capítulo 3

Felipe bajó pausadamente las escaleras para tomarse con mayor detenimiento la examinación que le estaba haciendo a Emile con la mirada. Aún tenía un recuerdo borroso de lo que realmente pasó en aquella noche de despedida de soltero. Se suponía que los hombres y las mujeres se separaban para que cada quien disfrutara; entonces, ¿cómo era posible que él, que siempre había sido una persona cuerda, terminara borracho y desnudo en un hotel con una sortija de matrimonio al lado de Emile?

 

Porque algo que no se le había olvidado es que había pasado la noche con ella, pero el lazo de estar con los chicos para terminar con ella era lo que no recordaba. Solo tuvo una fuerte resaca con la que se despertó, y aun así tuvo que ir a la boda de su hermana. Le demostró que tomó mucho, pero a pesar de todo, no estaba molesto por pasar la noche con Emile, sino por la actitud con la que esta tomó la situación, huyendo de él como si fuera cualquier prostituto que, después de prestar sus servicios, es abandonado.

 

Porque así era como se sentía: usado y abandonado. Luego estaban las llamadas que le hizo, ninguna de las cuales fue contestada. Él quiso comportarse como un adulto y dar la cara, pero ella solo huyó de él, como siempre lo sabe hacer. Recorrió con su mirada cada parte de su anatomía. Decir que no era hermosa era mentirse a sí mismo, algo que siempre le gustó de Emile es que, al tener un carácter explosivo, no se vestía para llamar la atención; al contrario, era más recatada y siempre usaba pantalones de talle alto con todo tipo de camisa, lo que siempre le daba un aire profesional. En la mayoría de las veces, le gustaba llevar su cabello rubio suelto.

Emile rodó los ojos al ver la actitud arrogante de Felipe, seguido de su escrutinio. —Ay, ya me cansé de esto —dijo, moviendo la mano para quitarle importancia a la situación y concentrarse en la reunión. No quería que él supiera lo nerviosa que estaba.

-A mí solo me interesa mi sobrino —dijo Felipe acercándose a Rose y, sin pedir permiso, le quitó el niño.

--Gracias, hermano. Tu única hermana también te quiere —dijo Rose con sarcasmo al ver la actitud de su hermano. Felipe, por otra parte, con su sobrino en brazos, saludó a David, el cual le devolvió el saludo sin ningún rencor por lo dicho.

--Pero qué guapo está mi sobrino, se parece a su tío –Emile frunció el ceño al escuchar ese comentario de Felipe.

--Es cierto que el niño es guapo, pero no lo compares contigo. No tiene esos ojos azules que recuerdan lo frío y la dureza que puede ser el hielo –comentó Emile al tratar de quitarle el bebé a Felipe, pero este se volteaba negándole así su acceso.

--Te recuerdo que yo también tengo los ojos azules —dijo Rose indignada, a lo que Emile se encogió de hombros—Ambos son fríos, y ya dame a mi ahijado —dijo al intentar nuevamente quitarle el bebé a Felipe.

--Quítense y devuélveme a mi bebé —Leticia entró a la habitación quitándole así el bebé a su tío, el cual, por los movimientos, rio pensando que estaba en juego—Y vayan al estudio, Thomas los espera —comentó Leticia con algo de enojo, pero al ver a su nieto, sonrió.

--Hola, mamá, ¿cómo estás? David y yo estamos bien –dijo Rose al sentirse ignorada nuevamente por su familia, ya que ellos preferían la atención de su hijo.

David tomó a su esposa por los hombros y le dio un beso –no te sientas mal, tú eres mi mundo –comentó David para animar a Rose, la cual sonrió y le dio un apretón de manos.

--Y tú el mío –Emile escuchó la interacción de su amiga con su esposo.

 

--No entiendo por qué te pones así, si antes ni mis llamadas contestabas —dijo Leticia mientras le hacía caritas al niño—saben que yo no soy de regañar, pero lo que hicieron fue irresponsable –comentó Leticia.

 

--Ya Alan está aquí, y quejarnos del pasado sería muy cruel, especialmente cuando tiene a su nieto en brazos —dijo Emile al defender a su amiga.

 

--¿Qué? —dijo Leticia confundida, para luego entender—no me refería a mi nieto, él es lo mejor de esta familia. Hablaba de lo que ustedes cuatro hicieron en Las Vegas —ese comentario de Leticia llamó la atención de todos los presentes.

 

--Del único que me sorprendió fue David. No pensé que fuera tan explosivo, pero luego recordé que Rose puede ser una mala influencia para ti —Rose solo abrió la boca al ver cómo su madre elogiaba a David mientras la hundía por ella.

Emile apretó las manos al frente, un poco nerviosa. Era imposible que ella supiera lo que pasó entre Felipe y ella, ¿o sí? –¿A qué se refiere? —preguntó con nerviosismo.

 

--Entren y lo verán —Emile miró a Rose mandándole su apoyo con la mirada, a lo que Rose guardó silencio y se acercó a ella—tienes mi apoyo —el susurro de Rose hizo que Emile se sintiera segura, y así los seis entraron a la oficina.

 

Emile entró evitando estar al lado de Felipe, posicionándose al lado de Rose. Vio cómo el señor Thomas tenía cara de pocos amigos, lo cual la alertó aún más cuando vio que su mirada estaba puesta en ella y Felipe. –Antes de empezar, les pregunto, ¿tienen algo que decirme? —dijo Thomas al ver a cada uno de los presentes.

 Rose miró a David, David miró a Rose, para luego posar su mirada en Emile. Emile miró a Rose y a David negando y encogiéndose de hombros. Rose miró luego a su hermano y a Emile nuevamente, pero ambos negaban con la cabeza.

--No —dijo Emile con algo de indecisión.

--Bueno, como así lo prefieren —dijo Thomas poniéndose de pie y caminando hasta el televisor que tenía en su oficina. Emile no se perdía ningún detalle de las posturas del señor Thomas.

--Hace unos días, me llegó un sobre con una USB y me sorprendí —dijo Thomas al darle el frente, juntando sus manos—y más cuando el remitente es de Las Vegas. Eso me puso a pensar. Yo fui a Las Vegas —puso un gesto pensativo para luego abrir los ojos—luego recordé, ah, mi bella hija realizó su despedida de soltera junto con su esposo en Las Vegas, si mal no recuerdo.

--y eso no es todo; en el sobre que enviaron, la USB decía “porque los grandes momentos se recuerdan, que tengan una feliz vida juntos”. Esto aumentó más mi interés, y pensé qué bonito, hicieron un recuerdo de su fiesta —dijo Thomas pausadamente.

--pero mejor me callo y les pongo el video, ya que veo que los angelitos no recuerdan nada —Emile sentía que su corazón latía más rápido. No sabía qué esperar en ese video. ¿Será que era un video de ella y Felipe juntos? Eso era imposible; ella no era una mujer que se graba haciendo eso. Pero entonces, ¿qué era? Miró a Felipe, y él tenía una actitud calmada. Bueno, si él está calmado, ella debería estar igual, ¿cierto?

...Hola mis amores espero que les gusten está obra, no olviden comentar y darle like eso me ayudaría aquel la obra sea más leída ¿que se imagina que tendrá el vídeo ? Los leoo...

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Comments

Ester Ayala

Ester Ayala

ya leí la anterior y vamosss a por esta nueva historia.......👏👏👏👏👏

2024-05-10

1

Osorio Elizabet

Osorio Elizabet

Como q seis?

2024-05-09

0

Eleonor Baker

Eleonor Baker

Y cómo describirías a Émile, autora? 🤔

2024-05-01

0

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