capítulo 5

Emile podía sentir cómo de repente su respiración se hacía cada vez más rápida, al igual que los latidos de su corazón. --¡Dios mío, me voy a morir! -- exclamó, llevando una mano hasta su pecho para calmar los latidos de su corazón.

Felipe no sabía cómo actuar; simplemente, toda la noticia le tomó por sorpresa. Nunca en su vida se imaginó que, debido a la bebida, cometería algo tan grande como casarse con Emile. --¡Por Dios, ni siquiera recuerdo en qué momento entré ahí! -- dijo rápidamente Felipe cuando la idea se le pasó por la mente. --Eso debe ser falso; estamos en Las Vegas, así que no me sorprendería que fuera una casa de disfraces o algo por el estilo-- agregó.

"--Exacto, eso debe ser--" dijo Emile mientras se pasaba las manos por su cabello y una risa nerviosa salía por su boca, mientras miraba a Felipe, el cual solo tenía la mirada fija en su padre.

Thomas miró a los presentes antes de soltar un fuerte suspiro. "--¿Piensan acaso que si esto hubiera sido mentira los habría llamado aquí a los dos? Verifiquen el registro matrimonial y cumplan con la norma. Hasta cuenta con testigos, ¿o tengo que volverles a repetir el video? --dijo Thomas molesto por la actitud de los presentes.

Emile retrocedió y se apoyó en Rose, la cual le dio la mano al ver su estado. "--Tus padres no tardarán en llegar. Saben que, si este video cae en manos de algún periodista, sería el fin para ambas compañías. ¿Es que no lo puedo creer, Felipe? ¡Tú eres el mayor de los cuatro! ¡Cómo no pudiste comportarte como tal! -- dijo Thomas con enojo.

--Mis padres-- dijo Emile confusa. --¿Qué tienen que ver mis padres en esto?-- preguntó mientras se llevaba un dedo a la boca y masticaba un poco sus uñas.

--Por la situación, ¿o aún no ven la magnitud del daño? Están casados legalmente--volvió a decir Thomas, pero esta vez con un tono de voz más firme, lo cual hizo que Emile abriera los ojos.

--Lo sé, lo sé, pero yo soy lo suficientemente mayor para resolver y enfrentar mis problemas. No soy una niña que deba llamar a sus padres cada vez que se equivoca--dijo Emile enojada por la actitud de Thomas. Era la primera vez que lo enfrentaba, ya que siempre su relación fue extraña; hasta lo consideraba más un padre que su propio padre, pero sabía cómo era su madre, y este matrimonio solo complicaría las cosas, puesto que esta insistiría en que debía continuar con él, y su padre como un hombre de negocios sacaría ventaja. Simplemente, ella se arruinaría la vida.

-Pues en ese video no se compró como tal- dijo Thomas con rabia. Él quería a Emile como su hija y le dolió que su vida se complicara por culpa de los tragos, pero cuantas veces habló con ella y su hija y les aconsejó.

--Hasta tú me sorprendes-- dijo Thomas señalando a David, el cual solo sonrió y Rose abrió los ojos, ya que no le gustó cómo su padre señaló a David.

--Sé que está molesto, pero Emile tiene razón. Este es un problema que solo le incumbe a Felipe y a ella, y dado el caso de que esto se originó porque ambos nos acompañarían en nuestra fiesta de despedida, es responsabilidad nuestra ayudarlos a darle una solución respecto a esto-- comentó David pacíficamente, lo que se llevó la mirada de todos los presentes.

-En pocas palabras, me estás diciendo que no debo meterme– dijo Thomas, exaltado por el comentario de David.

David se encogió de hombros. --No estoy de acuerdo con su actuar, ya que Emile debía llamar a sus padres, no usted– dijo David, sintiendo que era su deber defender a la madrina de su hijo.

Emile observó la discusión entre David y el señor Thomas, además de notar cómo Rose miraba a cada lado con el ceño fruncido. Ella quería un momento de silencio; de repente, sentía que las paredes de la habitación se hacían cada vez más pequeñas. --¡Ya basta, por favor!-- gritó después de un tiempo.

--Necesito un minuto–y sin esperar alguna respuesta, salió del estudio y caminó directamente al baño de la planta baja.

Rose miró a David después de ver cómo Emile salía de la habitación. Abrió la boca para hablar, pero David tomó su mano y asintió, lo que la hizo sonreír. Salió para buscar a Emile.

