Después de un tiempo, Jackson comenzó a frecuentar a Annia. A pesar de su historia pasada, ambos parecían atraídos el uno al otro nuevamente. Comenzaron a tener salidas en pareja, disfrutando de cenas en restaurantes acogedores y paseos por el parque. Las conversaciones fluyeron fácilmente, como si el tiempo no hubiera pasado desde su separación. Annia pasaba cada vez más tiempo en el departamento de Jackson. A menudo, después de una noche agradable juntos, ella se quedaba a dormir, ambos disfrutaban de la compañía del otro y compartían risas, recuerdos y momentos especiales. Para Jackson, esta nueva etapa en su relación con Annia era emocionante y llena de posibilidades, a pesar de las dificultades que habían enfrentado en el pasado, parecía que estaban encontrando una manera de sanar viejas heridas y construir una nueva conexión, la nueva Annia parecía mucho mas madura y menos interesada, o al menos eso era lo que ella demostraba ser. Mientras Annia intentaba acercarse nuevamente a la vida del pelirrojo, Jackson se daba cuenta de que había una chispa que seguía viva entre ellos. Ambos estaban dispuestos a dejar atrás el pasado y explorar un futuro juntos.
A medida que la relación entre Jackson y Annia se profundizaba, Annia no podía evitar querer que todos en la empresa supieran que estaban juntos. Un día, en una reunión del equipo, decidió expresar su conexión con Jackson de una manera que no dejara lugar a dudas a nadie, en especial a las mujeres para las cuales el pelirrojo era muy tentador. Así que sin dudarlo durante una de tantas reuniones cuando ella tomó la palabra dijo...
- Como habrán notado, Jackson se ha destacado por su increíble trabajo en el proyecto de ventas. Ha demostrado ser un líder excepcional, un compañero en quien se puede confiar plenamente. - expresó la muchacha.
Los compañeros de trabajo la observaron con curiosidad y sin pensarlo dos veces ella continuó hablando...
-Algunos de ustedes tal vez sepan que en el pasado, él y yo tuvimos una hermosa relación, por eso quiero compartir con ustedes esta felicidad que me embarga, contandoles que Jackson y yo hemos retomado esa relación.
Tras las palabras de la muchacha, sus compañeros allí presentes, intercambiaron miradas sorprendidas ante la declaración pública de Annia. Debido a que el pelirrojo estaba siendo parte de otra reunión la muchacha aprovechó la oportunidad y siguió marcando su territorio de una manera más sutil, pero efectiva. Durante la hora del almuerzo de la empresa, cuando se sentaron juntos en una de las mesas de ejecutivos, Annia tomó la mano de Jackson.
Uno de los ejecutivos que sentía cierta atracción por ella, ladeó la cabeza y no pudo evitar que la curiosidad se hiciera presente.
-¿Ustedes están juntos?- preguntó él joven rayando entre la sorpresa y la incertidumbre.
La muchacha reforzó el agarre en la mano del muchacho y dijo con una sonrisa:
-Así es, Jackson y yo hemos estado pasando mucho tiempo juntos últimamente. Estoy emocionada de tenerlo en mi vida nuevamente.
Las miradas de sorpresa y comentarios entre los compañeros de trabajo no se hicieron esperar. Annia estaba decidida a asegurarse de que todos supieran que Jackson era su pareja, y que habían encontrado la felicidad en su relación.
Desconociendo que esa actitud que acababa de adoptar, le recordó al muchacho viejos tiempos, él se mantuvo en silencio, no tenía intenciones de avergonzarla en público, y en su interior se arrepentía de haber pensado en volver a intentarlo.
Luego de evaluarlo durante algún tiempo, Jackson tomó una decisión, una que ya antes había tomado y que está vez estaba dispuesto a mantener, así que en una de sus salidas con la muchacha, luego de haber cenado
-Annia- le dijo, ella sonrió- Necesitamos hablar.
-¿Tú dirás, mi amor?- dijo ella, sin perder la sonrisa.
-Creo que... bueno, debemos dejar esto aquí- le dijo con mucha seguridad.
-¿Qué? ¿De qué estás hablando?- preguntó desconcertada la muchacha.
