El nuevo colegio

Esa misma noche, Adrián y Jackson se pusieron de acuerdo en los pasos a seguir para el reconocimiento legal de Azul.

Mientras tanto la muchacha se hallaba en su habitación, recostada en la cama, reflexionando acerca de los cambios que su vida acababa de sufrir.

-¡Ay!- dijo suspirando- Esto es tan... extraño y fantástico a la vez. De haber perdido todo, ahora resulta que Adrián es mi hermano y eso me pone tan feliz- dijo sonriendo, luego se quedó dormida.

Jackson por su parte, se sentía feliz por su amigo, al parecer las cosas estaban yendo bien para él, su matrimonio con Camila había resultado en un amor inmenso y envidiable, ahora tenía una hermana menor a quien cuidar y él estaba dispuesto a ayudar en eso.

El sol se filtraba a través de las cortinas de la pequeña oficina de Jackson, pintando rayos dorados en el escritorio meticulosamente ordenado. La tarea del día era importante, y Jackson se preparaba para afrontarla con determinación. Adrián, su amigo de toda la vida, le había pedido un favor al que no se podía negar: inscribir a Azul, la hermana menor de Adrián, en el último año del colegio secundario.

Jackson se encontraba frente a la computadora, llenando minuciosamente los formularios de inscripción en línea. Mientras hacía clic en los campos obligatorios, recordaba a Azul cuando era solo una adolescente, él la había visitado un par de veces, cuando su amigo no había podido hacerlo. Ahora, a punto de ingresar al último año de secundaria, era increíble lo rápido que el tiempo pasaba, el pelirrojo decidió hacerlo de la mejor manera posible. Quería que Azul se sintiera apoyada y cuidada, como si él fuera su hermano mayor. Jackson sabía que Adrián apreciaría este gesto, y él mismo se sentía emocionado por asumir ese rol. Una vez terminados los trámites en línea, Jackson se encargó de imprimir los documentos necesarios y preparar un paquete con todos los papeles. Luego, llamó a Adrián para decirle que todo estaba listo.

-Amigo, ya esta lista la inscripción de Azul en el colegio- le comentó

-¡Eres el mejor, Jackson!- le dijo Adrián emocionado y satisfecho pues su amigo había inscrito a la muchacha en tiempo récord- ¿Estás seguro de que podras acompañarla?

-Adrián, No te preocupes, cuidaré de ella como si fuera mi propia hermana- le aseguró Jackson.

La voz de Adrián al otro lado de la línea estaba llena de gratitud.

-Gracias, amigo. Significa mucho para mí. Sabes que siempre has sido como un hermano. Y que compartas esta responsabilidad conmigo afianza aún mas nuestra amistad- agregó Adrián, Jackson sonrió, sabiendo que había tomado la decisión correcta. Se dispuso a entregar el paquete en la escuela al día siguiente, seguro de que esta nueva etapa en la vida de Azul estaría llena de éxitos y apoyo, como si fueran una verdadera familia.

Al día siguiente Jackson llegó a la mansión con los documentos en la mano.

-Buenas tardes,- saludo el pelirrojo a su amigo y a Camila su esposa quienes estaban sentados en el jardín- traigo los papeles con la nueva identidad de Azul.

-¡Excelente, Jackson! Gracias por encargarte de todo.- expresó con alegría Adrián tomando el sobre que su amigo le extendía.

-¿Cómo ha estado Azul- indagó él pelirrojo.

-Ella está bien, emocionada por este nuevo comienzo. - respondió Camila con alegría.

-Yo... traje un pequeño regalo de bienvenida para ella- dijo Jackson enseñandoles una paquete que llevaba en las manos.

-Eso es muy amable de tu parte, Jackson- dijo Adrián apreciando el buen gesto de su amigo- Y, ¿cómo va todo para su ingreso al colegio?

-Todo está en orden. Pero hay un detalle importante. Azul deberá rendir un examen para determinar el curso al que corresponde según sus capacidades y su edad antes de ingresar.- respondió él.

-Seguro, creo que no va a haber problemas con eso, ella siempre ha sido muy inteligente- dijo Adrián.

-¡Genial! Ahora me retiro porque tengo asuntos pendientes- comentó Jackson y se despidió de sus amigos.

Azul, se hallaba en el jardín de la mansión, revisando unas plantas, podando y regando, vio el auto de Jackson salir de la propiedad y sonrió.

Camila fue la encargada de acompañar a Azul al colegio, donde debía rendir el examen de admisión. Después de un tiempo de espera lleno de nerviosismo, Azul recibió la noticia de que había rendido bien y por ende fue admitida en el colegio. Ambas compartieron una alegría inmensa al recibir la noticia, y Azul se notaba muy emocionada por comenzar esta nueva etapa en su vida académica.

Azul y Camila entraron a la imponente mansión Lewis con una sonrisa radiante, la euforia de la muchacha por haber rendido bien para ingresar al último año del colegio le iluminaba el rostro. Apenas ingresó a la sala, se encontró con su hermano Adrián quien estaba acompañado por su amigo Jackson.

-¡Adrián! ¡Jackson! ¡Lo logré! Rendí súper bien y ¡entré al último año!- Adrián la abrazó con cariño, contagiándose de su alegría.

-¡Eso es genial, Azu! Estoy tan orgulloso de ti. -Gracias. Mañana empiezan las clases, ¡no puedo esperar! ¡Estoy tan feliz! No sabes lo bello que es el colegio- comentó.

Jackson, se hallaba observando la escena, en silencio, viendo la interaccion entre ambos hermanos, se dio cuenta de que a pesar de ser reciente su parentesco, ellos se veían como hermanos de toda la vida. El pelirrojo sonrió ante la efusividad de Azul.

- Parece que el futuro último año va a estar lleno de energía positiva contigo, Azul.- Azul asintió emocionada.

- ¡Claro que sí! Será un año increíble, estoy segura.

Camila se acercò a ellos, le dio un beso a su esposo.

-¿Quién va a acompañar a Azul en su primer día?- preguntó la muchacha.

-Pues, por supuesto que yo iré- respondió Adrián- como su hermano mayor me corresponde a mi hacerlo.

-Si, pero no te olvides que estamos juntos en esto- intervino Jackson.

-Es cierto- dijo Adrián y las dos muchachas los miraron sin entender- Es que Jackson también va a colaborarnos cuando haya que llevar a Azul al colegio y nosotros no podamos acompañarlas- les explicó.

-Ah, bien-dijo Azul sin perder la emoción.

-¿Estás de acuerdo, Azu?- le preguntó Camila.

-Seguro, yo no tengo ningún problema con eso.- respondió Azul- Es más, ¿te imaginas las caras de todas las chicas del lugar cuando me vean llegar acompañada de hombres tan guapos? Y cuando me pregunten por ellos yo les responda que son mis hermanos mayores.

Los cuatro compartieron risas ante los pensamientos de la muchacha y luego se dirigieron juntos hacia el comedor, listos para cenar y celebrar el éxito de Azul y anticipando un año lleno de nuevas experiencias.

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