Emile abrió la llave del lavamanos y se enjuagó el rostro para luego mirarse en el espejo. --¡Qué carajo hiciste! -- dijo mientras se miraba en el espejo. --Dime, ¿estás loca? Es que te quiero estrangular-- dijo mientras hacía gestos de intentar estrangular su reflejo en el espejo.

 -Simplemente ignoraré lo que veo-- dijo Rose con una sonrisa mientras veía cómo Emile trataba de estrangular el reflejo.

--Rose-- dijo sorprendida Emile. --¿Qué haces aquí?-- dijo confundida Emile.

Rose sonrió y recordó cómo Emile estaba dispuesta a irse con ella de viaje la vez que le mandó el mensaje a su celular de que estaba embarazada. Qué amiga sería ella si no hiciera lo mismo. "--Vamos, ¿quieres escaparte? Hagámoslo. ¿Quieres irte del país? Lo haremos--" dijo Rose con una sonrisa, recordando algunas palabras que Emile le dijo. Sabía que esta le diría que no, que no son una niña para huir y que enfrentarán el problema como dos adultas que son, tal como lo dijo ella en su momento.

--Ven, ayúdame, ten mi pie mientras abro la ventana--

--¡¿Qué?!-- dijo Rose borrando la sonrisa de su rostro al ver cómo Emile se amarraba el cabello y se acercaba a la ventana.

--Ven, la verdad no se me había ocurrido. ¡Gracias, amiga! --dijo Emile emocionada al ver el apoyo de Rose en ella, así que miró la ventana como un medio de escape. --Ya saben lo que dicen, sobrevive hoy y pelea mañana-- dijo Emile con emoción.

Rose no podía sorprenderse del comportamiento explosivo de Emile, ya que ella era así, así que solo se encogió de hombros y la ayudó a abrir la ventana. "--Estás loca si piensas que yo quepo por ahí--" dijo Rose al ver lo pequeña que era la ventana.

--Ay, por Dios, tú sabes que sí. Vamos-- dijo Emile con emoción.

--Con tu mano me ayudarás a tener impulso para poder salir por la ventana-- dijo Emile mientras se quitaba los tacones y se apoyaba en los hombros de Rose para tener algo de equilibrio y así subir, pero recordó algo y la detuvo. --No me lances cuando me alcance con tus manos--

-Claro que no lo haré, porque me tomas--dijo Rose arrugando su ceño al ver lo extraño del pedido de Emile.

Emile sonrió nerviosamente al tener un recuerdo. --Solo me gusta aclarar las cosas-- Una vez dicho eso, con un poco de dificultad, sacó medio cuerpo por la ventana del baño, que daba hacia la parte trasera de la casa y había algunos arbustos.

--Alzame un poco-- dijo Emile con dificultad al intentar salir.

--Estás pesada--dijo Rose al ver cómo le costaba alzar a Emile, especialmente cuando esta no le importaba pisar su cabello u ojos para utilizarlos como impulso. Después de unos segundos complicados, escuchó un "pof".

Emile cayó en el arbusto y pudo sentir cómo algunas hojas se le habían metido en la boca, pero se levantó rápidamente. --Listo, ahora vienes tú-- dijo Emile en un susurro alto, no quería llamar la atención de algún vigilante.

Rose miró la ventana y luego se miró a ella. --Esto es mala idea, yo no quepo por ahí--

Emile caminó un poco incómoda mientras se sobaba el brazo, ya que la caída la dejó algo adolorida. --Te juro que, si no sales, vuelvo a entrar y te saco por los pelos-- dijo Emile desesperada al ver la tardanza de Rose.

Rose pudo ver la desesperación de Emile. --Pero de qué me apoyó, tú lo hiciste por mí, pero yo de qué-- dijo Rose.

-¡Carajo, Rose, imagina que es David y haz la posición del tigre--dijo Emile desesperada, pero luego miró a los lados y vio una rama delgada pero larga. Así que se le ocurrió una idea.

--Agárrate de esto-- dijo Emile al lanzar la rama a Rose.

Rose suspiró: --Yo y mi bocota --susurró al recordar que fue culpa suya la idea de escapar. Tomó otro respiro y agarró la rama, la cual estaba sostenida por Emile.

-Dios, sabes que siempre fui mala para el pasamanos--dijo Rose mientras se quejaba y salía con dificultad de la ventana.

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