El día siguiente, comenzó muy temprano para Azul, la muchacha despertó con la luz suave de la mañana filtrándose a través de las cortinas de su habitación. Se levantó con entusiasmo, recordando que era el primer día de su último año de colegio. El cual sería para ella todo un reto, ya que no solamente estaría asistiendo a un nuevo colegio, con compañeros diferentes, sino que tambien estrenaría nueva identidad, ya que desde hacía casi una semana ya no era Azul Soldi, sino Azul Lewis. Ella se vistió con el uniforme escolar reglamentario, que consitía en una falda a la altura de la rodilla, acompañada por una camisa y corbata haciendo juego, su cabello debía ir recogido en una cola alta, luego de prepararse como correspondía, Azul bajó al comedor, al hacerlo encontró a Adrián y a Camila sentados a la mesa.
-¡Buenos días- dijo la muchacha emocionada y nerviosa sin esconder sus emociones.
-¡Buenos días, Azu! ¿Lista para el gran día?.
-¡Totalmente! Estoy ansiosa por empezar y muy nerviosa- respondió con mucha sinceridad la muchacha.
- No debes estarlo, cariño- le dijo Camila sonriendo- Ya verás que este va a ser un año increíble, estoy segura.
Los tres desayunaron juntos, compartiendo risas y comentarios sobre las expectativas del nuevo año escolar. Azul se sintió agradecida por tener a su hermano y a Camila a su lado. Después del desayuno, los tres se dirigieron al colegio. El aire fresco de la mañana anticipaba un día lleno de posibilidades. Azul caminaba entre Adrián y Camila, emocionada por lo que le deparaba el último año.
-Muy bien, Azu- dijo Adrián cuando el coche se detuvo en la puerta del colegio- Aquí estamos, Es tu momento, cariño.
-¡Claro que sí! Estoy completamente segura de que este será un gran año- comentó Camila alemtandola. Y de esa manera luego de darle un beso a su hermano y a su cuñada, Azul bajó del coche y caminó con decisión hacia el interior del colegio dispuesta a enfrentar el primer día de clases con determinación y optimismo.
A medida que avanzaba por los pasillos del lugar, podía darse cuenta de que todos a su alrededor la observaban, principalmente por ser una persona completamente extraña para todos. Los demás alumnos la observaban, algunos con sonrisas de reconocimiento y buenos deseos para el nuevo año, mientras que otros mostraban expresiones más neutras o incluso de desagrado. Algunos compañeros saludaban efusivamente a Azul, felicitándola por su ingreso al último año. Otros, quizás menos entusiastas, intercambiaban miradas curiosas o simplemente seguían su camino sin prestar mucha atención. La muchacha decidió hacer caso omiso a las miradas diversas, siguió avanzando con confianza, centrada en el inicio de un año que prometía ser emocionante. Aunque no todos mostraban el mismo entusiasmo, ella estaba determinada a aprovechar al máximo su último año escolar y a contagiar a otros con su energía positiva. El eco de los comentarios y las miradas variadas creaba un ambiente peculiar en el colegio, pero Azul estaba decidida a hacer de ese año una experiencia inolvidable para todos, sin importar las reacciones de quienes la rodeaban.
En su primer día de clases, la muchacha se encontró en un aula llena de rostros completamente desconocidos y muy diferentes a los que acostumbraba ver. Pasó casi toda la mañana concentrada en cada una de sus clases, sin entablar conversación con nadie. A la hora del almuerzo mientras buscaba en el comedor un lugar para sentarse, notó a Laura, una chica con una expresión sonriente en su rostro que la invitó a unirse a su grupo.
-¡Hola! Soy Laura- le dijo la muchacha- ¡siéntate con nosotros!- Azul asintió agradecida y se unió al grupo. Pronto, entabló una conversación con Javier, hermano mellizo de Laura y otras dos chicas y un chico más que se hallaban junto a ellos.
-Hola, soy Javier- le dijo el joven- ¿Cómo va tu primer día?
-Hola- replicó ella- soy Azul, es un placer conocerte, Javier.
-Igualmente, ellos son Anna, Sandy y Matias.- agregó Javier, presentándole a los otros tres jóvenes que se hallaban compartiendo la mesa con él y su hermana.
-Hola- le dijeron los tres al unísono y Azul les sonrió en respuesta, luego se sentó junto a Laura.
-¿Qué tal va tu primer día?- preguntó Anna.
-Es bastante complicado encajar cuando no conoces a nadie- respondió ella- pero sé que va a ir bien.
