Jackson se encontraba en su apartamento, sumido en un conflicto interno. Desde aquel beso con el que Azul le había agradecido su ayuda , el pelirrojo comenzó a sentir una fuerte atracción hacia ella, al principio pensó que era porque le llamaba mucho la atención la manera de ser de la muchacha, a la vez que se convenció de que Azul era la hermana de su mejor amigo, ademá reflexionó que ella era una joven de diecisiete años y él ya tenía veinticinco lo que hacía que la diferencia de edad entre ellos fuera un obstáculo aún mayor. Jackson se sentía confundido y culpable por sus sentimientos, y no sabía cómo manejar todo aquello.
Por un lado, deseaba estar cerca de Azul, protegerla y cuidarla como había prometido a su amigo. Pero por otro lado, sabía que el deseo y la atracción que sentía eran inapropiados e irresponsables.
Finalmente, tomó una decisión. Debía alejarse de Azul, mantener una distancia saludable y evitar cualquier situación que pudiera hacer que sus sentimientos se intensificaran. Sabía que era lo correcto.
-¿Después de todo que puede pasar?- se dijo a sí mismo- Tampoco es que la vea a diario, con evitar aparecermen en la mansión será más que suficiente.
Y luego de decir aquello salió con rumbo a la empresa, para las féminas que allí se desempeñaban en diferentes cargos era casi imposible no prestarle atención al verlo pasar. El hombre era igual de atractivo que su jefe, un espectáculo digno de admirar, además de llamar la atención por el color de su cabello, o la transparencia de sus ojos, era alto, tenía un cuerpo con músculos muy bien trabajados y formados y si a eso se le sumaba que irradiaba simpatía. No había una sola mujer que no suspirara en secreto por él.
A medida que avanzaba, Jackson saludaba a todos los que iba encontrando en su camino. Entró a su oficina y comenzó su trabajo al igual que todos los días. Llegado el mediodía decidió invitar a su amigo a almorzar, se dirigió a la oficina de este y luego de saludar a su secretaria abrió la puerta con total confianza como hacía siempre.
-¿Almorzamos juntos, hermano?- dijo mientras cerraba la puerta.
-Por mí no hay problema- respondió Adrián- pero me temo que no lo haremos solos- agregó.
-Si tu acompañante no tiene problemas en eso, ¿por qué los tendría yo?- replicó el pelirrojo.
-Yo tampoco tengo problema en que almorcemos juntos- aseguró Azul, mientras salía del baño privado de su hermano, y los planes de Jackson sobre verla lo menos posible se veían un poco truncados.
-¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en el colegio?- indagó el pelirrojo con curiosidad.
-Sí, pero no- fue la escueta respuesta de la muchacha.
-Hoy es el cumpleaños de Azul- intervino Adrián- la invité a almorzar para poder ponernos de acuerdo con respecto a su fiesta.
-¡Adrián! Ya te dije que no quiero festejar nada- se quejó Azul.
-Y yo te dije que eso no estaba en discusión- fue la afirmación del castaño.
-Ok, como digas- dijo con resignación la muchacha-¿vamosa almorzar? Tengo mucha hambre.
Salieron los tres juntos de la oficina, para dirigirse a un pequeño restaurante que había en la vereda de enfrente, entraron al lugar, se acomodaron y luego de pedir sus órdenes comenzaron a charlar.
-¿Así que estás cumpliendo años?- indagó Jackson, Azul hizo un gesto afirmativo mientras llevaba a su boca un tentempié- ¿Cumples... cuanto? ¿Dieciocho?
-Así es, cumple dieciocho- afirmó Adrián con una enorme sonrisa- solo espero que el ser mayor de edad no le haga pensar que puede andar trayendo algún noviecito- agregó y mientras que Azul rodaba los ojos y negaba con la cabeza, Jackson sentía en su interior una inmensa incomodidad por el comentario de su amigo.
La muchacha se disculpó para ir al baño, el pelirrojo se quedó observándola mientras que Adrián atendía una llamada de su esposa. No podía negar que la chiquilla era hermosa, era rubia de ojos negros como la noche, de baja estatura lo cual compensaba con su cuerpo muy bien proporcionado.
