Es tuyo, si lo quieres Part-1

Dormir, eso es todo lo que deseo ahora mismo, pero no puedo, no puedo oler su aroma y dormir, no puedo sentir el calor que su cuerpo lanza hacia mí, no puedo dormir sabiendo que tengo al enemigo a tan poca distancia, no puedo. En momentos como esto simplemente salgo en medio de la noche, encuentro un bar y un hombre para llevar a casa antes del amanecer, al final de la noche simplemente es enviado a casa con el recuerdo de la mejor noche de su vida y yo me quedo ahí, sola, de nuevo.

No sé cómo explicar el sentimiento de alivio y soledad que siento en ocasiones, por eso saber que alguien podría quedarse ahí para siempre es insoportable, quiero ser dejada sola en mi mundo y no ser molestada, pero es imposible de conseguir ahora, ahora que todo lo que puedo escuchar es la respiración calmada de mi esposo ¿esposo? Odio esa palabra, esas etiquetas nunca han tenido ninguna importancia en el mundo.

En momentos como estos también recuerdo el pasado sin poderlo evitar, recuerdo mi vida en New York y lo fácil que se volvió todo cuando me volví un activo del equipo, no su líder. No me siento orgullosa del alivio que sentí cuando falle, cuando no pude ser suficiente y Kaleani tuvo que tomar mi lugar, no tuve que fingir más, solo tuve que seguir siendo lo perfecto, lo perfecto que muestras en un mostrador cubierto de cristal como ejemplo de cómo las cosas deberían ser, fue fácil… por un tiempo.

Solo por un tiempo, el mundo pareció jugar a nuestro favor y todo sucedió como debería, solo algunos problemas que fueron solucionados con dinero o una sonrisa coqueta, después de que Kalsey pudo volver a casa y recuperarse poco a poco nada perturbo nuestras vidas, fuimos buenas mucho tiempo en cosas que la mayoría sería débil, creo que todavía lo somos, pero cambiamos.

¿Cambiamos? No, mis hermanas cambiaron, yo solo me volví mas tolerable sobre ciertas cosas, me permití a mí misma aceptar que quizás ellas si tendrían ¿amor? Si, amor. Lo encuentro perfecto para ellas, si el amor puede darles la tranquilidad que necesitan, les deseo suerte y estaré ahí en cada paso de ello, pero yo… no quiero eso, no lo necesito, porque el simple hecho de que alguien me importe siempre me ha resultado en una pérdida de tiempo o lágrimas, yo también he llorado porque el hombre que…

¡No! No pensaré en ello, no lo haré.

Alejo las sábanas de mi cuerpo sin importarme ser brusca en el proceso y me pongo de pie, camino en la oscuridad hacia el baño, abro la puerta y al hacerlo, me apresuro en cerrarla con seguro. Enciendo la luz y observo mi reflejo en el piso, doy un paso hacia el espejo y observo mi pijama, un pijama de seda de dos piezas de color gris, es perfecto para el clima.

Noto la ligera hinchazón en mi brazo y suspiro, doy otro paso hacia el espejo y me detengo, frunzo mi ceño recordando lo que sucedió antes de mi boda ¿Qué fue eso? ¿Por qué me sentí así? no quiero volver a hacerlo, no quiero volver a recordar cosas inútiles, no quiero hacerlo, pero lo hago. Recuerdo cosas que no quisiera, recuerdo cada mentira, cada intento de salvarme a mí misma hundiendo a mis hermanas en el proceso, tengo pecados, muchos que no merecen ser perdonados o escuchados, de todas maneras, no busco eso.

Miro hacia el espejo ¿Qué hago aquí? Ellos esperan cosas de mí que seré incapaz de dar por el simple hecho de que no quiero hacerlo ¿ser esposa? No lo haré, intente eso de querer antes y no funciono, no lo hizo, maldición… no pude hacerlo… yo no pude salvarlo o…

-Basta. – me pido a misma.

Golpeo mi mejilla con fuerza y me quejo ante el dolor que siento.

- Debo salir de aquí. – digo con molestia.

Abro la puerta del baño y retrocedo por culpa de la sorpresa.

Cian me mira fijamente, sus ojos se dirigen a mis manos ¿esperaba un celular? ¿Cree que pediré ayuda y lloraré por lo sucedido? Creo que se equivocó de chica, ignoro su presencia y cuando dice mi nombre sigo caminando, abro la puerta de la habitación y salgo, camino lentamente y me dejo guiar por mis instintos en medio de la oscuridad, camino hacia la puerta trasera y al abrirla, veo que todas las decoraciones de la boda siguen en el mismo lugar.

Cuando mis pies tocan la nieve que cubre ligeramente el suelo, mi cuerpo tiembla, pero lo ignoro, sigo caminando directamente hacia el altar, aquí las luces no fueron apagadas, camino entre las sillas donde estaban los invitados y recuerdo sus rostros, no veo una sonrisa en mis recuerdos, solo hombres calculando las posibles debilidades del nuevo miembro de la familia.

Tomo asiento en la primera fila, en el lugar exacto en donde estaba sentada mi hermana menor. Miro mi mano izquierda y veo los anillos que la cubren, los toco con mi dedo y no siento algo ¿alegría? ¿molestia? Soy totalmente indiferente ante mi propia boda, no me molesta, solo me molesta tener que pretender cuando solo quiero seguir haciendo lo que hago, solo eso.