Formando una dulce y ácida alegría

Aclaración: Antes de leer quería aclarar sobre la existencia de “Leviatán”. Como vieron en el primer episodio se aparece frente a Kentin cuando “Despierta como alpha”, básicamente es que el alpha de su interior despertó, tuvo su primer celo y desde entonces Leviatán vive dentro de él como si fuese otra persona. Pueden considerar a Leviatán como la segunda personalidad de Kentin, al igual que los trastornos de personalidad múltiple.

Leviatán tenía el control absoluto de mi cuerpo e iba por los pasillos sin cuidado. —¿Así que esta es la verdadera forma de Kentin?— Me sorprendió Franny.

—Sirvienta, muéstrame el camino a la clase— ¡Oye, oye! ¡Tú no puedes hablarle así a Franny!

—¿Por qué no?— Ella se lo tomó como un chiste.

—Eres merecedora de un buen trato, prometo darte una buena recompensa cuando llegue al poder— Leviatán, eres un imbécil. Ni siquiera Cyara quiso acompañarme al salón de clases, porque le desagrada Leviatán. Bueno, con suerte cancela el compromiso.

—Suena interesante— Comentó riendo.

Para la clase de artes marciales fuimos obligados a colocarnos una toga para hacer más cómoda la práctica. Mientras esperabamos a la maestra, Leviatán no dejaba de bostezar. Entonces, cuando vió pasar a Soran por el frente le silbó sin ningún respeto. Está bien que sea guapo, pero piensa que esto es acoso sexual, Leviatán. Así es como acaba de arruinar todo con mi crush.

—Hey... ¿Cómo debería decirte en esta forma?— Preguntó sonriente Soran.

—Puedes llamarme Levi, bonito— Le coqueteó a lo que Soran se rió.

—Leí algo sobre doble personalidad en tu expediente así que esto es— Por fortuna se toma a Leviatán como un payaso.

—¿Y qué más leíste en mi expediente?— Le sonrió bobamente.

—Ese fue el dato más interesante— Leviatán acarició el rubio cabello de Soran.

—¡A sus posiciones!— Nos separó la profesora.

—Así que tú eres el rey demonio, parece que todavía no dominas tu contenedor. Me gustaría que me devolvieras a mi estudiante si no es problema—

—¡Ja, cómo sí pudiera!— Ella golpeó fuertemente mi estómago. Mi cabello volvió a teñirse de negro. Me regresó mi cuerpo.

—Todavía no aceptas la realidad muchacho, pon atención en las clases de metamorfosis— Caí al suelo. ¡Qué miedo! Esa maestra es de temer.

—¡Ya, pónganse firmes! Comenzaremos con un ejercicio para calentar— Nos mostró una perfecta patada. El calentamiento consistía en hacerlo sin cesar. —¡Ya! La primera unidad es defensa personal. Necesito a un voluntario— Nadie quería ofrecerse. —Kentin... ¿Podrías ayudarme?—

—¿Por qué yo?— Me quejé. La maestra me obligó a hacer de títere.

—Kentin, intenta ahorcarme— Me puse detrás de ella, colocando mi brazo en su cuello. —Cuando se vean en esta situación, vean sus salidas. Primero, golpear con su codo entre las costillas y patear la canilla de esa persona— Literalmente me golpeó en ese orden. En serio me dolió... —Entrenen con estos movimientos, pero esta vez, intenten concentrar su energía en un punto de su cuerpo. A las primeras 5 personas que lo logren, tendrán un descuento en el bar.—

La profesora nos dió números para dividirnos en cuatro. —¿Quién es el 6?—

—Por aquí, yo tengo el seis— Mencionó Franny.

—¡Yo también!— Vino Soran.

—Ah, creo que yo igual... ¿Es un 6 o un 9?— Se unió Evan.

—Es un 6, sopenco, por eso le ponen un raya abajo— Rodó los ojos mi compañera.

—¡Tampoco tienes que ser tan agresiva!— Franny continuó burlándose de él.

—Chicos, creo que mejor nos ponemos a practicar— Detuvo su pelea Soran. En parejas fuimos haciendo los movimientos que la profesora iba explicando.

Practiqué con Soran. Primero hizo lo mismo que me hizo la profesora, por lo que no fue complejo alejarlo. En segunda posición forcejamos y terminamos en el suelo tratando de someter al otro. Era cansador luchar con él. Tomé de su toga, dejando a la vista su pecho. Inmediatamente mi mente de alpha mal pensó toda la situación. Yo encima de él quitándole la toga.

—¿Debería decir que ganaste porque me quitaste la ropa?— Me sonrojé apartándome y él se arregló, mientras se reía. Tenía una piel tostada que resaltaba sus rosados pezones. Estoy jodido, mi miembro quería pararse por solo haber visto la mitad de su cuerpo.

—¡Bien, chicos! Han hecho un excelente trabajo, la gran mayoría obtendrá el descuento. Ahora quiero ver hasta donde pueden llegar en un combate.—

—¿Un combate? ¡Qué ridículo!— Se jactaba Evan.

