Xander llegó puntualmente a su cita con el rey. Estaba pensando en lo hermosa y dulce que era Luciana, y en todo lo que tenía que preparar para cuando ella llegara a vivir a su mansión, cuando un mensajero fue por el para llevarlo ante la presencia del rey. Xander se inclinó cortesmente y le hizo un saludo formal al rey.
- Salve su majestad François La Croix de Silax.
- Párate, general Xander. ¿Ya se reinstaló correctamente en su residencia?
- Si, majestad. Ya he puesto algunos asuntos en orden desde mi llegada.
- Eso me alegra. Me imagino que te debes preguntar porqué pedí que regresaras.
- No cuestiono las órdenes de su majestad, sólo las ejecuto -el rey se río.
- Sabes como contestar. Verás, el general de primera clase Smith ya es anciano, y lo quiero relevarlo de sus deberes, por lo tanto, el puesto de ministro de Guerra quedará vacante, y quiero que asumas el cargo.
- Es un honor servirle, majestad -dijo Xander mientras se inclinaba y ponía el puño derecho en su pecho.
- Levantate. Te mandaré un edicto real donde se informará oficialmente de tu puesto. También hay otro asunto que me gustaría tratar contigo.
- Dígame, majestad.
- Ya no eres un niño. Tienes 28 años. Debes casarte cuanto antes. Tengo una lista de jóvenes doncellas cuyos padres...
- Si me permite, majestad, ya he arreglado ese asunto.
- ¿Si? -el rey parecía sorprendido- Quien es la afortunada.
- Es la señorita Luciana Martell, primera hija del primer ministro, usted debe conocerla, majestad.
- ¿La chica ciega? ¿Porqué?
A Xander no le gustaba la manera tan despectiva del rey para referirse a Luciana.
- A diferencia de las mujeres comunes, majestad, ella es muy amable. Sabe sobre mi apariencia, pero quizá al no verme con sus ojos, se ha evitado un prejuicio hacia mi persona, y yo también me he abierto hacia ella, me puedo comportar sin temor a ser juzgado por como luzco. Es una joven que viene de una excelente familia, posee una educación muy refinada, y además es muy hermosa y amable. Su padre hizo una propuesta, y cuando la conocí me pareció una dama ejemplar, y ella aceptó mi propuesta de matrimonio.
- Entonces supongo que esperaré tu boda pronto -dijo el rey con una gran sonrisa.
- En una semana daré una fiesta en mi mansión, ahí haré el anuncio de mi compromiso y le entregaré el anillo de promesa a Luciana.
- Maravilloso. Luciana es muy bella, sabía que algún día encontraría el hombre indicado para ella. Espera un gran regalo de mi parte.
- Hay algo de lo que me gustaría hablarle, majestad.
- Dime Xander, si esta en mis manos ayudarte, lo haré.
- Es sobre su hijo. Ayer fui a ver a mi prometida, y su hijo, el príncipe Gabriel no paraba de molestar a mi futura esposa, aun en mi presencia -el rey tenía el ceño fruncido-. No paraba decir cosas soeces, de como el había querido robar la virtud de Luciana y no la de Sophie, su prometida, y le pidió a Luciana que huyeran juntos, a lo que por supuesto, mi prometida se negó rotundamente -Xander vio como el rey se puso rojo de ira-. Comprenderá que no pude tolerar su comportamiento insolente, así que lo golpee ligeramente, me aseguré de no dañar ningún órgano. Así que le pido, su majestad, que le ponga un alto al comportamiento de su hijo, no me gusta que nadie se tome atrevimientos con respecto a mi futura esposa. No me gustaría que esto se repitiera una segunda vez.
- Lamento mucho el comportamiento de mi hijo. Desde niño ha estado encaprichado con la belleza de Luciana, creí que se le pasaría con el tiempo, pero no parece comprender que una mujer ciega no puede pertenecer a la familia real.
- Créame que entiendo los sentimientos de su hijo. Sería estúpido si no se enamorara de una mujer tan excepcional. Lo que me molesta es su lenguaje vulgar sobre intimar con ella, y su insistencia cuando el está comprometido con la señorita Sophie, y mi prometida ya lo ha rechazado, incluso se atrevió a gritarle y asustar a Luciana. Si fuera otro hombre, ya lo hubiera matado, pero comprendo que es un príncipe y por eso vengo ante usted a pedirle un alto. Si su alteza quiere, puede seguir admirándola y amándola en secreto, pero no quiero que le vuelva a dirigirle la palabra a mi prometida.
- Muy bien. No estaba al tanto de que había desobedecido mis órdenes. Le había dicho que no se acercara a esa chica. Me encargaré de esto.
- Gracias majestad.
Cuando Xander regreso a su mansión, comenzó a darle órdenes a su mayordomo Pike.
