Secuestro y agonia

No hubo tiempo para pensar en nada, en un pestañeo los dos caballeros que aun escoltaban a las chicas estaban muertos y en el siguiente, 3 hombres con ropas negras que les cubrían la totalidad de sus cuerpos las rodeaban.

Uno de ellos golpeo a Nicky noqueándola y tras envolverla con una bolsa de tela la cargo sobre su hombro.

Lora no podía quedarse quieta mirando como secuestraban a su hermanita, intentando conjurar algo de magia en el acto, pero otro de los atacantes, la interrumpió, cubriéndole la boca con una mano, mientras que con la otra la sujetó por el cuello, inmovilizándola contra un árbol.

— Jefe ¿El cliente solo necesita la chica que usted tiene, cierto? ¿Eso quiere decir que puedo hacer lo que quiera con esta? —Tras pronunciar aquellas palabras llenas de lujuria, dio un lametón a la mejilla de la chica que inútilmente pateaba intentando liberarse.

— ¡Imbécil, deja a esa chica en paz! ¡Si el cliente se entera que siquiera la miraste seguro alimentara a sus perros con tus bolas!

Aunque aquel hombre no quería soltar a la chica, con aquella amenaza termino haciéndolo por simple reflejo.

Con su trabajo terminado no tardaron mucho en marcharse, quedando atrás un par de cadáveres y la pequeña Lora que temblaba por el miedo h el dolor.

— Regrésenmela… regrésenme a mi Nicky…

Ella probablemente intentaba gritar aquellas palabras, pero su voz era ahogada por un nudo en su garganta y la falta de aire y apenas si podía escucharse ella misma, mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas.

Algún bosque cercano al marquesado de Balanc.

“Me duele… ¡Duele mucho! ¿Qué me está pasando? ¿Por qué no puedo moverme?”

Cuando Nicky recobro la conciencia, se hayo a si misma inmovilizada sobre una extraña cama. El colchón estaba húmedo y frio y había una sensación como si alguien lo hubiera estado usando antes de que la niña fuera acostada n el.

De pie, frente a la chica un hombre viejo, con cristales enormes sobre sus ojos y una bata que se suponía debía ser blanca, pero en su lugar acumulaba rojas manchas de sangre una sobre otra.

— ¿Ya despertaste? ¡Vaya que eres desafortunada, yo apenas estoy comenzando!

En un comienzo Nicky creyó que ese era uno de esos malos hombres de los que su hermana mayor tanto le advertía, pero al esforzarse para desviar su mirada hacia abajo en su abdomen, la zona de dónde provenía el fuerte dolor, se dio cuenta que esto era algo mucho peor.

Usando un cuchillo muy delgado, lentamente el hombre abría tejido tras tejido en su costado derecho. La impresión en la chica fue tan grande que termino desmayándose… probablemente el dolor también influyo en ello.

Había un largo pasillo blanco frente a los ojos de Nicky… muchas personas aseguran haber visto algo como eso cuando estaban al borde de la muerte, pero la pequeña sabia por algún motivo que esto no era lo mismo. Aquel pasillo que ella veía estaba lleno de puertas en sus paredes.

Alguien paso caminando al lado de la pequeña, esa persona empujaba algo. Era una cama muy angosta con ruedas en la parte inferior… “Una camilla” pensó ella, sorprendiéndose a sí misma por saber lo que era esa cosa. Una segunda persona caminaba junto a esa camilla, mientras que intentaba mantener estable al herido que llevaban sobre la misma.

— ¡Sus signos vitales son bajos, ha perdido mucha sangre…!

— ¿Qué hay de su brazo y su pierna?

— La corrosión ha llegado a niveles críticos… tendremos que amputar o se esparcirá al resto del cuerpo.

— Entiendo. Es una pena. ¿Y la chica? Escuche que traía una niña a cuestas cuando llego.

— Esa pequeña… Ella tiene una enfermedad terminal, probablemente muera en menos de una semana… Es una pena perder a tan grandioso soldado en un esfuerzo tan inútil.

