Xander y Luciana fueron convocados para la cena. Toda la familia estaba sentada ahí: el Duque, la duquesa, Sophie y el príncipe Gabriel. Xander había tomado asiento junto a Luciana.
- Familia -dijo el Duque antes de que empezaran a comer-, tengo una buena noticia que darles. Luciana se ha comprometido con el general Xander Wolf, y en una semana anunciaremos su compromiso.
A Xander no le pasó desapercibido que los únicos sonrientes eran él, Luciana y el Duque. El príncipe parecía furioso, la hermana tenía una mirada de odio y la duquesa miraba a Luciana con indiferencia. Odió a esas personas que le habían hecho daño a Luciana, cuando ella no era más que una persona completamente indefensa, ni si quiera tenía el favor de su padre, pero esa gente pagaría por todo lo que le habían hecho a su pequeña Luciérnaga.
- Muchas felicidades, Luciana, espero que seas tan feliz como yo lo seré con mi amado Gabriel -dijo Sophie.
- Sí, felicidades a ambos, hacen una maravillosa pareja -dijo burlona la duquesa.
La cena ocurrió sin mayores incidentes, Xander, Gabriel y el Duque hablaban sobre los negocios y la situación del reino, aunque quien más hablaba era el Duque, pues Xander estaba más pendiente de Luciana, procurando pasarle cada cosa que necesitara y admirando la elegancia con la que comía. Gabriel no dejaba de ver con odio cómo ese hombre hacía todo lo que él siempre había querido hacer por ella abiertamente, pero que nunca se le había permitido. Sophie envidiaba la suerte de Luciana, ella le había quitado al príncipe con ese pequeño truco que jugo su madre, pero ahora se iba a comprometer con el general Wolf, que era el hombre más rico e importante luego del rey, de haber sabido eso antes, se hubiera decidido por el general, no importaba que estuviera desfigurado, ella podía hacer aún lado el asco siempre que supiera que tendría su fortuna a su disposición. La duquesa Ramona sólo esperaba que esa niña se largara de una vez, ella era la viva imagen de su madre a quien siempre había odiado, ahora su hija sería una princesa, y ya no tenía nada más que pedirle a la vida.
- La cena a sido espectacular, Duque Martell. En dos días mandare mi carruaje para recoger a Luciana. Iremos a encargarle un vestido para la noche de nuestro compromiso, espero no le moleste si llegamos a tardarnos, llevaremos a su doncella con nosotros.
- Descuide general, siempre que vuelva a una hora prudente estará bien.
- Querida Luciana -dijo Xander tomando sus manos-, vendré pronto. Si necesitas algo, no dudes en mandarme a buscar, recuerda que soy tu fiel servidor y haré lo que me pidas -luego besó sus dedos-. Te extrañaré muchísimo.
- También esperaré con ansias tu regreso, Xander. Espero puedas resolver tus asuntos de mañana satisfactoriamente.
Xander se despidió y abandonó la mansión del Duque, y éste mandó a llamar a su hija a su despacho, quería saber que estaba pensando esa hija suya.
- Aquí estoy, padre ¿necesitas algo?
- No, no necesito nada. Solo quiero saber que tal te pareció el joven general -el Duque sentía que había algo malo en la actitud de él, percibía sus amenazas y la protección hacia Luciana.
- Oh, me pareció un hombre muy amable, tuvimos un percance en la ciudad y luego espero hasta que el médico me atendiera, fue muy atento. Hoy me sorprendió con su visita, y me trajo unas flores y algunas golosinas finas como regalo. También me dijo que usted, padre, había mandado una propuesta de matrimonio, y que cuando me conoció creyó que yo era muy hermosa, tampoco le molesta mi ceguera y yo lo considero agradable, lo cual es una combinación muy extraña, por lo que acepté su propuesta de matrimonio.
- ¿Sabes sobre el estado de su rostro?
- Sí, el mismo me lo dijo. Dice que está desfigurado, pero no es algo que me moleste particularmente.
- ¿Estás contenta con tu compromiso, Luciana?
- ¿No está contento con el compromiso padre? Yo creí que usted mismo lo habías propuesto, y por eso acepté.
- Me refiero a que si sólo estás pretendiendo aceptarlo o si lo aceptas con gusto.
- En mi condición no tengo muchas opciones padre, si no aceptara este compromiso seguramente vendría alguna otra propuesta, así que prefiero aceptar a Xander que me trata muy bien, a algún otro hombre. Es muy rico, así que no me faltará nada. Estoy muy satisfecha con mi futuro matrimonio.
Para el Duque era muy extraña la actitud de su hija, aunque no podía encontrar motivos para dudar de sus palabras, creía que había algo más.
