Azul caminaba por el bullicioso pasillo del colegio, iba con su mochila colgada descuidadamente de un hombro, Anna iba a su lado, y no le pasó desapercibida la sonrisa de Azul cuando alzó la vista, luego de escuchar a algunas chicas murmurar sobre un muchacho guapo.
-¿Lo conoces?- preguntó con curiosidad Anna.
- Ajá- dijo la muchacha- es amigo de mi hermano- comentó.
-¡Qué suertuda la novia!- exclamó entre suspiros Laura.
-¿Sabes si tiene novia?- preguntó Anna- por qué si no tiene, deberías hablarle de mi - agregó logrando que todas rieran.
-No creo que seas su tipo- comentó Sandy, y la voz chillona de Luana se oyó a un lado.
-¡Es imposible que seas el tipo de chica que le gusta a ese bombón!- exclamó, sin haber tenido oportunidad de oir que Azul conocía al pelirrojo, así que sin dudar se dispuso a caminar directamente hacia Jackson.
Azul y sus amigas observaban aquella situación con mucha curiosidad, apenas le faltaban unos metros a Luana para llegar donde el pelirrojo cuando la voz gruesa de este la desconcertó.
-¡Azul!- gritó él alzando su mano, indicándole a la muchacha que se acercara, mientras continuaba parado junto a su automóvil con una amplia sonrisa amistosa.
-¡No puede ser!- exclamó Luana dando la vuelta para acercarse peligrosamente a Azul y su grupo. Pero sus intenciones fueron desbaratadas cuando las amigas de Azul se pusieron en medio de su camino, impidién, preguntócarse a Azul, ante lo cual a Luana no le quedó más alternativa que alejarse refunfuñando y quejándose.
-Me parece que vino por ti- comentó Sandy, mirando a Azul quien se encogió de hombros pues no estaba segura de eso.
-¡Ve,ve!- le ordenó Anna casi empujándola en dirección de Jackson, Azul negó con su cabeza y caminó lentamente hacia el vehículo donde estaba apoyado el pelirrojo, ante la mirada curiosa y atenta de quienes estaban a sus alrededores.
-Hola, Jackson! ¿Qué haces aquí?- preguntó Azul, sorprendida por verlo en ese lugar.
-Adrián tuvo que atender un asunto urgente, así que me ofrecí para pasar por ti. Espero que no te moleste- explicó Jackson, tomando la mochila de Azul y ajustándola en el hombro.
-No, para nada. ¡Gracias por venir por mí- respondió Azul, agradecida.
La noticia de que ese carismático, atractivo y sexi pelirrojo estaba allí en compañía de Azul comenzó a esparcirse por el colegio como pólvora. Los compañeros de clase miraban con curiosidad la escena que se desenvolvía frente a sus ojos.
Jackson abrió la puerta del coche y, con un gesto cortés, invitó a Azul a subir.
-¿Lista para irnos?- Azul asintió, agradecida por la amabilidad de Jackson.
-Sí, gracias- respondió ella, luego se deslizó en el asiento delantero del coche de Jackson, agradeciendo la atmósfera relajada que él irradiaba.
-Entonces, ¿cómo ha estado todo, Azul?- preguntó Jackson, arrancando el coche mientras echaba un vistazo rápido hacia los lados de la calle.
-Bien, ya sabes, la rutina del colegio. Nada fuera de lo común- respondió Azul, sonriendo levemente.
-Adrian me ha hablado mucho de ti. Siempre dice que eres una persona interesante- le dijo Jackson con una sonrisa, haciendo que Azul se sonrojara ligeramente.
-Oh, ¿sí? Bueno, él también es un muy buen hermano- respondió Azul tímidamente.
El coche se deslizaba por las calles mientras ambos compartían anécdotas y risas. Azul se sentía cómoda con Jackson, como si fuera alguien a quien conociera desde hace tiempo.
-¿Sabías que Adrián solía coleccionar monedas antiguas cuando éramos pequeños? Era su obsesión secreta- le comentó Jackson, riendo por el recuerdo.
-No, eso es nuevo para mí. Tendré que burlarme de él la próxima vez que lo vea-respondió la muchacha riendo- O mejor podrías contarme más cosas de él y de su niñez, ya que nosée mucho al respecto- pidió ansiosa y expectante.
-Cuando tú quieras- le dijo él para luego esbozar una sonrisa, muy llamativa a los ojos de Azul.
A medida que avanzaban por la ciudad, la conversación fluía con naturalidad. Descubrieron intereses compartidos y pasiones similares, creando un lazo amistoso en ese breve trayecto.
Azul se acomodó en el asiento delantero del coche de Jackson, observando el paisaje que pasaba velozmente por la ventana. La brisa acariciaba su rostro mientras el sol de la tarde comenzaba a deslizarse hacia el horizonte.
-Jackson, ¿cómo conociste a mi hermano?- preguntó Azul, rompiendo el breve silencio que se había instalado en el automóvil. Jackson sonrió, concentrado en la carretera pero dispuesto a compartir.
-Fue hace unos años, eramos muy jóvenes- respondió el pelirrojo sacándole a la muchacha una mueca de desconcierto, ya que Jackson tenía apenas la misma edad que Adrián- Desde entonces, hemos mantenido una buena amistad, y cuando el padre de ustedes murió, pues nos volvimos casi hermanos- agregó mientras giraba con suavidad en una curva. Azul asintió, interesada.
-Entiendo... Y también recuerdo que alguna vez fuiste a visitarme al pueblo- comentó ella.
-Es cierto, en ese entonces apenas eras una niña y tenías otros intereses diferentes a los de hoy día- dijo él mirándola de soslayo, apreciando como había pasado el tiempo.
-¿Y tú, Jackson? ¿Qué te apasiona aparte de los negocios?- inquirió ella con genuino interés. El pelirrojo soltó una risa suave.
-Bueno, me encanta la música. Toco la guitarra desde que era joven, es mi manera de despejarme y conectarme conmigo mismo- confesó, mostrando una faceta más íntima de su vida.
-'¡Qué genial! Yo también adoro la música. Bueno, escucharla- compartió Azul, con una sonrisa brillante.
La charla se desvió hacia anécdotas musicales, experiencias vividas y canciones favoritas, creando un vínculo entre ambos mientras se acercaban a su destino, la imponente mansión Lewis.
Cuando el coche se detuvo suavemente frente a la entrada principal, Jackson sonrió, contento de haber compartido ese viaje con Azul.
Azul y Jackson charlaron animadamente sobre música y planes para el fin de semana, disfrutando de la compañía mutua.
-Es sorprendente cómo el tiempo vuela cuando tienes una charla con alguien de intereses similares- comentó Azul, mirando por la ventanilla, notando que ya habían llegado.
-Sí, lo es. Parece que ya hemos llegado- dijo Jackson, deteniendo el coche frente a la mansión, la muchacha gradeció a Jackson por el viaje y se despidió con una sonrisa.
-Muchas gracias por el paseo, Jackson. Ha sido agradable hablar contigo.- le dijo antes de bajarse del coche, dejando un beso sobre la mejilla del pelirrojo.
-Lo mismo digo, Azul. Espero verte de nuevo pronto- respondió Jackson, con una sonrisa mientras veía a Azul dirigirse hacia la entrada de la mansión. La muchacha se giró una vez más para despedirse con la mano antes de entrar, sintiendo una sensación de calidez por la agradable compañía de Jackson en el trayecto.
Mientras que él la observaba con desconcierto, pues extrañamente hacía mucho tiempo que no se había sentido tan cómodo charlando con una chica.
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