capítulo 20

Felipe miró a su alrededor como un león enjaulado. Aún podía sentir el latir de su corazón palpitando. Miró a su derecha y vio a Emile luchando con la sábana para ponerse de pie.

 

-¡Dios mío, en qué estaba pensando, casi la toco con la mano! -escuchó decir a Emile mientras le mostraba la mano

-Tú acabarás conmigo en estos tres meses. Por Dios, por una simple cucaracha -dijo Felipe mientras se sentaba en la punta de la cama asimilando lo que había pasado-. Con este susto creo que perdí 10 años de vida.

-No era una simple cucaracha, volaba -dijo Emile al ver la tranquilidad de Felipe.

 

-Dime, ¿quién de los dos es más grande? -aquella pregunta de Felipe hizo que Emile frunciera el ceño- ¿Qué pregunta tan tonta? -contestó Emile.

 

-Exacto, ese temor es tonto. Ella más bien debería tener miedo de ti -comentó Felipe levantándose y sacudiendo la cama.

¿Qué haces? -dijo Emile asustada.

 

-Sacudiendo la cama para encontrarla -dijo Felipe concentrado en su labor, hasta que de repente vio a la cucaracha-. Ahí está -Emile abrió los ojos y corrió al lado de Felipe, pero este cuando intentó atraparla voló hasta el rostro de Emile, quien gritó fuertemente tomando el cabello de Felipe, el cual se quejó.

 

-¡Ahora quieres dejarme calvo! -gritó Felipe, pero Emile ignoró lo que decía para mirar el animal que estaba en la pared-. Mira, mira, mira -Felipe solo supo al ver la actitud de Emile, pero también no podía dejar de pensar en que aquella cucaracha era persistente

Cuando esta volvió a volar, Emile sin ningún tipo de miramiento se le lanzó a él, lo cual él la sujetó fácilmente cargándola. Felipe vio el rostro de Emile, el cual quedó maravillado con sus largas cejas y aquellos labios delicados, ya que no eran ni gruesos ni delgados simplemente, perfectos y con aquella nariz respingona, llevado por sus instintos y olvidando la situación actual se acercó para darle un beso.

 

Emilie volvió su rostro al ver la cercanía del rostro de Felipe con el de ella, lo primero que llamó su atención era aquellos ojos azules tan profundos, pero luego recordó lo importante—¡Guácala, no me acerques tu cara, esa cucaracha la caminó toda! -dijo Emile mientras alejaba su rostro seguido de un pequeño golpe que le dio a Felipe para que la bajara.

Aquí está -Emile miró a Felipe cuando este salió de la habitación con la cucaracha en la mano. Ella había decidido por su seguridad salir de la habitación mientras él mataba al animal.

 

Lávate las manos y la cara -dijo Emile, a lo que Felipe soltó un suspiro, pero se alejó para hacerle caso.

Felipe estaba en la parte de atrás de la casa, tomó una taza y sacó agua del tanque en el que Emile había utilizado para bañarse. Se lavó la cara y al mismo tiempo miró a su alrededor y escuchó algunos pájaros cantando de fondo. Realmente era diferente estar en la ciudad, así que tomó una respiración profunda para absorber el aire fresco de la naturaleza.

 -Pero qué diablos -dijo Felipe al soplar por su nariz todo el aroma que respiró, ya que este olía fuertemente a orina. Miró con más detenimiento - ¿Será que un animal ayer en la noche se acercó para marcar territorio? -lo dijo al viento mientras sellaba sus manos a sus caderas. Debería comprar repelente para mapaches.

-¿Pasa algo? -preguntó preocupada por lo que podría decir.

-Debemos comprar repelente de mapaches u otro animal -eso solo hizo que los nervios de Emile se pusieran al tope- ¿Por qué, no me digas que te enfrentaste a uno? -comentó mientras se llevaba una mano a la boca para morderse las uñas.

Felipe se acercó a Emile y le quitó la mano de la boca, sabía que eso solo lo hacía cuando estaba nerviosa.

-No, solo que al salir, un fuerte olor a orín me golpeó.

-Oh -dijo Emile al bajar la mirada y recordar que ella orinó en la madrugada afuera de la casa y no en el retrete.

-Algunos animales hacen esa acción para marcar territorio -comentó Felipe para evitar que Emile se asustara- es algo normal -concluyó.

