puse una alarma a las 7 y decidí dormir, me acosté en la cama, y puse el celular en la mesa de noche, cerré los ojos, cuando el celular sonó.

Lo tome de la mesa de noche, mire la pantalla y era el doctor de mi abuela, tome la llamada de una vez.

— Hola.

— Señorita Smith, la llamo para decirle que los exámenes médicos que se le hicieron a su abuela en estos días no son alentadores, le recomiendo, que se haga la cirugía, lo antes posible, ya que el cáncer se está extendiendo a otros lugares.

— En dos días voy a resolver lo del dinero, puede ir preparando todo.

— La espero en dos días.

Me cerró la llamada, ¡Dios!, por qué me empujas a un abismo, ¿por qué?, ahora estoy más obligada que nunca a sostenerme por interés a ese hombre, puse el celular sobre la mesa de nuevo y cerré los ojos, lamentablemente, lo único que podía hacer era dormir y desear que cuando me desperté toda mi vida sea una pesadilla.