Escucho gritos y veo salir de la casa a Phoebe, todavía en pijama ¿Qué le sucede? Al verme suspira aliviada, corre hacia mí y sujeta mi mano. Finge una gran sonrisa y me hala hacia la casa, sigo sus pasos porque no voy a conseguir lo que quiero ahora mismo, al entrar a la casa soy llevada al comedor, el desayuno me espera, tomo asiento y dudo antes de comer.
- Por favor, señora. – me ruega.
Miro hacia ella sorprendida.
- Usted no. – dice en voz baja.
¿Qué quiere decir eso? Sujeta mi mano de repente y me sonríe, decido comer ya que parece estar cerca de desmayarse, tomo mi desayuno lentamente mientras pienso en una manera de irme de aquí, ya no puedo usar a Audrey, lo mataran si regresa después de lo que dijo anoche, debo hacerlo sola, pero no soy como mis hermanas, no tengo amigos que me deben un favor, solo soy yo.
Minutos después Cian se une al desayuno, lo veo tomar su desayuno totalmente calmado y en más de una ocasión sus ojos se encuentran con los míos, ignoro eso y sigo comiendo, pero incluso su sola presencia me hace recordar la noche anterior. Me pongo de pie y él hace lo mismo de inmediato, antes de que pueda hablar lo veo colocar su celular en su oreja, se aleja del lugar hablando un idioma que me interesa ahora.
Decido regresar a mi habitación y pensar en un plan ¿Cómo debo jugar mis cartas? Porque todavía tengo una persona que golpear en el rostro, no pude hacerlo, pero lo haré, tengo que golpear con fuerza a Rowan y al otro estúpido irlandés ¿Cómo se llama? No lo sé, pero lo reconoceré, conozco su rostro. Sé que debo olvidarlo, pero arruinaron a Keysi, si puedo hacer sus vidas un poco difíciles lo haré y a mi placer, me he casado con el próximo líder, su líder, es mi oportunidad.
Abandono mis pensamientos cuando la puerta se cierra de golpe, tomo asiente en el borde la cama y no miro hacia él ¿Por qué siento esta tensión? Es ridículo, miro hacia él cuando escucho algo, lo veo entrar al closet, cuando sale me encuentro mirando mis manos luciendo más abatida de lo que estoy, quiero ganar esto. Escucho sus pasos y miro hacia él, está de pie vestido con un traje gris luciendo malditamente caliente, miro hacia otro lado y suspiro.
- No voy a ser encerrada. – digo sin poder evitarlo.
- Y no lo serás. – me asegura.
Miro hacia él al escuchar eso.
- Ven conmigo. – me pide.
Frunzo mi ceño.
- ¿Dónde? – pregunto.
- Tengo una reunión en el centro de la ciudad. – responde. – Te permitiré acompañarme mientras estes a mi lado en todo momento. – me informa.
¿Permitir? Debe estar bromeando.
- Debo vestirme. – digo.
Me pongo de pie y él observa mi ropa por unos segundos.
-Estás perfecta, eres perfecta. – me dice.
- No me visto para ti, debe gustarme a mí. – le recuerdo.
Me apresuro en entrar al closet y busco un lindo vestido, encuentro un vestido amarillo claro y unas botas de color negro, me coloco el vestido sin importarme que la puerta está abierta, busco un abrigo y guantes que combinen, me visto de negro y amarillo, dejo mi cabello suelto y cuando me giro lista para salir, Cian me observa desde la puerta.
- ¿Nos vamos? – pregunto.
- Kristin. – dice mi nombre. – Esta es tu oportunidad de demostrarme que puedo confiar en ti en esto, con mi gente, he escuchado lo que hacen las Wagner y si me avergüenzas delante de mis hombres, seré el hombre que estás pidiendo ¿de acuerdo? – pregunta.
- Si, esposo. – digo simplemente.
Pensaba comportarme, pero ya no, no más.
Veo la duda en su rostro, no me cree y me parece inteligente.
Salgo del closet ignorando el brazo que me ofrece y salgo de la habitación, escucho sus pasos detrás de mí y bajo las escaleras, al salir de la mansión me sorprende el auto que veo delante de mí, es un Audi que ha sido modificado. Lo veo caminar hacia el auto y abrir la puerta para mí, entro al auto y antes de que intente colocarme el cinturón lo evito, coloco el cinturón de seguridad y veo la molestia en su rostro.
Cierra la puerta de golpe y entra al auto, sujeto el cinturón de seguridad cuando noto que hay un problema aquí, a Cian le encanta la velocidad, intento no prestarle importancia, pero cuando entramos a la autopista empieza a conducir extraño, demasiado, miro hacia atrás y veo a autos idénticos seguirnos, es imposible saber cuál es nuestro auto y me imagino que esa es la idea.
Debo admitir que no he querido disfrutar de la ciudad y ahora viéndolo no está mal, no es lo que estoy acostumbrada, pero está bien, me iré de todas maneras, lo haré. Todo el camino es un extraño recorrido al notar que realmente estoy sola en esta ciudad, si algo sucede, debo pelear con mi vida para salir ¿Quién es mi equipo aquí? Ya no tengo equipo, todos se fueron, todos.
El auto se detiene delante de un gran edificio ¿casino? Maldición, ya estoy cansada de los casinos, solo escuchar ese nombre me da dolor de cabeza, Cian sale del auto y se apresura en abrir mi puerta, pero abro la puerta haciendo que se moleste más. Miro hacia todos lados buscando algo interesante, pero no hay nada, veo entrar a algunos hombres con trajes y veo un rubio atractivo, intento no sonreír.
Cian me ofrece su brazo de nuevo y lo tomo, eso lo sorprende, pero se apresura en entrar al lugar, al hacerlo un hombre con una sonrisa se acerca a nosotros, nos pide que lo sigamos y lo hacemos. Intento memorizar el lugar en caso de que algo sucede, paredes brillantes y muchas personas sonriendo, pero nada peligroso, todo está bien, aprieto el brazo de Cian cuando reconozco a alguien, ese estúpido irlandés.
Seguimos caminando y entramos a una sala privada, veo cuatro mesas colocadas en cada esquina de la sala, veo camareras con ropa diminutas sirviendo tragos, solo hombres en el lugar, nos dirigimos a una mesa en donde juegan póker y eso me hace extrañar a Kalsey. Cian me ayuda a tomar asiento y toma asiento a mi lado segundos después, él completa la mesa para seguir jugando.
Miro hacia mi derecha y veo a aquel hombre rubio, sus ojos azules se encuentran con los míos, su barba de un tono más oscuro está peinada y su cabello húmedo está peinado hacia atrás, es mayor, mayor que Cian, es atractivo ¿Quién es? Dejo de mirar hacia él cuando escucho a los hombres hablar, reconozco algunos rostros de mi boda y sonrío cuando me saludan.
- Debiste llevarla a un lugar hermoso ¿Por qué la aburres con cosas de hombres? – pregunta alguien en la mesa.
- Me gustan las cosas de hombres. – respondo de inmediato.
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Comments
Linilda Tibisay Aguilera Romero
hay Kris creo que te vas a terminar de enamorar de tu esposo
2024-02-13
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