Cara a cara

Luciana se fue a dormir luego de la cena con Joe, con la promesa de que al medio día se irían a la mansión del General Wolf. Finalmente Joseph y Xander se dirigieron en silencio a una pequeña sala, donde Joe sirvió dos copas de whisky. Después de media hora de un silencio abrumador, comenzó a hablar.

- Quiero que me digas que pretendes casandote con mi hermana.

- Amarla por el resto de mi vida.

- No te creo.

- ¿Porque no me creerías? Ella es amabla, dulce, bondadosa y muy hermosa. No hay manera de que no le guste a nadie.

- Eso ya lo sé. Ella es perfecta, pero nunca ningún joven se acerca a ella por temor a su ceguera. Quiero saber por qué motivo te acercaste en primer lugar.

- Tu padre sabe que tengo una importante posición en este reino y me ofreció la mano de tu hermana en matrimonio. Me reí de la crueldad de tu padre, nadie quiere casar a su hija con un monstruo deforme y asesino pero él quería eso, su hija es ciega así que no vería mi fealdad, una gran lógica -dijo con sarcasmo-. Yo no planeaba aceptar ese matrimonio.

- ¿Y porqué lo hiciste?

- Nos encontramos por casualidad en la calle. A decir verdad ella chocó contra mi espalda, y su doncella me gritó que era un bruto. Luciana se desmayó en la calle y la traje de vuelta a su casa, francamente me cautivó su belleza. Esa misma tarde vi a tu padre, y me enteré que por mi falta de respuesta la quería casar con el conde Vigril.

- ¿Ese asqueroso viejo raboverde? Cómo se le ocurre, sería lo peor que le podría suceder.

- Eso mismo pensé yo. Así que sin pensar mucho le dije a tu padre que me casaría con ella, pero que primero se lo quería proponer. Su situación me dio mucha pena, pero ambos podíamos salir beneficiados. Le ofrecí matrimonio como una salida de aquí, le dije que se podía ir con sus tíos o buscarte a ti luego de separarnos. Me acaban de nombrar ministro de Guerra y necesito una esposa, ella quería salir de aquí. Era una cuestión de ganar y ganar.

- Y porqué eres amable entonces, no hay necesidad de eso si se divorciarán.

- Porque la conocí -Xander suspiró- y me enamore de ella. Hemos pasado varios días juntos, y creo que es una maravillosa persona, y por increíble que parezca, yo no le desagrado tal y como soy. Te envié una carta pidiendo tu asistencia porque Luciana te quiere mucho, eres su familiar más cercano, sin contar a la gente asquerosa de esta mansión, y contrario al terrible padre que tiene, tu pareces ser un buen hermano. Lo que me lleva a preguntarme porque estas lejos y no has cuidado de ella.

- Odio a Ramona y padre por cómo tratan a mi hermana. Me fugue a los 13 años a casa de mis tíos y luego hice mi propio camino para poder sacar a Luciana de aquí. He hecho una gran fortuna como comerciante, todo para buscar una cura para mi hermana. Mis tíos encontraron a un mago, pero ellos no tenían el dinero para conseguir todos los materiales que se necesitan. Yo ya lo he hecho, y solo me queda esperar seis meses para que esa poción esté lista y Luciana pueda ver. Ese era el regalo que le traería por su cumpleaños.

- ¿Tu lo has encontrado? ¿Estas seguro que tienes todo? -Xander estaba conmocionado y feliz.

- Si -Joe miraba a Xander con desconfianza.

- Tu padre me dijo hace unos días que ella podría llegar ver si era tratada, y mande a buscar por ese mago pero aún no me daban ningún noticia. Luciana se pondrá muy feliz cuando se entere de esto, yo le había prometido que lograría que ella pudiera ver los arcoíris que tanto sueña, pero tu ya lo has logrado. Muchas gracias -Xander estaba agradecido con Joseph por no haber dejado abandonada a Luciana como había creído en un principio. En muy poco tiempo ella podría ver la luz.

- No tienes que agradecer. Es mi deber como hermano procurar su bienestar.

- ¿Estás seguro que ese mago no necesita algo más para completar su tratamiento? Yo puedo proveerlo, sea lo que sea.

- Luciana tendrá que beber una poción primero, y luego por una semana le estará quitando la niebla de sus ojos, capa por capa. Cuando termine y Luciana pueda ver, le pagaré veinte mil coronas de oro -Joe explicaba con paciencia el procedimiento que le harían a su hermana.

- Yo lo haré, es lo menos que puedo hacer por Luciana. El tratamiento lo pueden hacer en mi mansión, y el mago será mi invitado -Xander hablaba con determinación, quería contribuir a la cura de Luciana.

- ¿De verdad la amas?

- Claro que la amo. Ella es un ángel. No hay nadie como ella.

- Entonces ya no te piensas divorciar.

- No quisiera. Pero si ella no me amara y su felicidad estuviera en otra parte, yo la dejaría ir.

- Bueno, te pediré algo entonces.

- Adelante. Lo que sea.

- Quiero que esperen al menos seis meses para que se casen. Deja que se cure primero, que vea el mundo con sus propios ojos. Si de verdad la amas sabrás esperar por la decisión de ella. Tiene derecho a saber cómo es el hombre con el que se casará.

Xander se sentía triste y con miedo, ¿que pasaría si Luciana de verdad lo consideraba un monstruo como los demás? Quizá el cariño de ella era solamente por el trato que le daba. Tenía tanto miedo, pero no podía ser egoísta, no podía privar a Luciana del derecho a elegir lo que quería una vez que pudiera ver.

- Está bien. Luciana podrá elegir si casarse conmigo o no luego de que el mago la atienda.

- General, no hago esto porque tenga algo contra usted. Creo que mi hermana tiene derecho a disfrutar de la vida como una joven normal, salir y pasear y ver a las demás personas, hacer amigos y que la gente ya no tenga lástima por ella. Si mi hermana quiere estar junto a usted yo no seré un obstáculo, seré feliz de verla casada con alguien que la ama y a quien ella ama. Quiero que, por lo menos por un tiempo, ella sea una señorita común como las demás, ¿me entiende?

- Claro que lo entiendo. Yo quiero lo mismo para ella.

- No impediré su compromiso porque ella parece entusiasmada con usted. Pero le advierto que esto no significa que usted puede pasarse de listo con ella. En un par de días compraré una casa en la ciudad donde mi hermana y yo viviremos. No es apropiado que vivan juntos por seis meses antes de casarse.

- Esta bien -Xander sentía su corazón romperse, había estado tan feliz al saber que Luciana dormiría en su misma casa todos los días, que ahora sentía que le habían arrebatado un cacho de su corazón.

- ¿Sabes? Me siento como un maldito monstruo. Si pudieras ver tu cara se te rompería de nuevo el corazón. Es increíble que yo haya puesto triste al gran Lobo Sangriento -Joe por primera vez sonrió ante Xander-. A ver cuñado, tampoco te prohibire que la veas, la puedes visitar, pueden ir a pasear. Te daré permiso siempre y cuando ella se vea feliz a tu lado.

- Me parece razonable -Xander sonrió de vuelta, un poco más tranquilo.

- Relájate cuñado, ¿Luciana ya te contó cómo le rompió la nariz a Ramona cuando eramos niños? Fue un día genial, valió la pena el castigo.

Más relajados, Joe y Xander hablaron sobre Luciana y algunas anécdotas divertidas de su vida.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***