- ¿Ya te olvidaste de Gabriel? -el Duque vio que su hija se puso nerviosa, y pensó que lo seguía amando.
- Su alteza es prometido de mi hermana, en dos semanas se casarán, y yo me comprometeré con el el general en una semana. No tiene porque dudar de mi comportamiento o de mis intenciones, padre. Sé la importancia de estos matrimonios para usted y yo no haré nada para afectar la boda de mi hermana o mi propia reputación. Le aconsejo que no deje entrar al príncipe tan seguido, hoy causó problemas con mi prometido.
- Esta bien, pareces muy segura de todo esto.
- Lo estoy.
- Ahora puedes retirarte. Recuerda decirle a tu doncella que preste especial atención a tu arreglo cuando salgas con el general.
- Lo haré. Con su permiso me retiro, padre.
Luciana llegó a su habitación, había tenido un día muy largo. Marie la desvistió y le puso una bata para dormir y después se fue a su propio dormitorio, cerca del de ella. Luciana siempre dejaba las ventanas abiertas durante la primavera y Gabriel lo sabía, por lo que aprovechó para colarse a su habitación nuevamente. Cuando entró, la pudo ver ahí acostada, con su cabello regado sobre las almohadas se veía muy hermoso, y deseó que aquella noche nunca hubiera pasado. Se acercó a Luciana y besó sus labios con amor, para luego sentir una fuerte bofetada.
- ¿Qué haces aquí? Gabriel. Vete de mi habitación, no es correcto que hagas esto.
- No, lo que no es correcto es que te comprometas con otro hombre, ¿acaso no sabes que te amo?
- Su alteza, le suplico que salga. Le recuerdo que ahora es el prometido de mi hermana, y yo seré su cuñada.
- No me hables de usted, ni me digas alteza. Me lastimas.
- Váyase, si alguien lo ve aquí, se arruinará mi reputación, no quiero que Xander piense mal de mi.
- ¿Porqué llamas por su nombre a ese monstruo, pero a mi me hablas de usted? No sabes con la clase de hombre con el que te casarás, está completamente desfigurado, y su cuerpo está cubierto de cicatrices también. Es un asesino, Luciana. Mató a su propio padre. ¿Sabes cuanta sangre a manchado sus manos? A matado a mujeres y niños también, a el no le importa nada más que destruir todo lo que toca ¿crees que el te querrá sabiendo que eres ciega? Solamente se divertirá contigo. La única persona que te ama de verdad soy yo.
- No hables así de Xander, el a hecho todo eso por este reino. No me sorprende que sea cruel cuando todos lo tratan como un monstruo por su rostro.
- Estas siendo una tonta, si pudieras ver, te darías cuenta a simple vista del tipo de persona que es.
- El único tonto eres tú -dijo Luciana llorando de la rabia y coraje que sentía-, yo no necesito ojos para saber y distinguir como es alguien. Dime, esa noche de que te sirvieron tus ojos, cuando besaba a Sophie y no te diste cuenta que era yo ¿no te diste cuenta que no eran mis besos, ni mis labios? ¿No sentiste nada diferente cuando estabas con ella?
- Sentía que algo había mal, pero creí que eras tu, y seguí adelante.
- Si me conocieras de verdad, sabrías que no era yo, y te hubieras detenido luego del primer beso y de la primera caricia.
- Luciana, estaba a oscuras, y yo no pude distinguir...
- Yo vivo en la oscuridad, alteza, y créame que hubiera sabido distinguir si otras manos que no fueran las suyas me hubieran tocado. Hubiera sabido que sus besos eran diferentes, que su calor y su olor no eran lo mismo. También hubiera sabido que su cuerpo no era el que estaba a mi lado. Pero el hubiera no existe, y usted sólo amaba el toque de un cuerpo, y no estaba buscando a la persona que se los daba. Se que no fue su culpa, pero ahora mi hermana no se podrá casar con otro hombre porque ya no es pura. Asuma su responsabilidad y casese con mi hermana como estaba previsto, y por favor, olvídese de esos sentimientos que dice tener por mi, pronto yo también estaré casada.
- Luciana, no hagas esto por favor.
- Váyase de mi habitación ahora mismo.
Con pesar, Gabriel salió de la habitación de su amada. Se sentía un estúpido por no haber parado cuando pudo. Pero no se rendiría, el aún amaba a Luciana.
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Comments
Adriana Brito
pero es verdad lo que ella dice porque no paro cuando se dió cuenta que no era ella solo siguió por lujuria y ahora se jodió
2025-03-09
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Shelb
Si que se largue
2024-07-20
3
Shelb
Jajaja, merecida la tiene por desgraciado
2024-07-20
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