capítulo 8

Felipe vio cómo Emile entraba en el tribunal. Lo cierto es que él se sentía molesto y traicionado, molesto porque ella no tuvo la valentía de hablar con él, sino que mandó su acuerdo con su abogado para que él firmara y así tener los papeles listos para el divorcio, sin ni siquiera hablar sobre el asunto. En su interior, había un choque de sentimientos. Por una parte, quería acabar con esto, y, por otra parte, sabía que esta era su única oportunidad de tenerla. Sabía que en el pasado arruinó la oportunidad que tuvo con ella por su estúpida inmadurez, pero ella era la única mujer que lograba desconectarlo de la realidad. Soltó un suspiro y pensó que lo mejor era estar cada uno por su lado.

-Pensé que no ibas a venir --dijo Felipe al ver cómo Emile pasó a su lado para sentarse al lado de su abogado en la mesa frente a la jueza, pero ella solo lo ignoró y caminó. Aprovechó para detallarla; los pantalones altos siempre le quedaban bien y resaltaba su esbelta figura, como lo estaba haciendo aquel pantalón de lino blanco y su blusa.

-Hola, Felipe --Felipe cambió su mirada para ver a su hermana, y ahí era donde él se sentía traicionado, como su hermana huyó con Emile y lo dejó solo en la casa de sus padres con los padres de Emile llegando 15 minutos después de que estos se fueran.

 

--¡Traidora! --dijo Felipe con mal genio al ver a su hermana, la cual tenía una falda tubo gris y una blusa negra, mostrando elegancia y clase.

 

--Tú pudiste escapar con nosotros y estar de nuestro lado, pero elegiste el bando contrario, así que el traidor eres tú --dijo Rose llevándose una mano en el pecho, mostrando dolor por las palabras de su hermano.

 

--Yo debería demandarte por daños y perjuicios --Rose abrió los ojos al escuchar eso de su hermano.

 

--¡¿Por qué yo?! --exclamó una Rose sorprendida.

 

--¿Cómo que por qué? Me emborrachaste, ¿o se te olvida cómo nos dabas de trago como agua? --dijo Felipe señalando a su hermana--. Te digo quien me detiene en este momento --preguntó Felipe dando un paso hacia su hermana.

-Este campeón --comentó Felipe al ver cómo David traía a su sobrino en un canguro. El contraste de la vestimenta de su cuñado con su sobrino era muy notorio, ya que David tenía un traje mientras llevaba el canguro puesto.

 

Rose abrió los ojos al ver cómo su hermano la ignoraba para saludar a su hijo, quedando ella en un segundo plano.

 

--Tú eres el único que no me traicionaría --dijo Felipe al saludar a David y luego tomar a Alan en brazos. Este gesto no pasó desapercibido por Emile, ya que veía cómo la actitud de Felipe cambiaba cuando estaba al lado de su sobrino. No podía dejar de pensar en lo tierno que se veía, lo que la hizo confirmar que estaba tomando la mejor decisión. Él se merece ser padre.

-Él debe estar conmigo, ya que es la única familia que vino a apoyarme --dijo Felipe llevándose a su sobrino a su puesto. Rose miró a David, pero este solo suspiró y le entregó un pañuelo a Felipe, sorprendiendo a Rose de que no dijera nada, ya que David no cedía a la atención de su hijo.

-¿No te molesta? –preguntó Rose a David, pero vio cómo este se encogía de hombros y se sentaba en el puesto que le correspondía como testigo. –Mi hijo tiene muchas personas que lo aprecian y eso me alegra. Tengo que aprender a compartir eso—Rose sonrió al escuchar.

 

--Bien por ti, pero yo no comparto a mi ahijado y menos con esa mala influencia –dijo Emile, mirando con desaprobación a Felipe.

 

--¿Cuál mala influencia? –dijo Felipe con rabia mientras acomodaba más al pequeño en sus brazos. –El que sale con cada nueva modelo que entra en el mundo de la fama, ¿quién es? –dijo Emile con rabia.

