Lo que quiere Ferd.

— Entonces ¿Enserio no planean bajar al puerto? Escuche que Barda es un lugar que tienes que visitar al menos una vez en tu vida, sería un desperdicio que estén aquí y no vayan a ver ni siquiera un poquito.

Martina se sentía un poco decepcionada ya que Domm y Ferd habían decidido permanecer en la nave durante el tiempo que esta atracaba en el puerto de Barda.

Bueno, decir que lo habían decidido era decir mucho, desde el suceso de la noche anterior Ferd no había vuelto a dormir, en su lugar se había puesto a trabajar en la destrozada esfera que le había salvado la vida cuando estuvo en peligro.

En su intento anterior por emprender la tarea de intentar repararla, el pensamiento de que podría ser algo que Arman le impulsaba a hacer como parte de su deber, hizo que Ferd desistiera de ello, pero de lo poco que podía recordar claramente en su más reciente sueño,  trabajar en aquella esfera era algo que de algún modo le ayudaba a relajarse.

Después de trabajar en ello, aunque encontraba un poco frustrante no poder hacer nada acerca de las piezas rotas y faltantes, el chico realmente logro desconectarse de sus preocupaciones, al punto de verse absorto en el funcionamiento de la ahora media esfera, analizando cada cosa que pasaba en su interior y pensando cómo podría lograr que volviera a funcionar.

Verlo tan tranquilo desde que comenzaron aquel viaje, hizo que a Domm le resultara imposible pedirle que parara para que fueran a hacer algo de turismo. En su lugar al menos consiguió que el chico continuara su trabajo en cubierta, recibiendo la luz diurna.

Ya que no parecía que nada que dijeran fuera a hacerlo cambiar de opinión, Martina desistió del tema, comentando en lugar su preocupación.

— Entonces ¿Estas segura que el realmente no intentara quitarse la vida?

— Bueno eso es algo que yo no podría asegurar, pero sí puedo decirte que eso no era lo que él hacía ayer. Es solo que el sello que mantiene su enfermedad a raya está en su cuello y el intentaba romperlo.

— Pero eso parece casi lo mismo… con su enfermedad fuera de control ¿No terminaría muriendo igual?

— No, no es ese tipo de enfermedad,  lo que estaría en riesgo es su salud mental.

— Reinjetself no es propiamente una enfermedad —Comenzó a explicar Claerie a su compañera— Es más como una condición extraña con la que nacen algunas personas. Se dice que traen memorias de sus vidas anteriores. Pero si me lo preguntaran a mí, no es algo muy diferente a los poseídos.

— ¡Es completamente diferente! —Objeto Domm— Durante mis investigaciones he tenido la oportunidad de tratar con varios individuos de esos a los que llaman poseídos, algunos de ellos trataban la realidad como si fuera una especie de juego, otros veían a cada persona a su alrededor como un posible enemigo y hubieron también aquellos que prefirieron aislarse en lugares solitarios. Pero lo que todos tenían en común es que en sus ojos, en sus almas, ellos ya no eran más las personas que fueron alguna vez, eran otras personas con los recuerdos de ellos y usando sus cuerpos como ropa de cambio.

Claerie que también tenía experiencia con alguna de esas personas a las que llamaban poseídos encontró bastante acertada la definición que Domm acababa de darle. Con eso en mente miro  curiosa a Ferd, recordando y analizando cada acción del chico desde el momento que lo había conocido. Si bien había momentos en que parecía razonar como adulto, la mayor parte del tiempo solo era un niño caprichoso y orgulloso. Si fuera como un poseído la forma en que actuaría sería más probable tratando de fingir ser la persona que se suponía que fuera  y no teniendo un conflicto de identidad como el que había mostrado la noche anterior.

— Creo que entiendo lo que dices.

— Oye chico, pareces algo ocupado allí.

Mientras las 3 jóvenes aun charlaban, hubo una quinta persona entrando en la escena, esta fue directamente al lugar de Ferd, dándole una palmada en la espalda para llamar su atención. Hasta donde Domm recordaba esos dos se llevaban bastante mal, no pudiendo ver aquella acción de otro modo que no fuera aquella mujer buscando pelea, pero para su sorpresa el chico levanto su mirada y al verla sonrió.

— Frey… esto es, bueno… Solo estaba matando el tiempo.

— Pues desde este lado parecía como si planearas quedarte en el barco haciendo eso hasta que vuelva a zarpar.

— No parece… es lo que pienso hacer. —Refunfuño el chico con una mueca en sus labios.

— Pues creo que eso es un poco egoísta de tu parte… —Frey giro su mirada para ver a aquellas tres, quienes parecían algo intrigadas por su presencia allí al lado del chico— Tu guardiana seguro quería ir a hacer algunas otras cosas con sus amigas.