-¿Te parece bien eso?- indagó Adrián sacándolo de sus pensamientos.
-Si, seguro- dijo Jackson sin siquiera haber escuchado lo que su amigo le había dicho.
-¡Regresé!-dijo Azul con una enorme sonrisa.-Muy bien, por qué Jackson será quien te acompañe a hacer las compras- dijo Adrián
Y el pelirrojo casi se ahoga con su bebida. Azul mordió su labio, reprimiendo una sonrisa, acción que Jackson no pudo evitar ver y desear ser él quien mordiera aquella boca.
-¿Estás bien?- le preguntó la muchacha con cierto dejo de diversión, Jackson afirmó.
-Pensé que no tenías problemas en acompañarla hasta que llegue Camila- dijo Adrián.
-No, no. No hay ningún problema- replicó Jackson.
Terminaron de comer y se despidieron en la puerta de la empresa, Adrián ingresó al lugar mientras que Jackson invitaba a Azul a ir por su coche.
El silencio en el vehículo era... extraño por decirlo de alguna manera, ninguno de los dos pronunciaba palabra, hasta que la muchacha decidió encender el radio, pasó de una emisora a otra hasta que encontró una canción que conocía y le gustaba, comenzó a cantar igual como lo hacía cuando estaba sola en su habitación, a Jackson se le hizo imposible no sonreír al ver lo espontánea que ella era.
"-Es lógico"- pensó-" tiene diecisiete años"
- "dieciocho"- le dijo su conciencia.
Azul parecía disfrutar de su compañía más de lo que él hubiera imaginado, e incluso él mismo se sentía atraído por su energía vibrante y su capacidad de ver el mundo de manera tan fresca y única.
En medio de una tienda de ropa, Azul se detuvo frente a un espejo y se probó un vestido coqueto. Jackson no pudo evitar mirarla, cautivado por su belleza juvenil y la forma en que el vestido realzaba su figura. Un suspiro contenido se escapó de sus labios sin que pudiera evitarlo, pero trató de ocultar su reacción.
Azul lo miró, con un brillo travieso en sus ojos.
-¿Qué opinas, Jackson? ¿Crees que este vestido me queda bien?-preguntó, girando para que él pudiera apreciarlo desde todos los ángulos.
Jackson sintió un nudo en la garganta y luchó por encontrar las palabras adecuadas.
-Te queda... hermoso, Azul- respondió finalmente, decidiendo no ocultar la verdad. Su voz sonó más suave de lo que esperaba.
En otro momento, mientras estaban sentados en el parque, disfrutando de un helado, esperando que Camila se reuniera con ellos, una ráfaga de viento juguetón hizo volar algunos mechones de cabello de Azul. Sin pensarlo dos veces, Jackson extendió su mano y suavemente los acomodó detrás de su oreja.
Azul se quedó mirándolo con sorpresa, con sus mejillas enrojecidas.
-Gracias, Jackson- murmuró, y observó la mirada del pelirrojo la cual revelaba algo más profundo, algo que Azul aún no estaba segura de entender. Minutos después de aquel incidente, Camila se unió a ellos y Jackson suspiró aliviado cuando logró despedirse de ellas para poder regresar a su departamento.
Esa semana no volvió a saber de la muchacha, el pelirrojo se sintió agradecido por ello, aunque ya no era capaz de negar que su atracción por Azul era más fuerte de lo que había imaginado. Tenía que enfrentarse a sus sentimientos, confrontar sus miedos y abordar la situación de frente.
Sin embargo, aún no estaba seguro de cómo hacerlo. Temía que sus acciones afectaran su amistad con Adrián, y también se preocupaba por la brecha generacional que existía entre él y Azul. Pero había algo en la joven que llamaba a su corazón de una manera irresistible.
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Melisuga
Es cierto que es un poco mayor que Azul, pero ella ya es mayor de edad y él solo tiene que ser el hombre respetuoso y enamorado que la haga feliz.
2023-12-09
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