-Sí, tienes razón, puede que solo quiera marcar territorio -dijo Emile con una risa nerviosa y avergonzada al mismo tiempo, cosa que hizo que Felipe arrugara su ceño por su comportamiento, pero no tuvo tiempo de preguntarle cuando ambos escucharon unos toquidos en la puerta.

¿Esperas visitas? -dijo Emile en un susurro.

-No te preocupes, si pasa algo, sales corriendo hacia la parte de atrás -dijo Felipe para tranquilizar a Emile.

-¿Cómo eso puede tranquilizarme? -dijo Emile en un susurro, mientras apretaba más fuerte el brazo de Felipe, el cual solo soltó un suspiro y abrió la puerta.

¿Esperas visitas? -dijo Emile en un susurro.

 

-No te preocupes, si pasa algo, sales corriendo hacia la parte de atrás -dijo Felipe para tranquilizar a Emile.

 

-¿Cómo eso puede tranquilizarme? -dijo Emile en un susurro, mientras apretaba más fuerte el brazo de Felipe, el cual solo soltó un suspiro y abrió la puerta.

 

-¿El señor Brown? -Felipe solo le dio una mirada al hombre de traje que tenía al frente- Soy el abogado Adrián López del distrito y tengo a mi cargo la supervisión de los trámites en los que quedaron con la jueza Dalia -al decir esto Felipe abrió un poco la puerta para que Emile viera al visitante.

 

Adrián desvió la mirada y vio a la mujer.

-Señora Brown -dijo en saludo.

 

-¿Puedo pasar? -Emile miró a Felipe y este abrió más la puerta dejando pasar al abogado, el cual se sentó con cuidado en uno de los muebles.

 

-Y no se cayó -dijo Emile al ver cómo este se sentó sin ningún problema.

-- ¿Dijo algo, señora? -preguntó Adrián con interés mientras tomaba notas y miraba los alrededores de la casa- Como bien sabe, desde hoy se cumplen los tres meses que deben estar juntos, así que es grato saber que ya ambos están instalados aquí -dijo Adrián mirando al matrimonio.

 -- ¿Cómo van las cosas? -preguntó Adrián al ver cómo la señora Brown tenía la mirada cada lado como si estuviera buscando algo y el señor Brown tenía una mejilla roja en la cual se podían ver marcas de dedos.

 

-- Todo normal -dijo Felipe.

 

Y usted, señora -comentó Adrián a Emile.

-- Sí, todo normal -comentó Emile rápidamente

-Como puede ver, las condiciones de esta casa no son las adecuadas, puedo solicitar un cambio de vivienda una vez que las remodelaciones de mi apartamento se hagan -comentó Felipe.

-Adrián miró a su alrededor -Mandaré una solicitud a Nueva York para que su abogado indique cuándo su apartamento esté listo para el cambio de residencia. Si esta solicitud es aprobada, no veo problema con eso -Felipe asintió.

 

-Además, quiero comentarles sobre la zona donde se pueden trasladar. Como ustedes no tienen arresto domiciliario, tienen mayor amplitud con respecto a la zona donde pueden trasladarse. Pueden elegir entre Bayou y Nueva Orleans, pero si salen del estado de Luisiana automáticamente, el dispositivo que está en su pierna sonará y dará aviso, y se rompería la cláusula y entraría en vigor su aprehensión, ¿entendieron? -preguntó Adrián a los presentes.

-- Sí -dijo Emile al ver cómo Adrián era un hombre serio y correcto. Por lo que notaba, este era de Luisiana, tenía un hermoso color canela y sus ojos eran café, igual que sus ojos y tenía una estatura alta. Luego de dar más avisos, el abogado se fue dejándolos solos nuevamente.

 

-- Debemos salir y comprar las cosas que necesitamos -dijo Felipe.

...Hola mis amores espero que esté capítulo sea de su agrado 🤗🤭, no olviden comentar y darle like 🤭 que aventura tendrá Emile y Felipe ahora en su primera salida ...

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Comments

Noyma Tarazona

Noyma Tarazona

me encanta tu novela es buenísima ☺️ cada capítulo mejor que el otro te felicito desde Venezuela 👌🙏🙏🙏

2024-05-10

0

Osorio Elizabet

Osorio Elizabet

Jajaja q locura de verdad imaginarme la ecenas no paraba de reír

2024-05-10

1

Osorio Elizabet

Osorio Elizabet

Jajaja no puedo con tanto jajaja

2024-05-10

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