— ¡No es mi guardiana, es mi asistente! ¡Y si realmente quiere ir pues debería hacerlo, no es como si me fuera a perder o algo aquí sentado!

— ¿Seguro? Kufufuf ¡Estoy pensando que la última vez tampoco te moviste mucho de tu lugar antes que la perdieras completamente de vista!

— O… ¡Oye! ¡No te conté eso para que te burlaras de mí!

— Jajaja… Ok, ok. Pero entonces ¿Qué hay de mí? ¡Ayer dijiste que me invitarías a algo cuando bajáramos en el puerto!

Ferd recordó que algo como eso había sucedido, aunque no era precisamente lo que pretendía decir en aquel momento, pero por algún motivo ese resultado no le resultaba molesto.

— Ok, pero al menos déjame guardar todo esto y preparar algunas cosas.

— Por mi está bien, te espero justo aquí.

Ferd recogió sus herramientas y restos de la esfera para llevarlos a su camarote, mientras que las tres jóvenes que se quedaban allí con el observaban con sorpresa que el chico cambiara de parecer tan fácilmente su postura con respecto a quedarse allí.

Antes que se dieran cuenta, esa mujer ya estaba justo en frente de ellas sonriendo con amabilidad, o eso pensaría ella misma, pero desde el punto de vista de los demás su sonrisa trasmitía mas bien arrogancia.

— El chico dice que puedes ir de compras con tus amigas —Dijo a Domm— Él y yo estaremos recorriendo los alrededores mientras.

— Tu ¿Qué mierda es lo que pretendes?

El temerario tono de Domm sorprendió a Frey, ella estaba tratando de ser amable, pero en su lugar recibía hostilidad por parte de esa chica.

— No entiendo tu pregunta ¿Podrías ser un poco más clara?

Aunque solo estaba preguntando casualmente, su mirada parecía tan amenazante que Claerie sostuvo instintivamente la empuñadura de su espada, mientras que Martina buscaba refugio detrás de ella. Esos eran los tipos de reacciones normales de la gente al toparse con alguien del clan Pifosc

— Aunque el joven amo no hable mucho de ello, es fácil entenderlo si lo observas un poco es fácil entenderlo. Ferdy no confía mucho en las personas. Y la verdad no me extraña que sea de ese modo después de las coas que ha tenido que pasar. Pero luego llegas tú y después de que se llevaban tan mal, de la noche a la mañana ahora se ven como muy buenos amigos. ¿Qué exactamente le hiciste?

— Eso es…

Aunque tenía una respuesta clara en su mente, esta se le esfumo al distraerse recordando lo de la noche anterior. Cuando Ferd hablaba con aquel viejo no parecía para nada que estuviera desconfiando de él, más bien incluso estaba a punto de entregarle su dinero. Casi como si hubiera sido hipnotizado.

— Ustedes ¿Podrían disculparme con ese chico? Ha surgido algo.

— ¿Espera, que?

Antes que Domm pudiera quejarse, Frey ya se había marchado algo afanada. Claerie y Martina la miraban con ojos acusatorios logrando hacerla sentir culpable.

— ¿Por qué me miran así? ¡No he hecho nada malo!

— Le arruinaste su cita a tu joven amo.

— Le espantaste la chica…

— Vamos Martina, seguramente esta chica tendrá una larga charla con su joven amo, no debemos inmiscuirnos… o terminaremos retrasándonos.

No pasaron más de dos minutos cuando Ferd estaba de regreso. El ahora traía puesto un pantalón ceñido de color rojo oscuro y una camisa holgada, blanca… esas, eran prendas femeninas, pero de algún modo lucían bien en él.

Domm no lo había pensado hasta ese momento, pero probablemente cualquier pertenencia que Ferd traía consigo eran cosas de cuando solía se Nicky y eso probablemente querría decir que su ropa era toda de chica, aunque ligeramente modificadas para que se adaptasen a sus gustos algo masculinos.

— ¿A dónde ha ido Frey? —Pregunto curioso el chico al encontrar sola a Domm.

— Ella… Parece que tuvo un imprevisto y tuvo que marcharse.

La respuesta de Domm fue algo temblorosa, causando algo de suspicacia en el chico, pero el decidió no darle importancia y solo volvió a preguntar.

— ¿Qué hay de esas dos? ¿No saldrías con ellas?

— Bueno, ya que su acompañante no estaba yo decidí esperarlo y ellas se adelantaron.

— hmmm… esto es malo. Quería conseguir algunas cosas muy específicas en Barda, pero si no tenemos a nadie con nosotros para guiarnos, podríamos perdernos  no regresar a tiempo. ¿Deberíamos desistir?