- Quiero que la habitación a lado de la mía sea arreglada para los gustos de una dama, tocador, vestidor, las mejores sábanas y los muebles más cómodos. Quiero que la sala de exhibición de armas sea cambiada, muevelo todo a otro lugar, ese salón es espacioso y fresco y tiene grandes ventanas, lo vas a remodelar como un salón de música: tendrá un piano, un arpa y un violencello, todo de la mejor calidad, si llego a necesitar algo más de ahí te diré después. Quiero que vayas a todas las librerías de la ciudad, y pidas las mejores novelas de romance, aventuras, misterios, cualquier cosa de entretenimiento, quiero al menos 100 libros y un librero, por su puesto, será anexado a la biblioteca. También quiero una yegua joven y mansa, que se entrenada para que no sea arisca. También quiero que me construyan un hermoso parque en el jardín, compren todo lo que haga falta y contraten a los mejores: quiero bancos, fuentes, árboles, rosales, arbustos y peonias. En los floreros quiero peonias y gardenias luego de la llegada de mi esposa, también quiero...
- Vaya, deja que el pobre Pike pueda anotar todo lo que estás diciendo. Por lo visto esa damicela te hará renovar la casa. Tengo dos opciones: es muy exigente o estás muy enamorado -Simon venia caminando, acercándose a Xander con una gran sonrisa en la cara.
- Pike, es todo por el momento, puedes retirarte, y empieza cuanto antes con todo.
- Si señor.
- Creo que estás muy enamorado, amigo mío.
- No es de tu interés.
- Claro que es de mi interés. Yo mismo fui a comprar tus obsequios, merezco ser el padrino de la boda.
- No serás invitado.
- Entonces me colaré. Dime, quien es la mujer que está provocando tanto revuelo en tu mansión.
- Te lo diré, con una condición.
- ¿Cuál?
- Que me busques un perro, un cachorro, el más bonito que encuentres. Y mandes a entrenarlo para que sea un perro guía.
- Está bien.
- Es Luciana Martell.
- ¿Esa belleza? No te creo. Ella es muy amable, seguro la harás llorar con tu mal genio. No te cases con ella. La harás sufrir.
Xander no sabía si sentirse complacido o enojado. Simón no se había referido a ella despectivamente o con pena, le había dicho belleza y se preocupa por ella.
- ¿Porque hablas tan bien de ella? De donde la conoces.
- Todo el mundo sabe quien es. Es la joven más hermosa de la ciudad, y por si fuera poco, todos hablan tonterías sobre su ceguera. Hubo un tiempo en el que estuve muy enamorado de ella -Xander miraba muy enojado a Simon, pero el no se daba cuenta pues estaba recordando a Luciana-. Se veía muy hermosa en su fiesta de presentación, pero mi padre me prohibió acercarme a ella, en ese entonces aún lo obedecía. Creo que fue la primera chica de la que me enamoré, y la única que no se ha enamorado de mi.
- ¿Estás diciéndome que estás enamorado de mi futura esposa? -Simon sintió la amenaza de Xander.
- Estuve, hace muchos años. Aún éramos niños cuando la conocí. Supongo que aunque me hubiera acercado, tampoco me haría caso, se la pasaba todo el tiempo con su doncella o con su alteza el príncipe Gabriel.
- Ese imbécil parece estar detrás de ella.
- Claro ¿como no lo estaría? Todos los hombres piensan que ella es una belleza, y más de media docena de hombres la miran cuando pasa por algún lugar. Incluso las mujeres envidian su belleza. Querido amigo, romperás el corazón de muchos solteros cuando se enteren que la señorita Luciana se casará contigo.
- ¿Tiene tantos pretendientes? Si es así ¿porque sigue soltera?
- Tiene muchos admiradores, pero la mayoría no se atreve a acercarse a ella porque es ciega. Temen que sea algo hereditario. Mi padre piensa eso y por eso no me dejaba acercarme a ella, si no lo hubiera obedecido ahora estaría casado con esa belleza y ya hubiéramos tenido unos cuantos hi... -Simon sintió que un gancho en su estomago le quitaba aliento.
- ¡No te atrevas a tener esa clase de pensamientos sobre mi mujer. Si vuelvo a escuchar una palabra de admiración de tu parte, te mataré, no importa que seas mi amigo. Luciana será mi esposa, puedes ir regando la noticia de que mataré a cualquiera que codicie su belleza! -Xander gritaba furioso.
- Te lo dije, estás enamorado -Simon se reía mientras sostenía su estómago- valió la pena el golpe, admitiste que te gusta tu prometida.
- Lárgate de mi vista. No sé te olvide el cachorro, es un regalo para Luciana.
Xander no creía poder seguir negandolo, esa muchacha le gustaba y mucho.
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Comments
Betzy Palomino
tan bello él
2024-09-21
0
Sara Zoar
amo a este hombre /Scream/
2024-08-14
3
Gladys Zapata
jajajaja
2024-08-12
0