Y ambos opuestos se amaron

Mi respiración se agitó. Había asesinado a alguien, pero más importante Soran vió todo. Me levanté asustado por la reacción que podría tener el rubio.

El temblaba y lloraba indefenso. Sí me repudia estaré jodido. —Kentin...— Corrió abrazarme. No entendía por qué me abrazaba. —Tenía tanto miedo...— Sollozó.

Es cierto, él estuvo a punto de ser violado. Desde su punto de vista fue más terrible lo que hizo el profesor.

—Ya estoy aquí...— Articulé aún con miedo.

Quería consolarlo, pero lo mancharía. No sé cuántos minutos pasaron hasta que dejó de llorar. —No pude defenderme...— Confesó con sus ojitos rojos. —Nuevamente volví a confiar... ¡Perdón, debí haberme dado cuenta! Sabía que era sospechoso el horario, pero más alumnos habían tenido reuniones con él a esta hora y no les sucedió nada— Iba a llorar otra vez.

—Shh...— Traté de calmarlo, ya le daba hipo de tanto derramar lágrimas. Tomé de sus hombros con mis manos ensangrentadas. —Debiste decírmelo, te hubiera acompañado y nada de esto hubiera ocurrido—

—¿Por qué tengo que ser tan estúpido? No se puede confiar en nadie, creía que ya lo sabía—

—No eres estúpido, Soran... Un profesor no debe abusar de sus estudiantes, sin importar en que circunstancias se encuentren— Aunque en esta escuela están todos locos, les da igual si los estudiantes se asesinan o tienen sexo en los pasillos.

—Quiero lavarme la cara...— Dijo y yo le mostré el baño de la derecha.

Esperé a que saliera.

¿Qué iba a hacer ahora? Acabo de matar al profesor... ¿Le importará a alguien? Además, es el heredero de un barón del Norte.

—Bien...— Soran salió y se golpeó sus mejillas. —¿Qué hacemos con el profesor...?— Vió con asco el estado del cuerpo.

Yo miré a Soran de forma extraña. Digo, acabo de asesinar a alguien y él ya está decidido a ser mi cómplice. —¡Primero lávate tus manos!— Supongo que es un comienzo.

Dejé que el agua se llevara la sangre. —¿N-no hay una forma de hacer que el cuerpo desaparezca?—

—La hay, pero se necesita de una gran cantidad de elementos— Respondí secándome las manos con la toalla.

—¿Se pueden conseguir?— Mis ojos se posaron en él.

—Soran, yo fui quien lo asesiné...—

—¡Sí te descubren te expulsarán, aún peor podría iniciarse una guerra contra tu reino!— Habló afligido. —Yo no quiero que la persona que amo sea más odiada— Se secó las lágrimas que surgieron.

—Agradezco tus sentimientos— Sonreí levemente. —Y que a pesar de todo me ayudes...—

—Él se lo merecía de todas maneras— La moral de Soran es literalmente justa, recorta los hechos en extremos igualitarios.

Le mostré en mi grimorio un ritual de sacrificio, le entregariamos el cuerpo a las energías del planeta.

Así que alrededor dibujé con la propia sangre derramada un círculo mágico. Soran me trajo los otros materiales. Encendí velas negras y sobre el cuerpo coloqué flores venenosas. Después de decir las palabras para finalizar, el círculo encandiló una luz y unas manos se llevaron al muerto e incluso la sangre fue absorbida.

—¿Eso fue magia negra?—

—Sí, soy un brujo, así que esta clase de cosas son mi especialidad— Él tragó saliva confundido. —No quiero que pienses mucho en eso—

—Está bien... Yo venía venir todo esto desde el momento que me involucré contigo— Habló preocupado. —Ahora vamos, tenemos que deshacernos de esta ropa—

Soran volvió a la normalidad el florero, al igual que los demás objetos que se cayeron. Por último dejamos la escena del crimen, y en la Torre de los Grifos encendió la chimenea. Ahí tiramos nuestras capas manchadas.

—Ya que es verano, se verá extraño. Pero, el presidente no dirá nada sí lo ve— Admiró el fuego en silencio y me percaté que su cuerpo aun temblaba.

—Soran, será mejor que duermas—

—No puedo... Yo necesito darme un baño... Pero, no quiero quedarme solo—

—Me quedaré contigo, incluso te ayudaré a bañarte—

Lo acompañé a su habitación y en el baño preparó el agua de la tina. Se desvistió, para luego entrar dentro de la bañera. Tomé la esponja y vertí jabón en ella. Luego me dirigí a enjabonar su espalda.

Su cuerpo se veía tan pequeño, y más al estar incando, aferrándose a sus piernas con temor. —¿Ese tipo te hizo algo?—

—Solo me tocó sobre la ropa... Y forcejeamos.— Podía apreciar los moretones de sus brazos. Apreté la esponja con furia y lo abracé.

