Distancia

Jackson estaba decidido a hablar con Annia, a pesar de las viejas heridas que aún no se habían curado, debia tomar una decisión definitiva. La buscó en el mismo café donde solían pasar tiempo juntos. Annia parecía sorprendida al ver a Jackson allí, pero no se esforzó por ocultar su interés.

-Jackson, ¿qué estás haciendo aquí?-preguntó Annia, con una sonrisa forzada. Jackson miró fijamente a Annia y respondió con seriedad

-Annia, necesito hablar contigo. No puedo seguir ignorando lo que pasó entre nosotros."Ella lo miró con cierta incomodidad, pero Jackson continuó

-Lo nuestro terminó porque me di cuenta de que lo único que te importaba era mi fortuna familiar. No puedo estar con alguien que solo está interesado en mi dinero.- Annia se sintió incómoda y trató de justificarse

- Entiendo que te sintieras así en ese momento, bebé, pero...-Jackson la interrumpió, sin intenciones de escuchar excusas...

-Las razones por las que terminamos siguen siendo las mismas que hace años. No has cambiado, Annia.

Ella se quedó en silencio, sabiendo que las palabras de Jackson eran ciertas. La conversación se volvió tensa, y ambos enfrentaron las verdades incómodas de su pasado juntos.

-¡Eso no es verdad!- dijo ella en un vano intento de convencerlo.

— Annia- dijo él con voz cansada- No nos hagamos esto, por favor.

-Pero, cariño. Nosotros podemos...- dijo ella mientras las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas.

-Nunca hubo un nosotros- aseguró él- luego se puso de pie y tras un movimiento de su cabeza se marchó.

Mientras Jackson estaba sentado en su coche, recordando la complicada conversación con Annia, su teléfono sonó. Miró la pantalla y vio que era una llamada proveniente de una de las empresasLewis. Imagino que seguramente se tratara de alguna noticia referida a Adrián, él sabía que unos días atras Sarah, la madre de su amigo había dispuesto concretar una boda arreglada, a la cual, él como mejor amigo de Adrián se había opuesto rotundamente, pero como él no tenía injerencia en ese tipo de decisiones había tenido que aceptar la boda.

A pesar de la tensión luego de su charla con Annia, respondió de inmediato.

-Hola, diga... ¿Qué pasa?- preguntó con preocupación.La voz del otro lado del teléfono sonaba emocionada y débil al mismo tiempo.

-¡Jackson, amigo! Estoy en el hospital, te necesito aquí conmigo- Jackson sintió un nudo en la garganta y una oleada de emoción lo invadió.

-¡Eso es increíble! ¿De verdad eres tú, Adrián?- indagó él pelirrojo con emoción.

 -Así es- respondió Adrián del otro lado.

-Estoy tan feliz de escuchar eso. ¿Cómo te sientes?- le preguntó.

Adrián explicó su situación y cómo estaba mejorando, a la vez que le pidió a su amigo que dejara lo que estaba haciendo allí, para regresar a su lado, ya que él era la unica persona en la que el hombre confiaba ciegamente. Sin pensarlo demasiado y teniendo en cuenta que alejarse de Annia sería lo mejor, Jackson tomó una decisión.

-Adrián, escucha, estoy en medio de algo en este momento, pero voy a reservar un vuelo de regreso a nuestro país tan pronto como termine aquí.- le aseguró- Necesito estar contigo, amigo- prometió Jackson.Adrián respondió con gratitud.

-Gracias, amigo. No puedo esperar a verte de nuevo.

Con su decisión tomada, Jackson sintió que debía regresar a su país para estar con su amigo en este momento crucial.

Así que el muchacho regresó a la empresa, le pidió a su secretaria que le comprara un boleto de regreso a su hogar, y luego convocara una reunión urgente con todos los directivos de la empresa.

Una vez que estuvieron todos reunidos en la sala de juntas, Jackson tomó la palabra y les refirió la buena noticia de que Adrián había despertado del coma y era de suma importancia que él regresara a su lugar de origen. Designó a las personas que quedarían a cargo, luego se reunió personalmente con cada uno de ellos, dejando listas las pautas de trabajo, y que él se encargaría de supervisar por videoconferencia los resultados finales.

