La familia Storm, era una típica familia que amaba compartir momentos juntos, cada uno de esos momentos eran plasmados en sendas fotografías para ser recordados cuando fuera necesario.
Jackson, era un niño sumamente feliz, sus padres eran la pareja ideal, el sueño de cualquier niño, eran dulces, cariñosos, comprensivos, con su hijo. Por el solo hecho de ser el único hijo de la familia, el chico tenía todo lo que se le podía ocurrir y más también.
A pesar de eso, Jackson era un niño muy sencillo, no le gustaba ostentar de lo que sus padres tenían, no le gustaba destacar en nada más que en sus estudios. Terminó el colegio secundario con un promedio de diez, siendo el orgullo de sus padres y abuelos.
Durante ese periodo escolar, Jackson además de ser uno de los más inteligentes de su clase, era también uno de los más guapos y deseados por las muchachas. Y no era para menos, el chico era alto, tenía todos los músculos de su cuerpo muy bien definidos y como para completar el paquete, era pelirrojo y de ojos claros. Siempre se destacaba su presencia adonde sea que fuera, eso dejando de lado el hecho de que la familia de Jackson era dueña de una importante riqueza.
A todas las chicas de su edad y también mayores se les antojaba lo encantador que era el pelirrojo, siempre amable con todas, y nunca portandose como un patán o haciendo uso de sus atributos para conseguirse alguna chica. Es más en todo el tiempo en que duró su estadía en el colegio secundario, Jackson jamás tuvo una novia. Cosa que en el futuro cambiaría de manera absoluta y radical.
Cuando llegó el momento de ir a la universidad, Jackson le pidió a sus padres que lo enviaran a otro lugar a estudiar, quería aprovechar al máximo las ventajas de ser medianamente rico, sus padres aceptaron y cuando el año lectivo comenzó el pelirrojo se encontró en una nueva ciudad y siendo un completo desconocido para todos, cosa que para él era más que genial, pues no tendría que andar lidiando con nadie que quisiera ser su amigo, amiga o novia solamente por saber quienes eran sus padres. Él se encargaría de mantener en secreto su identidad, para lograrlo se había anotado en el lugar donde cursaría sus estudios con el apellido materno, por lo tanto mientras durarán sus estudios ya no sería Jackson Storm, sino Jackson Parker.
Los días universitarios comenzaron muy tranquilos, consiguió hacerse de varios amigos en el lugar, a medida que pasaban los años esos amigos iban demostrando que tan leal eran, y poco a poco su círculo íntimo de amistades se redujo a dos o tres personas.
Jackson era uno de los chicos más guapos de su grupo, junto a él siempre se destacaba Adrián Lewis, el único heredero de la Corporación Lewis, cuyo padre tenía a su cargo muchas empresas de diferentes rubros. Las cuales en el futuro serían dirigidas por el muchacho que se convertiría en su mejor amigo.
En esos días también conoció a Annia, una morocha con inteligencia y cuerpo de infarto, a la cual no dudó en comenzar a conocer, luego de unas cuantas salidas y tras comprobar que la chica aparte de hermosa, era sensata y desinteresada decidió contarle cuál era su apellido paterno luego de un año de relación, durante la cual ella se había mostrado sencilla, cariñosa, amable. Haciendo que él desistiera de ocultarle su identidad.
Al principio la muchacha se comportó de una manera tranquila, no cambió en casi nada, pero semanas antes de su graduación la chica se hallaba viendo un catálogo de joyas online y como si no fuese nada importante le mostró a Jackson una joya, muy bella por cierto e insinuó su deseo por tener algo así.
El muchacho hizo caso omiso a sus palabras, pensando que a todas las mujeres les gustaban las joyas bellas.
-Jackson, cariño- decía Annia mientras acariciaba el pecho del pelirrojo, quien se hallaba recostado en el sofá- ¿Vas a darme lo que te pedí?- preguntó haciendo alusión a una petición que le había hecho mientras hacían el amor.
-¿A qué te refieres?- indago el enderezando su cuerpo.
-¿Cómo, a qué?- dijo la muchacha haciendo un mohín- mi regalo por nuestra graduación- respondió, él la miró ladeando la cabeza-¿recuerdas la joya que te mostré?- el muchacho asintió y tras un largo suspiro se llevó una mano a la cabeza, se puso de pie, rebuscó su ropa y sus zapatos, para luego de vestirse caminar hacia la puerta completamente decepcionado de la chica que había sido su novia durante los últimos dos años.
Annia, era preciosa, eso era innegable, morocha, de ojos claros, nariz pequeña, cuerpo de infarto, perfectamente proporcionado, pero por lo que el muchacho no había podido notar antes fue que era demasiado interesada por las joyas caras. Eso precisamente era lo que la muchacha le había pedido de regalo por su graduación, una gargantilla con pequeñas incrustaciones de diamantes y zafiros.
-¿Jackson?¿Adonde vas?- dijo la muchacha sorprendida al ver que el muchacho caminaba hacia la puerta, luego de vestirse.
-Lejos de ti, muñeca- respondió él, sin siquiera darse la vuelta, alzando su mano en señal de despedida.
-¡Maldición!- exclamó la muchacha sumamente ofuscada al darse cuenta de que era muy probable que hubiera perdido su gran oportunidad.
Jackson regresó a la residencia donde ocupaba un cuarto, Adrián al verlo llegar no pudo evitar interesarse en lo que le ocurría al verlo sentarse en su silla lleno de fastidio.
-¿Que pasó?- indagó.
-Annia- respondió él.
-¿Qué pasó con Annia?- preguntó Adrián.
-Que, finalmente resultó ser bastante interesada- respondió el pelirrojo.
-¡Rayos!- exclamó Adrián sentándose a su lado y negando con la cabeza.
-¿Ya decidiste que vas a hacer?- preguntó Adrián a Jackson el último día de clases.
-Nop. Sinceramente, no quiero trabajar donde mi padre, pero tampoco es como que quisiera vivir eternamente vacacionando- respondió el muchacho.
-¡Ya sé!-exclamó Adrián- Ven a trabajar conmigo- Jackson lo miró algo confundido- Papá quiere que comience a trabajar en la corporación y para hacerlo voy a necesitar a alguien de mi absoluta confianza- agregó- ¿Y quién mejor que tú, para ese puesto?
-¿Hablas en serio?- indagó él muchacho
-Por supuesto, ¿qué dices?- respondió Adrián.
Jackson llevó su mano a la barbilla, reflexionó acerca de sus posibilidades, lo que quería y lo que no. Hasta que finalmente decidió aceptar la propuesta de su mejor amigo.
-Ok, acepto- dijo- ¡pero no te vayas a poner tacaño con mi sueldo!- agregó y ambos muchachos rieron al unísono.
Luego de su graduación, Jackson Storm trabajaría como asistente personal de Adrián Lewis.
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Comments
Maria del sol urrutia
enamorada de la Historia
2024-12-31
1
alba
Yo estoy confundida con los chicos pq se supone q el padre de Adrián se murió cuando azul tenía 15 años,como es que aparece dándole trabajo a su compañero en la empresa de su padre y nombra al papa en presente.
2024-10-14
0
Melisuga
Entonces, Adrián y Jackson son, al menos, 8 años mayor que Azul. Si Adrián ya se graduó y todavía habla de su padre en presente, significa que el Sr. Sam aún está vivo, y este fallece alrededor de los 15 años de Azul. Digo, si entendí bien la temporalidad de los capítulos.
2023-12-08
3