— No seas grosera. Estoy seguro que el teniente no cree que haya sido un esfuerzo inútil.

Los ojos de Nicky volvieron a abrirse con algo de esfuerzo, sus parpados se sentían pesados y había un profundo cansancio que hacía que su cabeza diera vueltas. Lo de hace un momento parecía haber sido un sueño, pero en su lugar ella lo sentía como si fuera un lejano recuerdo.

Más importante que eso aquel aterrador hombre aún continuaba allí a su lado, causándole un terrible dolor. El ahora introducía pequeñas pinzas en la herida para cortar meticulosamente algo en su interior.

— ¡Oye viejo! ¿En serio necesitas pasar por tantas molestias? ¡Te estas tardando demasiado! ¡No necesitas ser tan cuidadoso con un paciente que igual está destinado a morir, solo arranca la glándula y ya!

Un segundo hombre impacientado, se acercó para afanar al anciano, quien opto por detener sus manos mientras lo escuchaba. Clara muestra de que no planeaba seguir tal razonamiento de todos modos.

— Mocoso, esto es un procedimiento muy delicado. Si llegase a dañar un órgano vital antes de extraer la glándula mágica, esta podría reaccionar e hincharse de mana. Eso complicaría gravemente las cosas.

— ¡Joder, todo esto es un maldito fastidio! ¡Hay caballeros por todos lados buscando a la maldita mocosa!

— No hay de qué preocuparse. Nadie conoce este lugar y ella en su estado actual sería incapaz de solicitar ayuda… Oh, señorita ¿Despierta otra vez? ¡Justo a tiempo, yo estoy a punto de acabar!

Las pinzas volvieron a ser introducidas a través de la herida, produciéndose el doble del dolor en esta ocasión. Pero más que el dolor, la desesperación apoderándose del cuerpo Nicky, l inducia en una gran agonía.

Necesitaba ayuda, normalmente debería poder ayudarse a sí misma con su propia magia, pero por algún motivo era incapaz de usarla. Su mana simplemente no se concentraba y cada vez que lo intentaba sufría un agudo dolos que recorría desde la punta de sus dedos hasta el cuero cabelludo.

El dolor más profundo vino cuando ambas manos del anciano fueron introducidas dentro de la herida en el costado de la chica y con un ligero corte fue extraída una pequeña visera de color amarillo brillante, con el tamaño de una mora.

— ¡Bien, bien, bien! ¡Con esto la vida de su alteza Chloe está asegurada! ¡Deberías estar contenta pequeña, tu sacrificio salvara a tu querida amiga!

— ¡Viejo, estás hablando de más! ¡Solo mátala y marchémonos ya!

— Jaja, te preocupas demasiado. ¿Viste el desbordamiento mágico en su interior cuando extraje la glándula mágica? ¡No hay modo que ella sobreviva a eso, pronto sus tripas comenzaran a quemarse y derretirse por la sobrecarga de radiación mágica! ¡Es una pena que no pueda quedarme a monitorear el proceso!

— Si, si, lo que sea… viejo loco.

El par de hombres se preparaban para marcharse, vertiendo aceite en todo lo que había a su alrededor, para luego tirar una antorcha que comenzaría a incendiar e lugar. Aunque la muerte de la pequeña era algo inminente, aun no querían correr ningún riesgo.

A causa del aceite esparcido, el fuego se comenzaba a extender rápidamente, rodeando la cama en que Nicky se encontraba tirada.

— Ayu… daa… —Intentaba pedir auxilio la niña— Alguien… ayuda…

Tras algunos segundos, lo que sea que impedía que su cuerpo se moviera comenzaba a perder efecto. La pequeña movió su mano n buen estado hasta el borde de la cama que se encontraba contra la pared y enganchando sus dedos jalo con todas sus fuerzas para intentar huir del fuego.

Por supuesto, tales esfuerzos solo eran patadas de ahogado, el fuego cada vez era más intenso y amenazaba con consumir no solo el interior de aquel lugar, sino probablemente expandirse también al bosque alrededor.

