El inicio de un largo viaje

Nicky escuchaba las palabras de rechazo pronunciadas por su hermana resonando en su cabeza una y otra vez, causándole una ligera jaqueca. Bueno, en realidad no era directamente la voz de su hermana la que causaba el dolor, este se producía cuando intentaba reflexionar acerca de ello.

“¿Qué quería decir? ¿Creía Lora que soy otra persona intentando suplantar a su hermana?... eso fue grosero de su parte, ella debería saber mejor que nadie quien soy… que aburrido, debería poder desquitarme, pero en cambio me enviaron a este viaje… ¿Estaba enojada conmigo y por eso pretendió que no me conocía… ella solo estaba confundida por el modo que cambie y por eso le resulto difícil aceptarlo… Y si era la cabeza tras las personas que intentaron matarme y se enojó porque seguía con vida…”

Todas aquellas ideas convergieron al mismo tiempo dentro de la cabeza de Nicky y algunas de ellas eran difíciles de procesar para alguien de su edad… para comenzar ya era raro en sí que dichas ideas llegaran por si solas a su mente. Aunque no había forma que el supiera eso.

— Hmmmyaaaaaaaahhh!

Con un sonoro bostezo, Dorammi, que hasta el momento se encontraba durmiendo con la cabeza reposada sobre el hombro del chico, comenzó a despertarse. La luz del día aún era muy tenue y el vehículo en que viajaban producía un ligero sonido arrullador que tras horas de viaje hacia difícil permanecer despierto. Por lo menos era el caso para ella, pero cuando logro abrir bien sus ojos y fijar su atención en el chico del cual se suponía debía hacerse cargo,  pudo notar que comenzaban a formarse bolsas bajo sus ojos, junto a una expresión de frustración.

— ¿Aun no logras dormir?

— Solo un poco… cuando lo hago veo cosas escalofriantes y entonces despierto al instante.

— Entiendo. Sé que todo esto puede ser algo deprimente, pero intenta ver el lado positi… ¿Qué, que haces?

Cuando Dorammi intentaba comenzar a tomarse su papel como tutora en serio, el chico se recostó en su regazo y la abrazo, poniéndola muy nerviosa.

— Estas intentando consolarme ¿Cierto? De esta forma es más efectivo.

La doctora Lu, su madre, ya le había advertido que debía cuidarse de los hombres que intentarían sacar provecho de ella, pero Dorammi nunca pensó  el primero de ellos seria justamente ese chico al que le habían dejado a su cuidado.

— Niño, te falta muchísimo si piensas llegar a cortejarme, así que suéltame y compórtate. Para comenzar ¿Cuánto tiempo llevas siendo un chico? ¿4, 5dias? ¿No es muy pronto para que muestres interés por las mujeres?

— Ah… pero la verdad es que a mí ya me gustaban las chicas antes.

— ¡Que! ¿De verdad?

— Si, por ejemplo siempre he amado mucho a Lora y a mi mama.

No hacía falta ser un genio para darse cuenta que el chico simplemente estaba jugando con ella y eso enfado a Dorammi. Por otro lado en realidad era algo tranquilizador, ella no habría sabido que hacer si el en realidad estaba intentando alguna especie de avance.

Con intención de recobrar el control de la situación, ella tomo al chico por las mejillas con fuerza y comenzó a estirarlas.

— Parece que te divierte burlarte de tus mayores ¿Cierto? ¡Pues déjame decirte que cada vez que te burles de esta hermana mayor el cielo va a castigarte!

— Ya… Lo siento… ¡Me rindo, me rindo! He… Hermana mayor…

Al pronunciar aquellas dos últimas palabras el ánimo del chico volvió a bajar. Toda su vida había Lora había estado a su lado. Hacían todo juntos e iban en compañía a cada lugar. Cuando pasaba malos momentos ella era quien le animaba y cuando sonreían compartían esa felicidad.

— Estoy segura que ella no quiso decirte esas cosas.

— Lo sé y está bien… No me molesto con ella porque me dijera esas cosas, solo me siento algo decepcionado. Ya que siempre estuvimos juntos, no esperaría que me fuera a rechazar solo con…. Kuh…

El chico fue incapaz de seguir hablando, se le había formado un nudo en la garganta y estaba esforzándose para contener sus lágrimas, era obvio que lo que acababa de decir de no estar molesto era mentira. Fue Dorammi esta vez quien tomo la iniciativa de abrazarlo acariciando su cabeza para consolarlo, sintiendo que debía decir algo, pero no tenía palabras en su boca.

— Dommi…  En realidad si estoy muy enojado. No solo con Lora, también con mamá. Creo que eso me hace un mal chico ¿Cierto?