— ¡No es necesario! ¡Si tiene algo en mente para comprar, solo deme la lista y yo iré a buscar todo personalmente! ¡Después de todo soy su asistente!

— En ese caso vamos juntos… si alguno de los dos va a perderse, mejor que nos perdamos juntos.

El chico parecía estar tomándose la situación demasiado bien, Domm esperaba que estuviera más decepcionado o tal vez enojado, pero en lugar de alguien que acababan de plantar, su reacción era más como si hubiese perdido una pieza de cobre en el jardín  ahora buscaría una nueva para poder salir a comprar.

Aunque Ferd dijo que necesitaba comprar algunas cosas muy específicas, a los ojos de su asistente, solo entraban en tiendas al azar y compraban cualquier cosa que se le atravesaba.

— Esto… Ferdy. Me parece que no estás haciendo un uso apropiado de sus recursos. Me temo que a este ritmo se quedara sin ellos demasiado pronto.

— Y ese es exactamente el punto. Toda esta basura, la gente  paga por ella solo porque la venden en este lugar, pero ¿Y si hubiera forma de hacer artículos que de verdad valgan la pena?

— ¿Planeas mejorar algún producto para venderlo?

— Por ahora solo contemplo la posibilidad. Se supone que estoy en un viaje para ponerme a prueba a mí mismo como el hijo de un comerciante. No estoy seguro de si algo de esto me va a servir de algo, pero para cuando lleguemos a nuestro destino, al menos ya debería tener una idea de lo que voy a hacer o terminare acabando mis recursos sin posibilidades de conseguir más.

Ese razonamiento era bastante maduro para un chico que según los informes proporcionados por la doctora Lu, nunca prestaba atención en las lecciones de administración y economía. Probablemente se debía a las memorias filtradas a través del sello, era lo que Domm pensaba, pero esta vez no era nada tan complicado. Ferd simplemente había estado pensando en ello desde su conversación con frey, cuando ella le pregunto acerca de sus planes para completar su supuesta prueba.

Ahora mismo el tratando de ver que era lo que más se vendía para luego revisar que podría llegar a replicar el, era lo más serio que podía tomárselo, sin haber logrado pensar más allá de eso. Aunque para el caso de Domm que siempre había estado metida en sus libros, la situación probablemente era similar, si ella tuviera que pensar en un método para ganarse la vida, vender sus servicios como médica era lo más fiable, de cualquier otra forma probablemente terminaría en un gran fracaso.

— Creo que está bien que piense en ello, pero no debe olvidar su presentación personal. SI intentase hacer negocios con las ropas que lleva ahora mismo, habrán personas que intentaran… eh… ya sabe.

— ¿Eh? Lora me hablo de esas personas, pero estoy muy seguro que eso solo aplicaría cuando era una chica.

— No, un chico vestido con ropas de chica también seria apetecible para esas personas, y más en su caso que tiene rasgos bastante… femeninos.

— Estoy muy seguro que solo intentas engañarme, pero da igual, de todos modos venia preparado para conseguir algo de dinero extra. —El chico tomo el carriel de cuero colgado en su hombro y lo confió en manos de Domm— Sin embargo, lo de las ropas debería esperar hasta que lleguemos a nuestro destino, pienso que lo mejor es ver como es la moda local para así elegir que ponerme.

— Eso suena como un plan.

Al notar que Ferd dirigía sus pasos hacia una sastrería incluso cuando ya había dicho que no compraría aun su nueva ropa, Domm decidió dar un vistazo al interior del carriel, notando algunas prendas muy valiosas en este, eran uniformes muy parecidos a los que solían usar los caballeros reales. Tales prendas seguro eran muy valiosas, y deberían poder conseguir algunas piezas de oro por ellas, pero Domm no se imaginaba vendiéndolas.

Entre los informes que la doctora Lu escribió para Domm, mencionaba que Nicky solía entrenar junto a otras chicas nobles con el fin de convertirse juntas en caballeros reales algún día. Aquellos uniformes eran la representación de ese sueño conjunto, que Nicky rompiera sus lazos con su familia no quería decir que debiese abandonar sus sueños.

— Ferdy ¿Estás seguro de querer vender estas cosas?

— Si no fuera el caso, no lo habría traído.

— Creí que era tu sueño el convertirte en un caballero ¡A dónde vamos seguro hay dos o tres órdenes de caballería! ¡No deberías renunciar!

— ¿Renunciar? Te estas equivocando. Renunciar implica que dejas de hacer algo que aun deseas, pero ese no es el caso en esta cuestión.

— ¿Dices que ya no deseas ser un caballero? ¿Y exactamente porque cambiaste de opinión?

— Jurarle ciegamente mi lealtad a alguien que seguramente me traicionara… Si, realmente no parece un buen sueño.