 

Cuando Felipe estaba por contestar, llegó la jueza, así que guardó silencio. Rose abrió los ojos viendo el comportamiento de su hermano y Emile, y por otra parte, David solo suspiró al no entender por qué, si se amaban, discutían tanto.

La jueza Dalia tomó asiento en el estrado y miró a los presentes, examinando la documentación que tenía. No pudo evitar alzar la ceja al ver la petición que tenían. –Por lo que leo, están aquí por un divorcio—hizo el comentario a los presentes.

 

Emile miró a su abogado, el cual se levantó, y ella hizo lo mismo, al igual que los presentes. Asintió a las presentaciones que hizo su abogado sobre el caso. –Mi clienta solicita el divorcio absoluto.

 

Emile se mordió brevemente los labios; no sabía por qué, pero sentía que esa jueza no era muy buena. Pensó que era solo una idea loca de su mente debido al estrés.

 

--Tiene cara de amargada –susurró Rose inclinándose hacia adelante para decírselo a Emile, quien se volvió. –Cierto, y parece una zorra vieja, ¿verdad? –dijo Emile en susurro con una sonrisa.

 

Dalia era una mujer de 50 años y estaba acostumbrada a ver este tipo de escenarios, donde niños ricos tomaban el matrimonio como si fuera un viaje o algún tipo de producto, sin tomar en serio el caso. Esto la molestaba, y más aún el hecho de ver cómo algunos colegas cedían a las pretensiones de esos malcriados, ganando así una mala fama en la ley. Para ella, debe haber una causa de peso para disolver un matrimonio de solo unos días. –Teniendo en cuenta lo leído y escuchado, llevan 33 días de casados.

 

--Dado el caso que la señora Emile Brown solicitó el divorcio, me gustaría saber cuál es la causa por la cual lo solicita –dijo Dalia, mirando con más detalle a los presentes.

 

Emile arrugó el ceño al escuchar el nombre con el que la llamó la jueza. –Soy Jones –corrigió Emile antes de hablar.

--Disculpa –dijo la jueza inclinando la cabeza y frunciendo el ceño.

--Me dijo Emile Brown y mi apellido es Jones, así que soy Emile Jones –explicó Emile mientras movía la cabeza sin entender la actitud de la jueza.

 

--Su esposo se llama Felipe Brown, y dado el caso que usted se casó en Las Vegas hace 33 días con él, su nombre ahora es Emile Brown, porque aún no he dado el veredicto del divorcio. Así que su apellido de soltera queda en el olvido. ¿Entiende o tengo que ser más específica? –dijo Dalia mientras se acomodaba más en la silla.

 

Emile miró a la jueza con su túnica negra, su cabello en un fuerte moño negro entrelazado con hebras, mostrando su edad con una piel blanca, y ojos marrones que, debido a su temperamento, parecían negros.

 

--Si está aquí es porque no quiere seguir casada, por ende, no quiere tener el apellido Brown –dijo Rose con molestia al ver el comportamiento de la jueza.

 

--Parece que alguien del público no conoce su lugar –dijo Dalia al mirar hacia Rose.

...Hola mis amores, espero que les gusten este nueva capítulo 😊 probé Rose yo como ella solo observó jaja ...

 

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Comments

Tina Cachi

Tina Cachi

La jueza en contra de Emile eso la pone mal ; que pensara Felipe de la situación?

2024-04-29

2

Mary Nuñez

Mary Nuñez

no consigo la primera quien me la pasa... como es la portada??

2024-04-15

0

Alba Hurtado

Alba Hurtado

eso siempre ha sido asi,,pero ahora no es necesario si pide ella nole cambian el apellido
eres una gran escritora mucha Imaginación para llevar esta atrapante tierna amorosa historia de amor 💌 😻 😍 💘 💕 ♥️

2024-03-26

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