—Perdóname, como alpha siento un terrible dolor al saber que alguien más trató de tocarte—

—Yo también... Yo nunca imaginé a alguien más que tú tocándome de esa manera... Me siento tan sucio, detesto esto... ¡Aún puedo sentir su despreciable olor!—

La ira de mi corazón ardió en tristeza. Simpatizaba con sus heridas. Esa noche dormimos abrazados. No fue necesario nada más para aliviar nuestros corazones.

Para ser fin de semana, me desperté más temprano de lo usual. Aunque tener al chico más hermoso de toda la escuela durmiendo a mi lado hacía valer ese hecho.

Tomé los libros tirados y comencé a ordenarlos. La mayoría los debió usar para estudiar, pero más cerca de su escritorio y cama habían libros medicinales. ¿Le interesa convertirse en doctor? No me sorprende ya que su padre tenía talento para la alquimia. Me pregunto por qué Max no siguió ese camino.

Terminé de dejar el último texto en el estante que tenía. No había suficiente espacio en las repisas, le gusta leer mucho.

Vi la libreta que encontré anoche en el velador. ¿Será algún tipo de agenda? La abrí, pero Soran me quitó el cuaderno rápido como un rayo.

—¿Buenos días?— Saludé vacilante.

—¡H-hola! Ehm... Esto es solo una libreta de los grifos— La guardó en el cajón.

Sospechoso, ahora ese cuaderno me da más curiosidad. ¿Qué tan confidencial puede ser?

—¿Libreta de tu casa?—

—¡Sí! Ya sabes, solo hay cosas de contabilidad ahí—

—¿No estarás robando el dinero?— Él me tiró la almohada.

—¡Por supuesto que no! Soy el secretario tengo que anotar los gastos y manutención—

Vaya, se molestó. ¿No le gustará que sea tan curioso? ¿Qué tiene de malo contarme de las finanzas...? Bueno, creo que es lógico no mostrarmelo. Le estoy dando muchas vueltas.

—Cierto— Se produjo un silencio incómodo.

—De todos modos... Deberíamos arreglarnos para ir a desayunar—

No me dejó tomar un baño junto a él, pero nos fuimos juntos al comedor. Por fortuna, casi nadie se despierta temprano un día sábado.

—¿Kentin, pronto te irás a casa?— Podría volver a mi supuesta casa en el mundo humano. Aunque creo que mi reino ya se habrá terminado de construir. No aguanto a mi hermano, así que mejor no voy a nuestro reino. Ahora que lo pienso... ¿Nuestro reino tiene un nombre? —¿Kentin?—

Maldición, me concentré en mis estúpidos pensamientos ¿No me preguntó nada más en el medio? ¿Por qué mi cabeza está jodiendo demás? ¿Finalmente me volví loco?

—No sé...— Contesté vagamente tomando de mi café. —¿Por qué?— Normalmente hablo poco, pero hoy desperté con retraso. Es culpa de Soran, su belleza me volvió estúpido.

—Eh...— Me vió extraño, pero solo sonrió y prosiguió hablando.

«Genial, somos un bicho raro»

Cállate, Leviatán

—Mis padres me dijeron que podías quedarte en nuestra casa, sí quieres para las vacaciones— ¿Y conocer a mis suegros?

—Soran, me estás llevando a la boca del lobo—

—¿Qué? ¡Oh, no te preocupes, no dejaré que mis padres hablen en contra tuya! Ellos son muy tranquilos y respetan mis gustos—

—Bien, es mejor que aguantar a mi familia. Le diré a mi madre que iré contigo— Él se alegró inmensamente.

—Puede que no te ofrezca mucho, ya que prácticamente vivo en una choza— Comenzó a parlotear por lo que lo besé.

—Tú tranquilo— Le revolví el pelo.

Tenía que obtener el permiso de mi mamá, así que después de dejar mi bandeja con los platos sucios, me dirigí a su oficina.

—Te esperaba, hijo—

—No me sorprende porque eres psíquica— Bromeé.

Ella tomó mi cara y me sonrió. —Por lo que veo ya decidiste a quien amar— Abrió una rara caja oscura y de ahí sacó una cajita.

—¿Qué es eso?— Me lo dió.

Al abrirla me encontré con un anillo de oro con una piedra azul. Éste es el anillo de Leviatán, de la vez que se casó con Circe. —¿De dónde conseguiste esto, mamá?—

—Estaba en mi familia y ahora te lo estoy dando— Ella fingió no conocer lo que ocultaba tal anillo. Se dice que quién se ponga uno de estos anillos tendrá un control absoluto de las energías del cristal. El anillo de oro representa a la Reina y el de plata al Rey.

Si una pareja que se ama profundamente se da estos anillos reinaran el mundo, todas las razas demoníacas conocen estos anillos como los pertenecientes a sus amos. Y ahora yo tenía el anillo de la Reina.

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