— No realmente. Si te soy sincera, yo también esto un poco enojada con mi madre. Sé que ella solo quiere lo mejor para mí, pero habría sido lindo si en lugar de animarme a irme me hubiera dicho “Hija, no te vayas” o algo como eso. Creo que estar molestos es lo natural, si no lo estuvieras me sentiría preocupada.

— Ya veo. Gracias.

— No hay de qué.

El viaje termino sin ningún contratiempo, aterrizando el navío en una pequeña ciudad s obre una roca menor.  Al bajar lo primero que atrapo la atención de Nicky fue la increíble vista desde la orilla de la roca. Al intentar acercarse al borde, se topó con una pared invisible que lo mantenía separado a 4 metros de este, pero aun desde allí se podía contemplar la inmensidad del espacio alrededor de aquella pequeña roca que flotaba de forma artificial.

A lo lejos se podían contemplar algunos puntos brillantes y en uno de esos puntos era el continente en que se encontraba el lugar que hasta hace unos pocos días era su hogar. Un inmenso vacío oscuro con pequeño puntos brillantes, podría ser considerado un espectáculo a la vista, un hermoso paisaje para disfrutar, pero ante los ojos del chico lucia más como un lugar siniestro y aterrador que podía devorarlo dejando su existencia en el olvido.

Algunas imágenes de sus pesadillas aparecieron en su mente y de inmediato se dio media vuelta, aterrado. Si miedo solo creció más cuando se percató que había perdido de vista a Dorammi entre la multitud.

Aquella pequeña ciudad era un puerto de atraco para naves que venían de muchos lugares, haciéndola algo concurrida y entre tanta multitud, Nicky se sintió acorralado al punto de ponerse un poco paranoico; cada persona a su alrededor le parecía sumamente peligrosa, no sabía cuándo alguno de ellos intentaría atacarlo.

Inconscientemente comenzó a reunir mana en sus manos, pero entonces alguien  llego a su lado y lo sujeto fuertemente por la muñeca para detenerlo.

— ¡Oye, mocoso! ¡No sé qué pretendes, pero está prohibido usar magia en este lugar!

Esta era una mujer en sus veinte tantos años, con el cabello negro, algo desordenado, mirada fulminante y porte imponente. Sus vestimentas eran un poco parecidas a la de los caballeros reales, solo que sin las decoraciones  estrafalarias ni insignias que indicasen a que casa servía. Tampoco llevaba una espada, aunque en su cintura colgaba la vaina de una.

Nicky intento zafarse del agarre, pero su pequeño y delgado cuerpo no tenía oportunidad alguna contra los robustos brazos de la mujer… incluso si solo le estuviera sujetando con los dedos, probablemente el resultado habría sido igual.

Al darse cuenta que sus esfuerzos por liberarse eran inútiles, el chico dejo de forcejear, optando por usar su mano libre para tomar un trozo de papel de su bolsillo y pegarlo en la manga de la camisa de la mujer. El pequeño papel tenia dibujado un círculo mágico simple que absorbió el mana del pequeño incendiándose.

El fuego rápidamente se comenzó a esparcir por la tela, y ella se vio forzada a soltar al chico para intentar apagar el fuego antes que consumiera toda su camisa.

Esta era la oportunidad perfecta para Nicky de escapar, o al menos eso pensaba el, pero antes de que se diera cuenta varios guardias con armaduras de cuero los habían rodeado.

— ¿Qué demonios está pasando aquí? —Rugió molesto el que parecía ser el líder de los guardias.

— ¿Los guardias? Menos mal llegan, ese niño intentaba…

— ¡Esa mujer quería secuestrarme!

Cuando la mujer intento dar una explicación a los guardias para que tomaran el control de la situación, el chico se le adelanto a dar su propia versión de los hechos. Lo cual le resultaba no solo inconveniente, sino también desagradable.

— ¡Que te den, mocoso de mierda! ¿Por qué iba yo a querer secuestrarte? ¡Apenas tienes carne sobre los huesos! ¡No me tienes ninguna utilidad!

— ¡Pues todo lo que yo sé es que estaba buscando a mi guardiana cuando viniste y me atrapaste y no me dejabas ir! ¡Claramente es intento de secuestro!

— ¡No seas payaso! ¡Yo claramente intentaba evitar que usaras magia!

— ¿Usar magia? Yo… Yo no puedo usar magia…

En aquella discusión los guardias solo podían entender que de algún modo se había formado un malentendido entre esos dos. En cuanto a cual creerle, era una cuestión complicada, uno era un niño de si al caso 10 años de edad y la otra era una mujer de los clanes barbaros. Las probabilidades de que mintieran o dieran la verdad estaban igualadas para su perspectiva. Lo único cierto del caso es que los dos estaban irrumpiendo en el orden y tranquilidad de aquel lugar.