Luego de que se entrevistó con cada una de las personas que se harían cargo de las tareas pendientes y ya siendo el horario de salida , el muchacho estaba revisando unos papeles muy importantes y su secretaria le habló por el intercomunicador.

-Señor- dijo la mujer del otro lado de la línea- Ya compré su boleto. El vuelo sale dentro de dos horas

-Muchas gracias- dijo él.

-¿Señor?- indagó la mujer de repente

-Dime- respondió él sin despegar la vista de lo que estaba leyendo.

-La señorita Summer, pide verlo- afirmó la mujer, Jackson emitió un suspiro cansado.

-Hazla pasar- le dijo casi bufando- Y, ya puedes retirarte- agregó, pues ya se había hecho el horario de salida del personal.

Apenas unos minutos después Annia ingresó a la oficina con paso lento.

-Hola- le dijo ella intentando parecer dócil.

-Annia, ¿qué se te ofrece?- dijo él, intentando no sonar demasiado rudo.

-Bueno...yo- balbuceó ella- necesito hablar contigo.

-Tú dirás- le dijo él- te escucho.

-Mmmmm- dijo ella tras un largo suspiro, luego de sentarse en la silla que se hallaba frente al escritorio del muchacho- Estuve pensando en lo que hablamos antes.

-Annia-espetó él- pensé que había sido claro.

-Sí, sí lo fuiste- replicó ella- pero como habrás visto, no acepto lo que me pides.

-¡Pero es que yo no estoy pidiéndote nada, Annia!- refunfuñó él- Yo vi en ti lo mismo que años atrás.

-¡Pero yo no soy así!- exclamó ella, intentando no notarse furiosa.

-¿Qué es lo que quieres, Annia?- preguntó él, ya cansado de tener que escuchar que ella intentaba sacar adelante una relación sin ningún futuro.

-Dame una nueva oportunidad- le dijo la muchacha poniéndose de pie, y acercándose a él, caminando sensualmente.

Annia, se acercó a él, giró la silla en la que Jackson estaba sentado para posicionarlo frente a ella, luego se inclinó ante la mirada atónita del muchacho, y sin pensarlo ella hizo chocar sus labios en un beso cargado de deseo y sensualidad. Al principio el pelirrojo intentó resistirse, pero las manos de la muchacha viajaron ágilmente a los lugares indicados, consiguiendo lo que había ido a buscar. Lo cual era que Jackson sucumbiera a sus deseos lujuriosos y la tomara allí mismo en la oficina.

Tras una mezcla de besos, caricias y mucho sexo, Jackson y Annia terminaron exhaustos sobre el sofá de la oficina, quedándose ambos dormidos allí mismo. Ya era de madrugada cuando el pelirrojo despertó y al ver a Annia a su lado, suspiró, lamentándose por haber sucumbido a la tentación que era el cuerpo de aquella mujer. Siempre lo había sido, seguía siendo hermosa, con los años sus rasgos femeninos se habían acentuado, pero lamentablemente ella no era la mujer ideal para él.

Y creyó que la distancia que pondría entre ellos con su viaje, sería nuevamente la manera de sacarla de su vida. Lamentablemente, a causa de aquel último arrebato de pasión el pelirrojo perdió su vuelo. Le pidió a su secretaria que comprara otro lo más pronto posible, pero cuando la mujer se disponía a hacerlo recibió una llamada urgente de parte de uno de los accionistas de la empresa. Ella le informó a Jackson sobre la urgencia, él tomó la llamada y lamentablemente tuvo que suspender su regreso para poder solucionar el problema que acababa de surgir. Obviamente, antes se aseguró de mantenerse alejado de Annia, quien tras insistir con verlo un par de veces sin obtener su cometido, decidió pedir su traslado a otra sucursal de la empresa, situación que para el pelirrojo fue de gran alivio.

Quince días después, Jackson regresó a su lugar de residencia, se encontró allí con su amigo Adrián, se puso al tanto de todo lo que estaba ocurriendo tanto en la empresa, como en su vida personal. Sarah, la madre de Adrián, lo había casado mientras que él estaba en coma con una desconocida, y él como todo buen amigo, pudo darse cuenta de que a Adrián la que era su nueva esposa no le resultaba indiferente, así que se propuso ayudarlo con esa situación.

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