-De nosotros, me di cuenta de que...no debemos seguir con esto- afirmó.
-¿Otra vez?- indagó ella- ¿me estás dejando otra vez?- preguntó mientras se le hacía un nudo en la garganta, y las lágrimas se acumulaban en sus ojos, aunque estas no eran de tristeza, sino de frustración e impotencia al ver que era muy probable que sus planes se vieran fracasando otra vez.
Él asintió con la cabeza, vio como las lágrimas caían por el rostro de la muchacha, y se sintió mal, pero él definitivamente no era de los que sacrificaban su futuro por nadie.
-Lo siento- le dijo y luego se marchó del departamento de la muchacha.
Ella respiró profundamente, dejó que aquellas lágrimas fluyeran, y en el preciso instante en que Jackson estaba abriendo la puerta de su coche la oyó detrás de él.
-¡Eres un maldito idiota!- le gritó sumamente ofuscada- ¡Pero juro que te vas a arrepentir de esto!- le amenazó- Más tarde que temprano, vas a terminar conmigo, lo juro- espetó y luego le arrojó una maleta con algo de la ropa que había quedado de él en su departamento.
Jackson, quien hasta ese momento se había estado sintiendo muy mal por la muchacha, se dio cuenta de que ella seguía siendo la misma niña mimada, egoísta, e interesada del pasado. Así que cualquier remordimiento o cargo de consciencia fue a parar al tacho de la basura. Sin siquiera prestarle atención, el pelirrojo se subió a su automóvil y se marchó a su propio departamento.
-¡Ay, Dios!- se lamentó una vez que estuvo en su lugar seguro- Yo no aprendo más, ojalá ocurriera un milagro y pudiera marcharme de aquí de una buena vez...
Al día siguiente Jackson se presentó en la empresa como de costumbre, sabía que era muy probable que Annia estuviera allí, pero él no era tampoco de los que huían. Por suerte esa mañana ni siquiera se cruzó con ella y cuando estaba enfrascado en una multitud de papeles, recibió una llamada inesperada. Al mirar el identificador de llamadas, vio el nombre de Sarah, la madre de Adrián. Sorprendido, contestó el teléfono.
-Hola, Sarah. ¿Ocurrió algo con Adrián?- le preguntó, ya que el único motivo por el que la mujer lo llamaría sería por algo referido con su amigo.
-Jackson, querido- respondió la mujer con la voz más falsa que pudo- tengo una noticia importante que compartir contigo.-Jackson sintió que su corazón latía más rápido. Sabía que las decisiones de Sarah podían ser inusuales y un tanto controvertidas.
-Estoy escuchando. ¿En qué puedo ayudarte?- dijo él.
-He decidido que es hora de que Adrián contraiga matrimonio. Tengo un plan en mente.- le dijo la mujer-
Jackson quedó en silencio, tratando de procesar la información. Un matrimonio arreglado no era algo que su amigo hubiera considerado para su vida y no era una buena idea estando él en coma.
-¿Un matrimonio? Sarah, eso es una decisión importante y personal. No creo que Adrián estuviera de acuerdo con algo así- espetó el muchacho.
-Lo entiendo, Jackson, pero estoy convencida de que es lo mejor para Adrián. He encontrado una candidata adecuada, y he elaborado un contrato que asegurará la estabilidad y la felicidad de ambos- aseguró la mujer.
Jackson se sentía atrapado entre su deseo de respetar a Sarah y su necesidad de defender la libertad de su amigo, sobre todo cuando él no podía hacerlo por su propia cuenta.
-Sarah, no puedes tomar esta decisión a la ligera. Si Adrián despierta, no le va a gustar nada la situación- le dijo el pelirrojo.
La conversación continuó con Jackson tratando de convencer a Sarah de que no se precipitara y reconsiderara su idea. La madre de Adrián, por su parte, estaba decidida a llevar adelante su plan. La tensión entre ellos crecía a medida que intentaban llegar a un acuerdo sobre el futuro de Adrián. La noticia del matrimonio por contrato lanzó una sombra inesperada sobre la vida de Jackson, y ahora debía hacer todo lo posible para impedir aquella locura.
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