En sus esfuerzos por mantenerse respirando, a pesar del terrible dolor, algo de humo entro por las fosas nasales de la pequeña, su conciencia se nublo a causa de la falta de oxígeno, casi perdiendo la conciencia. Normalmente aquel punto crítico marcaria la línea de no retorno donde las personas comenzarían a ver los momentos de su vida pasar frente a sus ojos, pero al haberse desmayado momentáneamente, lo que vio la pequeña en realidad fue algo diferente, algo semejante a lo que veía en sus sueños y pesadillas. Algo que le recordó algunas palabras que se suponía debían poder sacarla de una situación como esta.

— Ayuda… necesito ayuda… hombre caído… código de acceso: hesoyam… ((Onegai tasukete))

“¿Qué fue eso? ¿A quién se supone que le estaba pidiendo ayuda? ¿Ese idioma era algo que yo conocía?”

El final parecía cada vez más inminente, las llamas crecían más y más, y los cimientos de aquel lugar crujían anunciando que en cualquier momento cederían a causa del fuego. Al darse cuenta que sus propias fuerzas no le servirían para salir de esa situación y que era muy poco probable que alguien viniera a ayudarla, finalmente se resignó a que su vida terminaría ahí y solo pudo pensar en alguien más en ese omento.

— Lora… ¿Mamá y papá ya te encontraron? Yo quería… Quería que pasáramos más tiempo juntas… pero al final fue igual que con Kamila y mamá… ¿Eh? ¿Quiénes eran esas personas?

*Crash*

Una de las paredes de la habitación crujió al ser atravesada por algo, la pequeña cerró sus ojos asustada, creyendo que el momento final había llegado, pero en cambio, la sensación ardiente producida por el fuego próximo comenzó a disminuir lentamente. Al abrir sus ojos llenos de curiosidad para investigar que sucedía, vio una esfera metálica que desde su perspectiva infantil escupía nubes para apagar el fuego.

Aunque Nicky nunca había visto esa cosa en su vida, sentía que ya la conocía. Probablemente se debía  a las muchas veces que su madre les contaba a Lora y a ella la historia de cómo un espíritu la había venido a visitar para anunciarle que tendría a sus hijas.

¿Era realmente ese el mismo espíritu del que su madre les había hablado? Bueno, eso en realidad no importaba, al parecer esa cosa estaba allí para ayudarla y Nicky no necesitaba saber nada más.

Una vez el fuego había sido aplacado la esfera floto sobre la maltrecha pelirroja y emano una luz que recorría su cuerpo.

—Aura Reconocida, código de verificación autentico. ¡Bienvenido capitán Victores! —Anuncio una voz sintética que no emitía sentimiento alguno—Su estado es crítico, se requiere procedimiento medico inmediato. ¡Activando protocolos paramédicos! ¡La unidad presente es un modelo obsoleto, no cuenta con el hardware necesario para el protocolo  paramédico básico! ¡Activando protocolos de primeros auxilios!

Algunas grietas se abrieron en la esfera y de estas crecieron algo como brazos con luces y agujas. Primero una aguja perforo en la piel de Nicky causándole una ligera sensación de dolor que al instante se fue. No solo el piquete se había ido, todo el dolor que estaba sintiendo por la herida de su costado se esfumo.

Otro de los brazos emitió una luz roja que salía disparada como un rayo muy delgado y golpeaba sobre la zona herida, mientras dos brazos más actuaban como pinzas que juntaban los tejidos para mantenerlos unidos. La herida estaba siendo sellada y el proceso soltaba un terrible olor a carne chamuscada. Probablemente si no hubiera sido por el adormecimiento del dolor anterior, ese proceso haría que la niña se retorciera en agonía.

— ¡La herida fue cerrada, pero el daño interno continua presente, por favor proceda con precaución!