-Es cierto- dijo Javier- pero desde ya te digo que puedes contar con nosotros, desde hoy somos tu grupo de amigos- los otros jóvenes asintieron con un movimiento de sus cabezas.
-Muchas gracias- dijo ella- Mi hermano se va a alegrar mucho cuando sepa que tengo amigos.
-¿Tu hermano?- preguntó Matías.
-Sí, es algo complicado de contar, pero no solamente soy nueva en la escuela, sino también en la ciudad- les contó ella, luego los seis siguieron en su charla de presentación, Azul les contó que antes vivía en un pueblo en la costa y aunque los otros chicos se sorprendieron por qué no comprendían que hacía una muchacha que había vivido en un pequeño pueblo, en un colegio tan prestigioso ninguno indagó más de lo necesario.
La armonía se vio interrumpida durante el almuerzo cuando Luana, otra de las compañeras de clase, intentó desestabilizar a Azul con comentarios sarcásticos.
-¿Así que tú eres la Azul que cree que puede impresionar a todos- dijo la muchacha con tomo despectivo e intentando que todos la oyeran.
- Yo no pretendo impresionar a nadie- le dijo Azul con mucha calma- solo estoy emocionada por este año. ¿Tienes algún problema con eso?
-Solo digo la verdad, no sé por qué estos te siguen como si fueras tan especial- replicó Luana señalando a los cinco chicos en la mesa.
Laura intervino, mostrando apoyo a Azul.
-Tú no tienes nada que hacer aquí, Luana. No es necesario ser tan negativa- dijo Laura interviniendo.
-¿Por qué te metes? Ni siquiera sabemos quién es su familia- inquirió Luana.
-A nosotros no nos interesa- le dijo Anna.
-Pues a mí si me interesa saber que clase de gente entra al colegio en el que estudio, ya que mi padre paga mucho para que yo estudie aquí- confesó Luana, haciendo alarde de que ella provenía de una de las familias más adineradas del lugar, cuyo padre era dueño de un par de empresas automotrices- Y niña, dinos- agregó la chica sonsacando a Azul- ¿de qué familia pobre has salido?¿Cuál es tu nombre niña?
Los músculos de Azul se tensaron, ella no esperaba que alguno de sus nuevos compañeros se pusiera en su contra desde el primer día y sin conocerla, pero si algo sabía muy bien era que debía responder aquella pregunta.
-Lewis- soltó y todos la miraron extrañados.
-¿Lewis?- preguntó Javier- ¿tu apellido es como el de la Corporación?
-De hecho, mi apellido es el mismo que el de la Corporación- respondió la muchacha y agregó- Mi nombre es Azul Lewis, mi padre era el dueño de la Corporación Lewis- confesó y muchos de los que oyeron aquella confesión se quedaron con la boca abierta sin creer en las palabras de la muchacha.
-¡Sí, como no! ¡Ya quisieras!- se burló Luana y luego se alejó.
-No le hagas caso- dijo Sandy- Luana es muy desagradable cuando quiere.
- Y eso es siempre- agregó Anna, luego siguieron con su almuerzo ignorando a Luana y sus acompañantes, ya que aunque la situación se calmó, la muchacha continuaba lanzando comentarios despectivos. Sin embargo, Azul, con la ayuda de sus nuevos amigos, decidió enfocarse en las conexiones positivas que estaba haciendo en su primer día de clases, dejando de lado la actitud de Luana.
Cuando el día de clases llegó a su fin, Azul caminó rumbo a la salida acompañada de sus ahora amigos, al llegar a la puerta Luana se atravesó en su camino, haciéndole caer algunos libros, ni siquiera se preocupó en ayudarle a levantarnos o disculparse, Azul la ignoró, todos se detuvieron mientras esperaban que pasarán por ellos y cuando Azul divisó el automóvil de su hermano se despidió.
-¡Ya vinieron por mí!- exclamó, se despidió de sus amigos y caminó hacia el vehículo.
Todos se quedaron viéndola, el chófer le abrió la puerta, ella subió y cuando el coche estuvo en marcha todos los que estaban observando pudieron ver la placa identificatoria del automóvil que rezaba "Corporación Lewis"
-Al parecer nuestra nueva amiga si tiene que ver con al Corporación Lewis- dijo Laura a su hermano, pero lo hizo más que nada para que Luana lo oyera, luego se giró y sonrió al ver la cara de asco y frustración de la muchacha que se había estado burlando de Azul durante el almuerzo.
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Updated 91 Episodes
Comments
Adriana Trejo
que azul no cambie su forma de ser
2024-01-26
1
Juan Bruno Molina
Siempre gente envidiosa en todos lados las encuentra uno
2023-12-08
1