—¿Por qué no me enfrentas?— Desafíe.

—¿Seguro? Ya he tomado duelos en esta escuela, no quiero dejarte mal herido— Soran y Franny nos observaban.

—Ven— Provoqué que diera el primer paso.

Envolvió en llamas su puño. Era rápido e intenso, por poco lo esquivé. Sin embargo, su fuego no me tiraría para atrás. Dejé fluir mi escencia. Un aura negra se apoderó de mí. Imité su movimiento, un golpe por la derecha, y en el segundo que lo esquivó, doblé mi rodilla, dándole una patada alta, directo a su pera.

—¡Excelente, te ganaste el descuento!— La profesora me regaló un ticket. —¡A enfermería por favor!— Las pixies trajeron una camilla para llevarlo. —Es su turno— Señaló al resto del grupo.

Tragando saliva se preparaban. Ninguno tenía ganas de pelear con sus habilidades. En realidad, solo se dieron golpes normales. —¡Stop! Tienen que utilizar sus elementos— Recalcó.

—Pero... Si utilizo mis poderes podría lastimarla— Miró sus manos sobre los guantes Soran.

—¿Me estás subestimando?— Mostró su poder al sentirse herida. El cabello de Franny empezó a crecer descontroladamente. No me imaginé que pudiera hacer eso, además que usa el cabello corto.

Atacó sin piedad, Soran no pudo bloquearla. Pero, viéndose así. Su escencia fue transformándose en ondas eléctricas, que recorrían su cuerpo.

—¡Kentin, a un lado!— Una ráfaga eléctrica acabó por quemar el cabello de Franny. Y no fue todo, el suelo quedó calcinado. Sin mencionar, los daños de su compañera. La electricidad hizo que ella se desorientara. Por suerte, le hice caso y armé un escudo defensivo, no obstante, él lo rompió con su choque explosivo.

—M-maravilloso... Aquí tienes— Le dió el ticket, que aceptó molesto. Preocupado se dirigió a Franny, que parecía sonámbula. Y las haditas la pusieron en la camilla.

—Kentin, acompañaré a Franny a la enfermería, lamento el desastre— Se disculpó. No era mentira, el que él es un personaje interesante.

—Espera, te acompaño— Quería pasar unos segundos más a su lado.

Una pequeña profesora, muy adorable atendía. No hizo preguntas y simplemente curó a la estudiante. Hizo un buen trabajo, hasta el pelo le volvió a la normalidad.

Soran no paraba de suspirar. —Hey, Soran... Estoy seguro que ella lo entiende— Le di ánimos.

—¡¿Y si me odia por el resto de mi vida?!—

—Franny no odia a la gente porque sí.— Intuí.

Ella empezó a abrir los ojos lentamente.

—¿Qué pasó?— La ayudamos a sentarse.

—Tuviste un combate contra Soran— Al recordarlo Franny le pegó un manotazo en la cara.

—¡Ah! ¡Mi hermosa nariz!— La enfermera no tuvo problemas para sanarlo.

—Eso es por noquearme—

—Todavía no controlo bien mis poderes—

—Parece complicado manejar el rayo, solo ten cuidado— Dijo Franny.

—¿Te quedarás aquí, Franny?—

—Supongo, aún me duele todo el cuerpo—

—Soran, ya que tenemos los tickets para el bar deberíamos ir—

—Aprovechen— Se estiró la azabache en la cama. —Nos vemos—

Nos dirigimos a la penúltima clase impartida por mi madre, clarividencia. Y nos sentamos en un mismo banco, donde ya estaba Astolfo.

—¡Wenas!— Saludó amistoso Soran al pelirosa.

—¿H-hola? ¿Me estás hablando a mí?— Se descolocó ante la afirmación del rubio.

—¡Sí! ¿Cómo era tu nombre? ¿Adolfo...? De todas maneras, yo soy Soran.—

—¡Un chico guapo me habló!— Chilló.

—¿Guapo? Ahaja, gracias— Provocó mi risa la escena. Todo el salón me quedó mirando, ya que no fue una risa normal, sonó un "Muajaja". Sin embargo, esa risa, hizo gracia al par. —¡Eres muy chistoso, Kentinito!—

—¡Hey, Soran! ¿Quién te dió permiso de llamarme así?— Ellos rieron más fuerte. Lo único que nos detuvo fue la llegada de mi mamá al salón. Traía un gran libro bajo su brazo. Hizo un estruendo al abrirlo en su escritorio.

—Buenos días, soy la profesora de clarividencia, Angie. Las predicciones son mi fuerte, fui quien ayudó a predecir su destino en la academia. Escuché que los polluelos este año son bastante aplicados, sin mencionar que mi querido hijo es parte.— Me escondí tras él libro.