— Lo siento, pero voy a tener que pedirles a ambos que me acompañen al puesto de control para ser procesados adecuadamente.

— Lo… ¡Lo siento oficial, pero no puedo permitir eso! ¡Ese niño viene conmigo!

Guiada por los murmullos de la multitud, Dorammi finalmente pudo encontrar a Nicky, envuelto en aquel lio. Por suerte ella estaba preparada para solucionar situaciones como esa con poder, yendo a hablar aparte con el jefe de los guardias para enseñarle una pequeña placa metálica con un emblema familiar. Esta era la forma en que se identificaban las familias nobles.

El guardia tomo la placa y la imbuyo con un poco de su mana para verificarla, palideciendo su rostro al notar que era genuina.

—Tu, chico. Ve con tu guardiana y procura no volver a alejarte de ella —Anuncio el líder guardia al regresar. Luego miro a la mujer, teniendo que levantar la cabeza para poder verla a los ojos— En cuanto a ti…

— ¿Qué mierda? —Ella miro con desprecio la forma en que el chico se había desecho del problema y se trono el cuello para aliviar el estrés— SI piensas que esos chicos tuyos serán capaces de detenerme entonces adelante e inténtenlo.

Al final ella también se marchó sin más. —Solo dejen que se vaya esta vez, la otra parte no presento cargos— fue lo que dijo el capitán de los guardias para disimular.

— Lo siento…

Algunos minutos más tarde, el par que viajaba escapando del marquesado, se encontraban alojados en la habitación de una posada. El ánimo del normalmente entusiasmado Nicky era algo decaído esta vez, parecía molesto por algo y ahora que se estaba disculpando, pico completamente en la curiosidad de Dorammi.

— ¿Qué te molesta?

— Es que por mi culpa tuviste que usar esa placa de identificación. Ahora alguien podría rastrarnos hasta aquí.

— Ah, era eso… No tienes que preocuparte. Esta placa es uno de los preparativos que hizo tu mamá… que hizo su alteza para nosotros. No tiene nada que ver con la familia Balanc o con la familia real… de hecho si tuviera que decirlo es probable que la mujer de antes fuera más cercana al origen de la placa que cualquier nobleza en nuestro antiguo hogar.

— Eso no me tranquiliza nada…

— Jajaja, en realidad yo soy la que me siento tranquila a l ver lo bien que manejaste esa situación. Por un momento pensé que habrías podido decir algo como “Soy Nicky Von Balanc tiemblen y obedezcan, plebeyos”

— Yo no… —Aunque tenía la intención de negarlo, cuando lo pensaba, en aquel momento él estaba muy asustado y por eso no podía pensar de forma clara, de otro modo si era probable que hubiese dicho algo así para zafarse de cualquier problema— …Intentare no hacerlo.

— Es bueno escucharlo… ¡Ah, por cierto, toma esto!

La joven le entrego a Nicky un collar con dos pequeñas placas en él, esto era una identificación, pero Nicky ya poseía una que le había dado su familia luego de que cumpliera 5 años de edad.

— ¿Qué significa esto? —Aunque preguntara, Nicky estaba muy asustado de la respuesta.

— Tu identidad como Nicky podría traernos problemas más adelante, por eso Su alteza  nos preparó nuevas identidades. Desde ahora tú serás Ferdinand, eres hijo de una familia rica que valora sobre todo el esfuerzo y los logros personales, por eso cuando cumpliste 10 años como a todos los niños en esa familia fuiste enviado fuera a vivir por tu cuenta y no tendrás permitido regresar hasta que completes un gran logro.  Por mi parte yo seré tu asistente, la aspirante a medico Domm.

Probablemente en otra situación todo esto le habría parecido alucinante al chico, una gran aventura por vivir, sin embargo cuando intentaba procesarlo en su cabeza sonaba la voz de Lora, “No eres ella, no eres Nicky”.

— Ya… ya veo… Me asegurare de recordarlo. Ahora me iré a dormir, creo que necesitamos madrugar ¿Cierto?

— Si… que descanses.

Aunque los dos se recostaron en sus camas y cerraron sus ojos, ninguno pudo dormir realmente esa noche.

En medio de letargos, yendo y viniendo sin haber abandonado su cama, Nicky, más bien ahora Ferdinand, sintió la sensación que se tiene cuando después de pensar mucho en algún problema, espontáneamente llega una idea que lo soluciona todo. Fue un breve momento de lucidez, como si por un momento no fuera el mismo y fuera otra persona, y esa persona dejaba algo de información dentro de su cabeza.