Aunque el efecto de lo que fuera que mantenía a la chica sin poder moverse antes ya se había disipado, su cuerpo estaba muy débil a causa de aquella intrusiva operación y a duras penas podía doblar sus extremidades. Además, aunque su dolor se había disipado con lo que sea que había hecho aquel “espíritu”, una sensación de algo quemándose en su interior se hacía cada vez más fuerte.

— Te… tengo hambre… —Logro susurrar a través de sus dientes, mientras torpemente se incorporaba para sentarse contra el borde de la cama.

— ¡Unidad obsoleta, el lenguaje usado no se ha podido reconocer! ¡Por favor intente de nuevo con un idioma diferente!

Aunque esa cosa le hablaba, Nicky apenas podía captar una o dos palabras, sin comprender por completo el significado de lo que le decía… tampoco era como si tuviera el tiempo para preocuparse de eso. Una sensación de palpitación recorrió el cuerpo entero de la pequeña, recordando que aquel anciano le había arrancado algo de su interior y las palabras que había dicho antes de irse.

Aunque su herida había sido cerrada por la esfera metálica, si las palabras del viejo eran ciertas… Ella no quería ni pensarlo.

— Debo sanarme.

Esforzándose por juntar mana en su mano sana, recordó el hechizo con el que el difunto Phillip había sanado a su hermana y comenzó a recitar, pero el círculo mágico que apenas se formaba se fragmento en el aire y el mana que había juntado se disipo en el aire… no, no en el aire, ese mana se disipo en el interior de su cuerpo. No solo no había logrado sanarse, sino que empeoro la situación.

Con una violenta reacción interna Nicky comenzó a toser escupiendo sangre en el proceso. Luego sintió como si su cabeza fuera a estallar  y comenzó a vomitar… era más sangre, sangre y pequeños fragmentos de sus propias viseras. Ella estaba muriendo.

— ya… ya veo… Si este es el caso, al menos debería intentar llegar a casa y ver a Lora una vez más… espero que ella se encuentre bien.

A pesar del aturdimiento y el dolor, la chica de algún modo conseguía tambalearse un paso tras otro, sin caerse. Parecía tener un buen control sobre su propio cuerpo.

Al salir, de lo que parecía ser una pequeña cabaña, noto el boscoso entorno que rodeaba lo que parecía ser una cabaña en ruinas, el lugar del que acababa de salir. La esfera metálica pronuncio algunas palabras en aquel lenguaje que la chica desconocía y desapareció. No se había ido, Nicky podía sentirlo, tan solo se había hecho invisible. Eso se confirmó cuando al notar que la pelirroja estaba completamente desorientada, le volvió a hablar.

— Diríjase al norte.

— Dijasel notooo… noto… nooto… Norte…

Sin comprender que era lo que le había indicado, Nicky tan solo comenzó a caminar sin un destino en mente, mientras intentaba repetir aquellas palabras. Era algo complicado, no se trataba solo de diferencia idiomática. Una gran parte de la estructura fonética también era diferente. Pero ya que intentarlo parecía divertido, ayudaba a mantener a su mente apartada de su desesperada situación.

De hecho su hiperactiva forma de ser la mayor parte del tiempo, era también una defensa que había desarrollado contra su extraña enfermedad mental, que la atormentaba en los momentos más imprevistos.

Tan solo se había alejado unos cuantos metros de la cabaña y ya se sentía muy fatigada, también la atacaba de nuevo una sensación de hambre, esta vez con un hormigueo recorriendo su espalda. Esta no era una sensación de hambre cualquiera, era un apetito tan voraz que incluso el árbol en el que se apoyaba para descansar parecía muy apetitoso.

Casi había cedido a la tentación de darle una mordida, de no ser por los pasos que unos tras otros comenzaron a posarse en los alrededores.

— ¡Vaya, que interesante! ¡El jefe tenía razón en enviarnos aquí! ¡Pensar que ese par de inútiles dejarían a la mocosa con vida!

No hacía falta ser un genio como Lora para enterarse del motivo de esas personas para estar allí. Nicky ya estaba resignada que en cualquier momento moriría, así que no sintió miedo de ellos. Esta vez ella solo se sentía desdichada por no poder cumplir aquel último acometido que se había propuesto.