Gracias a la expresión de odio y desprecio que tenía el chico mientras pronunciaba aquella última frase, Domm pudo darse cuenta de la realidad de aquel asunto. No era que Ferd renunciara a su sueño, pero tampoco era que lo hubiese superado por algo más. Alguien con sus acciones había matado esa ilusión dentro del chico, y no era difícil formularse algunas teorías para hallar a los sospechosos,  pero probablemente sería grosero de su parte indagar en ello.

— Entiendo. Pero algo de esta calidad podría ser problemático venderlo en un solo lugar. ¿Qué te parece si intentamos vender dos y los otros dos en la siguiente parada?

— Por mi está bien, siempre y cuando no lleguen con nosotros a nuestro destino.

Aunque a simple vista parecía que el chico estaba siendo alguien duro, la verdad que Domm veía es que el pedía a gritos escapar tan lejos como fuera posible de su antigua realidad.

Domm quería ayudar a su pequeño protegido, pero no tenía idea de cómo hacerlo. Si se hubiera tratado de alguna dolencia física seguramente habría encontrado el modo, pero este no era el caso. Lo mejor que se le pudo ocurrir fue tomar el mando de aquella primer negociación para conseguir el mayor beneficio posible, sin saber que con aquello se estaban clavando el puñal a sí mismos.

Habiendo conseguid 5 piezas de oro y 6 de plata por cada uno de los uniformes los dos dejaron aquella sastrería muy satisfechos con el trato, pero el dueño de la sastrería no se encontraba tan satisfecho. De hecho no había forma que aquel personaje consiguiera mejor trato en ningún lado, pero él había notado un segundo par de uniformes en el carriel y lleno de ambición quería obtener esos también, enviando a alguien que siguiera a los chicos.

— Escuche que en este lugar venden buena comida ¿Quieres ir a algún restaurante?

La joven médico comenzó a sentirse un poco inquieta debido al apacible comportamiento de Ferd. No estaba corriendo de una tienda a otra, llevaba apropiadamente las bolsas con sus compras e incluso ahora la estaba invitando cordialmente a comer… era lo mínimo que se esperaría de un joven con educación noble, pero ya que era Ferd, no era normal.

Era obvio que el chico estaba desanimado y Domm creía saber el motivo de ello, pero no había nada que pudiera hacer al respecto… tal vez intentar aconsejarlo, o disculparse.

— Oye, acerca de esa mujer de los clanes barbaros…

— ¿Hablas de Frey? Se suponía que la invitara hoy para compensar lo de la última vez,  pero al final no pudo ser. Tal vez la próxima vez… ¿O quizás no?

Ferd estaba bastante confundido,   causando gracia a Domm, que no pudo evitar sonreír burlonamente, mientras le palmeaba la cabeza.

— Mira, es normal que te sientas atraído por algunas chicas, aunque en tu caso diría que es un poco prematuro, pero no hay nada de malo. Pero debes ser cuidadoso, hasta ayer ni siquiera conocíamos a esa mujer, además ella es algo mayor para ti ¿Cierto?

— ¿De que estas hablando? Yo no…

El rostro del chico se puso casi del mismo color que su cabello. Hasta ese momento simplemente había actuado considerando todo como normal y su necesidad de interactuar con Frey como su habitual personalidad amistosa, pero desde que había sobrevivido a aquel atentado contra su vida, hasta ahora su habitual personalidad amistosa se había reservado solo para unas pocas personas a su alrededor. ¿Por qué actuaba de ese modo con frey? No podía ser solo por sentirse culpable por lo ocurrido en aquel puerto.

— Dommy ¿Me gusta Frey? ¿Qué debería hacer?

— Jajajajaja ¿Enserio no te habías dado cuenta?  Pero bueno, no tiene caso que me preguntes a mí, yo siempre he amado a mis libros y no tengo nada de experiencia en el amor.

— ¿Por qué presumes eso con tanto orgullo?

— Tú tienes tus cosas que te hacen sentirte orgulloso, yo tengo las mías. Que sean diferentes no significa que sean menos ¿Cierto?

En un comienzo eso a Ferd le sonaba solo como un idealismo algo cutre, pero cuanto más lo pensaba algo como eso era la razón por la que estaba allí ahora mismo, el sentía la necesidad de que su percepción de sí mismo fuera aprobada y que no se le impusieran las de alguien más, es decir Nicky o Arman.

— Tienes razón… La hermana mayor Dommy es muy lista.

— Por supuesto que sí, halágame mas

— No puedo, luego se te sube a la cabeza.

— ¡Buuu! Eres un anti chevre.

Los dos continuaron caminando y charlando sin notar que algunas personas sospechosas los seguían, esperando el momento propicio para atacarlos.

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play