Ya que parecía ser algo interesante para matar el tiempo, el chico abandono el cobijo de su cama y prendió una pequeña lámpara de aceite, usando su luz para hurgar entre sus pertenencias. El objetivo que obtuvo de ello eran los restos de aquella esfera metálica que le había salvado la vida en aquella ocasión cuando fue secuestrado.

Acomodando las piezas sobre un pequeño estante al lado de la cama, se disponía a trabajar, según lo que había visto en aquellas imágenes parecidas a recuerdos, pero entonces un profundo terror inundo su mente.

¿Tenían esos extraños recuerdos una sensación muy semejante a lo que solía ver en sus pesadillas? ¿Realmente reparar esa cosa era algo que necesitaba hacer?

Pensar en ello resulto tan molesto como pensar en lo que estaba dejando atrás durante este viaje, volviendo a empacar todo en su lugar para ir junto a su compañera esta vez.

— Domm ¿Estas despierta?

— Supongo… No he dormido en toda la noche. —La respondió sin moverse de la cama, solo quería seguir allí tumbada sin hacer nada, pero al final opto por reincorporarse mirar al chico mientras le hablaba— ¿Tu tampoco puedes dormir? Ferdinand…

— Rayos, no me llames de ese modo, ese nombre es horrible…

Cuando él la había llamado, mencionándola por el nombre Domm, ella que había estado con su mente ocupada pensando debían continuar adelante a partir de ese momento, pensó que el chico ya estaba listo para hacerlo, pero al parecer no era el caso. Bueno ella misma no se sentía del todo lista, solo tenía la idea de que debía estarlo para poder apoyarlo apropiadamente, pero entonces…

—…En su lugar, que tal si me llamas Ferd.

— ¿Ferd? —En ese momento Dorammi… es decir, Domm se dio cuenta que sus preocupaciones eran un tanto infundadas. Aunque era un hecho que el chico siempre estaba pensando demasiado las cosas, él tenía la fortaleza para afrontar esas líneas de pensamiento y continuar adelante— Entonces será Ferdy.

— ¿Qué, Ferdy? ¡Eso suena lindo, pero no quiero que suene lindo, quiero que suene genial! ¡Ferd es mejor!

— No creo… Desde este momento y hasta que tengamos la capacidad para volver a casa, solo contamos el uno con el otro. Por eso, la gente con la que lleguemos a toparnos debe ver que somos muy unidos antes de que alguien pueda intentar separarnos. Yo voy a llamarte Ferdy, deja que los demás te llamen Ferd. En cambio tu puedes llamarme Dommy.

— ¡Denegado! —Respondió él a la sugerencia final de la chica, sin siquiera pestañar.

— ¿Qué? ¿Por qué? ¿No quieres que parezca como que también eres muy unido a mí?

— Dommy suena exactamente igual a como te llamaría cuando eras Dorammi. Es más, creo que madre no se tomó mucho empeño en tu nuevo nombre. Si voy por ahí llamándote Dommy, seguro seremos encontrados en un pestañeo.

— Oye ¿Acaso no eres muy maduro para un niño de 10 años?

— Si, si, lo que sea… Creo que la calidad de este alojamiento es un asco ¿Qué dices si nos vamos ya?

— Como quieras.

Al responder ella tenía en su cara una enorme sonrisa de satisfacción. Ella tampoco estaba cómoda allí pero estaba consiente que el motivo era solo la ansiedad de aquel momento y todos los pensamientos siendo analizados en su cabeza. No había forma que ella que solo hacia el papel de asistente fuera a sugerir fuera a sugerir continuar el viaje cuando apenas pasaba la media noche, solo porque se sentía un poco estresada. Pero ahora el chico lo hacía, inventando cualquier excusa para ello. Aunque por momentos parecía tener la lucidez de un adulto, eso solo se debía a su “enfermedad”, el resto del tiempo seguía actuando como un pequeño y caprichoso chico noble.

Justo cuando la carroza en que viajarían hasta la siguiente estación estaba por tomar marcha, un nuevo hubo un pasajero que subió de golpe y se sentó a un lado de Ferd. Las ropas de este pasajero tenían un ligero olor a quemado y su cuerpo era un tanto robusto y musculoso. No tanto como para que ocupara más espacio del que debía, pero si lo suficiente para hacer que el pequeño se sintiera algo incómodo con esa persona a su lado.

El chico levanto su cabeza para intentar ver el rostro de esa persona, quien también había girado a ver a quien tenía a su lado, causando un momento de incomodidad cuando sus miradas se encontraron. Esta era la mujer con la que había tenido aquel altercado la tarde anterior.

Sin pensarlo dos veces el pelirrojo regreso la mirada hacia su compañera queriendo exigir algo un poco irrazonable

— ¡Por favor regresemos a la posada!

Si, tal vez la parte de noble caprichoso necesitaba ser corregida con urgencia.

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