Su espalda fue puesta contra el tronco de un árbol para que soportara su peso y una vez más intento conjurar magia. El resultado no fue mejor que antes. Los bandidos que la observaban, no podían más que reír de lo miserable que lucía aquella pequeña noble.

— ¡Venga chicos, incluso alguien como yo se siente malvado en esta situación! ¿Qué dicen si sacamos a la pequeña perra de su miseria de una vez por todas?

Uno de ellos adelanto a los demás, balanceando una espada pesada sobre su hombro y justo cuando estaba a un par de pasos de la niña, un fuerte estallido que zumbaba en los oídos de todos le abrió un par de agujeros en la cabeza y el hombre cayó muerto al suelo.

— ¡Ataque enemigo! ¡Es una emboscada!

Los demás se alertaron de inmediato y procedieron a tomar posiciones defensivas en medio de los árboles, juntando espalda con espalda junto a sus compañeros. Con sus ojos barrieron todo el entorno a fin de encontrar alguna señal del enemigo, pero este, fuera quien fuera, parecía ser un experto en borrar su presencia.

*bang* *bang* *bang*

Otra vez se oyó el estruendoso sonido y un par más de ellos cayeron muertos, sin siquiera saber que los había golpeado.

— ¡Gran llamarada infernal, incinera a mis amigos!

Uno de ellos intento golpear al lugar del que provenía aquel sonido, pero su ataque no conecto con nada desvaneciéndose en el aire. En cambio, poco a poco más bandidos continuaban cayendo muertos después del estallido que se repetía ocasionalmente.

— ¡Lo mocosa! —Recordó uno de ellos— ¡Solo dispárenle a la mocosa, una vez que este muerta nos retiramos!

A la voz de aquella buena idea, todos buscaron con su mirada el último lugar donde habían visto a la niña, esperando encontrar nuevamente aquella patética y lamentable figura a medio morir, pero en su lugar lo que vieron parecía una escena sacada del mismísimo infierno.

El primero de sus compañeros que había muerto estaba siendo devorado por aquella pequeña. Impaciente e insaciable, ella escarbaba con su mano  y enterraba su rostro entre las entrañas del cadáver para saciar su apetito, tal como lo harían las bestias salvajes.

Sin raciocinio, sin piedad y sin sentimientos. Todo lo que se podía ver era instinto. Eso la convertía en un lanco fácil para disparar.

— ¡Arqueros, disparen!

Varias flechas volaron a la voz de aquella orden, amenazando con perforar en el cuerpo de la ensangrentada pelirroja, sin embargo esta vez las flechas encontrasen su destino a medio camino, al chocar con lo que parecía ser una barrera hexagonal hecha con luz.

— ¡Un mago! ¡El enemigo que la protege es un mago!

— ¡Su mana no debería ser suficiente si atacamos todos a la vez! ¡Todos ataquen con todo lo que tengan!

Esta vez no solo los arqueros dispararon sus flechas, aquellos con magia conjuraron y dispararon sus más poderosos ataques, los que no sabían magia y tampoco tenían arcos, lanzaban rocas o explosivos, tenían la intensión de masacrar a aquel mago junto a la chica.

Por su parte, el dron protegiendo a Nicky no se dedicaba solo a protegerla con la barrera, también disparaba de vuelta, con precisión asesina, eliminando a varios de los atacantes, pero…

— ¡Peligro batería de poder sobrecargada! ¡Falla del sistema en 5… 4… 3…

*¡KABOOM!*

El escudo cayo y los ataques finalmente lograron impactar, produciendo una gran explosión. Aunque Nicky estaba dos metros por detrás del dron, la explosión aun logro alcanzarla, arrojándola varios metros por el aire.

Los bandidos por su parte, aquellos que sobrevivieron al fuego cruzado, estaban muy agotados y ninguno tenía el valor para acercarse para confirmar la muerte de la chica o el supuesto mago que la protegía, en su lugar dieron por terminado el trabajo y se marcharon.

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