—Oye— Me susurró en mi oído Soran. —Tienes una madre muy bonita. En realidad se parece a tí en la cara—

—No sé si tomarme eso como un halago o como acoso sexual— Respondí sonrojándome y el rubio me dió un empujón amistoso, así que le sonreí.

—Éste año será un 60% teórico. Discutiremos la adivinación como unidad principal. Adivinar y predecir no es lo mismo. La adivinación es un poder adquirible, que consiste en hallar hechos no dichos.— Escribió algunas cosas en la pizarra. —Existen distintos tipos de objetos para la clarividencia, es importante utilizar el correspondiente a tu identidad—. Anoté apuntes concisos. —Hay varios medios para usar la adivinación, hay personas que utilizan la astrología, la austromancia, hidromancia, piromancia, geomancia, cartomancia, entre otras—

En comparación con la clase siguiente, Dialectos, la de clarividencia fue mi preferida del día. Además que la asignatura de Dialectos la da el profesor Zaidi. Me aburre inmensamente.

Al salir de clases me dirigí con Soran al bar Free & Hot, el único sitio donde venden alcohol en este mundo. Tenía regulaciones para los estudiantes menores de 18, como es nuestro caso con 16 años. Sin embargo, con el descuento de la profesora podíamos pasarnos de copas.

—¡Estoy super emocionado!— Pasó su brazo por mi hombro Soran. —Ésta noche vamos a festejar—

—Imaginarlo me emociona— Sonreí. —Es bueno despejarse de vez en cuando— Lo miré encantado.

El bar estaba dentro de un árbol, las mesas eran del mismo roble, al igual que las sillas. Otros estudiantes ya estaban ahí, entre ellos Melody y Debrah. Nos miramos al pasar, era obvio su desagrado.

—¿Ese es el príncipe demonio del que hablabas Melody?— Preguntó el chico que acompañaba a la de elemento agua.

—Sí, ya los ves, con solo su presencia arruina el ambiente—

—¿Por qué no se van si tanto les incomoda?— Me defendió Soran.

—¡Los que deberían irse son ustedes!— Recalcó. —Nosotros estabamos tranquilamente conversando hasta que llegaron—

—¡No tienen porque meterse con nosotros! Jamás los hemos insultado. ¿Qué razones tienen?— Gritó el rubio.

—El solo hecho de estar en aquellas asquerosas casas lo dice todo— Insultó Melody.

—¡Repitelo perra!— Tomé a Soran de su capa.

—Soran, no vale la pena. Están tratando de hacer que nos lleven a dirección. No caigas en sus juegos— El rubio lo entendió y tragando su rabia nos sentamos más atrás.

—Debería hacer que los expulsen— Me ponía contento que se enojara por mí.

—Gracias por eso, Soran—

—¿Por qué me agradeces?—

—A pesar de que soy "uno de los más temibles demonios" tú aún así me defendiste—

—¡No importa si eres un demonio o no! Nadie merece que te traten así— Él me hizo sentir mejor y mis mejillas ardieron.

—¿No te molesta que te excluyan por estar conmigo?—

—Claro que no... Ellos son basura, en cambio tú eres una persona interesante— Está haciendo saltar a mi corazón como loco.

—Eso debería decirlo yo... Mira que un hada como tú acompañando a un demonio como yo—

—Supongo que no me gusta seguir el cerrado pensamiento de los demás.— Ambos intercambiamos sonrisas nerviosas.

Pedimos unas cuantas cervezas y comida para comenzar con nuestro pequeño festejo.

—¿Y qué estamos celebrando?—

—¿Importa? ¡Podemos celebrar cualquier cosa! Quiero chocar cervezas por haberte conocido— Ambos brindamos entusiasmados.

Continuamos bebiendo y charlando animadamente hasta pasadas las 1 de la madrugada. El toque de queda era a las 10 pero nos quedamos mucho más tiempo del esperado. Al lado de éste chico las horas vuelan.

—¡Fue una noche fantástica!— A pesar de que solo bebimos nosotros dos, teníamos temas de conversación ilimitados. Además Soran es un buen conversador y me gustó oír sus delirios de ebrio. —Deberíamos repetir—

—La próxima vez será una cita— Dije sabiendo que estaba fuera de sí.

—Más lento, velocista— Se rió y casi se cae por el camino, por lo que lo atrapé. —¡Ahaja, gracias!—

—Dame la mano o te harás daño— Él obedeció y fue moviéndome a su ritmo.

—¡Ahaja! Eres tan lindo~— Se abrazó a mi brazo, su acción fue tierna.

—Tú eres lindo— Me sonrió tiernamente y un hipo agudo salió de su boca.

—¡Ahaja!— Reí sonoramente por lo chistoso que se escuchaba.

Nos dirigimos al teleférico y subimos a la cabina. Observé al rubio sentado delante de mí y un desgraciado recuerdo volvió a mi mente.

Tengo miedo de enamorarme.

Al final, yo solo vuelvo a mi soledad, por miedo de salir lastimado como en mis anteriores vidas pasadas.

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